El documento describe las tres edades de la mirada en la historia de las imágenes: la Logosfera, cuando la imagen tenía un carácter espiritual y metafísico; la Grafosfera, cuando la imagen pasó a ser considerada arte y se centró en el deleite estético; y la Videosfera, cuando la imagen se volvió un objeto de entretenimiento y comercialización, perdiendo su valor espiritual. Cada era representa una forma distinta de producir y percibir las imágenes.
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Las Tres Edades De La Mirada
1. LAS TRES EDADES DE LA MIRADA
El ser humano siempre tiende a organizar de manera cronológica la historia de la
naturaleza y la de su propia existencia, clasificándola en periodos de tiempo que
posee unas características propias que les permiten distinguirse unos de otros. De
la misma forma se i9ntenta articular en periodos o edades la historia de las
imágenes; pero este proceso no se puede realizar utilizando los mismos periodos
de tiempo que usamos para clasificar la historia (Antiguo, Medioevo, Moderno,
Contemporáneo) ya que la historia de la imagen no admite ser organizada con los
mismos parámetros con los que organizamos la historia de la sociedad.
Para entender la historia de la imagen debemos comenzar por aclarar conceptos y
términos “la imagen no soporta la misma practica, no puede llevar el mismo
nombre”1. Regis Debray plantea que la trayectoria histórica de las imágenes puede
ser detallada en tres edades o médiasferas, en las cuales podemos ver tres
conceptos claves, estas edades son: la Logosfera, que va desde la invención de la
escritura hasta la imprenta; la Grafosfera (era del arte), desde la invención de la
imprenta hasta la televisión a color, y la Videosfera (era de lo visual).
Estas eras no se despiden abruptamente sino que se superponen una a otra y
cada una plantea una visión distinta, un estilo de vida, una forma de pensamiento.
Cada mediasfera se encuentra envuelta en 8contextos distintos a las otras dos, en
las cuales la imagen es percibida con miradas distintas y tienen distinto valor.
En la Logosfera la imagen es ídolo. Se lo debe todo a su aura, su razón de ser va
más allá de lo visible, la imagen tiene un carácter metafísico, existe, tiene vida, es
vista como algo espiritual, que trasciende y precisamente es ésta percepción
1
Regis Debray. Vida y muerte de la imagen, historia de la mirada en occidente. Ed. Paidos, 1998. P 176.
2. mágico-religiosa conlleva a que el clérigo se “apodere” de la producción de las
imágenes y las utilice para vender sus ideas.
La Grafosfera, se podría decir que ésta era nace con la imprenta y con la aparición
de la imprenta la imagen deja de ser una presencia, un ser, para convertirse en
una representación ilusoria, en una acosa, en la Grafosfera la imagen es arte y el
arte está representado en el mundo natural. No en el sobrenatural y al perder su
valor sobrenatural, el único objetivo de la imagen es el deleite, la estética, y es así
como sale de las abadías hacia las escuelas y universidades que son ahora
quienes controlan la producción de imágenes. En la Grafosfera se reemplaza al
santo protector por cualquier cosa que sea simplemente bella y complazca al ojo
humano, el tiempo del temor a lo sobrenatural se ha hecho a un lado para darle
paso al tiempo del amor a lo natural, al tiempo del arte.
En la Videosfera la imagen es visual, se convierte en su propio referente, se queda
con toda la gloria y ya no pretende ser, ahora solo queda dedicarse a simular, en
ésta época el valor espiritual de la imagen no puede ser más bajo pues ya no es
un ser, tampoco es una cosa, ahora es solo una percepción, ha cobrado
movimiento y se ha vuelto cada vez más rápida convirtiéndose así en un instante,
en un frio numero. En la Videosfera ya la imagen no intenta proteger, tampoco
deleitar, sus fines únicos ahora son informar y entretener, ha saltado de la
academia a la empresa ; de las escuelas a los medios masivos de comunicación
ante los cuales la imagen no vale por lo sagrado o por lo bello sino por lo nuevo,
en este punto lo que cuenta es la innovación para hacer de la imagen un simple
objeto de intercambio comercial; la producción de la imagen en masa y a grandes
velocidades ha llegado a anestesiarnos, nos ha quitado gran parte de nuestra
sensibilidad.
Con el pasar del tiempo han cambiado las culturas y con ellas han cambiado las
técnicas de producción de imágenes y ha cambiado también la forma de mirar
3. esas imágenes; el valor mágico-espiritual que4 tuvo la imagen en un comienzo se
ha ido degradando progresivamente hasta llegar al punto de considerarla y mirarla
como a un número. En la Logosfera el fabricante de imágenes se dedicaba a
pintar en las cavernas, a tallar las piedras; en la Grafosfera el artista utiliza el
pincel sobre un lienzo como acariciando la imagen; pero ahora en la Videosfera
para crear una imagen ni siquiera hay necesidad de tocarla; la maquina destierra
al pincel y al lienzo, y el publicista es ahora quien está al frente de la producción
de la imagen en lugar del artista.
Aunque nos encontramos sumergidos en la última de las edades de la mirada, por
algún motivo, tal vez sea nuestro inconsciente o tal vez sea por “memoria
genética”, el caso es que no hemos perdido la capacidad de utilizar cualquiera de
las otras dos miradas y aun podemos hallar la magia en una imagen aún somos
capaces de encontrar cierto encanto en la Mona Lisa, en una escultura de Miguel
Ángel, en un jeroglífico arcaico o en una imagen cualquiera. Dentro de la vida
cotidiana aún vemos al ídolo y somos capaces de creer en lo sobrenatural de
cualquier fenómeno aunque tenga una explicación muy natural. Si la imagen llega
a perder la magia, con ella pierde su encanto.
Nemias Pacheco Varilla
Universidad de Córdoba
LIMAV II
2009