1. Centro De Estudios
Tecnológicos, Industrial Y De
Servicios No.100
“Josefa Ortiz Domínguez”
Lectura, Expresión
Oral y Escrita
Modificación del desenlace del libro
escogido
Lucia Patricia Castañeda García
Mar Montserrat Delgadillo Santiago
1 - “L”
2. Madiloca
Hola, mi nombre es Madison, soy una simple chica de 15 años, pero he pasado por mucho
desde que entré a la preparatoria. Realmente espero que no pasen por algo similar a lo que
yo pasé, por eso quiero contarles mi historia.
Todo comenzó una soleada mañana en lunes de septiembre, allí estaba yo, en la
preparatoria junto a mi mejor amiga desde escuela primaria llamada Emily, pequeña de
estatura, delgada de complexión, rizos por todo su cabello oscuro, color miel en sus ojos y
color canela en su delicada piel; estábamos conversando sobre la preparatoria y todo el
estrés que esta empezaba a traernos cuando de repente pasó caminando el chico más
guapo de quinto semestre, Oliver, el chico que me gusta desde que estaba en secundaria, es
alto, atlético, moreno, cabello oscuro y ondulado; simplemente precioso.
Oliver empezó a caminar hacia nosotros y yo empecé a ponerme nerviosa, cuando llegó se
sentó junto a mí en la banca y nos saludó.
— ¡Hola señoritas! — Dijo con su grave voz mientras sonreía.
— ¡Hola! — Dijimos Emily y yo con una tonta sonrisa.
— Quisiera invitarlas a la fiesta de bienvenida que se está organizando, miren
aquí tengo pases. — Sacó dos pases de su bolsillo y los puso sobre la mesa.
— Gracias pero yo no puedo, es este sábado y tengo proyectos que hacer. —
Dijo Emily apenada.
— Tú preciosa, ¿tú sí puedes? — Me dijo con un tono de voz dulce y suplicante,
¿cómo iba a decir que no?
— Por supuesto, ahí estaré. — Tomé un boleto y lo guardé en mi cartera.
— Madison, ¿cierto? Te veo ahí. — Me plantó un beso en la mejilla y se alejó
caminando.
Pasó la semana tan rápido que no me di cuenta cuando ya era el día de la fiesta. Estaba
muy emocionada, había estado hablando con Oliver de vez en cuando y me dijo que sería
su cita. Cuando estaba lista, estaba realmente sorprendida por como mi mamá consiguió
transfórmame en la atractiva chica que veía en el espejo.
Oliver pasó por mí en su coche a las nueve, cuando llegamos me presentó a algunos de sus
amigos: Erick, Alberto, Christopher y Emiliano, los cuales me parecieron muy amables.
Oliver fue a hablar con los organizadores sobre un asunto y yo lo esperé sentada con un
vaso de Vodka, el cual, a pesar de que nunca había bebido y ni siquiera me gustara no tardé
mucho en terminarme. De pronto llegaron unas compañeras de mi grupo y platicamos por
un rato, aunque no se entendía mucho por el alto volumen de la música, además había muy
poca luz y no se veía bien. Después de un rato fuimos a bailar juntas y me llenaron el vaso
de nuevo, luego Oliver me llevó a bailar con él y me ofreció más bebida, en realidad no
sabía qué era pero igual me lo tomaba.
Pasó el tiempo y empezaba a sentirme mareada pero se sentía bien, seguí bailando y
empecé a disfrutar la fiesta como si no hubiera mañana. Oliver empezó a acercarse cada
3. vez más y de repente me besó, fue maravilloso. Conforme avanzaba la fiesta me sentía más
mareada pero no me importaba realmente, yo seguía disfrutando, sin darme cuenta, los
amigos de Oliver estaban bailando alrededor de mí, lo cual tampoco me importó, yo seguía
disfrutando.
Me ofrecían más y más bebida, yo lo tomaba sin importar que realmente no estuviera muy
bueno, pero no quería quedar mal con Oliver ni con sus amigos, así que lo aceptaba.
No sé realmente cuanto tiempo había pasado, no me sentía para nada bien, fui a sentarme
porque ni siquiera tenía fuerzas para seguir de pie, mis amigas no se habían dado cuenta,
Oliver estaba cerca de donde estaba sentada, así que se acercó con cara un poco risueña.
— ¿Te encuentras bien? — Tal vez estaba bajo el efecto del alcohol, no me lo
había preguntado con preocupación, tenía una sonrisa de oreja a oreja.
— Necesito que me lleves a casa. — Dije yo un poco alterada.
— Claro, en un momento vuelvo, tengo que ir por Charlie que él es el que tiene
carro. – A lo que yo asentí.
Él se fue alejando poco a poco, cada vez me sentía peor, unos minutos después Oliver llegó
con Charlie, Charlie es un poco tímido, es muy lindo diría yo, pero un poco más detrás
venia el resto de sus amigos.
— Pensé que solo irías con Charlie. — Dije yo desconcertada.
Oliver se me acercó al oído ya que la música estaba un poco alta.
— Claro, solo que los demás estaban con él y se han preocupado por él, nadie
quiere que te vayas. —
Volteé con Charlie y dije:
— Charlie, por favor llévame a casa, ¿Quieres? —
— Claro, ven acá.-Dijo Charlie un poco apresurado
— Pensé que iríamos todos.- Dijo uno de los amigos que no recuerdo su
nombre.
— Tranquilos caballeros, claro que iremos todos.- Dijo Oliver
Oliver me cargó ya que siquiera podía mantenerme de pie, pero estaba consiente de todo,
todos fuimos afuera y Charlie llegó con el auto, todos subimos y Charlie arrancó el auto, ni
siquiera me habían preguntado mi dirección y comenzaba a preocuparme, todos hablaban
y reían a carcajadas, no comprendía lo que decían, hablaban cosas sucias, tal vez de una de
las chicas de la escuela, uno de los chicos que estaba sentado a lado mío, comenzó a
tocarme la entrepierna.
— ¡¿Cuál es tu problema, estúpido?! Quítame tu sucia mano. — Dije en voz
muy alta.
— ¿Qué te sucede, idiota? Déjala ya. —Dijo Oliver sarcástico.
4. — Ten, toma esto, te sentirás mejor.- Dijo Oliver con la mano extendida hacia
mí, sosteniendo un vaso rojo.
Lo tomé confiando en él, Charlie detuvo el auto, Oliver abrió la puerta de mi lado y puso mi
mano alrededor de su cuello para caminar apoyándome en él, subí la cabeza y no sabía
dónde estaba.
Hasta ahí recuerdo, realmente no sabía qué había sucedido conmigo después hasta el
siguiente lunes que llegué a la preparatoria. Al caminar, todos volteaban y me miraban raro
mientras decían cosas en secreto, otros incluso reían en secreto, realmente no sabía lo que
había pasado y comencé a preocuparme. Cuando llegué a mi grupo todos estaban en sus
teléfonos viendo algo y riéndose, algunos lucían preocupados y al verme todos se quedaron
callados y comenzaron a mirarme con desprecio y al parecer, algunos con lástima. Seguía
sin saber nada, fue hasta que Emily me lo mostró. Un video llamado “Madiloca, la zorra de
primeros” el cual era sobre mí haciendo estupideces semidesnuda y borracha, y teniendo
sexo con cinco chicos que no mostraban el rostro. Al ver eso comencé a llorar y me fui
corriendo al baño, donde algunas chicas me saludaban en forma de burla y con tono
despectivo: “hey Madiloca”. La escuela a partir de ese día fue un infierno, por un lado todos
los estudiantes insultándome y llamándome por apodos, y por el otro lado mi mamá
tratando de llevar a Oliver y a sus amigos a la cárcel. Todo lo que vivía en ese momento era
relacionado a tal suceso, y aunque lo que me dijeran fuera algo bueno o malo, yo estaba
harta. Incluso pensé en suicidarme, ya no lo soportaba más.
Oliver y sus amigos fueron expulsados y terminaron en la cárcel, se fueron a dar pláticas
sobre aquella problemática a mi preparatoria y poco a poco mi reputación se fue
limpiando. Ahora estoy más tranquila y en paz, pero en definitiva no fue nada fácil
superarlo, incluso ahora.
Por eso quería contar mi historia, para crear conciencia de lo que puede pasar en una
simple noche de fiesta si no estás en el lugar adecuado con la gente adecuada. Y de alguna
manera, evitar y prevenir que algo así les pueda ocurrir.