El documento describe la marginación y desvalorización de los grupos étnicos indígenas en México tras la independencia, a pesar de leyes que establecían protecciones. Los indígenas continuaron enfrentando pobreza y falta de derechos reales, aunque se les consideraba ciudadanos iguales. La educación se usó para tratar de asimilar a los indígenas, pero esto llevó a que reafirmaran su identidad étnica separada y se resistieran a ser absorbidos en la nación.