Este documento analiza el intento de una compañía minera de explotar yacimientos de oro y plata en el complejo paramuno de Santurbán en Colombia. Señala que el estudio de impacto ambiental presentado por la compañía contiene imprecisiones e información insuficiente sobre los daños ecológicos y sociales que causaría la minería. Específicamente, la minería amenazaría el suministro de agua para la ciudad de Bucaramanga y transformaría el paisaje del paramo, afectando los ecosistemas y comun
1. EXPLORACIÓN MINERA EN SANTURBÁN: UN
NUEVO INTENTO DE BURLA
Por: J. Orlando Rangel-Ch. Henry Arellano Peña, Grupo Biodiversidad y
Conservación, Instituto de Ciencias Naturales, Facultad de Ciencias -
Universidad Nacional de Colombia
La pretensión de la compañía GreyStar, de explotar los yacimientos de
oro y plata en los suelos y rocas del complejo paramuno de Santurbán,
fue un nuevo intento de burla a las normas ambientales que prohíben
estas acciones en los páramos de Colombia.
El estudio sobre factibilidad, desarrollo y ejecución del proyecto minero y
su impacto sobre los ecosistemas y las fuentes hídricas de la compañía
GreyStar presenta vacíos de información que no dimensionan el detrimento
ecológico y social que tendría la explotación sobre esta zona, cuya
preservación es vital para todas las manifestaciones bióticas y
socioeconómicas de la ciudad de Bucaramanga y áreas aledañas.
Las imprecisiones pueden enlazarse con los argumentos que últimamente han
hecho circular los voceros de la compañía: no hay una definición concreta ni
delimitación precisa del páramo en Colombia; no se afectará el suministro
hídrico en la ciudad de Bucaramanga; no se transformará el paisaje actual
en Santurbán; se asegura una recuperación de todas las zonas que se
afecten.
Estas afirmaciones no se compadecen con la base de conocimiento sobre el
páramo y la alta montaña en Colombia. Buena parte de la zona a intervenir se
ubica claramente en la región paramuna, y la definición integradora de
páramo se refiere a “extensas zonas entre el bosque andino y el límite
inferior de las nieves perpetuas, con suelos de espesa capa de materia
orgánica, y un clima contrastante que comprende noches frías húmedas y
días asoleados con radiación intensa. Las comunidades vegetales dominantes
son los frailejonales con especies de los géneros Espeletia y Espeletiopsis,
los pajonales con Calamagrostis effusa y diversos matorrales en los que
prevalecen especies de Hypericum (chite), Diplostephium (romero) y
Monticalia. Su límite altitudinal inferior como Bioma en Colombia empieza
desde 3.100 m (páramo de Monserrate)”.
En algunos casos, estas comunidades vegetales pueden transgredir el límite
altitudinal inferior y arraigar en áreas inicialmente cubiertas por bosque
2. andino, comportamiento que rememora sus orígenes históricos en una matriz
de vegetación boscosa hace unos 3,5 millones de años.
En el nudo de Santurbán, el monto de precipitación anual varía entre 986
mm (municipio de Vetas) y 1.702 mm (puente Picacho), con una media anual
de 1.290 mm (páramos semihúmedos). La existencia de vegetación como los
chuscales evidencia sitios con mayor cantidad de agua en el suelo que hacen
grandes aportes al ciclo hídrico del macizo. Del agua que circula en
Santurbán dependen los ríos Suratá, Frío y Tona, que surten de este líquido
a Bucaramanga. El río Tona, en época de lluvias, aporta el 60% del mineral,
mientras que el Suratá, en el verano, lo hace con el 50%; por tanto, es
crucial mantener el flujo hídrico en las dos corrientes para garantizar los
2.300 litros por segundo que requiere el acueducto de la ciudad.
No se necesitan profundos ejercicios estadísticos ni de simulación para
concluir que la merma de uno de los dos caudales, especialmente en la época
crítica (verano), repercutirá negativamente en el suministro de agua para
los bumangueses.
IMPRECISIONES Y VACÍOS
En el estudio del plan ambiental se manejan inapropiadamente las escalas en
la cartografía (demasiado amplias e inadecuadas para zonificar, planificar y
tomar decisiones en una superficie de tan limitada extensión y gran
diversidad biológica), así como los distintos métodos de modelación, en los
que no se evalúa el error de las predicciones y se justifica simplemente con
el uso de percentiles y una modelación carente de validación.
Los modelos sobre variación climática y atmosférica deberían presentar un
cálculo de infiltración real local y regional, con variables como tipo de suelo,
material parental y tipos de vegetación (particularidad de ensambles) en
diferentes periodos de tiempo (régimen de distribución de las lluvias),
puesto que en una megaobra con un consumo tan alto de agua, la infiltración
potencial local no tiene el alcance necesario para una equilibrada toma de
decisiones.
Es indispensable un análisis de la precipitación en series temporales amplias,
cuyos resultados permitan relacionarla con escenarios probables de cambios
drásticos (climáticos) en la región. El panorama sobre el balance hídrico
regional se complica aún más cuando se considera la intervención fuerte que
se hará sobre quebradas, por ejemplo la construcción del embalse sobre la
3. quebrada El Salado, con una capacidad de almacenamiento de agua de
600.500 m3, y sobre lagunas como Pajarito, con capacidad de
almacenamiento de 506.800 m3.
No se requiere de un estudio crítico para aceptar la contundencia de que el
represamiento de caudales implicará cambios sustanciales en la dinámica
hidrobiológica aguas abajo, como lo enseña el ciclo del agua que nos han
repetido desde los años escolares.
CONTAMINACIÓN
Es preocupante la enorme cantidad de material contaminante que se
depositará en algunas zonas. Las excavaciones tipo tajo se diseñaron en
cinco fases de explotación en áreas de páramo (entre 3.100 y 3.400 m), ya
que la región presenta una alta actividad sísmica, por tanto los riesgos o las
amenazas naturales (movimientos en masa) pueden incrementarse. La
ubicación de las canteras que suministrarán abundante material para la
construcción –entre otras de las pilas de lixiviación– no se detalla en la
cartografía, ni se considera el grado de transformación adicional por este
hecho.
Una delimitación precisa del páramo (ver el mapa), en la cual se especifica el
límite altitudinal, clima, exposición de las laderas, vertientes y el efecto de
sombra de lluvia, inclinación e índices de convergencia topográfica con un
ajuste cercano al 82,53% de probabilidad, permitió identificar dos
escenarios geográficos que documentan formaciones con afinidad paramuna:
el primero, con perspectiva de aparición entre el 10% y el 50% (cerca de los
2.650 m), engloba la región ecotonal o de transición entre el bosque alto
andino y el páramo bajo o subpáramo; el segundo, cuya aparición variaría
entre el 50% y el 99% (valor que se alcanza cerca de los 3.310 m), incluye
formaciones típicas del subpáramo y del páramo propiamente dicho. Esta
franja presenta un ajuste casi perfecto con la distribución actual de los
tipos de vegetación en Santurbán.
En conclusión, el proyecto minero de Angostura se localiza en su totalidad
en el páramo y ocupa 578 hectáreas (63,16%) de las cerca de 920 que se
intervendrían directamente.
Tomado de: http://www.unperiodico.unal.edu.co/dper/article/exploracion-minera-en-
santurban-un-nuevo-intento-de-burla/. 14/04/11. 4: 29 pm.