El documento contrasta el liderazgo natural y espiritual, señalando que el líder espiritual confía solo en Dios, sirve a los demás con humildad buscando la voluntad de Dios, y depende de Él, a diferencia del líder natural que confía en sí mismo y busca beneficios personales. También destaca que el verdadero líder espiritual es llamado por Dios a servir, no ambiciona el poder, y emplea métodos espirituales para construir el reino de Dios. La conclusión enfatiza la