El mantenimiento productivo total (TPM) tiene sus orígenes en Estados Unidos y Japón, con el objetivo de prevenir fallas en maquinaria, mejorar la calidad, productividad y disponibilidad de equipos. El TPM introduce conceptos como cero defectos, cero accidentes y participación total del personal. Su implementación toma tiempo, pero mejora significativamente la continuidad operativa, reduce costos y da confianza a los clientes.