El documento proporciona información sobre la comarca de Las Cinco Villas y la localidad de Tudela en Navarra, España. Brevemente describe la historia y características de Tudela como una ciudad de origen islámico con influencias culturales diversas. También resume las atracciones históricas y arquitectónicas de la ciudad, incluyendo la catedral románica y puente medieval. Además, presenta información sobre el parque natural de Bardenas Reales, un paisaje semidesértico cercano a Tudela. Por
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Viaje cultural a las Cinco Villas y entorno. Donde se cruzan los antiguos reinos de Navarra y Aragón
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Rodrigo García-Quismondo Hurtado
COMARCA DE LAS CINCO VILLAS Y ENTORNO
Donde se cruzan los antiguos reinos de
Navarra y Aragón
TUDELA: Al sur de Navarra, entre la abrumadora aridez de las
Bardenas y el verde intenso de la huerta de la Ribera, se encuentra Tudela.
Fundada en el año 802 por Amrus ibn Yusuf al-Muwalad bajo mandato del
rey Al Hakan I, es una de las ciudades de origen islámico más importantes
de España y de Europa.
En ella convivieron, durante más de 400 años, musulmanes, judíos y
mozárabes, quienes imprimieron a la ciudad un mestizaje cultural reflejado
en sus monumentales edificios y del que serás testigo al pasear entre sus
callejas retorcidas, pasadizos, murallas y atalayas.
Tudela es una ciudad para recorrer a pie, en la que el encuentro con la
historia se combina con lo mejor de la buena mesa, en la que destacan las
exquisitas verduras de la Ribera.
Tudela destacó siempre por su estratégica posición que la convirtió, primero,
en avanzadilla de los musulmanes contra los cristianos, y, después, en
atalaya del Reino de Navarra en sus luchas con Castilla y Aragón.
La expulsión de 3.000 judíos, en 1498, y de los moros y moriscos en 1516 y
1610, constituyen algunos capítulos de la historia de Tudela, ciudad incluida
dentro de la Red de Juderías de España-Caminos de Sefarad.
Las minorías sociales dejaron una profunda huella de la que serás testigo
nada más entrar a la ciudad por el puente del Ebro, obra de factura
medieval, de 17 arcos y 360 metros de longitud.
La joya artística de la ciudad es la catedral de Santa María, construida hacia
1180 sobre los restos de una antigua mezquita; Tiene bella portada y claustro
románicos y una luminosa nave central gótica.
Interesante de visitar, entre otras, es la iglesia de la Magdalena del siglo
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XII, monumento nacional que conserva una de las pocas torres
románicas que podrás ver en Navarra.
Igualmente sorprendente es la arquitectura civil de la ciudad, cuyas calles
están protegidas por casonas, palacios y edificios con solera.
BARDENAS REALES: Se trata de un Parque Natural de
belleza salvaje declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Un paisaje
semidesértico de 42.500 hectáreas que impacta y sorprende con cada nueva
visita. Un espectáculo insólito de Navarra, próximo a Tudela, que a pesar de
su apariencia desnuda e inhóspita, esconde grandes valores naturales.
En Bardenas Reales, la erosión de sus suelos de arcillas, yesos y areniscas ha
esculpido caprichosas formas creando un mundo de apariencia casi lunar
poblado de barrancos, mesetas planas y cerros solitarios. Fuente de
inspiración de pintores y escritores.
De la mano de un buen guía, descubrirás rincones inolvidables con ecos de
leyendas como la del famoso bandolero Sanchicorrota que lograba despistar a
sus perseguidores con las herraduras de su caballo puestas al revés.
El Parque Natural de las Bardenas Reales es un paisaje pseudo estepario
esculpido a lo largo de millones de años a causa de la erosión Se divide en
tres zonas que, de norte a sur, son: el Plano, tierra de cultivo caracterizada
por las elevaciones más suaves; la Bardena Blanca, la más fotografiada y
visitada donde se encuentran las principales formaciones
Castildetierra y Pisquerra y la Bardena Negra, donde el terreno se oscurece
dando paso a los únicos bosques de pino carrasco de la zona acompañados de
matorral.
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El Balcón de Pilatos es un excepcional observatorio de aves. Puntos elevados
que muestran la riqueza de este territorio en el que se esconden tres reservas
naturales: el Vedado de Eguaras, un oasis al norte del parque que conserva
las ruinas del castillo de Peñaflor; el Rincón del Bu en la Bardena Blanca
(460 hectáreas) en cuyos cortados se cría el búho real; y las Caídas de la
Negra en la Bardena Negra, (1.926 hectáreas) cuyo nombre hace referencia a
los cortados de hasta 270 metros de desnivel.
Un buen guía te ayudará a interpretar este paisaje cuya flora y fauna es más
propia del desierto africano que del norte peninsular, llegando a ser paraíso
antaño de cocodrilos y tortugas. Hoy día, águilas, buitres, búhos, avutardas,
zorros, gatos monteses, ginetas, anfibios y reptiles campan entre matorrales.
La mejor época para adentrarse en Bardenas Reales es entre septiembre y
junio. El 18 de septiembre se celebra la "Sanmiguelada". Miles de ovejas de
los valles pirenaicos siguiendo la Cañada de los Roncaleses (une el Valle de
Roncal con Bardenas Reales) acceden a esta vasta extensión por el Paso para
pastar durante el invierno.
COMARCA DE LAS 5 VILLAS: El nombre de la comarca
hace referencia a cinco pueblos englobados en su interior. Se trata de
Tauste, Ejea de los Caballeros, Sábada, Uncastillo y Sos del Rey Castillo.
Tauste
En el término municipal del municipio se han encontrado restos de la Edad
del Bronce. Tauste, fue ocupada por los vascones, que llegaron hasta la
actual Alagón, como indican los «bronces de Botorrita», serie de planchas
de bronce del siglo I a. C. y por el mapa de Claudio Ptolomeo (siglo II).
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Otro yacimiento, es el de Valdetaus, el más importante de todos los hallados
en el término municipal. Corresponde a una ciudad prerromana, ocupada
desde la Edad del Hierro y hasta la primera mitad del siglo I a. C.,
destacando su sistema defensivo, los restos de cimentaciones de edificios,
monedas acuñadas en la vecina Sekia —la actual Ejea de los Caballeros— y
la cerámica, bien celtibérica o imitando a la romana.
En 2010 se descubrió una importante necrópolis musulmana, cuyos restos
corresponden a la primera población islámica del Valle del Ebro —principios
del siglo VIII—
Aunque en 1105 Alfonso I el Batallador incorporó Tauste a los reinos
cristianos, parece que la plaza fue recuperada por los almorávides el mismo
año que tomaron Zaragoza (1110). No fue hasta 1121 cuando se produjo la
incorporación definitiva de la localidad al Reino de Aragón,
Ramiro II otorgó la carta puebla a Tauste en 1138, documento regio que dotó
a la villa de libertades y privilegios para que fuera un enclave firme frente a
los intentos expansionistas del Reino de Navarra. Poco tiempo después
empezó a edificarse una iglesia románica
Asimismo,Alfonso V el Magnánimo autorizó en 1423 la instalación de
escuelas de gramática y artes, y la reina doña María concedió la celebración
de un mercado semanal.
Existen datos sobre la presencia de una importante aljama judía en Tauste,
hasta su conversión o expulsión en 1492. Es conocida la existencia de una
rica sinagoga, así como la transformación traumática del núcleo urbano en
el siglo XV para separar físicamente a la población cristiana de la judía con
la construcción de muros para dividir el barrio.
La guerra de Sucesión dejó su huella en Tauste, ya que la villa fue asediada
y conquistada por las tropas del conde de Sástago, fiel al archiduque Carlos.
Antonio Germán, taustano que había destacado por sus acciones bélicas a
favor del pretendiente borbón, fue ajusticiado el 3 de octubre de 1706, siendo
célebre su frase «calla y ahorca, que ése es tu oficio», dirigida al verdugo
cuando iba a ser ejecutado. Este hecho supuso el que la villa obtuviera el
título de «fidelísima» por parte de Felipe V.
La guerra de la Independencia tuvo considerables repercusiones para
Tauste, ya que el ejército francés quemó documentos de la Casa de
Ganaderos.
Ya en el siglo XX, llegó el ferrocarril con la construcción del ferrocarril de
Sádaba a Gallur. Durante la Guerra Civil existió un campo de aviación en el
paraje conocido con ese mismo nombre, base de la Legión Cóndor alemana.
Ejea de los Caballeros
Los arqueólogos han encontrado en estas tierras indicios de épocas tan
pretéritas como la Edad del Bronce, el periodo Calcolítico o incluso
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el Neolítico. Se han descubierto huellas de la actividad humana desde
el 8000 a. C.
Sin embargo, los primeros datos históricos relativos a Ejea aparecen con la
presencia en el lugar de los suesetanos, un pueblo de lengua
celta relacionado con la gran tribu belga de lossuesones, y que da a Ejea el
primer nombre que nos es conocido, Segia, del que deriva el nombre actual.
Después de que Roma asumiese el control directo del territorio vascón,
tenemos constancia de un documento, el llamado «Bronce de Ascoli», en el
que, en el marco de la guerra social —de 91 a. C. a 89 a. C. Cneo Pompeyo
Estrabón concedió la ciudadanía romana a nueve
jinetes suesetanos o vascones de Segia.
Cabe suponer que Ejea se viese afectada por las revueltas de
los bagaudas en el siglo V.
Los visigodos hispanorromanos llamaron a la ciudad Egessa, denominación
que aparece en algunas monedas.
La llegada de los musulmanes a la zona se produjo en 714, tres años después
de su desembarco en la Península Ibérica. Aplicando una política de
conversión, los musulmanes llegaron a un pacto con el Conde Casio: éste se
convirtió al Islam, manteniendo todas sus posesiones pero rindiendo
pleitesía al nuevo poder.
En el posterior marco de la Reconquista, el rey de Pamplona Sancho Garcés
I quiso arrebatar Siya a los musulmanes en los años 907-908, lo mismo que
Sancho Ramírez en 1091, en ambos casos sin éxito. No sería hasta el
año 1105 que Alfonso I el Batallador recuperase la villa para los reinos
cristianos, pasando a denominarse Exea.
En 1265 Jaime I el Conquistador convocó Cortes en Ejea, en las cuales se
acabó de modelar la figura del Justicia Mayor de Aragón, quien debía
dirimir las disputas entre la monarquía y la nobleza.
En la guerra de Sucesión, Ejea se había pronunciado por el archiduque de
Austria, por lo que fue sitiada por el ejército de Felipe de Anjou.
Los habitantes de Ejea de los Caballeros contribuyeron a la lucha contra los
franceses durante la guerra de la Independencia, formando algunas
guerrillas, que acudieron a combatir a Tudela.
Ya en el siglo XX, el movimiento obrero tuvo una presencia importante en
Ejea y su comarca, hallándose fuertemente implantada la
Sádaba
Los restos romanos cercanos a la villa hacen pensar que, aunque se
desconoce el año de su fundación, pudiera estar relacionada con el
desplazamiento de algún pequeño asentamiento romano cercano a
posiciones más defensivas ante los ataques bárbaros.
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La zona de Sádaba se empezó a repoblar en el siglo XI. En 1099 eran sus
señores García Garcés y su esposa Blanquita (o Velasquita). En 1125 se
construyó un castillo más primitivo que el actual por Alfonso I El
Batallador. En 1159 era propiedad de un hijo de los señores, Don Pedro
García, lo que significaba un señorío hereditario, algo nada común
en Aragón durante el siglo XII.
En los inicios del siglo XIII Arnaldo de Alascún tiranizaba a los vecinos de
Sádaba y realizaba correrías por la contigua Navarra, por lo que Sancho
VII "El Fuerte" actuó militarmente contra él y puso a Sádaba bajo su
protección en 1215. En 1221, tuvo que repetir la operación contra el hijo del
anterior.
Teobaldo I devolvió la villa y el castillo a Fortanet en 1244, a ruegos del
conde de Verán, pero con todas las obligaciones de un vasallo. Sádaba volvió
a Aragón por solicitud de sus vecinos en 1261. Años después se puso en
armas por la guerra contra Navarra y Francia en 1283.
En la Guerra de los Dos Pedros, Sádaba fue una de las entregadas en
rehenes a Carlos II de Navarra durante las negociaciones entre ambos
reyes. Pedro IV vendió la villa a Francisco de Villanueva en 1384, pero los
vecinos compraron su libertad en 1399 y Sádaba ya no volvió a salir de la
Corona de Aragón. En 1452 volvió a sufrir ataques navarros, al igual que
otras localidades fronterizas.
Uncastillo
Se conocen pocos datos sobre la prehistoria de la zona, pero se sabe que este
territorio formó parte del que ocuparon los suesetanos, antes de la llegada
de los romanos. Los suesetanos eran un pueblo celta que estaban
enfrentados con los jacetanos y los vascones. Los romanos derrotaron a este
pueblo en el año 179 aC, destruyendo su capital llamada Corbio.
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Las primeras referencias documentales a Uncastillo (nombrado en dicha
documentación como Uniuscastri) datan de comienzos del siglo X cuando,
bajo el dominio del rey pamplonés Sancho Garcés, se construyó la fortaleza
que dio nombre y razón de ser a la villa, en lo alto de una enorme peña
(Peña Ayllón), en la confluencia de los ríos Cadenas y Riguel, con la evidente
función militar de bloquear el acceso de los musulmanes asentados en
Sádaba hacia los pasos que conducían al interior del reino de Aragón.
Uncastillo fue pues un importante enclave fronterizo frente a los
musulmanes y tuvo un papel fundamental en la reconquista cristiana. Tras
un nuevo impulso dado a la frontera por Sancho Garcés III de Navarra,
el Reino de Aragón empezó su andadura con Ramiro I
Durante el siglo XII, Uncastillo vivió un período de esplendor que ha
quedado reflejado en sus seis iglesias románicas. Como resultado del poderío
económico de la villa en esas fechas, Uncastillo experimentó un profundo
desarrollo urbanístico que se ha conservado prácticamente intacto hasta
nuestros días.
En 1543 se fundó el Estatuto de Artes de Uncastillo, que llegó a competir en
importancia con la Universidad de Huesca.
Sos del Rey Católico
Y por último, terminamos con la villa más pequeña de las cinco: Sos del Rey
Católico. Aunque antiguamente el pueblo era conocido simplemente como
Sos, la localidad transformó su nombre después de que Fernando el Católico
fuera nombrado rey de la corona de Aragón, pues fue en este pueblo donde
nació el monarca un 20 de enero de 1479.
Nombrada en 1711 como capital de las Cinco Villas, tiene varios puntos de
interés lo que ha provocado que sea declarado Conjunto Histórico Artístico y
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Bien de Interés Cultural. Un viaje a Sos del Rey Católico, implica una visita
a la Judería medieval. La importancia de este barrio se remonta a 1492
cuando la mayoría de los musulmanes expulsados de Navarra se asentaron
aquí.
La mezcla de culturas que se produjo hace siglos es latente en cada
construcción. Los diferentes estilos arquitectónicos dejan ver a simple vista
los diferentes barrios en los que se divide el pueblo. Es recomendable visitar
la iglesia de San Esteban, una espectacular construcción de cúpulas donde
se representan diferentes escenas de la Biblia. Levantada en el siglo XI, en
su interior hay elementos de fechas aún más pasadas como la pila bautismal
del siglo VIII.
Fernando II de Aragón
Hijo de Juan II el Grande y de su segunda esposa Juana Enríquez, nació por
deseo de su madre en territorio aragonés, ya que ella se encontraba en
Navarra el 26 de octubre de 1459 (en las disputas de sucesión entre su
hijastro Carlos y su esposo Juan II) y se desplazó hasta el caserón de la
familia Sada, en la villa de Sos, junto a la frontera.
Con solo seis años de edad recibió de su padre Juan II el título de duque de
Montblanc y conde de Ribagorza con el señorío de la ciudad de Balaguer, el
25 de julio de 1458.
Reconocido heredero de la corona aragonesa a la muerte de su medio
hermano, Carlos, príncipe de Viana (1461), fue coronado como rey heredero
de Aragón en Calatayud; fue nombrado lugarteniente general de Cataluña
(1462) y, en 1468, rey de Sicilia. Durante la guerra civil catalana (1462-
1472), en la que tomó parte activa, se familiarizó con la administración del
estado a instancias de su padre.
Al morir su primo segundo, el infante Alfonso de Castilla (1468), y ser
reconocida como heredera de Castilla por la mayor parte de la nobleza la
hermana de este, la infanta Isabel, medio hermana de Enrique IV de
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Castilla, su padre Juan II puso su empeño en conseguir el matrimonio de
Fernando con la princesa castellana que se produjo en octubre de 1469 en
el Palacio de los Vivero de Valladolid…
LOS MONEGROS:
Los Monegros es un hábitat endémico de Aragón y España, único en Europa,
con un ecosistema más propio de las estepas orientales.
Su singularidad, importancia y situación de peligro hace que una gran
cantidad de ecologistas y científicos europeos pidan que sea incluido en
alguna de las figuras de protección jurídica contempladas en la legislación
vigente que permita salvaguardar, al menos en parte, su integridad
ecológica. En 1999 se dio a conocer el Manifiesto científico por los
Monegros (McM), firmado por más de 500 científicos e investigadores con los
resultados de las especies encontradas, que exigía la pronta declaración de
los Monegros como zona protegida. Dicho manifiesto dice en su prólogo:
“Los Monegros son un ecosistema singular, maduro, único en Europa,
cuya riqueza biológica ha demostrado ser excepcionalmente
importante en términos cuantitativos y cualitativos. La biocenosis
documentada de los Monegros sobrepasa las 5.400 especies biológicas,
cifra superior a la conocida de cualquier otro hábitat nacional o
europeo, presentando el mayor índice de novedades taxonómicas
(nuevas especies para la ciencia) de toda Europa en lo que va de siglo,
con un alto grado de endemismos y citas únicas para el continente y
con numerosos ejemplos de distribuciones biogeográficas y
adaptaciones ecológicas novedosas de enorme interés científico. No
existe, con datos objetivos y contrastados, ninguna otra zona o espacio
físico en nuestro territorio nacional, y tal vez en toda Europa, que pueda
siquiera compararse a las singularidades, novedades, rareza y riqueza
biológicas que hoy están documentadas científicamente de los
Monegros”.
Manifiesto científico por los Monegros
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El lugar tiene un clima semi-desértico que le otorga un ecosistema muy
singular y exclusivo dentro de Europa. Un lugar para visitar en cualquier
época del año y disfrutar de su esplendor.
Su nombre deriva de “Montes Negros”, por la aridez y dureza de la zona. Si
bien algunos recordarán como empieza la canción Aragón de J.A.
Labordeta: “Polvo, niebla, viento y Sol”; así es la comarca monegrina.
Un punto especial para visitar en Los Monegros son sus
característicos “torrollones”, formaciones rocosas que por el paso del tiempo
han adquirido curiosas formas y aún a pesar de su verticalidad desafían al
paso del tiempo.
Si bien hablamos de que es una región semi-desértica, también podemos
encontrar puntos concretos de agua, verdor y vida, es el caso de La Laguna
de Sariñena, que en 1995 fue declarada Refugio de Fauna Silvestre y en
2001 Zona de Especial Protección para las Aves, dada la importancia que
tiene para aves residentes en la zona como aves migratorias en su paso
anual por este lugar.
Conozcamos también al monegrino más ilustre, D. Miguel Servet, teólogo y
científico, natural de Villanueva de Sijena, versado en diversas ciencias
tales como astronomía, meteorología, geografía, teología y física entre otras.
En su pueblo natal encontraremos un museo en su honor para visitarlo y
conocer más sobre este ilustre aragonés.
En la Cartuja de las Fuentes fundado por los Condes de Sástago en 1507,
para la Orden de San Bruno establecida en Aragón. Podemos hablar de las
pinturas que bañan sus paredes, 17 de ellas son pasajes de la vida de San
Bruno pintadas por Manuel Bayeu, cuñado de Goya.
Miguel Servet
Michael Servetus (su nombre auténtico era Miguel Serveto y Conesa. Nació
en Villanueva de Sigena, Aragón probablemente el 29 de
septiembre de 1509 o 1511 falleció en Ginebra el, 27 de octubre de 1553), fue
un teólogo y científico español.
Sus conocimientos abarcaron muchas ciencias:
astronomía, meteorología, geografía, jurisprudencia, teología, física, el
estudio de la Biblia, matemáticas, anatomía y medicina. Gran parte de su
fama y reconocimiento posterior es debido a su trabajo sobre la circulación
pulmonar descrita en su obra Christianismi Restitutio.
Participó en la Reforma Protestante y desarrolló una cristología contraria a
la Trinidad. Repudiado tanto por los católicos como por los protestantes, fue
arrestado en Ginebra, sometido a juicio y condenado a morir en la hoguera
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por orden del Consejo de la ciudad y las iglesias Reformadas de los cantones,
cuando en ella predominaba la influencia de Juan Calvino.
BELCHITE: Los primeros testimonios humanos en el territorio
municipal de Belchite se hallan en la cueva de los Encantados y se
remontan a la Edad del Bronce Antiguo y Medio, pero hasta la Edad del
Hierro no hay constancia de presencia humana relevante. Es a finales de la
Edad del Hierro cuando se producen asentamientos importantes.
Se ha asociado Belchite al asentamiento de "Belia" nombrado por Ptolomeo,
asentamiento de la etnia ibera de los Sedetanos, aunque no hay pruebas
fehacientes de ello, ya que se ha realizado la asociación por la mera
homofonía. También se ha establecido posible relación con la ciudad y ceca
de Belikiom, que se ubicaba en el entorno del río Aguas vivas.
Los estudios más recientes, realizados en la primera década del siglo XXI,
apuntan a la relación de Belchite con el asentamiento de Belgeda, ciudad
celtíbera que Apiano nombra en el año 93 a.C. por el hecho de que sus
habitantes asesinaron a sus dirigentes por haberse mostrado favorables a
Roma.
También se hace referencia a ella en la crónica de Orosio de la conquista
realizada por Pompeyo en el año 75-76 a.C. del valle del Ebro. Las
evidencias históricas establecen en el entorno de la actual Belchite un
asentamiento celtíbero de algún grupo étnico denominado Bel-. La presencia
romana queda evidenciada por el yacimiento del cerro del Pueyo, cuya
cronología no es anterior a mediados o finales del siglo I a.C.
El asentamiento de Balsal o Belsid árabe perteneció hasta 1118 a la o Küra
de Zaragoza. La zona, amplio distrito agrícola, fue poblada por grupos de
origen bereber que estaban relacionados con la dinastía Omeya. La
ubicación geográfica, controlando la ruta con Montalbán y Teruel hacia la
costa y el eje Molina-Guadalajara-Toledo, así como la recuperación de la
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presa romana Almonacid y su acequia, permitieron un crecimiento
importante de la población.
En 1117-1118 Belchite fue conquistada por Alfonso I de Aragón, el
Batallador, en el contexto de las operaciones que conducirían a la conquista
de la capital en diciembre de ese año. En 1119 el rey de Aragón concede al
nuevo enclave aragonés un extraordinario fuero de frontera que permitía
incluso a los malhechores repoblar el lugar.
En 1122 el Batallador decide crear allí la que sería la primera orden militar
a imitación de la Orden del Temple, que por esas fechas estaba en proceso
de militarización, la Cofradía de Belchite.
La organización social medieval, bajo el señor feudal de la casa de Luna,
pasó, en 1430 a estar directamente bajo la corona de Aragón pasando a ser
villa de realengo. La población de Belchite en 1495 se sitúa en 1.100
habitantes, esta población iría subiendo hasta situarse en el entorno de los
3.000 habitantes que mantendría hasta 1936. En 1611 se decreta la
expulsión de los moriscos, que representaban el grueso poblacional de
Belchite, y se crea una nueva carta de población con el fin de atraer nuevos
vecinos.