1. Comprenderunaentrevista REFUERZO
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Lee y contesta.
Conozco al escritor Roald Dahl
Si Matilda, la niña prodigio imaginada por Dahl, a los cuatro años y medio ya era capaz de leer
los libros de una biblioteca y asombraba a todos con sus reflexiones, ¿por qué no podría escapar
del libro para presentarse ante su creador y hacerle algunas preguntas? Imaginemos que es así.
MATILDA: ¿Cómo es que conoce tan bien a los niños?
ROALD: Bueno, porque estuve en contacto con muchos niños. Tengo hijos y nietos, y además…
yo también fui chico alguna vez. Y no olvido lo que me gustaba. ¡Y lo que no!
¿Qué cosas no le gustaban?
Que me mandaran a lavarme las manos, cepillarme los dientes, hacer los deberes, tomar la
sopa o dormir la siesta… Esas cosas que a los chicos les fastidian, pero que, cuando nos
volvemos padres, debemos hacer con nuestros hijos. Tampoco me gustaba que me gritaran
o me hablaran de mal modo.
Usted se parece mucho al personaje de El gran gigante bonachón: es altísimo y reparte
sueños entre los niños.
Sí, soy bastante alto −mido 1,95 metros−, ¡pero no soy un gigante! Además, el personaje
de mi libro es más bondadoso que yo: él regala buenos sueños, en cambio, algunas de mis
historias más bien parecen pesadillas.
A mí me divierten sus historias,aunque no todo lo que pase sea“amable” o alegre.
Es que la vida es así: nos pasan muchas cosas geniales y otras, no tanto. Pero el humor
siempre nos ayuda a enfrentar mejor cualquier situación. Y no solo el humor: los chicos son
ingeniosos, inteligentes y valientes a la hora de resolver ciertos problemas.
¿Está hablando de mí?
¡Por supuesto! Pero no eres la única…
Algunos dicen que sus personajes y situaciones son muy exagerados.¿Qué le parece?
Puede ser que exagere un poco, pero a los chicos les encanta, en sus cartas siempre me lo
dicen. ¡Y recibo casi 2000 cartas por semana!
¡Cuántas! ¿Y las lee todas?
Sí, de a poco las voy leyendo. Me dicen cosas muy lindas que me ayudan a seguir
escribiendo.
¿Cuándo escribe? ¿Cómo y dónde lo hace?
Trabajo cuatro horas por día, sentado en este sillón. Escribo a lápiz, apoyando los papeles en
una tabla sobre mis rodillas, ¿ves?
¿Siempre trabaja aquí?
Así es. Hace muchos años mandé construir, en el jardín de mi casa, esta cabaña a la que llamo
mi “pequeño nido”. Es que para crear mis historias necesito entrar en “otro mundo”, donde
10 COMUNICACIÓN 5 – Unidad 2 Lectura
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