Este documento describe cómo Jesús trataba a las personas de todas las razas, culturas y religiones con compasión y amor. Aunque no aprobaba sus creencias, Jesús veía el potencial en cada persona y las consideraba candidatas para el Reino de los Cielos. Jesús no juzgaba a nadie ni los consideraba fuera de su alcance. El documento insta a los creyentes a tratar a los demás como Jesús, con amor, compasión y deseando lo mejor para ellos.