El documento propone que para que la comunicación digital sea una alternativa provechosa se requiere una estrategia capaz de entender y gobernar la tecnología con el fin de satisfacer las inquietudes culturales y sociales relacionadas con la nueva tecnología. Señala que la difusión de la cultura digital presenta una "pantalla mágica" compuesta por redes, entornos y ecosistemas, y destaca que el mundo no se divide entre ricos y pobres sino entre los informados y los marginados de estas tecnologías.