Este documento discute los desafíos para la profesionalización docente ante los cambios en las demandas educativas. Argumenta que los docentes requieren nuevas competencias como facilitadores de aprendizaje autónomo, con capacidad de articular lo macro y micro institucional, estar abiertos al cambio e interactuar con otros. Asimismo, deben especializarse en contenidos y aplicar conocimientos de manera profesional para transformar el sistema educativo y responder a las nuevas exigencias de formación a través de competencias básicas.