El Humanismo fue un movimiento filosófico, intelectual y cultural, que se inició en el siglo XIV en Italia, especialmente en las ciudades del centro y norte de la península y se difundió por el resto de Europa entre los siglos XV y XVI. Significó un cambio radical con respecto al pensamiento medieval que imperaba en Europa y fue una de las causas del surgimiento de la Edad Moderna.
La Iglesia medieval tenía gran influencia sobre la sociedad debido a su riqueza y organización. Sin embargo, se volvió más secular cuando los nobles se convirtieron en obispos y gestionaron sus diócesis como señoríos feudales. Esto llevó a la relajación de costumbres y a problemas como la simonía y el nicolaísmo. En los siglos XI y XII hubo reformas monásticas que fortalecieron a la Iglesia e incrementaron su poder, resolviendo conflictos como la Querella de las Investiduras que le dio independ
La iglesia en la Edad Media fue una fuerza civilizadora y protectora de la cultura. Organizó la sociedad con el Papa a la cabeza en Roma, obispos liderando diócesis, y monjes que propagaron la fe y preservaron conocimiento en monasterios. Aunque la Inquisición usó torturas crueles contra herejes, la Iglesia también brindó servicios sociales y educación.
El documento resume cómo se formó la Iglesia en la Edad Media y su papel dominante en la sociedad. La Iglesia se organizó en diócesis gobernadas por obispos bajo el Papa. Construyó catedrales en estilo románico y controló aspectos políticos, sociales y económicos a través de normas y castigos como la tortura e inquisición.
El documento resume aspectos clave de la iglesia medieval en Europa, incluyendo su creciente poder político y territorial durante la Alta Edad Media, su independización del poder político en el siglo XI, y la organización de su clero regular y monacato. También describe las principales características arquitectónicas del estilo románico y gótico de las catedrales medievales.
El documento resume brevemente la historia de la Iglesia en diferentes épocas, incluyendo la Edad Media, la Edad Moderna y la Edad Contemporánea. Destaca eventos como el Cisma de Oriente, las Cruzadas, la Reforma Protestante, el Concilio de Trento, la evangelización de América, el Concilio Vaticano I y II, y el papel del Opus Dei en la historia de la Iglesia.
El documento describe la historia de la Iglesia durante la Edad Media. Se destaca el liderazgo de Gregorio Magno en el siglo VII y la importancia del monacato y las reglas de San Benito. También se menciona la formación de la "christianitas medieval", las Cruzadas para combatir la expansión árabe, y las órdenes mendicantes fundadas por Francisco de Asís.
El documento describe la influencia de la Iglesia católica durante la Edad Media en Europa. La fe cristiana dominó sin disputa durante este periodo y la Iglesia apoyó a los poderes temporales en las cruzadas contra los musulmanes. Además, el clero era casi la única clase letrada y controlaba la educación a través de las escuelas y universidades. La Iglesia también estaba íntimamente conectada con el poder civil. Su organización jerárquica y disciplinada le permitió gobernar de manera efectiva.
La Iglesia durante la Edad Media ejerció un gran poder político y social en Europa. Los papas buscaron la independencia de la Iglesia de la monarquía y convertirse en autoridades políticas universales, aunque tuvieron conflictos recurrentes con los emperadores. La Iglesia también desempeñó un papel primordial en la educación y asistencia social, y estableció la Inquisición para combatir las herejías.
La Iglesia medieval tenía gran influencia sobre la sociedad debido a su riqueza y organización. Sin embargo, se volvió más secular cuando los nobles se convirtieron en obispos y gestionaron sus diócesis como señoríos feudales. Esto llevó a la relajación de costumbres y a problemas como la simonía y el nicolaísmo. En los siglos XI y XII hubo reformas monásticas que fortalecieron a la Iglesia e incrementaron su poder, resolviendo conflictos como la Querella de las Investiduras que le dio independ
La iglesia en la Edad Media fue una fuerza civilizadora y protectora de la cultura. Organizó la sociedad con el Papa a la cabeza en Roma, obispos liderando diócesis, y monjes que propagaron la fe y preservaron conocimiento en monasterios. Aunque la Inquisición usó torturas crueles contra herejes, la Iglesia también brindó servicios sociales y educación.
El documento resume cómo se formó la Iglesia en la Edad Media y su papel dominante en la sociedad. La Iglesia se organizó en diócesis gobernadas por obispos bajo el Papa. Construyó catedrales en estilo románico y controló aspectos políticos, sociales y económicos a través de normas y castigos como la tortura e inquisición.
El documento resume aspectos clave de la iglesia medieval en Europa, incluyendo su creciente poder político y territorial durante la Alta Edad Media, su independización del poder político en el siglo XI, y la organización de su clero regular y monacato. También describe las principales características arquitectónicas del estilo románico y gótico de las catedrales medievales.
El documento resume brevemente la historia de la Iglesia en diferentes épocas, incluyendo la Edad Media, la Edad Moderna y la Edad Contemporánea. Destaca eventos como el Cisma de Oriente, las Cruzadas, la Reforma Protestante, el Concilio de Trento, la evangelización de América, el Concilio Vaticano I y II, y el papel del Opus Dei en la historia de la Iglesia.
El documento describe la historia de la Iglesia durante la Edad Media. Se destaca el liderazgo de Gregorio Magno en el siglo VII y la importancia del monacato y las reglas de San Benito. También se menciona la formación de la "christianitas medieval", las Cruzadas para combatir la expansión árabe, y las órdenes mendicantes fundadas por Francisco de Asís.
El documento describe la influencia de la Iglesia católica durante la Edad Media en Europa. La fe cristiana dominó sin disputa durante este periodo y la Iglesia apoyó a los poderes temporales en las cruzadas contra los musulmanes. Además, el clero era casi la única clase letrada y controlaba la educación a través de las escuelas y universidades. La Iglesia también estaba íntimamente conectada con el poder civil. Su organización jerárquica y disciplinada le permitió gobernar de manera efectiva.
La Iglesia durante la Edad Media ejerció un gran poder político y social en Europa. Los papas buscaron la independencia de la Iglesia de la monarquía y convertirse en autoridades políticas universales, aunque tuvieron conflictos recurrentes con los emperadores. La Iglesia también desempeñó un papel primordial en la educación y asistencia social, y estableció la Inquisición para combatir las herejías.
Durante la Edad Media, la Iglesia tuvo una gran influencia sobre la sociedad europea hasta que se produjo el Cisma de 1054 que dividió el cristianismo entre la Iglesia Católica Romana en Occidente y la Iglesia Ortodoxa Griega en Oriente. La Iglesia estaba organizada en un clero secular de papas, obispos y párrocos, y un clero regular que vivía en monasterios bajo la guía de un abad. La fe de la gente se basaba en la esperanza de vida después de la muerte y se manifestaba a
La Iglesia en la Edad Media experimentó un crecimiento de poder e influencia. Se establecieron nuevas órdenes religiosas como los franciscanos y dominicos para responder a las necesidades espirituales y materiales de una población en crecimiento. Además, la Iglesia jugó un papel central en eventos como las Cruzadas y la Inquisición, y promovió el desarrollo de universidades para difundir la cultura y la ciencia.
La iglesia medieval era una poderosa institución que se dividía en clero regular y secular, con el Papa a la cabeza. Era el centro de la vida intelectual y política, pero también enfrentó movimientos heréticos como los Priscilianistas, Adopcionistas, Cátaros y Husitas. Las reformas cluniacense y cisterciense buscaron mejorar la disciplina interna de la iglesia.
El documento resume brevemente la historia de la Iglesia durante la Edad Media, la Edad Moderna y la Edad Contemporánea, destacando eventos como el Cisma de Oriente, el desarrollo de la teología con Santo Tomás de Aquino, el surgimiento de órdenes religiosas, las Cruzadas, el Cisma de Occidente, la evangelización de América y Asia, el Protestantismo, el Concilio de Trento, el Concilio Vaticano I, la doctrina social de la Iglesia y el combate al Modernismo con San P
La Iglesia en la Edad Media era la única institución europea con autoridad universal, aunque esta autoridad estaba fragmentada entre los obispos regionales y el papa. Los monasterios, aunque alejados de la jerarquía eclesiástica, eran importantes para la Iglesia. Había tendencias dentro de la Iglesia para unificar rituales y reglas en respuesta a la desintegración y variación local.
Este documento describe la Iglesia Medieval en la Edad Media. Explica que la Iglesia era la institución más poderosa y rica, con el Papa como su jefe y Roma como su capital. Detalla que estaba organizada jerárquicamente y dividida en clero secular y regular, siendo los obispos poderosos señores feudales y los monjes viviendo en conventos siguiendo una regla. También habla sobre la lucha entre la Iglesia y los monarcas por el control de la investidura eclesiástica.
La Iglesia Cristiana tuvo un rol dominante en la Edad Media, ejerciendo su poder político, económico e intelectual a lo largo de Europa. La Iglesia poseía grandes extensiones de tierra y explotaba a los campesinos, acumulando riqueza. También influía en todas las áreas de la vida mediante normas religiosas que moldeaban la forma de pensar de nobles y campesinos. Gracias a su liderazgo intelectual, la Iglesia diseminó una visión del mundo ordenado según los designios de Dios que
La Iglesia Católica tuvo gran influencia en la Edad Media debido a su unidad doctrinal, su organización jerárquica, su poder económico y su importancia cultural. Sin embargo, también enfrentó problemas internos como la simonía y el nicolaísmo, así como conflictos externos como el Cisma de Oriente, la Querella de las Investiduras y el Cisma de Occidente. Las reformas mon
En ésta presentación se habla del cristianismo en la edad media, de su principal lengua litúrgica la cuál es el latín y de cómo a partir de ésta surgieron los idiomas que hoy conocemos como lenguas romances.
La Iglesia Católica tuvo una gran influencia en la conformación de la Europa Medieval, estableciendo su estructura organizativa basada en el Imperio Romano y usando los concilios para definir las bases de la religión. Paralelamente se fundaron órdenes religiosas como los franciscanos, dominicos y benedictinos, y el clero se dividió en secular y regular, este último viviendo de acuerdo a una regla de oración, contemplación y trabajo.
La Iglesia medieval era poderosa debido a que cobraba diezmos y tenía gran influencia sobre la nobleza y los obispos. Sin embargo, comenzó a secularizarse a medida que los monarcas asumieron el derecho de investidura sobre el clero en el siglo X, lo que privó a la Iglesia de independencia y sometió al clero a los príncipes seculares. Esto condujo a una elección de clérigos que carecían de cualidades espirituales y a problemas dentro del clero, lo que provocó reformas eclesiástic
El documento resume las luces y sombras de la Iglesia durante la Edad Media, incluyendo su mayor influencia política y económica, el cisma de Oriente que separó la Iglesia Ortodoxa, las cruzadas contra el poder musulmán, la Inquisición, y los cismas de Occidente que llevaron a dos sedes papales simultáneas. También destaca figuras como San Francisco de Asís, Santo Tomás de Aquino, y los concilios que buscaron mantener la unidad doctrinal, a pesar de las sombras.
Este documento resume la historia de la Iglesia en la Edad Media, enfocándose en el triunfo del cristianismo en el Imperio Romano y la configuración de la ortodoxia. Brevemente describe las persecuciones de la Iglesia en sus primeros años y cómo eventualmente el cristianismo se convirtió en la religión oficial del Imperio bajo Constantino. También resume la herejía arriana y cómo fue resuelta en los concilios de Nicea y Constantinopla, estableciendo la doctrina de la Trinidad.
La iglesia era la única institución que operaba a través de fronteras nacionales durante la Baja Edad Media, y su influencia se extendía más allá de lo religioso hacia lo político, económico, social y cultural. La iglesia impulsó reformas internas y la creación de órdenes monásticas como los franciscanos y dominicos, además de consolidar su poder a través de la excomunión e inquisición. También promovió la educación a través del surgimiento de universidades.
El documento resume la historia del cristianismo medieval en Europa. Después de que Constantino legalizó el cristianismo en el 313 d.C., la iglesia católica se convirtió en la religión oficial del Imperio Romano en el 380 d.C. La iglesia medieval era una gran institución jerárquica y económica. Ordenes como los benedictinos y cistercienses surgieron, así como también las cruzadas y la inquisición. La educación se centraba en la teología y el pensamiento escolástico dominó.
Este documento describe la Iglesia durante la Edad Media en 4 secciones. Resume la estructura de poder entre la Iglesia y el Imperio, las Cruzadas y órdenes militares como expresiones del poder religioso, y los movimientos de renovación como los franciscanos que buscaban volver a la pobreza y servicio de los orígenes del cristianismo.
El documento describe el origen e influencia de la Iglesia Católica durante la Edad Media. La Iglesia creció después de que el emperador Constantino estableciera la tolerancia religiosa en el 313 d.C. y se convirtió en la institución más poderosa en Europa, unificando a las personas a través de la religión, estableciendo escuelas y monasterios, y ejerciendo control político y social a través de mecanismos como el diezmo y la excomunión. La Iglesia jugó un papel central en la vida política
El documento describe la Iglesia medieval y su organización. La Iglesia era la única institución organizada en Europa y poseía grandes cantidades de tierras y derechos al diezmo. El clero se dividía en secular y regular, siendo los primeros representantes como el Papa y los obispos, y los segundos viviendo en monasterios bajo un abad. La fe medieval se basaba en la veneración a Dios, la Virgen y los santos, y la Iglesia orientaba a los feligreses y evitaba herejías a través de la excomunión
La visión cristiana del mundo influyó enormemente en la Edad Media europea. La Iglesia se convirtió en la institución política y económica más poderosa, determinando la estructura social, la concepción del tiempo lineal y el poder emanado de Dios. Ordenes como la de San Benito a través de la regla de la oración y el trabajo contribuyeron a la difusión de la fe y el poder de la Iglesia.
Lecc 6ª La Iglesia En La Edad Media ResumenJoseCyC
El documento resume brevemente:
1) La Iglesia occidental en la Edad Media tenía una gran unidad de fe y prácticas a pesar de abarcar un gran territorio.
2) Los cristianos compartían los mismos símbolos, ritos, costumbres y lengua latina en sus iglesias.
3) La Iglesia logró establecer su visión del mundo como predominante, resultando en una notable estabilidad cultural durante casi 1000 años.
El documento presenta una introducción a la historia política y de las ideas políticas durante la Edad Media. Explica que durante este periodo surgió el feudalismo como sistema político, económico y social dominante, caracterizado por la relación de vasallaje entre la nobleza y los campesinos. Asimismo, destaca el papel de la Iglesia como principal institución que unió a los diversos pueblos de Europa y su influencia sobre los poderes políticos.
El documento resume la conversión de los pueblos bárbaros al cristianismo entre los siglos IV y XV. En los primeros siglos, la Iglesia logró convertir a francos, godos y otros pueblos germánicos. Más tarde, misioneros irlandeses, anglosajones y bizantinos evangelizaron a eslavos y escandinavos. Sin embargo, persistieron residuos paganos en algunas zonas hasta el siglo XIV. Además, se produjo el cisma entre las Iglesias de Oriente y Occidente en 1054.
Durante la Edad Media, la Iglesia tuvo una gran influencia sobre la sociedad europea hasta que se produjo el Cisma de 1054 que dividió el cristianismo entre la Iglesia Católica Romana en Occidente y la Iglesia Ortodoxa Griega en Oriente. La Iglesia estaba organizada en un clero secular de papas, obispos y párrocos, y un clero regular que vivía en monasterios bajo la guía de un abad. La fe de la gente se basaba en la esperanza de vida después de la muerte y se manifestaba a
La Iglesia en la Edad Media experimentó un crecimiento de poder e influencia. Se establecieron nuevas órdenes religiosas como los franciscanos y dominicos para responder a las necesidades espirituales y materiales de una población en crecimiento. Además, la Iglesia jugó un papel central en eventos como las Cruzadas y la Inquisición, y promovió el desarrollo de universidades para difundir la cultura y la ciencia.
La iglesia medieval era una poderosa institución que se dividía en clero regular y secular, con el Papa a la cabeza. Era el centro de la vida intelectual y política, pero también enfrentó movimientos heréticos como los Priscilianistas, Adopcionistas, Cátaros y Husitas. Las reformas cluniacense y cisterciense buscaron mejorar la disciplina interna de la iglesia.
El documento resume brevemente la historia de la Iglesia durante la Edad Media, la Edad Moderna y la Edad Contemporánea, destacando eventos como el Cisma de Oriente, el desarrollo de la teología con Santo Tomás de Aquino, el surgimiento de órdenes religiosas, las Cruzadas, el Cisma de Occidente, la evangelización de América y Asia, el Protestantismo, el Concilio de Trento, el Concilio Vaticano I, la doctrina social de la Iglesia y el combate al Modernismo con San P
La Iglesia en la Edad Media era la única institución europea con autoridad universal, aunque esta autoridad estaba fragmentada entre los obispos regionales y el papa. Los monasterios, aunque alejados de la jerarquía eclesiástica, eran importantes para la Iglesia. Había tendencias dentro de la Iglesia para unificar rituales y reglas en respuesta a la desintegración y variación local.
Este documento describe la Iglesia Medieval en la Edad Media. Explica que la Iglesia era la institución más poderosa y rica, con el Papa como su jefe y Roma como su capital. Detalla que estaba organizada jerárquicamente y dividida en clero secular y regular, siendo los obispos poderosos señores feudales y los monjes viviendo en conventos siguiendo una regla. También habla sobre la lucha entre la Iglesia y los monarcas por el control de la investidura eclesiástica.
La Iglesia Cristiana tuvo un rol dominante en la Edad Media, ejerciendo su poder político, económico e intelectual a lo largo de Europa. La Iglesia poseía grandes extensiones de tierra y explotaba a los campesinos, acumulando riqueza. También influía en todas las áreas de la vida mediante normas religiosas que moldeaban la forma de pensar de nobles y campesinos. Gracias a su liderazgo intelectual, la Iglesia diseminó una visión del mundo ordenado según los designios de Dios que
La Iglesia Católica tuvo gran influencia en la Edad Media debido a su unidad doctrinal, su organización jerárquica, su poder económico y su importancia cultural. Sin embargo, también enfrentó problemas internos como la simonía y el nicolaísmo, así como conflictos externos como el Cisma de Oriente, la Querella de las Investiduras y el Cisma de Occidente. Las reformas mon
En ésta presentación se habla del cristianismo en la edad media, de su principal lengua litúrgica la cuál es el latín y de cómo a partir de ésta surgieron los idiomas que hoy conocemos como lenguas romances.
La Iglesia Católica tuvo una gran influencia en la conformación de la Europa Medieval, estableciendo su estructura organizativa basada en el Imperio Romano y usando los concilios para definir las bases de la religión. Paralelamente se fundaron órdenes religiosas como los franciscanos, dominicos y benedictinos, y el clero se dividió en secular y regular, este último viviendo de acuerdo a una regla de oración, contemplación y trabajo.
La Iglesia medieval era poderosa debido a que cobraba diezmos y tenía gran influencia sobre la nobleza y los obispos. Sin embargo, comenzó a secularizarse a medida que los monarcas asumieron el derecho de investidura sobre el clero en el siglo X, lo que privó a la Iglesia de independencia y sometió al clero a los príncipes seculares. Esto condujo a una elección de clérigos que carecían de cualidades espirituales y a problemas dentro del clero, lo que provocó reformas eclesiástic
El documento resume las luces y sombras de la Iglesia durante la Edad Media, incluyendo su mayor influencia política y económica, el cisma de Oriente que separó la Iglesia Ortodoxa, las cruzadas contra el poder musulmán, la Inquisición, y los cismas de Occidente que llevaron a dos sedes papales simultáneas. También destaca figuras como San Francisco de Asís, Santo Tomás de Aquino, y los concilios que buscaron mantener la unidad doctrinal, a pesar de las sombras.
Este documento resume la historia de la Iglesia en la Edad Media, enfocándose en el triunfo del cristianismo en el Imperio Romano y la configuración de la ortodoxia. Brevemente describe las persecuciones de la Iglesia en sus primeros años y cómo eventualmente el cristianismo se convirtió en la religión oficial del Imperio bajo Constantino. También resume la herejía arriana y cómo fue resuelta en los concilios de Nicea y Constantinopla, estableciendo la doctrina de la Trinidad.
La iglesia era la única institución que operaba a través de fronteras nacionales durante la Baja Edad Media, y su influencia se extendía más allá de lo religioso hacia lo político, económico, social y cultural. La iglesia impulsó reformas internas y la creación de órdenes monásticas como los franciscanos y dominicos, además de consolidar su poder a través de la excomunión e inquisición. También promovió la educación a través del surgimiento de universidades.
El documento resume la historia del cristianismo medieval en Europa. Después de que Constantino legalizó el cristianismo en el 313 d.C., la iglesia católica se convirtió en la religión oficial del Imperio Romano en el 380 d.C. La iglesia medieval era una gran institución jerárquica y económica. Ordenes como los benedictinos y cistercienses surgieron, así como también las cruzadas y la inquisición. La educación se centraba en la teología y el pensamiento escolástico dominó.
Este documento describe la Iglesia durante la Edad Media en 4 secciones. Resume la estructura de poder entre la Iglesia y el Imperio, las Cruzadas y órdenes militares como expresiones del poder religioso, y los movimientos de renovación como los franciscanos que buscaban volver a la pobreza y servicio de los orígenes del cristianismo.
El documento describe el origen e influencia de la Iglesia Católica durante la Edad Media. La Iglesia creció después de que el emperador Constantino estableciera la tolerancia religiosa en el 313 d.C. y se convirtió en la institución más poderosa en Europa, unificando a las personas a través de la religión, estableciendo escuelas y monasterios, y ejerciendo control político y social a través de mecanismos como el diezmo y la excomunión. La Iglesia jugó un papel central en la vida política
El documento describe la Iglesia medieval y su organización. La Iglesia era la única institución organizada en Europa y poseía grandes cantidades de tierras y derechos al diezmo. El clero se dividía en secular y regular, siendo los primeros representantes como el Papa y los obispos, y los segundos viviendo en monasterios bajo un abad. La fe medieval se basaba en la veneración a Dios, la Virgen y los santos, y la Iglesia orientaba a los feligreses y evitaba herejías a través de la excomunión
La visión cristiana del mundo influyó enormemente en la Edad Media europea. La Iglesia se convirtió en la institución política y económica más poderosa, determinando la estructura social, la concepción del tiempo lineal y el poder emanado de Dios. Ordenes como la de San Benito a través de la regla de la oración y el trabajo contribuyeron a la difusión de la fe y el poder de la Iglesia.
Lecc 6ª La Iglesia En La Edad Media ResumenJoseCyC
El documento resume brevemente:
1) La Iglesia occidental en la Edad Media tenía una gran unidad de fe y prácticas a pesar de abarcar un gran territorio.
2) Los cristianos compartían los mismos símbolos, ritos, costumbres y lengua latina en sus iglesias.
3) La Iglesia logró establecer su visión del mundo como predominante, resultando en una notable estabilidad cultural durante casi 1000 años.
El documento presenta una introducción a la historia política y de las ideas políticas durante la Edad Media. Explica que durante este periodo surgió el feudalismo como sistema político, económico y social dominante, caracterizado por la relación de vasallaje entre la nobleza y los campesinos. Asimismo, destaca el papel de la Iglesia como principal institución que unió a los diversos pueblos de Europa y su influencia sobre los poderes políticos.
El documento resume la conversión de los pueblos bárbaros al cristianismo entre los siglos IV y XV. En los primeros siglos, la Iglesia logró convertir a francos, godos y otros pueblos germánicos. Más tarde, misioneros irlandeses, anglosajones y bizantinos evangelizaron a eslavos y escandinavos. Sin embargo, persistieron residuos paganos en algunas zonas hasta el siglo XIV. Además, se produjo el cisma entre las Iglesias de Oriente y Occidente en 1054.
El documento resume la conversión de los pueblos bárbaros al cristianismo entre los siglos IV y XV. En los primeros siglos, la Iglesia logró convertir a francos, godos y otros pueblos germánicos. Más tarde, misioneros irlandeses, escoceses y anglosajones evangelizaron a los eslavos y pueblos del norte de Europa. Sin embargo, la cristianización completa de algunos pueblos tardó siglos. El gran cisma de 1054 dividió definitivamente a la Iglesia de
El documento resume la historia del cristianismo desde sus orígenes hasta el nacimiento de la iglesia anglicana. Comenzó como un pequeño grupo de judíos en el siglo I y se expandió a pesar de las persecuciones por parte del Imperio Romano. Más tarde surgieron divisiones como resultado de herejías y el cisma entre las iglesias de Oriente y Occidente. Finalmente, el protestantismo surgió como una ruptura con la iglesia católica en el siglo XVI.
1) El documento presenta información sobre la Edad Media y el cristianismo en Europa, incluyendo las principales características del período medieval como la fragmentación política, el surgimiento del feudalismo y las monarquías, y el papel unificador del cristianismo. 2) Se explican conceptos como el Imperio Carolingio, el Sacro Imperio Romano Germánico, las reformas gregorianas y la querella de las investiduras. 3) También se analiza la influencia del islam y sus aportes culturales a Occidente.
El documento resume brevemente la historia del cristianismo desde el siglo I hasta el siglo XXI. Algunos puntos clave incluyen el establecimiento del canon bíblico en el siglo I, el Edicto de Milán en 313 dC que legalizó el cristianismo, el Cisma de 1054 entre las iglesias oriental y occidental, la Reforma Protestante iniciada por Lutero en 1517, y el Concilio Vaticano II en el siglo XX que trató de hacer la Iglesia Católica más moderna y cercana a
En esta linea de tiempo encontraremos los hechos mas importantes del cristianismo
FUENTE:http://www.islabahia.com/arenaycal/2010/168_febrero/miguel_a_fernandez168.asp
El documento resume brevemente el origen del cristianismo entre los judíos en el siglo I d.C., la conversión al cristianismo del emperador Constantino en el siglo IV y su importancia para la expansión de esta religión en el Imperio Romano. También describe algunas de las consecuencias de esta conversión como las cruzadas para liberar Tierra Santa y la fundación de la orden de los Caballeros Templarios para proteger a los peregrinos cristianos.
Este documento resume la Edad Moderna, incluyendo el Renacimiento y Humanismo en Italia, las Reformas Religiosas como la Protestante y Católica, los descubrimientos geográficos y el surgimiento del absolutismo en España y otros países europeos. El Renacimiento y Humanismo llevaron a un enfoque en el desarrollo humano y la observación de la naturaleza. Las Reformas Religiosas surgieron en respuesta a la corrupción en la Iglesia Católica y llevaron a nuevas doctrinas como el Luteran
Este documento resume los antecedentes históricos del cristianismo medieval, desde el nacimiento de Jesucristo hasta el establecimiento del cristianismo como religión oficial del Imperio Romano en el 380 d.C. Luego describe la evolución del cristianismo en la Edad Media, incluyendo la conversión de los reinos germánicos, las querellas religiosas en Oriente, la dinastía carolingia y el establecimiento del Sacro Imperio Romano Germánico.
El documento resume los principales movimientos culturales del Renacimiento y la Reforma en los siglos XV y XVI. El Renacimiento se originó en Italia y difundió el humanismo por Europa, exaltando la cultura clásica. El humanismo puso al ser humano en el centro y promovió avances científicos. La Reforma protestante surgió como reacción a los abusos de la Iglesia católica y se extendió a través del luteranismo, calvinismo y anglicanismo. La Contrarreforma católica buscó contr
El documento describe la filosofía durante la Edad Media. Señala que inicialmente la filosofía se nutrió de teología y que los sistemas filosóficos anteriores habían llevado al escepticismo y materialismo. Luego describe las tres épocas de la Edad Media - la Patrística, el Renacimiento Carolingio y la Escolástica - y algunos de los principales pensadores como Agustín de Hipona, Carlomagno y Santo Tomás de Aquino.
Este documento resume la historia de la música durante la Edad Media. Explica que tras la caída del Imperio Romano en el siglo V d.C., Europa entró en un período de aislamiento, ignorancia y teocracia dominado por la Iglesia Católica. La Edad Media se divide en Alta Edad Media hasta el siglo XI y Baja Edad Media hasta 1453, cuando se produjeron avances como el aumento demográfico, el resurgir del comercio y la aparición de la imprenta.
El documento presenta un resumen cronológico de la historia del cristianismo desde sus orígenes hasta el siglo XX. Algunos hitos clave incluyen el establecimiento del cristianismo como religión oficial del Imperio Romano en el siglo IV, el Cisma de 1054 entre las iglesias católica y ortodoxa, la Reforma Protestante iniciada por Lutero en 1517, y los desafíos que enfrentó la iglesia en el siglo XX incluyendo las guerras mundiales. El documento también describe mov
Texto de la conferencia de Carlos Barros en la XXXII Semana de Estudios Medievales sobre “La herencia medieval en la identidad territorial española”. Nájera, La Rioja, 26 de julio de 2022; publicado en: “Prisciliano, hechos y mitos”, Actas de la XXXII Semana de Estudios Medievales sobre “La herencia medieval en la identidad territorial española” (Nájera, La Rioja, 26 de xullo de 2022), Logroño, 2023, pp. 25-80 (https://acrobat.adobe.com/link/review?uri=urn:aaid:scds:US:a9934706-be06-3204-bedb-31
El documento habla sobre los teólogos de la Baja Edad Media en el siglo XIV. Discute cuatro pensadores principales durante este periodo: Dante Alighieri, Juan de Jadún, Marsilio de Padua y Guillermo de Ockham. También describe las causas del conflicto entre el Papa Bonifacio VIII y el Rey Felipe IV de Francia, incluyendo disputas sobre diezmos, prohibiciones de transferencias de dinero, y la bula papal Unam Sanctam que afirmaba la superioridad del poder espiritual.
El documento resume la Edad Media en Europa, dividiéndola en tres periodos: Inicios, Alta Edad Media y Baja Edad Media. Durante los inicios después de la caída del Imperio Romano, Europa experimentó una fragmentación política y el surgimiento del feudalismo. En la Alta Edad Media hubo un resurgimiento cultural e intelectual junto con el crecimiento del poder papal. La Baja Edad Media estuvo marcada por conflictos y el surgimiento de los estados-nación.
El documento describe el origen y evolución del teatro medieval en Europa occidental desde la caída del Imperio Romano hasta el Renacimiento. En la Edad Media, el teatro surgió vinculado al culto religioso cristiano, representando episodios bíblicos con fines didácticos. Las primeras obras fueron tropos, misterios y milagros realizados en latín dentro de las iglesias. Posteriormente surgieron juegos más complejos que se extendieron por Europa con nuevos temas religiosos.
Este documento presenta una lección sobre la Edad Media y el cristianismo en Europa. Explica que la Edad Media no fue un paréntesis sino un período que moldeó la cultura europea. Aborda temas como el cristianismo, el Imperio Carolingio, el Sacro Imperio Romano Germánico, el feudalismo, las cruzadas e interacción con el Islam. El objetivo es comprender cómo el cristianismo moldeó la identidad cultural de Europa durante la Edad Media.
REPÚBLICA DE CHILE - FALLO TRIBUNAL CONSTITUCIONAL _Sentencia Rol 15.368-24 C...Baker Publishing Company
CONSTITUCIONALIDAD DEL PROYECTO DE LEY
QUE ESTATUYE MEDIDAS PARA PREVENIR, SANCIONAR Y
ERRADICAR LA VIOLENCIA EN CONTRA DE LAS MUJERES, EN
RAZÓN DE SU GÉNERO, CONTENIDO EN EL
BOLETÍN N° 11.077-07
Protección patrimonial. Personas con discapacidad..pdfJosé María
El objeto de la Ley 41/2003, de 18 de noviembre, de protección patrimonial de las personas con discapacidades es favorecer la aportación a título gratuito de bienes y derechos al patrimonio de las personas con discapacidad y establecer mecanismos adecuados para garantizar la afección de tales bienes y derechos, así como de los frutos, productos y rendimientos de éstos, a la satisfacción de las necesidades
vitales de sus titulares. Tales bienes y derechos constituirán el patrimonio especialmente protegido de las personas con discapacidad.
Tarea de Derecho Laboral I. diseñada para estudiantes de derecho laboral I de...edwin70
Tarea de Derecho Laboral I. diseñada para estudiantes de derecho laboral I de la facultad multidisciplinaria de la universidad de Es Salvador, con el fin que puedan mostrar sus habilidades y destrezas para analizar y sintetizar cada uno de estos convenios
1. H1D 31 (2004)
APUNTES PARA UN MANUAL DE HISTORIA DE
LA IGLESIA MEDIEVAL, SIGLOS V AL XV
JOSÉ SÁNCHEZ HERRERO
Universidad de Sevilla
INTRÓDUCCIÓN
Debía ser el curso 1984-1985 cuando comencé una especie de cruzada para
que entre los programas del área de Historia de la Facultad de Geografía e Historia
de la Universidad de Sevilla se introdujera una asignatura de Historia de la Iglesia
Medieval, siglos V al XV. Algunos de mis colegas me criticaron dura y negativamente:
aquello sería un Catecismo, se practicaría el proselitismo cristiano-católico entre
los alumnos, el profesor era un vaticanista y otras lindezas; pero otros me apoyaron,
el entonces ya director del Departamento de Historia Medieval y Ciencias y Técnicas
Historiográficas, don Manuel González, catedrático de Historia Medieval, estuvo
entre éstos últimos y su apoyo fue el más importante. Hoy, al escribir con gusto unas
líneas en su homenaje por los veinte años de paz y de buena convivencia bajo su
dirección en el Departamento, me ha parecido justo dedicarle estas pequeñas reflexio-
nes sobre una materia que desde aquel ya lejano curso he venido explicando.
Quede claro desde la primera línea que no me siento, en razón del contenido
de mis estudios, historiador de segunda clase, ni historiador que se preocupe de aspec-
tos de la Historia menos interesantes que cualquiera de los otros. En un libro reciente
Jacques Le Goff afirma:
"No obstante, no desearía que se creyera que (la lectura) de Ivanhoe fue el único desenca-
denante de mi entrada en la Edad Media. Por entonces, este período formaba parte del
programa de la educación secundaria. En clase pude disfrutar de un profesor excepcional:
Henri Michel. Aunque no era medievalista, sabía relatar, sabía suscitar el interés de los
alumnos y tratar los temas más delicados de una manera imparcial; no se limitaba a
describir, se dedicaba a explicar. Aunque era militante socialista y agnóstico, Henri Michel
hablaba muy bien de la Iglesia, lo que no dejó de seducirme, pues yo era un niño católico
practicante, como deseaba mi madre, mientras que mi padre, por su parte, era anticlerical,
incluso antirreligioso.
De entrada, Henri Michel había puesto las cartas boca arriba: "En la Edad Media,
la Iglesia lo domina todo". Mi devoción de entonces—relativa, ciertamente, pero sincera—
quedó seducida. Me conmovió que un laico tratara el tema con competencia y respeto".
1. J. LE GOFF, En busca de la Edad Media. Barcelona, 2003, 20.
HID 31 (2004) 645-658
2. 646 JOSÉ SÁNCHEZ HERRERO
1. PRELIMINARES
a. La Edad Media y sus épocas
Toda división de la Historia en épocas y su titulación es una operación conven-
cional que los historiadores han venido realizando como medio para poder estudiar
y comprender el devenir humano.
Hoy en día, al menos entre los historiadores occidentales, la Historia comúnmente
se divide,, tanto a nivel mundial y más concretamente a nivel europeo, en Antigua,
Media, Moderna y Contemporánea. La Iglesia y su sucederse, que no se realiza en
un mundo ni en un plano distinto de este mundo nuestro, se halla, desde su fundación
a nuestros días, fuertemente implicada y condicionada por el tiempo histórico. Por
ello, se pueden dividir sus etapas en las mismas que dividimos la Historia mundial
o, al menos, la europea, esto es: Antigua, Media, Moderna y Contemporánea.
La Historia Medieval, época media o situada en medio o valorada medianamente
entre o en relación con la Antigüedad y los Tiempos Modernos, sin querer entrar
en más discusiones y tomando la opinión más común, comprende del siglo Val XV,
ambos incluidos, desde la desaparición de los emperadores romanos de Occidente
(476) hasta la toma de Constantinopla por los Turcos (1453) o desde la época de las
grandes migraciones hacia el Sur y el Oeste de los pueblos del Centro y Norte de
Europa durante los siglos V y VI hasta la eclosión del Humanismo y del Renacimiento, -
durante los siglos XIV y XV, siempre fechas convencionales que se pueden alargar
o acortar al gusto del consumidor. La Edad Media se forma por la convergencia de
tres corrientes principales: la civilización greco-romana, las tradiciones de los pueblos
germánicos y el cristianismo. También la Historia de la Iglesia en la Edad Medía
la extendemos del siglo V al XV, apoyados, prácticamente, en las mismas razones
que hemos anotado para la Historia Universal.
La historia de la Iglesia Antigua, desde su fundación a Constantino el Grande
(287-337), realiza un proceso creciente de unificación que tiene como resultado el naci-
miento de la Iglesia Imperial. En la Iglesia Occidental este proceso estuvo acompañado
por el incremento de la autoridad de la cristiandad romana y de su obispo, el Papa.
La actividad de aquella Iglesia Imperial se vio interrumpida por la invasión
de los pueblos germanos (o bárbaros). Tras la caída del Imperio Romano de Occidente,
la Iglesia no se enfrentó con una nueva estructura, sino con toda una serie de estados
germánicos separados entre sí y autónomos, de extensión inestable y de insegura
cohesión interna, que eran arrianos o paganos. Todo ello ocurría a partir del 405-406,
por eso colocamos en estas fechas el Nacimiento de la Edad Media en la Historia
de la Iglesia.
El desarrollo de la Edad Medía se suele establecer en tres tiempos: Alta (V-X),
Plena (XI-XIII) y Baja Edad Media (XIV-XV). El primer tiempo normalmente se
divide en dos grandes épocas: Las primeras invasiones y los primeros reinos germano-
romanos (V-VIII), y el Imperio Carolingio y las segundas invasiones (IX-X). Con
lo cual tenemos, en verdad, cuatro grandes épocas.
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3. Apuntes para un manual de historia de la Iglesia medieval, siglos Val XV 647
La primera época es el tiempo de la penetración de la Iglesia en los nuevos
pueblos germánicos o de la conversión de dichos pueblos, conversión que fue, sobre
todo, la obra de los monjes y de los obispos, realizada sin una perfecta planificación
pensada, por ejemplo, por los obispos de Roma. El insuficiente conocimiento de las
necesidades de las Iglesia y las posibilidades de los lejanos pueblos germánicos se
lo impedía, Iglesia Monástica e Iglesia Episcopal.
La segunda época comienza con una afirmación del papado como centro religioso,
cultural y, hasta, político de la Europa cristiana. El Papa, guardián de la Iglesia
Occidental, concierta la alianza con los francos, la mayor potencia secular de Occidente.
Se puede subdividir en tres períodos: 1) La creación de un estado para el Papa, que
duraría hasta 1870. Después de la fundación teológico e ideológica de un Estado
de la Iglesia, ahora se establece su fundación económica y política, estrechamente
ligada la Iglesia al nuevo Imperio Carolingio; al mismo tiempo que una peligrosa
ecuación cristiano = católico = romano surge en Occidente. 2) El saeculum obscurum,
especialmente del pontificado, finales del siglo IX hasta finales del X. En la historia
de cada papado se pueden leer muchas páginas sobre intrigas y luchas, homicidios
y violencias de papas y antipapas. Pero no fue tan oscuro para la Iglesia, como normal-
mente nos lo han presentado, pues se fundó Cluny, en Lorena surgieron núcleos refor-
mados y reformadores y los reyes se contaron entre los santos. 3) El período de los
Otones. Se acepta el "dualismo" de gobierno en la Iglesia: Papa "Sacerdotium" y
Emperador, "Sacro Imperio". En la lucha entre los dos poderes, predominó casi siempre
el imperial. De una Iglesia Episcopal a una Iglesia Papal.
A lo largo de esta segunda época se producen dos graves rupturas. A partir del 622
una nueva religión, cultura, fuerza se hace presente en Oriente, el Norte de África y
España: El Islam. Desde el siglo V, pero con más fuerza desde el VIII y definitivamente
a mediados del siglo XI, aunque el pueblo no se enterara hasta 1204, cuarta cruzada, se
consuma la ruptura entre las iglesias de Contantinopla y Roma, Oriental y Occidental.
La tercera época es, en verdad, la de la afirmación del papado como centro
religioso, cultural y político de la Europa Occidental, la llegada de la Iglesia Papal.
El papado, con la reforma de Cluny y de Gregorio VII, pasa a primer plano y reivindica
en demasía sus pretensiones de libertad y de primacía. La así llamada reforma grego-
riana no fue solamente una reforma moral del clero que llevó al papado a conquistar
su libertad y, luego, a liberar a toda la Iglesia de la tutela de los poderes temporales. Lo
que se modifica es el orden del mundo: la jerarquía absoluta del Papa de Gregorio VII
(1073-1085) a Inocencio III (1197-1216) y, con el mundo, el pensamiento con la
aparición de la Escolástica, desde Pedro Abelardo (1079-1142) a santo Tomás de
Aquino (1225-1274), la piedad y la sensibilidad cristiana, con san Odilón de Cluny
(c.962-1049) y san Bernardo de Claraval (1090-1153). Esta evolución se caracteriza
por una progresiva clericalización de la Iglesia y por la correspondiente y fatal represión
del elemento seglar.
La cuarta época. A la edad de oro de la cristiandad medieval (siglo XIII) sigue
una época atormentada que ve enfrentarse los nacionalismos y romperse la unidad de
la cristiandad, primero en su jerarquía (1378-1417) y, después, en sus creencias
(siglo XVI). Al mismo tiempo se inicia un proceso de desacralización del Sacro
Imperio y de su dignidad imperial. A estos hechos contribuyeron las luchas de los
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4. 648 JOSÉ SÁNCHEZ HERRERO
príncipes cristianos entre sí y con el Papa, la aparición, entre otras obras, del Defensor
Pacis de Marsilio de Padua (1324) la primera teoría no clerical del Estado, la desa-
cralización de la cultura y la decadencia moral del papado más preocupado de la poli-
tica, de la riqueza y del arte que de la religión. Pero una nueva religiosidad profun-
damente cristiana, que prestigia a los laicos, nacida a comienzos del siglo XIII con
san Francisco de Asís (1182-1226) se extiende vertiginosamente. En el siglo XIV
una espiritualidad intimista y cristiana se difunde en Europa desde los Países Bajos.
Y hasta el Renacimiento se desarrolla dentro del cuadro social del cristianismo, puesto
que no sólo los grandes predicadores de la penitencia como san Bernardino de Siena
(1380-1444), fray Girolamo Savonarola (Florencia) (1452-1498), sino también los
grandes humanistas: Nicolás de Cusa (1401-164), Marsilio Ficino (1433-1499), Erasmo
de Rótterdam (c.1469-1536)y Tomás Moro (1478-1535) estaban dispuestos a una
renovatio Christianismi.
b. El escenario
La historia de la Iglesia en la Edad Media, comparada con la de la Antigüedad,
tiene una dimensión espacial distinta. El escenario de la historia de la Iglesia es, por
una parte, más reducido, y, por otra, más ancho que en los siglos cristianos precedentes.
En primer lugar, el retroceso del Imperio Romano redujo, también, la zona
alcanzada por el mensaje cristiano, por ejemplo: el Norte de las Galias y las Islas
Británicas. Esta pérdida se vio compensada, más tarde, con una conquista. La verdadera
ampliación del escenario de la historia de la Iglesia se logró con la cristianización
de los pueblos germánicos de Europa central y Escandinava, y de los pueblos eslavos
de los Balcanes, de Rusia, de Polonia y de Hungría.
En segundo lugar, el escenario estuvo limitado a Europa. El auténtico escenario
donde se desarrolla la historia eclesiástica medieval fue Occidente. Esta circunscripción
fue promovida primero por el Islam (desde el siglo VII) y, segundo, por la separación
de la Iglesia oriental (Bizancio, Balcanes, Rusia) desde el siglo XI.
1)Desde el punto de vista de la historia de la Iglesia, Mahoma (574-632, primera
aparición en el 611) vino a ser un huracán aniquilador que logró se perdieran para
la Iglesia las provincias cristianas más antiguas y (junto con Roma) más independientes
desde el punto de vista eclesiástico: Siria, Palestina, Egipto y el norte de África. En
el 711 cayó el reino cristiano visigodo de España. En el 732 el Islam fue detenido
en Poitiers.
2)Sobre la separación de la Iglesia de Oriente, debemos advertir lo siguiente:
a) Las Iglesias de Oriente tuvieron desde muy pronto una gran independen-
cia, de acuerdo con la mayor independencia general de las iglesias en los primitivos
tiempos del Cristianismo. Especialmente por su fundación apostólica gozaban de
ciertos derechos particulares. A pesar de mantenerse la comunidad de fe entre Oriente
y Occidente, las culturas de ambas mitades del imperio fueron viviendo distanciadas.
Este crecimiento por separado tuvo como fundamento:
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5. Apuntes para un manual de historia de la Iglesia medieval, siglos V al XV 649
A)Político: la rivalidad entre la nueva y la vieja Roma, entre el joven patriarca
de Constantinopla y el obispo de Roma dio lugar a que tal situación penetrara en
todo el mundo eclesiástico. Cada ámbito eclesiástico se fue diferenciando conforme
al modo como en cada uno de ellos se resolvía el problema central de la historia
eclesiástica medieval: las relaciones entre el sacerdocio y el imperio: en Oriente se
produjo una mezcla confusa de ambas esferas; en Occidente se mantuvieron unas
relaciones muy tensas entre las mismas.
Las iglesias de Oriente conservaron una independencia eclesiástica, que se vio
limitada en grado sumo por el emperador; en efecto, en el emperador, el "rey-sacer-
dote", reconocían al único representante de Dios, que ejerce autoridad también sobre
la Iglesia, aunque sus asuntos internos quedan reservados a la Jerarquía.
Esta mezcla inicial, progresivamente consumada, de ambas esferas tuvo tam-
bién su correspondencia en Occidente. Pero la relación estuvo aquí, desde el principio,
claramente caracterizada por la distinción de dos órdenes radicalmente indepen-
dientes. Teóricamente ambos debían estar subordinados a una unidad superior. Pero
por ambas partes, tanto por la eclesiástica como por la temporal, ni se realizó por
completo la distinción, ni se entendió suficientemente la unidad. Lo que a lo largo
de los siglos encontramos fue, más bien, todo tipo de intromisiones recíprocas y el
intento de someter al rival. En estas tensiones, oscuras por muchos conceptos, radica
la lucha existente entre sacerdotium et imperium, el Papado y el Imperio, que domina
la Edad Media Occidental.
B)Eclesiástico: al acentuarse, en Occidente, la autoridad propia de la Jerarquía
Eclesiástica, su carácter ministerial cobró mayor fuerza.
La autoridad ministerial del Papa reclamó para sí, en exclusiva, el poder
religioso, con determinados derechos anejos, que anteriormente estaban
reservados al emperador.
Esta actitud radical agudizó la rivalidad de los patriarcas orientales con el
obispo de Roma. Conscientes de la fundación apostólica de sus respectivas
iglesias, consideraron una innovación las pretensiones de los papas. Sin
embargo, aparte de la poca antigüedad de la sede episcopal de Constantino-
pla, no tuvieron en cuenta que su propia idea de unidad, basada enteramente
en el emperador y el imperio, no era en absoluto de origen apostólico.
Todo ello tuvo como consecuencia la separación de ambas iglesias Oriental
y Occidental de 1054 a nuestros días.
b) A pesar, primero, de la independencia y, después, de la separación, la iglesia
de Oriente influyó en la de Occidente, especialmente con anterioridad a la ruptura.
La influencia no sólo fue importante, sino decisiva y fundamental, en las decisiones
dogmáticas de los grandes concilios. La influencia fue también muy grande en el
monacato. En su conjunto no es sólo un regalo de Oriente a la Iglesia, sino que el
monacato occidental, incluso en sus reformas, siempre se ha remitido a sus orígenes
greco-orientales. Juan Casiano (c.360-435) y, en general, el monacato anterior a San
Benito (c.480-c.550); también el monacato irlandés, acusó una fuerte influencia
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6. 650 JOSÉ SÁNCHEZ HERRERO
oriental. En la teología monástica es notoria la pervivencia de los Padres griegos.
Como figura individual más destacada hay que mencionar a Juan Escoto Eriúgena
(c.810-c.877), él fue el traductor del Pseudo-Dionisio. Precisamente en este caso se
demuestra la profunda influencia de la teología griega en la occidental; Dionisio
Areopagita llegó a ser para Santo Tomás una autoridad poco menos que absoluta.
El influjo de Oriente en Occidente se acrecentó con las Cruzadas; de manera especial
con la recepción de las obras de los filósofos griegos, Aristóteles a la cabeza, realizada
a través de España y Sicilia, como también con la irrupción de ciertas ideas religiosas
"sincretistas", como el movimiento "cátaro".
2. LA IGLESIA Y SU DESARROLLO HISTÓRICO
Antes de hablar de la Iglesia Antigua, Medieval o Moderna tendríamos que
haber hablado de la Iglesia y su desarrollo en este mundo nuestro. He preferido incluir
estas primeras páginas que desbrocen un poco el terreno, para pasar a una breve
definición de Iglesia, de las formas de su desarrollo y de la posibilidad y modo de
su conocimiento.
La Iglesia Cristiana y su historia se pueden estudiar desde el punto de vista del
filósofo, del hermeneuta, del creyente, del teólogo, del apologeta. El punto de vista
y el oficio del historiador es siempre estudiar las sociedades terrenas, el oficio del
historiador de la Iglesia es para mí estudiar la Iglesia en cuanto sociedad terrena.
Definir la Iglesia y estudiar el desarrollo de la misma y de la vida cristiana es
una tarea muy compleja. Si cualquier hecho, cualquier sociedad humana, es difícil
de estudiar por su complejidad y la multiplicidad de causas que lo originan, mucho
más la Iglesia que, siendo humana, está constantemente mezclada, de manera real
y objetiva, o de modo solamente aparente —los hombres ponemos muchas veces como
fachada de nuestros intereses humanos a Dios—, o únicamente en la fe y creencia de
los creyentes cristianos con lo divino.
Los miembros de esa comunidad que es la Iglesia cristiano-católica se tienen
por cristianos o seguidores de Jesús de Nazaret, y creen que ese hombre histórico,
Jesús de Nazaret; al mismo tiempo que hombre, era Dios, el hijo de Dios, y su mensaje
y su obra: la Iglesia, divinos.
Comencemos por estas últimas afirmaciones. Si Jesús es el Hijo de Dios, su men-
saje y su obra son divinos. La notas o cualidades fundamentales de esa Iglesia o de esa
comunidad de seguidores de Jesús de Nazaret son, según la tradición constante de la
Iglesia desde el símbolo de la fe proclamado en los Concilios de Nicea (325) y de
Constantinopla 1(381), cuatro: Una, Santa, Católica y Apostólica. Una, unidad de fe,
unidad de culto, unidad de gobierno en el claro deseo de Jesús: "Tengo otras ovejas que
no son de este recinto; también a ésas tengo que conducirlas; escucharán mi voz y
se hará un solo rebaño con un solo pastor" (Jn. 10,16); "Padre Santo, protege tú mismo
a los que me has confiado, para que sean uno como lo somos nosotros... No te pido
sólo por éstos, te pido también por los que van a creer en mí mediante su mensaje:
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7. Apuntes para un manual de historia de la Iglesia medieval, siglos V al XV 651
que sean todos uno, como tú, Padre, estás conmigo y yo contigo; que también ellos
estén con nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste" (Jn. lib. 16, 20-21).
Santa, es decir, si Jesús es el Hijo de Dios, su obra, lo realizado por Él, lógica-
mente será santo. Esta es la nota más difícil de entender. Jesús afirma: "El Padre mismo
os quiere, porque vosotros ya me queréis y ya creéis que yo salí de junto a Dios; salí
de junto al Padre y vine a estar en el mundo, ahora dejo el mundo y me vuelvo con el
Padre" (Jn. 16, 27-28). San Pablo admite la conveniencia de que existan herejías:
"Primun quidem convenientibus vobis in Ecclesiam, audio cisuras esse inter vos, et
ex parte credo. Nam oportet et haereses esse, ut et qui probati sunt, manifesti fiant
in vobis" (I Cro. 11,18-19).
El teólogo Francis A. Sullivan S.J., en una obra reciente, creo que expone con
claridad y sencillez esta cuestión difícil y controvertida:
"¿Es la Iglesia imperfectamente santa también una Iglesia pecadora?"
Volvamos a señalar que la afirmación sobre la santidad de la Iglesia que indica
que es "genuina aunque imperfecta" aparece en la discusión del Concilio Vaticano II
sobre la "naturaleza escatológica de la iglesia peregrina". Debería estar claro ahora por
qué decimos que la santidad genuina de la Iglesia es consecuencia de su naturaleza
escatológica: esto es, consecuencia de la definitiva victoria de Cristo sobre el pecado,
que comparte con su Iglesia. Por otro lado el hecho de que su santidad sea imperfecta
es consecuencia de ser una "Iglesia peregrina", que todavía tiene que luchar para
permanecer en el buen camino de su verdadero hogar.
Una y otra vez en el curso de la historia, los cristianos han cometido el error de
atribuir a la Iglesia en este mundo cualidades que sólo tendrá en el futuro reino de Dios.
Por ejemplo, en la época de San Agustín, los donatistas creían que la santidad de la Iglesia
exigía que ningún pecador perteneciera a ella. San Agustín contestó comentando varias
parábolas del Señor, como la que trata sobre la cizaña sembrada entre el trigo y la red
que cogía peces buenos y malos. En ambos casos la finalidad era que la separación del
bien y del mal llegaba sólo en el juicio final; hasta entonces la Iglesia estaría formada
por santos y pecadores. Fiel a estas enseñanzas del Señor, el magisterio ha rechazado
enérgicamente las teorías que podrían limitar la pertenencia a la Iglesia a los predestinados
a la vida eterna 2, o a los que se encuentran en estado de gracia 3.
A veces se ha invocado un pasaje de la carta a los Efesios para probar que la Iglesia
no puede tolerar la presencia de pecadores entre sus miembros: "Cristo amó a la Iglesia
y dio su vida por ella, para santificarla, purificándola mediante el bario de agua en virtud
de la palabra y presentársela resplandeciente a sí mismo, sin que tenga mancha ni arruga
ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada" (Ef. 5, 25-27). La respuesta de san
Agustín fue que la Iglesia "sin mancha o arruga" no es la Iglesia como es ahora, sino
como será en el reino de Dios. El concilio Vaticano II refleja esta interpretación cuando,
hablando de la Santísima Virgen María como ejemplo de la Iglesia, dice: "En la Santísima
Virgen la Iglesia ya ha alcanzado esa perfección, por lo cual ella existe sin mancha ni
2. Ver las proposiciones de Jan Hus, condenadas por el Concilio de Constanza y por el Papa Martín V
en 1418: E. DENZINGER, El Magisterio de la Iglesia. Barcelona, 1963, 627-656. •
3. Ver las proposiciones de Pascasio Quesnel, condenadas por el Papa Clemente XI (1700-1721):
E. DENZINGER, El Magisterio de la Iglesia, ob. cit., 1351-1451.
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8. 652 JOSÉ SÁNCHEZ HERRERO
arruga" (Lumen Gentium 65). En otros pasajes, el concilio reconoce explícitamente que
la Iglesia en su estado peregrino no está "sin mancha ni arruga". Aquí se muestran algunos
de los textos donde se observa:
"Aunque Cristo, "santo, inocente, inmaculado" (Hebr. 7,26) no conocía el pecado
(2 Cor. 5,21), sino que vino a expiar sólo los pecados del pueblo (cfr. Hebr. 2,17),
la Iglesia, abrazando a los pecadores en su seno, es santa y al mismo tiempo necesita
siempre ser purificada, e incesantemente sigue la senda de la penitencia y la
renovación" (Lumen Gentium 8).
Cristo llama a la Iglesia, mientras ella sigue su camino peregrino, a esa continua
reforma que siempre necesita, puesto que es una institución de hombres aquí en la tierra
(Unitatis Redintegratio 6).
El reconocimiento explícito del concilio de que la Iglesia necesita ser purificada,
renovada y reformada muestra que no quiere que pensamos en la Iglesia como en algo
que permanece perfectamente puro e inmaculado por los pecados cometidos por sus
miembros. El realismo con que admite el concilio que la propia Iglesia, y no sólo alguno
de sus miembros, necesita purificación y reforma es consecuencia del nuevo énfasis
que pone el concilio en la naturaleza de la Iglesia como "pueblo peregrino de Dios".
Centrándonos también de forma unilateral en la idea de la Iglesia como cuerpo místico
de Cristo, uno podría tratar de identificar la Iglesia tan próxima a Cristo como para
atribuirle la impecabilidad que es propia de su cabeza. Subrayar la naturaleza de la Iglesia
como "pueblo peregrino" pone de manifiesto el hecho de que la Iglesia está formada
por personas reales, que a través de su peregrinación en la tierra tienen que luchar contra
la tentación y la debilidad de la carne.
Hemos insistido en que para que la Iglesia sea indefectiblemente santa debe tener
siempre miembros santos. De una manera realista, tenemos que decir que siempre tendrá
otros miembros que vivan en estado de pecado mortal sin arrepentimiento. En otro sentido,
todos los miembros de la Iglesia son pecadores, ya que nadie puede evitar todos los
pecados veniales, el tipo de pecado por el que debemos pedir perdón diariamente.
Teniendo esto en cuenta, podemos describir la Iglesia tanto como pueblo santo y como
pueblo pecador, no sólo porque algunos son santos y otros pecadores, sino porque incluso
los santos también son pecadores" 4
Esta Iglesia, pues, objeto de fe o de creencia, esta compuesta de hombres y
mujeres, se realiza aquí, en este mundo en que vivimos, por lo que, inclusive desde
el mismo punto de vista de la creencia, no se puede admitir que todos en la Iglesia
sean santos, más bien todos sus miembros son pecadores o posibles pecadores.
Católica o universal, pues Jesús afirmó: "Se me ha dado plena autoridad en el
cielo yen la tierra. Id y haced discípulos de todas las naciones" (Mt. 28, 18; Mr. 16,15).
Apostólica: porque Jesús: "Y llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad
sobre los espíritus inmundos para expulsarlos y curar todo achaque y enfermedad.
Los nombres de los doce apóstoles son éstos" (Mt. 10, 1-2; Mr. 6b-7; Lc. 9,1).
4. F. A. SULLIVAN S.J., La Iglesia en la que creemos. Bilbao, 1995, 95-97.
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9. Apuntes para un manual de historia de la Iglesia medieval, siglos V al XV 653
A ellas se ha de añadir la perennidad e inmutabilidad y la visibilidad. Pérenidad
e inmutabilidad, porque la Iglesia ha recibido de su fundador, Jesús de Nazaret,
hombre-Dios, la promesa de su duración indefectible, hasta el fin del mundo: "Ahora
te digo yo: Tú eres Piedra, y sobre esta roca voy a edificar mi Iglesia, y el poder de
la muerte no la derrotará" (Mt. 16, 18). Finalmente, la Iglesia fundada por Jesucristo
es esencialmente y necesariamente visible, de modo que en todo tiempo y por todos
pueda ser fácilmente y seguramente reconocida como la verdadera Iglesia de Cristo
y distinta de las pseudo-Iglesias: "En esto conocerán que sois discípulos míos, en
que os amáis unos a otros" (Jn. 13, 35).
Desde el punto de vista del creyente se han dado diferentes definiciones de la
Iglesia, la del Catecismo Romano de san Pío V (1566-572) que pone de manifiesto
el aspecto interior y espiritual de la Iglesia.
"La Iglesia es la unión de todos aquéllos que por medio de la fe han sido llamados a
la luz de la verdad y al conocimiento de Dios a fin de que, abandonadas las tinieblas
de la ignorancia y del error, adoren al Dios vivo y verdadero con pía y santa mente y
lo sirvan con todo el corazón; o también, por servirse de una expresión concisa de san
Agustín: "como el pueblo de los creyentes esparcido sobre toda la tierra" 5;
la de san Roberto Belannino (1542-1621) que se fija, más bien, en el aspecto externo,
jurídico:
"La Iglesia es la sociedad de todos los creyentes unidos por la profesión de un misma
fe y por la participación en los mismos Sacramentos, bajo la autoridad de los Pastores
Legítimos y especialmente del Romano Pontífice, Vicario de Jesucristo sobre la Tierra" 6;
la de Pío XII (1939-1958) definiéndola como Cuerpo Místico de Cristo; la del Concilio
Vaticano 11(1962-1965) presentándola como Pueblo de Dios, que recoge y completa
el Catecismo de la Iglesia Católica (números 751-757) (1992). Pero todo este conjunto
es dogma, es proposición que el cristiano debe creer.
Mi punto de vista no puede ser otro que el del historiador y desde esta perspectiva
histórica de lo que la Iglesia Cristiana Católica ha resultado ser a lo largo de la Historia
y especialmente durante los denominados siglos medievales, la Iglesia es la comunidad,
el conjunto de hombres y mujeres que siguen la persona y la doctrina de un hombre
histórico, Jesús de Nazaret. Esta comunidad de hombres y mujeres, a lo largo del tiem-
po, ha definido sus principios, dogmas o creencias y sus fines a conseguir, ha estable-
cido y definido unos actos o funciones litúrgicas, se ha organizado interiormente y se
5. "Communi yero deinde sacrarum scripturarum consuetudine haec vox ad rempublicam christianam
fideliumque tanturn congregationes significandas usurpata est, qui scilicet ad lucem veritatis et Dei notitiam
per fidem vocati sunt, ut rejectis ignorantiae et errorum tenebris, Deum verum et vivum pie et sante colant,
illique ex toto corde inserviant: atque ut unico verbo haec res tota absolvatur, Ecclesia, ut ait sanctus
Augustinus, est populus fidelis per universam orben dispersus". Catechismus Romanus ad Parochos ex
Decreto Sacr. Concilii Tridentini. Matriti, MDCCCXVI, 73.
6. R. BELARMINO, De Ecclesia militanti, 2.
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10. 654 JOSÉ SÁNCHEZ HERRERO
ha dotado de unos órganos de poder, de unos medios asistenciales, de unas instituciones
culturales y, durante los siglos medievales (lo que al medievalista más le interesa)
llegó a constituirse y funcionar como un estado político soberano: Los Estados Ponti-
ficios, del que era jefe espiritual y temporal, Papa y Soberano, el Obispo de Roma.
Ante la Iglesia y su desarrollo histórico se han producido dos posturas encon-
tradas. La Iglesia admirada. La Iglesia Santa. No cabe otra postura que la admiración
ante esta institución y obra de santidad, y tratar de olvidar y callar todo aquello no
tan santo que encontramos en la Iglesia. Sirva de ejemplo una cita del famoso histo-
riador y político inglés Thomas B. Macaulay (1800-1859):
"No hay ni ha habido nunca sobre la tierra una obra de prudencia política que sea tan
digna de nuestro estudio como la Iglesia católica, romana. La historia de esta Iglesia
enlaza entre sí las dos grandes edades de la civilización humana. No se mantiene en
pie ninguna otra institución que pueda retrotraer el espíritu a los tiempos que vieron
subir del panteón el humo de los sacrificios y saltar en el anfiteatro de Vespasiano los
tigres y leopardos. Comparadas con la línea de los papas, las más soberbias casas reales
son de ayer. Esta línea puede remontarse del Papa que en el siglo XIX coronó a Napoleón
hasta el que ungió en el siglo VIII a Pipino. La república de Venecia le seguía en anti-
güedad, pero comparada con Roma ha de llamarse moderna y, por lo demás, ha desapa-
recido, mientras el papado continúa viviendo. El papado existe aún y no en decadencia,
no como mera antigualla, sino con plenitud de vida y juvenil energía. Aún hoy día envía
la Iglesia católica hasta los más remotos confines del mundo a heraldos de la fe, tan celosos
como los que desembarcaron antaño en Kent con Agustín y todavía se enfrentan los
papas con gobernantes hostiles con el mismo valor con que León I se enfrentó con Atila.
No se columbra indicio alguno de que su largo señorío toque a su fin. La Iglesia de Roma
ha visto el comienzo de todos los gobiernos e iglesias, que hay actualmente en el mundo
y no podemos garantizar que no haya de presenciar también su fin y su término. Ella
era grande y estimada, antes de que los sajones pusieran pie a tierra en Inglaterra, antes
de que los francos atravesaran el Rin, cuando en Antioquía florecía aún la elocuencia
griega y en la Meca se adoraban aún ídolos. Y puede durar intacta en su vigor, aún en
el día en que un viajero de Nueva Zelanda, en medio de una desolación inmensa, se
apoyara en un pilar destrozado del puente de Londres para dibujar las ruinas de la Iglesia
de San Pablo" 7.
Sin llegar a tales extremos el teólogo católico Hans Küng afirma:
"No cabe duda de que la historia de la iglesia católica es un historia de éxitos: la iglesia
católica es la más antigua, numéricamente la más fuerte y seguramente también la
representante más poderosa del cristianismo. Existe gran admiración por la vitalidad
de esta iglesia doblemente milenaria; por su organización, que ya es global antes de
que se hablara de "globalización", y por su efectividad a nivel local; por su estricta
jerarquía y por la solidez de sus dogmas; por su culto, rico en tradición y luminoso en
su esplendor; por sus indiscutibles logros culturales en la construcción y la formación
7. Th. B. MACAULAY Cit. en K. ADAMS, La esencia del cristianismo. Barcelona 1950.
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de occidente. Los historiadores y filósofos de la iglesia más optimistas e idealistas creen
que pueden advertir un crecimiento orgánico en su historia, su doctrina, su constitución,
sus leyes, su liturgia, su piedad. Defienden que la iglesia católica es como un viejo árbol
gigantesco, que mientras sigue dando frutos podridos y albergando ramas muertas todavía
puede entenderse como en proceso de permanente desarrollo, desplegándose para acercarse
a la perfección. Aquí la historia de la iglesia católica se define como un proceso orgánico
de maduración y propagación" 8.
Pero, también, existen opiniones situadas en el otro extremo. Autores hay, espe-
cialmente en nuestros días, que pretenden hacer una historia de la maldad identificada
con la historia del cristianismo. Los historiadores de la Iglesia más críticos y antago-
nistas son de la opinión de que en los dos mil años de historia de la Iglesia no puede
detectarse ningún proceso orgánico de maduración, sino algo más parecido a una
"historia criminal". Un autor, católico en tiempo, Karlheinz Deschner, ha dedicado
su vida, y por ahora nueve volúmenes a esa historia. En ella describe todas las formas
posibles de "delincuencia" en la política exterior de la Iglesia y en sus políticas relacio-
nadas con el comercio, las finanzas y la educación; la propagación de la ignorancia
y la superstición; la explotación sin miramientos de la moralidad sexual, las leyes
matrimoniales y la justicia penal. Y así sucesivamente durante cientos de páginas'.
Sin caer en ese extremo, es absolutamente cierto que la Iglesia real ha dado lugar
a tantas situaciones poco ejemplares que producen más el escándalo que la admiración.
Otro texto, en este caso de nuevo de Hans Küng, nos sitúa esta postura:
"¿Habrá que recordar a los admiradores de la prudencia, poder y prestaciones de la Iglesia,
de su esplendor, influjo y prestigio, habrá que recordar, decimos, las persecuciones de
judíos y las cruzadas, los procesos de herejes y quemas de brujas, el colonialismo y las
guerras de religión, las falsas condenaciones de hombres e ideas, sus múltiples fallos
en la cuestión de la esclavitud, en la cuestión social y su identificación con determinados
sistemas sociales, políticos y filosóficos? ¿Es que cabe cerrar los ojos, dentro de todo
ese esplendor de luz, a este mar de lo humano y demasiado humano, a toda la dureza,
miedo y estrechez, a toda la pereza, cobardía, mediocridad y falta de amor? Es más,
¿qué es todo lo que Macaulay y otros muchos han ensalzado frente a lo que deploraron
en el mismo siglo de Macaulay un Kierkegaard y Dostoyevski, y en nuestro siglo, por
ejemplo, Karl Barth, Carl Amery y Rolf Hochhuth? ¡Y cuanto no tienen que objetar
contra la Iglesia los científicos y los médicos, los psicólogos y sociólogos, los periodistas
y filósofos, los trabajadores e intelectuales, los católicos practicantes y los no practicantes,
los jóvenes y los viejos, los hombres y mujeres contra los malos sermones, contra la
liturgia entumecida, contra la piedad exterior, contra tradiciones sin meollo, contra una
dogmática autoritaria, de rígida corrección y extraña a la vida, contra una moral que
se pierde en la casuística, contra el oportunismo y la intolerancia, contra el leguleyismo
8. H. KONG, La Iglesia Católica. Barcelona, 2001, 16-17.
9. K. DESCHNER, Historia criminal del cristianismo. Nueve tomos. Siglo X: desde las grandes invasiones
normandas hasta la muerte de Otón II!. Tomo 9. Barcelona, 1998. Véase Opus diaboli. Catorce ensayos
irreconciliables sobre el trabajo en la viña del Señor. Zaragoza, 1990.
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y caciquismo de los funcionarios eclesiásticos de todos los grados, contra la ausencia
de hombres de espíritu creador en la Iglesia!" I°.
Desde mi postura de historiador que estudia e interpreta la realidad dada, consi-
dero que la Iglesia es la comunidad de los hombres y mujeres que creen en Jesucristo.
Comunidad de hombres, por tanto, también para ella nada de lo humano le es ajeno. Se
manifiesta, como todo lo humano, en uña línea zigzagueante en su caminar.
Siendo, pues, humana, todos los planos o niveles que podemos descubrir en
cualquier comunidad humana se dan en la Iglesia, todas las motivaciones e intereses
humanos caben dentro de la Iglesia: el sustrato o la apoyatura económica, porque la
Iglesia come, viste, viaja, etc., y, por ello, atesora; los grupos sociales que dentro de ella
se forman y muy en particular los de presión y poder; el poder, el mando; las realiza-
ciones culturales; y el mismo caminar creyente hacia Dios, tanto en el plano intelectual,
litúrgico, piadoso y benéfico, como en el del cumplimiento de la norma cristiana.
Todo ello lo podemos ver en tres perspectivas diferentes: la comunidad de
hombres que creen en Cristo, en sí misma, como algo cerrado y autónomo que marcha
en y desde sí misma, aunque esta perspectiva nunca se dio, nunca se dará y sería una
hipótesis absolutamente ficticia. La Iglesia y su proyectarse repetidamente sobre la
sociedad para impregnarla de vida cristiana, y, también, (¡ seamos sinceros!), para
dominarla en todo o en parte. Y a la inversa, la comunidad civil y cada uno de los
hombres que la integran intentando dominar y manejar a la Iglesia en su totalidad
o en pequeñas parcelas.
Pensando en esa Iglesia, tal y corno la hemos definido, y en la vida cristiana
debemos tener en cuenta dos grupos humanos. En primer lugar, la Jerarquía: el papa
y la sede pontificia; los obispos; los cabildos y el clero parroquial; los grandes abades
similares a los obispos, los frailes y otras congregaciones religiosas. Después, los
laicos o legos creyentes que forman también parte de la Iglesia. Los diferentes grupos
jerárquicos no son buenos o pertenecen a otra categoría de hombres impecables por
definición, o no se debe estudiar su vida privada por ser malo para el conocimiento
de la Iglesia santa, todo lo contrario. Es en su débil realidad humana —como en la
de un Niño pobre nacido en Belén o un Hombre ajusticiado en la Cruz— donde se
manifiesta y encontramos la expresión misteriosa de Dios.
Existen aún otros dos planos de máximo interés, dignos de tenerse en cuenta,
• que han presionado y que lo siguen haciendo: la Iglesia adquirida, definida: conceptual-
mente, los dogmas; culturalmente, las universidades, las escuelas, los autores, las
bibliotecas, etc.; políticamente, el estado político-eclesiástico; económicamente, los
bienes muebles e inmuebles propiedad de la Iglesia; y socialmente, la categoría, la
clase, el prestigio, el poder social adquirido. Y, por otro lado, la Iglesia peregrina,
que avanza, necesariamente cambiando en todos sus planos.
En el estudio de la historia de la Iglesia se impone el absoluto realismo, en toda
su extensión y en toda su complejidad, sin callar ni aminorar cualquier aspecto porque,
en principio, creemos que puede ser dañino su conocimiento para la misma Iglesia.
10. H. KONG, La Iglesia. Barcelona, 1968, 39-40.
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Todo lo contrario, los caminos de los hombres no son los caminos de Dios. La verdad
es la única que se impone, la verdad es la única que, si Dios existe, si Jesús es Dios,
puede venir deDios, no la mentira, la media verdad, la ocultación, "Vosotros, para
ser de verdad mis discípulos tenéis que ateneros a este mensaje mío; conoceréis la
verdad y la verdad os hará libres" (In. 8,32). Sólo sobre la verdad de la historia humana
de la Iglesia se podrá descubrir la verdadera intervención de Dios.
Todo lo que ha ocurrido en la Iglesia puede ser estudiado, entendido, explicado
por un historiador de tejas abajo, todo se explica. Pero tenemos que precavernos de
algunos errores e imposibilidades.
En primer lugar, existe un grave error: querer explicar el pasado por el presente.
Primero habrá que hacer un gran intento para comprender el pasado y cada una de
sus épocas, que no son la actual, y dentro de cada una de ellas tratar de explicar todos
los hechos en ella ocurridos.
En segundo lugar, la Historia está y no está en los documentos, está en el
historiador. Jacques Le Goff ha escrito:
"Para los historiadores "positivistas" del siglo XIX y de principios del siglo XX bastaba
con reunir esos documentos, hacer una crítica de los mismos desde el punto de vista
de la autenticidad (demostrar que no eran falsos; la historia de las falsificaciones constituye
una bella página de la historiografía) para que estuviera hecha toda la obra histórica".
Es un modo de hacer, de escribir historia ya pasado. El mismo Le Goff continua:
"Aprendí de mis maestros de los Annales que es el historiador quien crea el documento
y otorga a los indicios, a los vestigios, como diría Carlo Ginzburg, el estatus de fuente.
El cuestionario del historiador, las preguntas que se plantea (una parte esencial de su
oficio), constituye la base de la historiografía, de la Historia".
Y más adelante:
"Los Anales me enseñaron, de este modo, que la historia se deriva de una determinada
manera de plantear los problemas a los documentos y a los hechos. No tomamos nada
tal cual: planteamos preguntas a nuestras fuentes. En contrapartida, ellos nos obligan
a una vigilancia crítica del funcionamiento de nuestro propio espíritu" H.
Nadie podemos ya negar la cierta y perenne subjetividad de los estudios de Historia,
en el solo hecho de dividir las etapas, de seleccionar los temas, de anular algunos,
de dar preferencia a otros estamos dejando sobre nuestra investigación nuestro punto
particular de ver y enjuiciar la realidad dada.
En tercer lugar el viejo camino presentado por Hegel (1770-1831), por el que se
desarrolla la mente, las ideas y también la realidad: Tesis, antítesis, síntesis, sigue
estando en pie. Ya las preguntas que hicieron en el pasado unos autores a las fuentes
11. J. LE GOFF, En busca de la Edad Media, ob. cit. pp. 31-32 y 37
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o a los hechos y sacaron unas conclusiones, hoy, quizás por aquello de la novedad,
del exotismo o de querer completar la verdad con otras hipótesis, de lo que aquellos
dijeron negro, hoy decimos blanco. Me ha llamado mucho la atención que el mismo
Jacques Le Goff en su último libro sobre san Francisco de Asís se pregunte:
"San Francisco ¿medieval o moderno?".
El mismo autor constata que
"Los historiadores de finales de los siglos XIX y XX son unánimes al tratar la modernidad
de san Francisco, iniciador del Renacimiento y del mundo moderno".
Sin embargo, Le Goff contesta:
"Por el contrario, un examen más detallado ha demostrado que la mayoría de las corrientes
cuyo origen se ha querido ver en san Francisco tenían una fuente anterior a él. Si nos
fijamos en temas precisos, advertiremos que, entre los siglos XII y XIII, en los crucifijos
pintados se pasó de la figura de Cristo en gloria a la del Cristo del dolor, se produjo un
retroceso de la Virgen en Majestad frente a la Virgen Materna, la iconografía de los
santos tendía a apartarse de las figuras estereotipadas, con atributos simbólicos para
vincularse a la verdad de la biografía y los rasgos" 12.
Ayer los jóvenes se dejaron el pelo largo, la melena, hoy se afeitan la cabeza.
Al terminar estas líneas voy a confesar un aspecto de mi vida, lo que no estoy obli-
gado a hacer, pero para despejar dudas. Soy creyente. Después de explicada la verdad
de la Iglesia en su mayor extensión, en su gran complejidad, en la mayor objetividad
posible (siempre, como todo lo humano, será subjetiva); después de preguntar al mayor
conjunto de fuentes desde diferentes perspectivas o planos; después de querer
interpretar los "hechos históricos" a la luz de estructuras temporales más amplias,
puesto que creo que Jesús es el Hijo de Dios que ha venido para darnos y llevarnos
a la salvación, en esa marcha zigzagueante de la Iglesia en su caminar renqueante
descubro la marcha del hombre hacia Dios y también el modo cómo Dios se acerca al
hombre, o, dicho, con otras palabras, los mil pasos diferentes, positivos y negativos, de
la Historia de la Salvación Cristiana. Pero no escribo Historia de la Salvación.
12. J. LE GOFF, San Francisco de Asís. Madrid, 2003, pp. 58-67, en especial 59-61.
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