La cultura Wari floreció entre los años 600-1200 d.C. en el centro de los Andes peruanos, expandiéndose hasta Lambayeque, Arequipa y Cusco. Practicaron metalurgia en oro, cobre y bronce, y la economía estaba controlada por el estado a través de centros administrativos. Su cerámica se encuentra en diversas formas y estilos, al igual que sus esculturas de piedra con figuras de guerreros, animales y cabezas.