La lluvia ácida se forma cuando los gases emitidos por fábricas y vehículos se combinan con el agua en la atmósfera, formando ácidos que caen en la lluvia. Estos contaminantes pueden viajar cientos de kilómetros antes de precipitar y dañar el medio ambiente. Para mejorar la situación, se deben implementar mayores controles a la industria y buscar fuentes de energía más limpias.