El documento discute la necesidad de transformar las concepciones tradicionales de la evaluación educativa hacia un enfoque más colaborativo. Actualmente, la evaluación se centra demasiado en la auto-calificación, hetero-calificación y co-calificación en lugar de formar una verdadera red de comunicación y aprendizaje entre estudiantes y maestros. Para lograr esto, se debe fomentar un trabajo colaborativo, reflexivo y basado en la experiencia a través de problemas y proyectos reales que conecten la escuela con el mundo.