Las normas establecen límites que proporcionan seguridad a los niños y les enseñan lo que está bien y mal. Deben establecerse desde el principio de forma clara, firme y consistente. Tanto los premios como los castigos son útiles para reforzar las normas, siempre que se apliquen de forma adecuada y proporcionada. Las rabietas son normales en ciertas edades y lo mejor es mantener la calma, no ceder a sus demandas y distraer al niño para que pasen.