2. APUNTES BIOGRÁFICOS
(Orihuela 1910-Alicante 1942) Poeta español. Su vocación literaria le llevó a leer a los autores clásicos
españoles y a ingresar en el círculo El Radical, con Ramón Sijé, con quien tendría una gran amistad.
Tras publicar algunos poemas en el periódico de Orihuela y la revista El Gallo Crisis, en 1933 apareció
su primer libro, Perito en lunas cuyo estilo característico caló hondo en ciertos sectores de la crítica
y literatura de la época.
En 1934 se trasladó a Madrid, no sin pasar dificultades al principio, y publicó, esta vez en la revista
Cruz y Raya, su auto sacramental Quién te ha visto y quién te ve y sombra de lo que eras. En 1935
apareció El rayo que no cesa, integrado principalmente por sonetos escritos según las formas clásicas
de siglo de oro. Al iniciarse la guerra civil española, Hernández se afilió al Partido comunista y se
alistó en el ejército republicano.
Durante la guerra, su producción poética tuvo un carácter marcadamente político, incluso
propagandístico:Viento del pueblo (1937) y El hombre acecha (1939) y El labrador de más aire que,
aunque publicado en 1937, su redacción es muy anterior. Ese mismo año, se casó con Josefina
Manresa, y, a lo largo de la guerra, participó en actividades de izquierda comunista y antifascismo
internacionales (II congreso de intelectuales antifascistas y un viaje como invitado a la Unión
Soviética, al II congreso de teatro soviético). Con la victoria del bando nacional, el poeta fue
condenado a muerte, pena que fue conmutada por la de treinta años. A su paso por varios penales, fue
componiendo su Cancionero y romancero de ausencias (publicado póstumamente en 1958), muriendo de
tuberculosis en el penal de Alicante, en 1942.
3. NANAS DE LA CEBOLLA
Al octavo mes ríes
La carne aleteante,
La cebolla es escarcha Alondra de mi casa, con cinco azahares.
súbito el párpado,
cerrada y pobre: ríete mucho. Con cinco diminutas
el vivir como nunca
escarcha de tus días Es tu risa en los ojos ferocidades.
coloreado.
y de mis noches. la luz del mundo. Con cinco dientes
¡Cuánto jilguero
Hambre y cebolla: Ríete tanto como cinco jazmines
se remonta, aletea,
hielo negro y escarcha que en el alma al oírte, adolescentes.
desde tu cuerpo!
grande y redonda. bata el espacio. Frontera de los besos
Desperté de ser niño.
En la cuna del hambre Tu risa me hace libre, serán mañana,
Nunca despiertes.
mi niño estaba. me pone alas. cuando en la dentadura
Triste llevo la boca.
Con sangre de cebolla Soledades me quita, sientas un arma.
Ríete siempre.
se amamantaba. cárcel me arranca. Sientas un fuego
Siempre en la cuna,
Pero tu sangre, Boca que vuela, correr dientes abajo
defendiendo la risa
escarchada de azúcar, corazón que en tus labios buscando el centro.
pluma por pluma.
cebolla y hambre. relampaguea. Vuela niño en la doble
Ser de vuelo tan alto,
Una mujer morena, Es tu risa la espada luna del pecho.
tan extendido,
resuelta en luna, más victoriosa. Él, triste de cebolla.
que tu carne parece
se derrama hilo a hilo Vencedor de las flores Tú, satisfecho.
cielo cernido.
sobre la cuna. y las alondras. No te derrumbes.
¡Si yo pudiera
Ríete, niño, Rival del sol. No sepas lo que pasa
remontarme al origen
que te tragas la luna Porvenir de mis huesos ni lo que ocurre.
de tu carrera!
cuando es preciso. y de mi amor
4. LETRILLA DE UNA
CANCIÓN DE GUERRA
Déjame que me vaya,
madre, a la guerra.
Déjame, blanca
hermana,
novia morena.
Déjame.
Y después de dejarme
junto a las balas,
mándame a la trinchera
besos y cartas.
Mándame.
5.
EL SOL, LA ROSA Y EL NIÑO
El sol, la rosa y el niño
flores de un día nacieron.
Los de cada día son
soles, flores, niños nuevos.
Mañana no seré yo:
otro será el verdadero.
Y no seré más allá
de quien quiera su recuerdo.
Flor de un día es lo más grande
al pie de lo más pequeño.
Flor de la luz el relámpago,
y flor del instante el tiempo.
Entre las flores te fuiste.
Entre las flores me quedo.
6. ME SOBRA EL CORAZÓN.
INHoy estoy sin saber yo no sé cómo,
hoy estoy para penas solamente,
hoy no tengo amistad,
hoy sólo tengo ansias INÉS B. 5ºA
de arrancarme de cuajo el corazón
y ponerlo debajo de un zapato.
Hoy reverdece aquella espina seca,
hoy es día de llantos en mi reino, Yo nací en mala luna.
hoy descarga en mi pecho el desaliento Tengo la pena de una sola pena
plomo desalentado. que vale más que toda la alegría.
No puedo con mi estrella. Un amor me ha dejado con los brazos caídos
Y me busco la muerte por las manos y no puedo tenderlos hacia más.
mirando con cariño las navajas, ¿No veis mi boca qué desengañada,
y recuerdo aquel hacha compañera, qué inconformes mis ojos?
y pienso en los más altos campanarios Ayer, mañana, hoy
para un salto mortal serenamente. padeciendo por todo
Si no fuera ¿porqué?...no sé por qué, mi corazón, pecera melancólica,
mi corazón escribiría una postrera carta, penal de ruiseñores moribundos.
una carta que llevo allí metida, Me sobra corazón.
haría un tintero de mi corazón, Hoy descorazonarme,
una fuente de sílabas, de adioses y yo el más corazonado de los hombres,
regalos, y por el más, también el más amargo.
y ahí te quedas, al mundo le diría. No sé por qué, no sé por qué ni cómo
me perdono la vida cada día.
7. SONETO FINAL
Por desplumar arcángeles glaciales,
la nevada filial de esbeltos dientes
es condenada al llanto de las fuentes
y al desconsuelo de los manantiales.
Por difundir su alma en los metales,
por dar el fuego al hierro sus orientes,
al dolor de los yunques inclementes
lo arrastran los herreros torrenciales.
Al doloroso trato de la espina,
al fatal desaliento de la rosa
y a la acción corrosiva de la muerte
Arrojado me veo, y tanta ruina
no es por otra desgracia ni por otra cosa
que por quererte y sólo por quererte.
Alberto D. 5a.a
8. LA LUCIÉRNAGA
La luciérnaga en celo
relumbra más.
La mujer sin el hombre
apagada va.
Apagado va el hombre
sin luz de mujer.
La luciérnaga en celo
se deja ver.
9. CANCIÓN
ÚLTIMA IÑAKI 5A
Pintada, no vacía:
pintada está mi casa
del color de las grandes
pasiones y desgracias.
Regresará del llanto
adonde fue llevada
con su desierta mesa
con su ruidosa cama.
Florecerán los besos
sobre las almohadas.
Y en torno de los cuerpos
elevará la sábana
su intensa enredadera
nocturna, perfumada.
El odio se amortigua
detrás de la ventana.
Será la garra suave.
Dejadme la esperanza.
10. Adrián 5a (Azahar)
Frontera de lo puro, flor y fría.
Tu blancor de seis filos,
complemento,
en el principal mundo, de tu
aliento,
en un mundo resume un
mediodía.
Astrólogo el ramaje en demasía,
de verde resultó jamás exento.
Ártica flor al sur: es necesario
tu desliz al buen curso del
canario.
11. CANCIÓN PRIMERA
Se ha retirado el campo
al ver abalanzarse
crispadamente al hombre.
¡Qué abismo entre el olivo
y el hombre se descubre!
El animal que canta:
el animal que puede Crepitan en mis manos.
llorar y echar raíces, Aparta de ellas, hijo.
rememoró sus garras. Estoy dispuesto a hundirlas,
Garras que revestía dispuesto a proyectarlas
de suavidad y flores, sobre tu carne leve.
pero que, al fin, desnuda He regresado al tigre.
en toda su crueldad. Aparta, o te destrozo.
Hoy el amor es muerte,
y el hombre acecha al hombre.
12. EL SUDOR
En el mar halla el agua su paraíso ansiado
y el sudor su horizonte, su fragor, su
plumaje. MARTA L. 5ºA
El sudor es un árbol desbordante y salado,
un voraz oleaje.
Llega desde la edad del mundo más remota
a ofrecer a la tierra su copa sacudida,
a sustentar la sed y la sal gota a gota,
a iluminar la vida.
Hijo del movimiento, primo del sol, hermano
de la lágrima, deja rodando por las eras,
del abril al octubre, del invierno al verano,
áureas enredaderas.
13. AL DERRAMAR TU VOZ SU
MANSEDUMBRE
Al derramar tu voz su mansedumbre
de miel bocal, y al puro bamboleo, Julio M.5A
en mis terrestres manos el deseo
sus rosas pone al fuego de costumbre.
Exasperado llego hasta la cumbre
de tu pecho de isla, y lo rodeo
de un ambicioso mar y un pataleo
de exasperados pétalos de lumbre.
Pero tú te defiendes con murallas
de mis alteraciones codiciosas
de sumergirte en tierras y océanos.
Por piedra pura, indiferente, callas:
callar de piedra, que otras y otras rosas
me pones y me pones en las manos.
14. Ha enmudecido el campo, La lluvia
presintiendo la lluvia.
Reaparece en la tierra su primer
abandono.
La alegría del cielo se desconsuela a
veces,
sobre un pastor sediento.
Cuando la lluvia llama se remueven los
muertos.
La tierra se hace un hoyo removido,
oloroso.
Los árboles exhalan su último olor
profundo
dispuestos a morirse.
15. Tu corazón,una naranja
helada
Tu corazón, una naranja helada
con un dentro sin luz de dulce miera
y una porosa vista de oro: un fuera
venturas prometiendo a la mirada.
Mi corazón, una febril granada
de agrupado rubor y abierta cera,
que sus tiernos collares te ofreciera
con una obstinación enamorada.
Ay, qué acometimiento de quebranto
ir a tu corazón y hallar un hielo
de irreductible y pavorosa nieve! Por los alrededores de mi llanto
un pañuelo sediento va de vuelo
con la esperanza de que en él lo abreve.
16. Besarse, mujer,
al sol, es besarnos Besarse mujer
en toda la vida.
Asciende los labios,
eléctricamente
vibrantes de rayos,
con todo el furor
Besarse a la luna,
mujer, es besarnos
en toda la muerte:
descienden los labios,
con toda la luna
pidiendo su ocaso,
del labio de arriba,
del labio de abajo,
gastada y helada
y en cuatro pedazos.
Rubén Martín Ruiz
17. COMO EL TORO HE NACIDO PARA EL
LUTO
Como el toro he nacido para el luto
y el dolor, como el toro estoy marcado
por un hierro infernal en el costado
y por varón en la ingle con un fruto.
Como el toro lo encuentra diminuto
todo mi corazón desmesurado,
y del rostro del beso enamorado,
como el toro a tu amor se lo disputo.
Como el toro me crezco en el castigo,
la lengua en corazón tengo bañada
y llevo al cuello un vendaval sonoro.
Como el toro te sigo y te persigo,
y dejas mi deseo en una espada,
como el toro burlado, como el toro.
18. LAGARTO, MOSCA, GRILLO
LAGARTO, mosca, grillo, reptil, sapo, asquerosos
seres, para mi alma sois hermosos.
Porque Iris, señala
con su regio pincel,
vuestra sonora ala
y vuestra agreste piel.
Porque, por vuestra boca venenosa y satánica,
fluyen notas habidas en la siringa pánica.
Y porque todo es armonía y belleza
en la naturaleza.
CRISTIAN MORA MARTÌN AMBROSIO 5A.
19. El Amor ascendía entre nosotros
El amor ascendía entre nosotros
como la luna entre las dos palmeras
que nunca se abrazaron.
El íntimo rumor de los dos cuerpos
hacia el arrullo un oleaje trajo,
pero la ronca voz fue atenazada.
Fueron pétreos los labios.
El ansia de ceñir movió la carne,
esclareció los huesos inflamados,
pero los brazos al querer tenderse
murieron en los brazos.
Pasó el amor, la luna, entre nosotros
y devoró los cuerpos solitarios.
Y somos dos fantasmas que se buscan
y se encuentran lejanos.
20. A LA LUNA VENIDERA
A la luna venidera
te acostarás a parir
y tu vientre irradiará
la claridad sobre mí.
Alborada de tu vientre,
cada vez más claro en sí,
esclareciendo los pozos,
anocheciendo el marfil.
A la luna venidera el mundo
se vuelve a abrir.
21. BOCAS DE IRA
Bocas de ira.
Ojos de acecho.
Perros aullando.
Perros y perros.
Todo baldío.
Todo reseco.
Cuerpos y campos,
cuerpos y cuerpos.
¡Qué mal camino,
qué ceniciento
corazón tuyo,
fértil y tierno!
22. ASCENSIÓN DE LA ESCOBA
Coronada la escoba de laurel, mirto, rosa,
es el héroe entre aquellos que afrontan la basura.
Para librar del polvo sin vuelo cada cosa
bajó, porque era palma y azul, desde la altura.
Su ardor de espada joven y alegre no reposa.
Delgada de ansiedad, pureza, sol, bravura,
azucena que barre sobre la misma fosa,
es cada vez más alta, más cálida, más pura.
¡Nunca! La escoba nunca será crucificada
porque la juventud propaga su esqueleto
que es una sola flauta, muda, pero sonora.
Es una sola lengua, sublime y acordada.
Y ante su aliento raudo se ausenta el polvo quieto,
y asciende una palmera, columna hacia la aurora.
23. AL SOLDADO INTERNACIONAL CAÍDO EN ESPAÑA
Si hay hombres que contienen un alma sin fronteras,
una esparcida frente de mundiales cabellos,
cubierta de horizontes, barcos y cordilleras,
con arena y con nieve, tú eres uno de aquellos.
Las patrias te llamaron con todas sus banderas,
que tu aliento llenara de movimientos bellos.
Quisiste apaciguar la sed de las panteras,
y flameaste henchido contra sus atropellos.
Con un sabor a todos los soles y los mares,
España te recoge por que en ella realices
tu majestad de árbol que abarca un continente.
A través de tus huesos irán los olivares
desplegando en la tierra sus más férreas raíces,
abrazando a los hombres universal, fielmente.
Laura Valentín - Fdez. Rodríguez