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nuestratierra 30
EDITORES:
DANIEL ALJANATI
MARIO BENEDETTO
HORACIO DE MARSILlO
ASESOR GENERAL:
Dr. RODOlFO V. TALlCE
'ASESOR EN CIENCIAS ANTROPOLÓGICAS:
Prof. DANIEL VIDART
ASESOR EN CIENCIAS BIOLÓGICAS:
Dr. RODOlFO V. TALlCE
. ASESOR EN CIENCIAS ECONÓMICAS:
Dr. JOSÉ CLAUDIO WILLIMAN h.
ASESOR ·EN CIENCIAS GEOGRÁFICAS:
Prof. GERMAN WETTSTEIN
ASESOR EN CIENCIAS SOCIALES Y pOLITlCAS:
<
Prof. MARIO SAMBARINO
. SECRETARIO DE REDACCIÓN:
JULIO ROSSIEllO
SECRETARIO GRÁFICO:
HORACIO AfilóN
DEPARTAMENTO DE FOTOGRAFiA:
AMllCAR M. PERSICHETTI
Distribuidot g.:oeral:. ALBE Soco Com., Cerrilo 566, ese. 2, te•.
S 56 92, Montevideo. Distribuidor para el interior, quioscos y
venta calleiera: Distribuidora Uruguaya de Díarios y Revistas,
Ciudadela 1424, tel. S 51 55, Montevideo.
LAS OPINIONES DE LOS AUTORES NO SON NECESA-
COMPARTIDAS POR lOS EDITORES' Y
ASESORES.
Falo de topo: Mario Persichetli.
LAPRODUCCION
Pablo FierroVignoli
INTRODUCCiÓN
RENGLONES PRODUCTIVOS Y SECTORES DE LA POBLACiÓN ACTIVA
Los grandes renglones productivos
Los sectores de la población según su intervención en los
LA PRODUCCiÓN AGRíCOLA
Los productos
La localización de los cultivos
El aumento de la producción agrícoler
La producción agrícola yel uso del suelo
Las áreas agrícolas y su distribución según el censo de 1966
Valor de la producción agrícola
LA PRODUCCiÓN GANADEItA
Característicers generales
Densidad ganadera y área de los establecimientos
Productividad de la ganadería
Los volúmenes de producdón de> carnes
La producción de leche
La producción de lernas
La producción porcina
La producción avícola
Los caballares o equinos
Valor de la producción pecuaria
ALMACENAMIENTO DE LA PRODUCCiÓN
LA PESCA Y LA CAZA MARíTIMAS
LAS INDUSTRIAS MANUFACTURERAS
Tendencias del desarrollo industrial
Algunas consideraciones
Situación del sector industrial en 1968
Conclusiones finales sobre el sector industrias
Bibliografía
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PABLO FIERRO VIGNOLl nació en Rocha en 1911. Cursó estudios en la Facultad de Agronomía. Ingresó
a la docencia en 1928, como Ayudante en el Li ceo "Héctor Miranda". Es actualmente profesor de
Ciencias Geográficas en Enseñanza Secundaria, de Metodología de la Geografía en el Instituto de
Profesores "Artigas" y Profesor Adiunto de Geografía en la Facultad de Humanidades y Ciencias. Ha
publicado "C;omercio Exterior del Uruguay" (1967), "Situación económica y social de las cuencas
de los ríos Santa lucía y Negro" (1968) y "Uruguay: agroestructuras" (1969), amén de diversos tra-
bajos de su especialidad en revistas y en la pren sa diaria.
Se hace difícil definir correctamente la produc-
ción. Sin embargo, todos tenemos una idea más o
menos acertada del significado que la palabra en-
cierra. La producción comprende todos los proce-
sos necesarios para la creación de bienes utilizables
a fin de satisfacer las 'necesidades humanas.
¿En qué forma, en función de qué procesos,
a través de qué mecanísmos se desarrolla la produc-
ción en el Uruguay? Éste es el tema de nuestro
trabajo. También nos interesa indagar por qué vías
y de qué manera llegan los bienes produódos al
consumidor, así sea interno o externo. Y aquí in-
tervienen el comercio y el transporte, que no son
de por sí, precísamente, actividades productivas de
bienes. No podemos dejar de referirnos a estos me-
canismos de distribución y circulación, aunque no
crean ni transforman bienes, pues facilitan el pro-
ceso productor. que no puede prescindir de sus
servicios.
INTRODUCCION
El objeto de la Geografía Económica, según
Pierre George, "es el estudio de las formas de pro-
ducción y de la localización del consumo de los
diversos productos, en el conjunto del mundo".
Nuestro objetivo es mucho más limitado, aunque
complejo: nos proponemos solamente estudiar la
producción en el Uruguay. Pero sabemos que los
países no son unidades aisladas, de modo que con-
tinuamente tendremos que referirnos a otras regio-
nes, a otras comunidades humanas, a otros espa-
cios geográficos con los que estamos estrechamente
ligados, porque necesitamos de ellos en función de
lo que producen o porque nosotros producimos pa-
ra su consumo.
¿Cuáles son las condiciones que influyen en la
producción?
La producción de bienes materiales es la base
de la vida de la sociedad. Zimmermann expresa:
"Los recursos son conceptos funcionales altamen-
te dinámicos; no son, devienen;. evolucionan a
3
través de la interacción triple del hombre, la natu-
raleza y la cultura, en la cual la naturaleza esta-
blece los límites exteriores, pero del hombre y la
cultura depende en gran parte la porción de la
totalidad física disponible para el uso humano ...
El problema de la suficiencia de recursos para las
edades futuraS, depende más de la sabiduría hu-
mana que de los límites establecidos por la natu-
raleza."
En realidad, nd puede separarse al hombre de
su grado de desarrollo cultural. No son dos facto-
res diferentes, sino uno solo. Cada hombre aplicado
a una labor determinada, agrícola o in4ustrial, su-
pone un determinado desarrollo cultural: un hom-
bre, una cultura; una comunidad, una cultura.
y el resultado depende del binomio hombre - de-
sarrollo cultural, que no es ciertamente tal bino-
mio, sino que constituye un todo único.
El medio geográfico aparece como una de las
condiciones indispensables para el desarrollo de la
sociedad, pero no es la determinante. El medio no
determina; es el hombre quien ordena el espacio y
orienta la actividad a cumplir en él: por eso pue-
de establecerse que el hombre es el único factor
de producción. Todos los demás elementos que
influyen en los procesos, simplemente condicionan
la producción, como lo hace el medio geográfico.
Sin embargo, corrientemente se habla de factores
de la producción, como el ambiente natural, las ri·
quezas minerales, la topografía, etc. Pero, en rea-
lidad, éstas son las condiciones de la producción.
Para el caso particular del Uruguay, es posible
decir que las condiciones de la producción con-
tribuyen a que el país sea, fundamentalmente,
agropecuario: el suelo, el clima, el tapiz vegetal,
los cursos de agua permanentes y bien repartidos,
las posibilidades de regadío, el relieve suavemente
ondulado, facilitan la cría de animales a campo y,
también, hacen posible ciertos cultivos. La existen-
cia de la pradera natural resuelve la alimentación
de gran número de vacunos y ovinos; es notable
la aptitud del suelo para el cultivo de cereales, olea-
ginosos y sacarígenos. Todo ello posibilita el de-
sarrollo de las industrias que utilizan, como mate-
rias primas, aquellas que derivan del manejo ade-
cuado del suelo.
Pero insistimos en que las condiciones no son
determinantes. Es el hombre quien determina el
destino de un país y el uso de sus recursos: sin car-
bón y sin hierro, el Japón ha desarrollado una po-
derosa industria pesada; la Italia del norte ha al-
canzado un gran desarrollo industrial aunque la
"naturaleza" no le ha concedido los elementos.
adecuados.
Uruguay es un país agropecuario aunque sus
hombres no han utilizado debidamente todas las
posibilidades en tal sentido; pero podría ser tam-
bién un país industrial si la voluntad de hacer se
encaminara hacia ese objetivo.
El territorio nacional configura un marco don-
de se desarrollan variadas actividades productivas,
condicionadas por los recursos y los hombres que
se encuentran dentro de esa área. No siempre son,
sin embargo, únicamente las circunstancias inter-
nas las que actúan: el desarrollo productivo dentro
del área está afectado por la acción de condicio-
nes externas, de presiones más o menos lejanas,
permanentes o accidentales, que configuran facto-
res -en este caso sí determinantes, en la medida
en que los hombres se dejan arrastrar o acosar por
ellos- que traban o posibilitan la utilización ade-
cuada de los recursos, que aceleran o frenan, re-
tardan o impiden la producción de bienes y el me·
joramiento económico de quienes los producen.
Las circunstancias externas han tenido y tienen
en el desarrollo productivo del país una influencia
muy poderosa: desde el exterior se limitan o am-
plían nuestras posibilidades productivas. Y esta in-
Aunque cueste caro, vestirse es también una necesi-
dad elemental.
.tervención desde el exterior en el proceso produc·
tivo se realiza merced al consentimiento tácito o
expreso de quienes están colocados internamente
en situación de oponerse o de obedecer. ciegamente
lo que se les pide, insinúa u ordena: siempre hay
algún sector -puede ser una clase social entera-
dispuesto a entregarse a cambio de alguna ventaja
o de alguna regalía. Esta situación ha de perdurar,
en la medida en que los reales productores y los
verdaderos patriotas demoren en reacCionar y
aventar a 103 traidores.
Por eso, en el análisis de la producción, tenemos
que tener siempre en cuenta esa relación de de-
pendencia que actúa desde cuando éramos mlonia
de España, pero que continuó actuando cuando
alcanzamos la independencia política, que no sig-
nificó, por cierto, la liberación económica.
Para satisfacer las necesidades elementales,
nuestro país produce alimentos y vestimentas y le'-
vanta viviendas. No es mucho, pero no es poco, en
un mundo con casi dos tercios de su población mal
alimentada, mal vestida y casi sin vivienda o con
vivienda en precarias condiciones. El hecho de que
tengamos la posibilidad de producir lo que nuestra
problación demanda constituye -aparentemente-
una favorable perspectiva que no debe ser desapro-
vechada.
Nuestro mercado interno, de 2: 700.000 habi-
tantes, es pequeño; pero allende las fronteras exis-
ten 3.500 millones de seres humanos potencial-
mente consumidores de nuestra producción; lo la-
mentable es que, de ellos, más de 2.000 millones
no están en condiciones de adquirirla por falta de
recursos. Señalar, también, esta circunstancia, re-
sulta importante, porque los cambios que harían
posible el acceso al mercado -en condiciones nor-
males- a esos dos mil millones de consumidores
potenciales han de producirse y a no muy largo
plazo.
s
RENGLONES PRODUCTIVOS Y
SECTORES DE LA POBLACION ACTIVA
LOS GRANDES RENGLONES
PRODUCTIVOS
Para seguir un cierto orden al abordar el desa-
rrollo de los sectores productivos, procederemos a
agruparlos respetando, en la medida de 10 posible,
el criterio del Banco de la República en el estudio
de "Cuentas Nacionales". Consideraremos enton-
ces los grandes renglones, que serán luego desdo-
blados, a saber: 1) Agricultura. 2) Ganadería.
3) Pesca y caza marítima. 4) Industrias manufac-
tUreras. 5) Canteras y minas. 6) Construcciones.
7) Electricidad, gas yagua.
Desde el punto de vista del producto bruto in-
terno la suma de estos siete renglones (el séptimo
incluye también los servicios sanitarios) represen-
taba, en 1963, el 43,6 % del total, según se deduce
de la siguiente enumeración:
6
Agricultura 4,7
Ganadería 10,0
Pesca y caza marítimas 0,1
Industrias Manufactureras
(incluye canteras y minas) 22,2
Construcciones 4,5
Electricidad, agua, y servo sanitarios 2.1
Total 43,6 %
El comercio interviene con el 13,9 %; trans-
portes y.almacenajes con el 7,7 %; los servicios
del gobierno general con el 12,4 %; otros servi-
cios con el 11,1 %; propiedad de viviendas, 5,5 %;
bancos, segurqs y otros intermediarios financieros al-
canzan al 5,0 %' Sumando éstos, abarcan, en su
conjunto, el 55,6 %. Es decir, que los sectores
realmente productivos, los que intervienen en la
producción directamente o para posibilitar el con-
sumo, comprenden el 43,6 % del producto bruto
interno del país. La organización de su distribu-
ción (transportes, comunicaciones, comercializa-
ción, servicios, etc.) representa un porcentaje ma-
yor.
LOS SECTORES DE LA POBLACION
SEGUN SU INTERVENCION EN LOS
PROCESOS
La población ocupada se divide en tres sectores,
según la naturaleza de su actividad: el primario, que
comprende la agricultura, la ganadería, la caza y
la pesca, las canteras y minas, etc.; el secundario,
que incluye las industrias de transformación y la
construcción; y el terciario o de servicios, que abar-
ca el comercio y el transporte, los servicios esta-
tales, etc. Veamos el siguiente cuadro:
POBLACiÓN ACTIVA POR RAMA DE ACTIVIDAD Y LUGAR (*)
(. ) Se excluye a las que buscan trabaja por primera vez.
Fuente: Solari, Campiglia y Wettstein - Uruguay en cifras.
7
LAPRODUCCION AGRICOLA
El Censo Agropecuario de 1966 (los censos se.
realizan cada cinco años) registró 1-91.564 traba-
jadores agrícolas en predios de una hectárea· y
más; en 1961, había 210.740.
Existe una franca tendencia al descenso de ·la
población ocupada en el sector primario; también
se observa una disminución correlativa de la po-
blación rural total. Analizando los últimos censos
agropecuarios disponibles, se obtienen lassiguien-
tes cifras:
Fuente: Censos Agropecuarias del Ministerio de Ganadería y
Agricultura.
8
En un lapso de quince años la población rural
ha disminuido en 126.091 personas, o sea el 28 ro.
Se ha reducido la cantidad de trabajadores agríco-
las en 132.365, vale decir, un 41 %. Las· cifra~
absolutas. y los porcentajes de descenso son extre-
madamente altos; revelan un éxodo rural sosteni·
do y constituyen síntoma de crisis estmctural. Si.
correlativamente, la ocupación en los sectores se-
cundario y terciario, como consecuencia de un pro-
ceso de industrialización hubiera aumentado, o la
emigración rural se debie·ra a un proceso de meca-
nización, éste podría ser un buen síntoma, pues los
trabajadores agrarios habrían encontrado ocupa-
ción en las ciudades. Pero como ello no ha ocurri-
do; sobre todo -a partir de 1961, es evidente que
la despoblación de la campaña refleja una situa-
ción crítica. El sector agropecuario, entonces, que
ocupa el 20 % de la población activa, estimada
en 996.500 personas, concurriría con aproximada-
mente el 15 % del producto bruto interno.
LOS PRODUCTOS
La agricultura ocupa un área fluctuante, pero
puede estimarse en un millón quinientas mil hectá-
reas la superficie utilizada corrientemente, según las
cifras de los últimos censos.
Analizaremos ahora esa producción cualitativa
v cúantitativamente.
al Cereales
Tomaremos el año 1958, añó en que los cc-
reales alcanzaron un área considerable, de acuerdo
con los siguientes datos:
Fuente: Banco República.
(.) Trigo y maíz: fue para el periodo 1900-1965 el año
en que la superficie de siembra alcanzó la mayor
extensión.
( •• ) Arroz: es el cereal cuya área cultivada y cuya pro·
ducción han alcanzado más significativos aumen·
tos en los últimos años, con tendencia a ex-
tender su cultivo. Así, para 1965 el área sem-
brado alcanzó o las 32.600 Hós. y la produc-
ción o 108.500 Ton., con un rendimiento de
3.681 Kgs/há., lo que significa, respectivamen-
te, incrementos del orden del 80,88 % y 23 "lo.
Veremos ahora otros cultivos del año 1958, para
tener una idea del área que abarcan en su conjunto,
aunque debe establecerse que, como los períodos
de vegetación no coinciden, dos cultivos pueden
ocupar el mismo predio en distintas épocas.
El centro de comercialización' de lo~ productos de
huerta.
9
b} Oleaginosos, sacarígenos y uva para vino
(año 1958)
Se denominan también cultivos industriales:
todos ellos constituyen materia prima para la in-
dustria y se utilizan íntegramente en el país, excep-
ción hecha del lino, cuyas tortas, y también la
semilla, se exportan, así como las tortas de girasol
y maíz, cuando hay excedentes; sucede 10 mismo
con los "expeller" de lino.
e} Raíces y tubérculos
(año 1958)
En los últimos años ha aumentado la produc-
ción de papas, que alcanzó las 142.000 toneladas
en 1966, pero todavía n9 se ha logrado el autoabas-
tecimiento y siempre hay, además, que importar
la semilla.
0
ti) Hortalizas y leguminosas secas (año 1961)
Como carecemos de los datos correspondientes
a hortalizas para 1958 tomamos las informacione."
de 1961, año que puede considerarse normal y cu-
yos datos pueden utilizarse a los efectos de esta re-
seña, que se propone precisar las áreas ocupadas
por los cultivos y los volúmenes de su producción.
La producción hortícola se extiende por los
departamentos de Montevideo y Canelones, y algu-
nas zonas de San José y Colonia. Ciertos cultivos
de primor, como zanahorias y tomates, se realizan
en Artigas y Salto, donde la primavera se adelanta.
En algunas zonas de Florida se cultivan cebollas.
f) Otras frutas
total 11.696
Toneladas
(1966)
4.930
19
1.625
903
4.028
Ciruelas .
Grafiones, guindas, cerezas
Olivos .
Fligueras .
Uva de mesa .
frente a los 2: 130.000 toneladas de la producción
total no significan mucho, pero cuyo valor es im-
portante, pues se trata de productos que alcanzan
alto precio en el mercado interno, sobre todo la
uva para mesa y las aceitunas.
e) Frutas
A esta población frutícola habría que agre-
gar la resultante de los siguientes cultivos, sobre
cuyas áreas carecemos de inf~rmación. Son alre-
dedor de 12.000 toneladas de producción, que
La calle d~1 mercado _~rece ahora solitaria, pero e n las madrugadas se anima.
11
En Salto abundan los citrus: aquí apárece uno de sus centros de industrializació,!.
En muy. contadas ocasiones la producción hor-
tícola o frutícola llega directamente del productor
al consumidor. Generalmente recorre un largb ca-
mino: del productor al mayorista, de éste al ven-
dedor en el mercado y del mercado al comerciante
minorista con puesto de venta al público. A veces
la producción va del mayorista al feriante. En el
caso de las frutas, el mayorista suele comprar el
monte en pie: se encarga de transportar la pro-
ducción al frigorífico, en cuyas cámaras la fruta
espera que la escasez impulse el aumento de los
precios. Las cámaras frigoríficas están ubicadas ge-
neralmente en Montevideo (Frigorífico Modelo,
Mercado Agrícola y otras). Tienen amplia capaci-
dad las de Corfrisa, en Las Piedras. Existe un
contralor nominal de precios de venta al consumi-
12
dar, que casi nadie respeta, así como un contralor
de balanzas que tampoco funciona bien. No deja
de ser una conquista el hecho de que se haya ge-
neralizado la venta por peso, no por unidad. Pero
los dos extremos de la cadena -productor y con-
sumidor- están, en general, poco amparados.
La producción agrícola ocupa un área de
1:820.000 hectáreas, con una cosecha anual de
2: 135.000 toneladas, como puede observarse en
el cuadro siguiente. Dado que en algunos casos,
según se estableció, sobre una misma área se logran
dos cosechas anuales, la superficie real utilizada por
la producción agrícola es un poco menor. La esti-
mación de 1: 500.000 hectáreas puede considerarse
ajustada.
RESUMEN DE LAS ÁREAS OCUPADAS Y VOLOMENES
DE PRODUCCIÓN
La producción es fluctuante: depende del
tiempo. Las lluvias excesivas y la sequía, que re-
trasan o impiden las labores y el desarrollo de los
vegetales y dificultan las tareas de contralor de las
plagas, así como los temporales, las granizadas, y
las heladas que perjudican las cosechas, son todas
condiciones que hacen muy aleatorios los resultados
a obtenerse.
El volumen de 2: 135.000 toneladas para toda
la producción agrícola del país es, sin duda, muy
bajo. Resulta evidente que, teniendo en cuenta el
área que se destina a su producción, los resultados
obtenidos son pequeños, con rendimientos deficien-
tes en todos los cultivos, excepción hecha del arroz.
Hemos omitido algunos productos, como al-
godón y tabaco, cuyas áreas son pequeñas y esca-
sos también los volúmenes, aunque ambos pueden
tener importancia por el valor de la producción.
El algodón cubría en 1966, 920 hectáreas, y su-
maba 584 toneladas; el tabaco, 168 hectáreas con
158 toneladas de producción. .
Asimismo corresponde hacer notar que las
áreas cultivadas con remolacha azucarera y caña
de azúcar aumentaron en un 20 y 25 %, respec-
tivamente, en los últimos años; pero, a los efectos
globales, como ha disminuido el área sembrada
con lino, las cifras se compensan.
La agricultura tuvo inicialmente, como finali-
dad principal, el aprovisionamiento de Montevi-
deo. Lo logró utilizando las tierras disponibles en
sus inmediaciones, extendiéndose luego hacia Ca-
nelones y hacia San José y Colonia. Durante mu-
chos años sólo prosperó en el sur y el suroeste del
país. Aunque las tierras de Canelones llevan casi
un siglo de uso, aún se destinan a la agricultura;
con preferencia, a la fruticultura y la huerta, y
también a la explotación lechera. Prácticamente
se ha abandonado la cerealicultura en esta región.
Parte del área, allí donde se ejerce directamente la
influencia del ingenio azucarero de Montes, culti-
va la remolacha azucarera. En el este del departa-
mento de Canelones y sudeste de Maldonado, es
notoria la incidencia del ingenio remolachero de
La Sierra (primer ingenio azucarero del país) com-
pletamente remodelado y ,ampliado en los últimos
años.
Nadie debe asombrarse por el hecho de que se
sigan destinando al uso agrícola los mismos pre-
dios desde hace más de un siglo. En Europa las
mismas tierras se vienen llSando desde hace varios
centenares de años, pero la técnica es diferente.
Yendo a lo elemental, se reponen las pérdidas de
minerales y del humus del suelo mediante lafertili-
zación, recurso que nuestro país no utiliza salvo
para determinados cultivos.
A partir de 1945 se observa una expansión
marcada del área agrícola, que gana tierras .en el
litoral oeste (Soriano, Río Negro, Paysandú) lle-
gando hasta Salto y Artigas con cultivos de caña
LA LOCALlZACION DI LOS
CULTIVOS
Producción
(Toneladas)
1:315.264
404.480
40.332
Superficies
,( Hectáreas)
Totales .
úieales ..•...
ilndustriales ..•..
¡Raíces y tubércu:os
:Hortalizas y legu-
minosas secas .
Frutales .
13
de azúcar, citrus y cultivos de primor (frutillas,
melones, sandías, zanahorias). Sobre todo, hay
una expansión del trigo, la avena, la cebada cer-
vecera y el arroz, en dirección al este, que abarca
Treinta y Tres y Rocha, pero que se da también
en Cerro Largo y Tacuarembó. En el mismo sen-
tido se extienden el girasol, la papa y la remolacha.
La planta azucarera "Azucarlito" de Paysandú y
la fábrica de cerveza "Norteña", de la misma
ciudad, crearon una mercado local que estimuló
los cultivos de remolacha y cebada cervecera en
Paysandú y Río Negro. Los ingenios azucareros de
ANCAP en El Espinillar (Salto) y los de Artigas
fueron un incentivo para los cultivos de caña de
azúcar en ambos departamentos y la presencia de
aquéllos hubiera resultado inexplicable si no se
hubieran asegurado el suministro de materia prima.
EL A~JMENTO DE LA PRODUCCION
AGRICOLA
Si consideramos la producción promedial, en-
contramos que los cultivos fundamentales, que en
1935-39 totalizaban 800.000 toneladas de produc-
ción como promedio, ocupando un área de
1: 231.500 hec~áreas, registraron hacia 1950 una
expansión en volumen de 1: 130.000 toneladas y
extendieron sus áreas en 580.000 hectáreas. Este
dato proviene de la Recopilación Estadística Agro-
pecuaria del Uruguay, del Ministerio de Ganadería.
y Agricultura.
Debe tenerse presente que los cultivos nuevos
(remolacha azucarera, caña de azúcar, girasol) son
muy productivos por unidad de superficie y en el
período 1935/39 ocupaban áreas muy pequeñas.
La remolacha y la caña de azúcar experimentaron
un crecimiento significativo a partir de 1942; el
girasol comienza a ser importante a partir de 1940
y el arroz duplica su producción con relación a
1940, en 1947.
La Guerra en España -revolución y contrarre-
vclución~ significó un corte drástico en el abaste-
cimiento de aceite de oliva para el país, y hubo que
abocarse rápidamente a su sustitución. No se cum-
plieron las predicciones optimistas del gobernante -
dictadór de la época, el Dr. Gabriel Terra, quien
PRODUCCIÓN PROMEDIAL DE LOS PRINCIPALES CULTIVOS
-en miles de toneladas-
en un discurso aseguró que la sustitución del aceite
se lograría "con la manteca de nuestras cooperati-
vas de lecherías y con la grasa de nuestro Frigorí-
fico Nacional". Las cosechas de maní -cultivo
que logró rápido desarrollo, sobrepasado luego por
el girasol, que también aumentó rápidamente--
cumplieron su "rol" de abastecimiento eficaz.
Entre las causas del crecimiento de la produc-
ción agrícola debemos anotar que, en primer tér-
mino, se realiza la sustitución de importaciones por
alimentos de producción nacional: prácticamente
todos los productos agrícolas del cuadro precedente
se utilizan como alimentos, menos el lino (aunque
sus tortas sirven para alimentar el ganado lechero
y aun el porcino). Ya indicamos la influencia de
la Guerra Civil Española sobre el impulso a los
oleaginosos comestibles. Por su parte, la demanda
de cebada cervecera aumenta y aparecen en el
mercados dos nuevas cervecerías: la "Oriental" en
Montevideo, absorbida luego por "La' Uruguaya"
-hoy "Fábricas Nacionales de Cerveza"-, la "Sa-
lus", en Laval1eja, y luego "Norteña" en Paysandú,
según ya se dijo. Cesan las importaciones de arroz
y la producción aumenta hasta lograrse saldos ex-
portables, aunque su colocación en el mercado
externo peligra cuando entra en juego la ley 480
de excedentes agrícolas de los Estados Unidos, que
protege el "dumping" que este país ejerce interna-
cionalmente con su producción agrícola excedente,
Anteriormente hicimos referencia a la expansión
del cultivo de sacarígenos, que se ampliará má,
aun cuando entren en funcionamiento los nuevos
ingenios proyectados. Se amplió el área de cultivo
de papas. El maíz pasó por una serie de fluctua-
ciones después de la gran cosecha de 1928, que
alcanzó a 224.874 toneladas. (Sólo en 1915, con
289.108 toneladas, se había logrado hasta entonces
un volumen mayor.) Recién en 1944, con 232.075
toneladas y en 1951 con 278.467, se logró superar
este nivel de producción. En 1928 el maíz rindió
un promedio de 972 quilas por hectárea, cifra nun-
ca alcanzada hasta ese año y superada redén en
1944 con 978 kgs/há. La cosecha excepcional de
1928 tuvo una consecuencia curiosa: se fundó un
partido político, el Agrario, dirigido por el Dr. Mi-
guel Páez Formoso, quien organizó un desfile de
productores maiceros por Montevideo, portando
cada uno una mazorca, demandando ante el estado
para que comprara la cosecha. El partido tuvo una
vida efímera. Pero el ejemplo de organizar a los
"productores rurales" habría de ser seguido má,
tarde y con más éxito -no para el Uruguay- por
otros políticos más audaces. La producción de maíz
también resulta distorsionada por las importaciones
de excedentes norteamericanos que el país realiza
al amparo de la ley 480.
En el caso de la producción de trigo, la inter-
vención estatal fue un factor estimulante. Veamos
las cifras.
EXPANSiÓN DE LA PRODUCCiÓN TRIGUERA
Fuente: Banco República.
15
La producción de 1955 fue la más alta en la
historia del cultivo del trigo en el país: 853.572
toneladas, con un rendimiento promedio de 1.106
quilas. Fue un año en que las condiciones naturales
.beneficiaron al trigo: llovió en el momento opor-
tuno, en las cantidades requeridas e hizo tiempo
soleado y seco durante la cosecha.
La expansión dura hasta 1956, y luego se es-
tabiliza con la cantidad necesaria para abastecer
el consumo interno: 400 a 450 mil toneladas. En
1968 el gobierno decidió estimular nueva~ente el
cultivo del trigo: prometió a los agncultores
$ 1.600 los 100 quilos y tuvo éxito: logró que se
sembraran 532.100 Hás. (310.040 más que el año
anterior). Se obtuvo' una producción de 484.000
toneladas (340.224 más que en 1967) con un
rendimiento de 910 quilas por hectárea, que pue-
de considerarse aceptable en nuestras condiciones
de cultivo. Pero el gobierno no cumplió su prome-
sa. Los agricultores no cobraron y fueron nueva-
mente víctimas de los acopiadores de cereales. El
área cultivada en 1969 descendió mucho y habrá
que importar trigo nuevamente para abastecernos
en 1969-70.
La agricultura se expande en la década del 50
labre todo' como consecuencia de la expansión in-
dustrial -una se apoya en la otra-; a su vez la
expansión industrial es consecuencia de dos facto-
res: a) el crecimiento de la población y, sobre to-
do, b) la mejora del poder adquisitivo de la po-
blación, que había logrado conquistas s~lariales,
fruto de la labor de los Consejos de Salarios que
adecuaron los mismos al costo de la vida. Al prin-
cipio, éstos cumplieron una labor realmente bene-
ficiosa, pues las conquistas salariales permitieron la
elevación del nivel de vida y fueron un estímulo
para la producción: aumentaban la demanda in-
terna.
16
LA PRODUCCION AGRICOLA y EL
USO DEL SUELO
La producción agrícola ha venido -creciendo a
una tasa acumulativa anual del 2,3 0/0; la pecua-
ria, por su parte, a una tasa del 1,1 0/0, menor
que la de crecimiento demográfico. Para mante-
ner el desarrollo acelerado de la producción agro-
pecuaria surgen tres posibilidades: la incorporación
de nuevas tierras a la producción, el aumento de
productividad en las áreas ya uti1iz~das, o los cam-
bios en el uso del suelo.
Todas las tierras explotables del país están
siendo utilizadas ya, por lo menos, desde comienzos
del siglo. El origen de la mayor parte de los au-
mentos se debe a los cambios registrados en el uso
del suelo. El suelo puede tener distintos usos y, en
función de éstos, generar distintos valores agrega-
dos. Por ejemplo: si se planta trigo se obtiene ma-
yor valor agregado que si se crían vacunos y o~i­
nos; pero si se planta remolacha azucarera o VI?
se obtiene mayor valor agregado que plantando tn-
go. De esto no debe deducirse que la mejor utili-
zación del suelo se logra·plantando vid.
CAMBIOS DEL INSTRUMENTAL AGRICOLA
El crecimiento de la agricultura determinó cam-
bies profundos en la fisonomía del paisaje nacional;
la ocupación humana de la tierra deja impresa su
huella, se suceden los campos roturados y sembra-
dos ocupando extensas áreas, el tractor y las má-
quinas agrícolas inician su ciclo produetiv~; se ara
y se llega a cosechar de noche, a la luz de los po-
tentes reflectores de las máquinas. Se expande la
maquinaria agrícola quizás a un ritmo demasiado
rápido y sin mucho ordenamiento en la compra,
pues no se realizó ningún tipo de control en ma-
teria de inversiones. Los productores se dejaron lle-
var, sobre todo por la propaganda y la habilidad
de los vendedores; prácticamente no hubo asesora-
"miento técnico ni mayor conocimiento en cuanto
al uso, mantenimiento y ventajas de la maquina-
ria adquirida.
La mecanización de la agricultura se hizo en
nuestro país a un ritmo muy acelerado, quemando
etapas. En la provincia de Buenos Aires se pasó
del buey al caballo y del caballo al tractor, siguien-
do una evolución paulatina y progresiva. Aquí pa-
samos bruscamente del buey_al tractor, y el caba-
IToaellioY"eTcabalIOarador apenas si empezaron
el ciclo. En Colonia su presencia fue más notoria,
pero en otras partes del país el caballo desapareció
rápidamente, sustituido por su sucesor de metal.
Eso no significa, claro está, que todavía no se em-
pleen el buey y el caballo en muchas pequeñas ex-
plotaciones. Aun en 1941 el buey ocupaba un pa-
pel destacado como animal de labor en los culti-
vos de arroz en Treinta y Tres, y habían boyadas
de centenares de cabezas que constituían una par-
te importante de la fuerza de trabajo.
Las trilladoras fijas, impulsadas por la polea de
las locomóviles, desaparecieron rápidamente, susti-
tuidas por las cosechadoras de autopropulsión.
También se operaron disminuciones en la utiliza-
ción de la mano de obra, al producirse la meca-
nización de la cosecha, lo que implicó la pérdida"
de trabajo para el bracero de temporada, quien
inició así su éxodo hacia la ciudad. Como al mis-
mo tiempo tuvo lugar el de...~rrollo industrial, el
campesino encontró al principio ocupación, sobre
todo en la rama de la construcción, pero la indus-
tria colmó pronto su necesidad de operarios y el
campesino pasó a engrosar la legión de los desocu-
pados temporales o permanentes, de los margina-
dos, de los habitantes de los cantegriles, de los que
han perdido la esperanza. Nuestro país no puede
permitir que se malogre su mano de obra; no debe
tolerar la pérdida de su potencial humano, que es
su don más preciado.
Veamos las cifras censales que reflejan la sus-
titución de la tracción animal por la mecanizada:
NOMERO DE ANIMALES BE LABOR Y MAQUINARIA
AGR[COLA
Conceptos
Bueyes o. o o •• o • o ••
Caballos de tiro y
silla .• o •• o •• o. o
Tractores o o o' • o • • •
Cosechadoras automo-
trices o • • • o o o • o o
Trilladoras •• o o • o o •
Carros •• o" • • • • • • o •
Carretas •• o o ' • • • •
Camiones, comionetos
y jeeps • o' •••••
La sola observación de las cifras que anteceden.
tomadas de los respectivos censos agropecuarios,
resulta ampliamente demostrativa. De 1951 a 1966
los bueyes utilizados d:.sminuyen en un 66%, los
caballos casi en un 50 %, los tractores se multiplican
por 5, se reducen las trilladoras que resultan anti-
"¿liadas pero se triplican las cosechadoras automo-
trices. Llama la atención el número de carros que
se mantienen todavía, pero no debe olvidarse que
el tractor se utiliza mucho como elemento motriz pa-
ra éstos, a los que se ha provisto de rodado de goma.
LA AGRICULTURA Y LA IRRIGACION
En un país donde las precipitaciones son irre-
gulares y donde, sobre todo, es muy variable la
efectividad de las mismas por las variaciones en la
evaporación y en los índices de la humedad rela-
tiva, importa conocer la incidencia que en la pro-
ducción agrícola tiene la irrigación. Irrigar supone
una inversión onerosa pero, al mismo tiempo, sig-
17
..11____ ¡¡~¡ • •
- ..¡:.---~¡;,...---!i'1¡~
,
En el ingenio "El Espinillar" de Salto, las grúas para la descarga de la caña de azúcar.
nifica la seguridad de la cosecha. Balancear los in-
sumas que implica su empleo con los ingresos pro-
venientes de un buen rendimiento, es asunto del
productor. Pero el estado debe obtener una polí-
tica para fomentar y facilitar la irrigación. La ley
de conservación de suelos yaguas puede tener
alguna influencia al respecto, pero eS de reciente
vigenc}a y no ha transcurrido aún el tiempo sufi-
ciente para apreciar sus efectos.
Según el censo de 1966, el total de hectáreas
con riego ascendía a 41.980, un aumento del 57,55
por ciento con respecto a 1961, pero apenas al-
18
canza a irrigarse el 0,32 % del total cultivado.
¿Qué cultivos se riegan? El 98,38 % del arroz (o
sea 30.499 hás.), el 95,51 % de la caña de azú-
car, el 4,64 % de las hortalizas y las papas, el
4,96 % de los frutales, el 0,78 % de los viñedos
y el 0,11 % de las forrajeras. El arroz y la caña
de azúcar no pueden cultivarse sin riego en nuestro
país. La aparición de las tapias y de los canales
de riego en Treinta y Tres y Rocha puede conside-
rarse uno de los cambios más singulares produci-
dos en una zona donde el territorio era, aparente-
mente, improductivo. Llama la atención que la su-
---------- ------- -- ----------------
"Azucarlito", ingenio de elaboración de remolacha situado en Paysandú.
perficie de hortalizas que se riega abarque sola-
mente el 4,64 % del total cultivado. Quizás el
hecho de incluirse los datos de ciertas hortalizas en
los datos relativos a las papas, que se riegan poco,
incide sobre el total. Los cultivos hortícolas exigen
cuidados minuciosos, insumos cuantiosos (debidos
al alto costo de las semillas, de los fertilizantes y de
la mano de obra exigida en la preparación de las
tierras), cuidados culturales-y diversas labores de
mantenimiento; la cosecha se hace generalmente a
mano, por lo que no puede dejarse la suerte del
cultivo librada a las posibilidades de lluvia. Las
instalaciones de riego resultan caras, lo que expli-
ca las dificultades de su empleo.
LAS AREAS AGRICOLAS y SU
DiSTRIBUCION SEGUN EL CENSO
DE 1966
Parece oportuno, para tener una idea de la dis-
tribución geográfica de la agricultura en el país,
indicar, por departamento, las áreas sembradas y
la producción de los principales cultivoscerealeros
e industriales.
Las tierras utilizadas para la agricUltura en
1966 totalizaron 1:319.630 hectáreas y las gana-
deras 14: 901.111. El total sembrado en 1966equi-
vale al área que los cereales, por sí sólos, atuparon
19
en 1958, año que sirvió de comparación para nues-
tro trabajo.
Los departamentos que destinaron mayor su-
perficie a la agricultura, en 1966, fueron Soriano,
con 184.190 hás.; Colonia, con 174.963; Paysan-
dú, con 168.061; Río Negro, con 129.680, Cane-
lones, con 126.869 y San José, con 98.772. Estos
seis departamentos totalizaron 882.535 hectáreas,
el 67 % del área total sembrada. Por su parte, es-
tos seis departamentos tienen un área productiva
de 4:433.878 Ms.; destinan a la agricultura
882.535, es decir, aproximadamente la quinta par-
te del área; todos los demás departamentos, con
un territorio productivo de 11: 786.863 hás., dedi-
can a la agricultura 437.095 hás., solamente el
3,73 % del área posible. ¿Por qué razón la agri-
cultura alcanza tal desarrollo tan sólo en los seis
departamentos citados? Con un criterio muy gene-
ral puede establerse que, para Canelones y San
José, la proximidad del gran mercado montevidea-
no asegura la colocación de la producción con ba-
jo costo de transporte. Colonia, Soriano, Río Ne-
SECTOR AGRICULTURA
~IlUCTO BRUTO INTERNO DEPARTAMENTAL DE
En % sobre el, totol sédorioL
_"''''''.'510
....; .......
20
gro y Paysandú destinan a la agricultura las tierras
más aptas del país, que son los denominados limos'
de Fray Bentos, suelos "de granul~metría media
depositados por el viento, con interestratificaciones
de cenizas volcánicas, a veces cementados con cal-
cáreos y de aspecto laminar y a veces bastante des-
calcificados". (Los sueles del Uruguay. Su uso y
manejo. Ministerio de Ganadería y igricultura.
1967.)
VALOR DE LA PRODUCCION
AGRICOLA
Interesa determinar cuál es la incidencia de los
distintos renglones que componen el sector agricul-
tura en el valor de la producción bruta.
Puede observarse: 1) El valor de la produc-
ción de los cereales' élisminuye en cifras muy signi-
ficativas; todos los demás renglones aumentan.
2) Los sacarígenos casi se duplican. 3) La inver-
sión en plantaciones y cultivos permanentes tripli-
ca su importancia en el porcentaje con relación al
año 1955. Una combinada en pleno trabajo.
VALOR DE LA PRODUCCIÓN BRUTA A COSTO CONSTANTE DE FACTORES DE 1963
(En % sobre el total)
21
LA PRODucelON GANADERA
CARACTERISTICAS GENERALES
La producción animal incluye diversos rubros:
vacunos, ovinos, porcinos, equinos, aves. Comen-
zaremos por expresar que la región platense ofrece,
en materia de explotación de los recursos animales,
una fisonomía particular que abarca no sólo el lí-
mite geográfico de la misma, sino que se extiende
a vastas zonas del vecino estado brasileño de Río
Grande del Sur. Todavía hoy gravita sobre el ré-
gimen de explotación y de cría pec~aria la est~c­
tura existente en los albores de la mdependenCla,
que si bien ha experimentado algunos cambios a
los que vamos a referirnos, mantiene sus rasgos
primigenios fundamentales.
El clima y el suelo favorecen la explotación pe-
cuaria pero el hombre, factor decisivo porque es
quien imprime la dirección, el que da la pauta
del desarrollo eéonómico de la explotación, no ha
22
sabido aprovechar las ventajas naturales para ob-
tener resultados acordes con esas condiciones favo-
rables.
Cuando se analizan las tasas de crecimiento de
nuestra producción agropecuaria, referidas al Uru-
guay, nos encontramos con las siguientes cifras, que,
como los viejos noticiarios del cine mudo, "hablan
por sí mismas". Veamos entonces las tasas acumu-
lativas de crecimiento de la producción agrícola,
pecuaria y agropecuaria, total y por habitante, en-
tre los años 1935/37 y 1962/63:
Fuente: CIDE.
Si nos referimos únicamente al sector pecuario,
la tasa de crecimiento para este periodo de 27 años
alcanza el 1,1 % anual, lo que significa que para
duplicar la producción en el sector se necesitarian,
a este ritmo, 91 años. Pero si se compara el creci-
miento del sector pecuario con el crecimiento de
la población, la tasa se hace negativa (-0,2 %
por habitante). Como en el sector agricola la tasa
de crecimiento, aunque es también muy baja, su-
pera a la del sector pecuario, resulta una tasa total
de crecimiento del 1,5 por año; para duplicar la
producción total, por lo tanto, necesitaríamos se-
tenta años.
Si pretendemos analizar las características de la
producción ganadera, nos encontramos con que no
hay problemas que afecten solamente al sector, sal-
vo alguno muy específico y que no es el fundamen-
tal. Todos los sectores productivos del país padecen
23
"Una ganadería a campo natural, sin mejoras".
hondos problemas estructurales. Y las causas son
externas e internas: remediar las externas es tarea
difícil y nuestra contribución para su solución será
siempre pequeña, en función de la pequeñez re-
lativa de nuestros recursos. Pesamos poco en el
concierto internacional, aunque la estridencia de
nuestra argumentación sea algunas veces escucha-
da y pocas veces tenida en cuenta. Eso no significa,
necesariamente, que debamos renunciar a hacernos
oír o que tengamos que permanecer callados. Te-
nemos que ponernos urgentemente a resolver nues-
tros problemas internos y a buscar nuestras propias
soluciones, que surgirán del conocimiento de los
mismos. Veamos cuáles son las características de
nuestra ganadería.
1) Ganadería a campo. El clima permite esta
forma de explotación. Sólo algunos animales de pe-
digree muy finos tienen establo. donde pasar la no-
che. Las vacas lecheras se estabulan en el momen-
to del ordeñe y se aprovecha esta circunstancia pa-
ra darles la ración concentrada. Más que una ga-
nadería acampo, es una ganadería a campo natu-
ral, sin mejoras.
24
2) Se emplea un número limi.tado de razas,
tanto bovinas como ovin'as. Ya hay bastante expe~
riencia al respecto y pasó, para el país, la época de
los tanteos y de las dudas para decidirse a esco-
ger la raza apropiada, en función de la finalidad
perseguida por el productor: carne o leche; carne
o lana; doble propósito. Afortunadamente hay una
gran uniformidad en el suelo uruguayo. Los micro-
climas, la variedad de suelos, no afectan mucho al
ganado. Apenas si se requiere la elección de los la-
nares apropiados para las zonas donde la humedad
del suelo es permanente o casi permanente, como
en los bañados del este. Pero puede decirse, sin te-
mor a equivocarse mucho, que casi todas las razas
que se crían actualmente, se adaptan a cualquier
zona del país. Eso no significa que debamos cerrar-
nos a toda innovación en materia de introducción .
de razas, o que persistamos en la. forma de crianza
tradicional para aquellas que se encuentran adap-
tadas.
En 1951 el Ministerio hizo, por única vez, un
censo de razas, cuyos datos insertamos a conti-
nuación:
Los ovinos "Corriedale" constituyen el 30 % del stock del país.
Las tres razas de animales de carne están per-
fectamente bien adaptadas y resisten las epizootias
que suelen atacarlas. Se han introducido en los úl-
timos años los bovinos Charolais, cuya carne, con
una distribución muy particular de la grasa, se
adapta mejor al mercado continental europeo. Es
preciso, sin embargo, tener presente que si con
frecuencia nuestros animales de carne tienen de-
masiada grasa, se debe, más que a una caracterís-
tica racial, al sistema de engorde que empleamos.
Los animales se hacen por la boca: dependen del
momento, de la cantidad y de la calidad del ali-
mento que se les suministre, las posibilidades de su
desarrollo. No podemos quejarnos de la mcstización
lograda con nuestros animales: se les ha mejorado
mucho. Pero no sirve de mucho un animal de bue-
na sangre si no come lo que debe en el momento
oportuno. Si se le suministra poca agua, si se le
niega sombra en el verano y abrigo en el invierno,
25
"Charolais", los recién llegados.
no ha de servirle para gran cosa la pureza racial.
Es evidente la influencia de las razas inglesas en
nuestra ganadería. Fueron las que integraron las
primeras cabañas y fue el mercado inglés el pri-
mero que nos planteó exigencias con respecto a la
calidad de la carne. Cuando se exportaba tasajo,
la calidad de la carne no era mu~' importante: la
salazón la disimulaba. Pero cuando la carne es en-
friada o congelada, la calidad resulta decisiva. En
cuanto a las razas lecheras, predomina la Holanda.
que se ha adaptado perfectamente y que es gran
productora de leche. Su carne no es muy codiciada,
no por un defecto de raza, sino como consecuencia
de la alimentación que este ganado recibe en nues-
tro medio. Hay suficiente experiencia para afirmar
que los animales Holanda bien alimentados dan
muy buen rendimiento en el gancho y carne de bue-
na calidad. Cuando se selecciona en materia animal,
también en materia vegetal, el mejoramiento de
una ,función se hace siempre en detrimento de otra.
26
Como vacuno de doble propósito se destaca el
Normando, que da menos leche que el Holanda,
pero su carne se cotiza bien. La Jersey se utiliza
en pequeña escala: pequeña, ocupa poco sitio, tie-
ne pocas necesidades alimentarias en función de su
pequeñez. Su leche, bien cotizada, cuenta· con un
elevado porcentaje de grasa.
En cuanto a los ovinos, utilizaremos los datos
del censo de 1951, a los efectos de determinar los
porcentajes de las razas. En 1966 tenemos 400.000
ovinos menos que en 1951.
DISTRIBUCiÓN POR RAZAS, SEGÚN EL
CENSO DE 1951
La característica más negativa de nuestro stock
lanar consiste en el porcentaje elevado de cruzas,
con 47,3 % en 1951. Posteriormente, este porcen-
taje ha de haberse modificado en parte. En estos
animales las caracteristicas no están aún bien fija-
das y su productividad fluctúa. La tendencia es a
la "corriedalización" de las majadas, porque está
oveja se ha adaptado perfectamente y aunque su
vellón no tiene la misma finura que el del Merino, es
un animal más resistente. Merina e Ideal tienen
la mejor calidad de lana, por las que hay deman-
da sostenida.
La Corriedale es una especie ovina de "doble
propósito". Puede dar buen cordero y buen capón
y una lana que, cuando el animal ha sido bien cui-
dado, resulta de buena calidad. Pero todo depende
de cómo se le críe. Si se lo alimenta bien, se lo pro-
tege. de las heladas, del viento y dél frío, los rendi-
mientos, tanto de lana como de carne, han de ser
elevados. Por sobre todo, en el rendimiento, a cons-
tancia de otros factores, influye el estado sanita-
rio. Las enfermedades parasitarias no ocasionan
mucha mortalidad, pero debilitan al animal, y ani-
mal débil rinde poca lana: ésta adquiere una serie
de características que le hacen perder valor en el
mercado.
3) Los stocks, tanto de bovinos como de ouinos,
registran escasas fluctuaciones y muestran una ten-
dencia 'al estacionamiento.
Los stoéks sufren variaciones fundamentales en
función de las contingencias climáticas y, dentro
de éstas, los excesos o los defectos de las precipita-
ciones. El exceso de lluvias perjudica más a los ovi-
nos; su escasez perjudica más a los vacunos. Vea-
mos los datos censales:
ciente. Las sequías de 1941 determinaron una dis-
minución del stock bovino. Por eso se ordenó
un censo en 1943, para determinar sus efectos. Las
lluvias de 1959 no causaron tanto daño como se
pensó y los campos se recuperaron bastante bien;
también los stocks bovinos. Pero los ovinos dismi-
nuyeron. No es exactamente efecto de la lluvia o
de la sequía, pero los animales sufren la falta o el
exceso, quedan muy debilitados y las epizootias en-
cuentran campo propicio, con lo que aumenta la
mortandad. Llama la atención que nunca se haya
recuperado la dotación de ovinos de 1908. No tiene
sentido que los animales perezcan de sed o por es-
casez de pasturas en épocas de sequía. El territorio
nacional está bien irrigado y hay también agua en
el subsuelo. Pero falta fYrevisión. Tampoco hay pre-
visión forrajera; el ensilado para los animales a
campo es una práctica desconocida, salvo para las
lecheras.
Otro factor que determina las fluctuaciones de
los stocks es la influencia que ejercen sobre los
productores las tendencias del mercado. Durante
largos períodos se estuvieron aplicando técnicas de
Fuentes: Dirección General de Estadística y Censas Agropecuarios (M. G. Y A.).
Las lluvias de 1914 hicieron disminuir los stocks
de ovinos; por otra parte, los criadores habían re-
cargado los campos al máximo pues los altos pre-
cios, producto de la guerra europea, eran un ali-
cruzamiento inadecuadas, "corriendo detrás de la
tendencia del mercado".
Ocurre que en otros países ganaderos la ten-
dencia no es sólo al mejoramiento de la sangre en
27
los stocks sino, y fundamentalmente, a aumentar
el número de animales mediante el aumento de las
disponibilidades alimentarias.
Algunos sostienen que en el Uruguay hemos
llegado al stock límite que pueden soportar nuestras
tierras. Esto es abSurdo. Sólo resulta verdad den-
tro del actual sistema de tenencia: el gran hacen-
dado no muestra interés en aumentar los stocks
porque ello implica más trabajo )' una inversión
mayor, ya que hay que mejorar las pasturas para
poder alimentar a más animales en la misma área.
Desde 1908 hasta el presente, la población del
país ha aumentado dos veces y media, y el stock,
expresado en unidades bovinas, pasó de 1.290 uni-
dades cada 100 personas a 440 unidades cada cien
personas en 1961. Mientras tanto ¿qué ocurre en
el resto del mundo? De 1950 a 1960 las existen-
cias de ganado vacuno aumentaron en el mundo
entero de 716:300.000 cabezas a 899:400.000:
aumento del 18 0/0. En el Uruguay el aumento fue
sólo del 6,3 ro, pero, como al mismo tiempo dis-
itrinuyó en nuestro país el stock ovino, el aumento
real resultó del orden del 1 % en este decenio.
Sin embargo puede señalarse que, con relación
a la población, Uruguay acusa la mayor propor-
ción de vacunos por habitante, con 2,975, s~gui­
do por Nueva Zelandia con 2,5, Argentina con 2
y Australia con 1,5. En materia de ovinos el pri-
mer lugar lo ocupa Nueva Zelandia con 20, el se-
gundo Australia con 9, el tercero Uruguay con 7,5
Y el cuarto la Unión Sudafricana con 3,2. Llama
la atención que, por primera vez en lo que va del
siglo, de acuerdo con el censo de 1966 la propor-
ción de bovinos por habitante no alcanza a tres.
DENSIDAD GANADERA Y
AREA DE LOS ESTABLECIMIENTOS
Nos limitaremos a destacar que: 19
) En los
minifundios de 1 a 4 hás., en 12.844- estableci-
28
mientos con un área total de pastoreo de 17.937
hectáreas, en 1966 había 25.719 vacunos, o sea
1,43 por há., y 22.026 ovinos, es decir, 1,23 por há.
29
) En los latifundios de 5.000 a 9.999 hás.,
288 establecimientos con un área de pastoreo de
1: 815.917 hás. contaban con 845.612 vacunos,
0,47 por hectárea, y 2: 290.964 ovinos, 1,26' por há.
39 ) Los latifundios de más de 10.000 hás., 68 es-
tablecimientos con superficie de pastoreo de 917.633
hectáreas, sumaban 451.049 vacunos, 0,49 por há.,
y 1: 223.979 ovinos, 1,33 por há.
Éstos son los extremos, pero puede establecerse:
a) A medida que aumentan las áreas, el stock va-
cuno disminuye con relación a la superficie. b) El
stock ovino por hectárea aumenta hasta llegar a
los predios comprendidos entre 100 y 500 hás. con
1,82 - 1,83 por hectárea; a partir de allí disminu-
ye y llega a 1,26 en los predios entre 5.000 a 9.999
hectáreas. En los de más de 10.000 hectáreas ya
dijimos que es de 1,33 por há.
Tesis general, entonces: a medida que aumen-
ta el tamaño de los predios, por encima de 500
hectáreas, el stock disminuye. Pero menor cantidad
de cabezas de ganado por hectárea no significa,
necesariamente, menor productividad por hectá~
rea; puede darse el caso de animales mejores, que,
criados a campo, al disponer de más alimentos en
función del área, pueden dar más quilogramos por
unidad de superficie. Eso puede o no ser cierto, se-
gún los casos. Téngase presente, además, que, los
minifundios, en los predios muy pequeños, tienen
animales de la peor calidad, muchos de ellos re-
fugados o regalados, y su productividad en leche,
en lana y, en última instancia, en carne, es nece-
sariamente baja.
¿Qué ha pasado con los stocks en relación al
área global del país?
En 1908 había 45,5 bovinos por quilómetro
cuadrado y 140,4 .ovinos; en 1966 había 45,4- bo-
vinos y 128,2 ovinos por Km2. En cuanto al stock
porcino, aproximadamente de 380.000 cabezas, se
registra un aumento paulatino desde las 180.000
de 1908. El problema, en este caso, consiste en la
alimentación. Podemos comparar nuestra situación
con la del vecino estado de Río Grande del Sur, que
tenía 6: 500.000 cabezas de suinos en 1958, y cul-
tivaba maíz para su alimentación. En 1958 obtu-
vo 1: 480.000 toneladas, en tanto que la produc-
ción de Uruguay el mismo año apenas alcanzó,
en este rubro, las 276.000 toneladas.
Productividad de los stocks. Criando, como se
crían en el país, conjuntamente ovinos y bovinos,
se obtienen los siguientes rendimientos por há.
Produc~o
Carne bovina (en pie)
Carne ovina (en pie)
lana (en pie)
leche (litros) .
TASA DE CRECIMIENTO DE LAS EXISTENCIAS DE BOVINOS COMPARADA CON LA DE OTROS PAISES
Miles de cabezas
1947148
1.959/60
1951/52
8.154 8.671 6.3
45.000 43.398 3.6
14.552 16.503 13.4
8.924 5.992 -21.7 (ya ser
15.605 18.735 20.
2.998 3.394 13.2
2.659 3.507 12.5
4.869 5.295 31.8
102.972 110.235 7.1
49.918 58.166 16.7
10.854 12.480 15.
8.285 9.399 13.4
10.277 11.771 14.5
7.945 10.497 32.1
4.960 21.561 44.1
0.424 96.236 19.7
1.265 72.829 42.1
8.937 22.450 18.5
29
Países exportadores
Sub total sin Argentina ni Uruguay ..
Países que producen para mercado interno
Repca. Federol Alemana ..- .
Italia .•.................
Reino Unido .....•. ~ .
Canadá
Uruguay .
Argentina .
Australia .
Nueva Zelandia .
Francia '.' .
Dinamarca .
Irlanda .
Países Bajos .
Sub total .
Esperando ~ara ser llevadas cila playa de matanza.
PRODUCTIVIDAD DE LA GANADERIA
Las existencias de. ganado se encuentran con-
solidadas en el Uruguay. Las variaciones de pre-
cios entre la carne bovina y la lana han determi-
30
nado cambios en los stocks, porque a su vez deter-
minaron cambios en la orientación de la produc-
ción. Esto es notorio, sobre todo, para el ganado
OVino.
Mientras se mantenía más o menos constante el
stock, la población se rj1ultiplicó por 2,5; enton-
ces, de 1.290 unidades bovinas cada 100 personas
en 1908, pasamos a 440 unidades bovinas cada
100 personas en 1961; quiere decir que por per-
sona, el stock disminuyó en dos tercios.
Entre tanto, en la década del 50, las existen-
cias mundiales de ganado bovino aúmentaron un
18 %, pasando de 761:300.000 a 899:400.000.
El aumento se produjo en todos los países, no
sólo, en los que exportan, sino en los que se auto-
abastecen y/o importan.
Las existencias vacunas, en la década del 50,
aumentaron en el Uruguay un 6,3 % pero, como
al mismo tiempo se redujeron los stocks ovinos, el
incremento de las dos especies, expresado en uni-
dades bovinas, fue apenas del 1 %.
COMPOSICIÓN DE LOS RODEOS. La cría
de ganado en Uruguay se basa en el pastoreo ex-
tensivo de las praderas naturales. Según el censo
de 1966 se destinan a la ganadería 14: 901.111 hás.
(prácticamente quince millones) de las que Se me-
joran, según el detalle adjunto, para aumentar la
productividad, 1: 029.230 hectáreas, vale decir el
7 % del área:
En el censo del año 1961 las praderas mejora-
das sumaban 609.638 hás.; hay pues un incremen-
to de alrededor del 80 %, lo que resulta un síntoma
alentador, aunque el total de:áreas mejoradas, con
relación al área total, sea muy pequeño. Claro es-
tá que los más favorecidos con los créditos y la di-
rección técnica del Plan Agropecuario han sido los
ganaderos más poderosos. Indicamos que lo impor-
tante es mejorar la alimentación, porque las defi-
ciencias alimentarias tienen efectos multiplicadores
en las deficiencias de todo orden: baja precociéiad,
baja fertilidad, baja resistencia a las enfermeda-
des, etc.
Tenemo~ una inadecuada composición de los
rebaños bovinos y ovinos por sexo y edad. Veamos
primero los vacunos: un alto porcentaje del stock,
5,5 % del total, está formado por novillos de más
de tres años; si se les alimentara mejor, se podría te-
ner prontos, a los tres años, hasta 480.000 novi-
llos más por año (en 1964, por ejemplo, se faena-
ron 1:438.300 animales). Se podría aumentar la
faena en un 33 %.
La proporción de vaquillonas o hembras no
entoradas es muy alta: 13 %' Se podría elevar el
porcentaje de vacas de cría del 33 al 43 %' En
Nueva Zelandia el porcentaje es del 37,8 %' La
composición del rebaño lechero es muy deficiente;
al estudiar, en particular, la producción de leche,
volveremos sobre el punto.
Al igual que en el caso de los vacunos, el por-
centaje de hembras ovinas, ovejas, es decisivo pa-
ra la producción. En Nueva Zelandia las ovejas de
cría suman el 69 % del total de ovinos. Aquí, ape-
nas alcanzan al 34 %' Como nuestras borregas
crecen lentamente, porque pasan hambre, frío, sed
y se enferman, no pueden encarnerarse hasta los
dos años y medio, lo que impide el proceso de re-
novación y selección del.rebaño. Tenemos una baja
tasa de parición y una alta mortandad de corde-
ros, debido sobre todo a la falta de abrigo. La tasa
de procreo alcanza apenas al 60 %' Además, co-
mo no se encarnera al tiempo debido, porque no
hay precocidad en el desarrollo, los rebaños no au-
mentan.
ALGUNOS INDICADORES DE LA BAJA
PRODUCTIVIDAD GANADERA
En la ganadería nacional la eficiencia y la pro-
ductividad están muy por debajo de las que po-
drían alcanzarse teniendo en cuenta las posibilida-
des que el medio ofrece. Veamos algunos índices.
La tas,a de procreo define el porcentaje de anima-
les respecto al total de hembras aptas para la re-
producción. No hay investigaciones ni encuestas
apropiadas, pero los expertos del ministerio esti-
man la tasa de procreo de vacunos en alrededor
del 58 %, con una tasa de parición del 65 %,
una tasa de mortalidad del 3 al 5 % en las ter-
neradas y el sacrificio de terneros en los tambos. En
EE. UD. la tasa de parición es del 86 %, en Aus-
tralia del 85 % y en Argentina, del 72 %' En ovi-
nos, nuestra tasa de procreo es del 60 %, pero en
Nueva Zelandia es del 95,4 ro y en EE. UU. del
97 %' Entre las causas del bajo procreo se encuen-
tran la esterilidad por brucelosis (en los vacunos),
la reducción de fecundidad por deficiencias mine-
rales en la alimentación, la falta de proteínas, el
mal manejo del rebaño (echada de carneros, falta
de mangas o de potreros para vacas u ovejas recién
paridas, etc.). Las enfermedades infecciosas y para-
sitarias causan alta mortandad de terneros y corde-
ros de 4 a 6 meses. También los últimos fríos prima-
verales ocasionan gran mortalidad de ovinos cuando
se adelanta la esquila, como está ocurriendo en 1969.
¿Qué quiere decir tasa de producción? Es la
tasa de faenamiento más el saldo del comercio ex-
terior de ganado en pie y los cambios de inventa-
31
El mercado interno se provee ahora de cuartos de-
lanteros.
rio con relación a las existencias ganaderas. Alcan-
za más o menos el 18 %. La tasa de extracción es
del 14 % (se obtiene como la de producción, pero
sin tener en cuenta los cambios de inventario).
Quiere decir que de cada 100 animales, se fae-
nan 14. En otros tiempos se obtuvieron tasas ma-
yores: en 1941/43, época de sequías, fue del 18,8;
en 1950/52 llegó al 19,3 y en 1956/58 bajó al
14,5 %' Comparada con otros países, la tasa es
muy baja: en EE. UU. es del 40 %, en Nueva Ze-
landia de~,39 %, en Australia del 28 % y en Ar-
gentina, con--condiciones similares a las nuestras, al-
canza el 22 %' Pero en los ovinos es todavía peor:
32
12 % frente a 21 % en Australia y 55 % en Nue-
va Zelandia. ¿ A qué se debe? A la baja pro-
porción de vientres, al sacrificio de animales de
tardía edad; como resultado de las deficiencias
alimentarias, se faenan los novillos a los cuatro o
cinco años, cuando podrían sacrificarse a los dos
años o dos años y medio.
RE.NDIMIENTOS UNITARIOS. - Es la
producción de carne por animal faenado. El peso
arrojado por el animal en el gancho, tomado ais-
ladamente, no significa mucho. Depende---de-la:
edad, del engorde, etc.: un toro Holanda pesa más
que un novillo Hereford de dos años, pero puede
pesar menos que un novillo Charolais. Si se fae-
nan muchos terneros, como ocurre en donde se
practica la lechería intensiva, el peso proporcional
de los animales disminuye. En Canadá y en Nue-
va Zelandia el peso medio es de 170 y 100 qui-
los, pero la tasa de faena es alta. En EE. UU.
tienen buena tasa de faena (40%) y muy buen
rendimiento (200 quilas); se logra con animales
precoces, de buen peso. En Argentina son 215 qui-
las y tasa alta. En Uruguay entre 200 y 225quilos,
pero son novillos de 4 ó 5 años; estamos igual que
Brasil, Chile y Colombia. Con los ovinos, en nues-
tro país los rendimientos son de 20 quilos,- pero se
faenan animales adultos: ovejas y capones. En Nue-
va Zelandia el peso medio es de 160z kg., pero se
faenan sobre todo corderos; las ovejas son el 30 %'
En el Uruguay, desde hace muchos .años, no se ha
operado ningún progreso en el rendimientc; de
carne en canal por animal. Se entiende por car-
casa o canal el "cuerpo entero de un animal fae-
nado después de desangrado, cuereado y evisce-
rada, y de cortada la cabeza y las patas". II;lcluye
también la cola, la columna vertebral y la parte
maciza periférica del diafragma, la riñonada y
la grasa de riñonada, y puede o no incluir la ubre,
según se especifique.
BOVINOS - MASA PARA UNA TONELADA DE CARNE
PRODUCCIÓN DE CARNE POR ANIMAL
EN EXISTENCIA. _.- El mejor indicador
de la productividad en carne y lana se obtiene
expresando la producción por animal existente o
sea la carne por bovino-masa y la carne y lana
por ovino-masa.
En Uruguay la producción de carne vacuna
por animal-masa fluctúa entre 30-35 y 41 kg.,
excepto en 1.940/44 que fue época de liquidación
de existencias, debido a la sequía del 40. Si se
mejoraran los métodos de alimentación y de en-
gorde desminuiría la edad de faenamiento, se ele-
varía la producción de vientres, aumentaría la ta-
sa de procreo y se obtendría más carne con me-
nos animales.
Alemania
Australia ....
Francia ....•
EE.UU. ;.
URUGUAY
1948150
21.2
23.2
16.4
16.5
26.7
1960
13.9
21.6
12.6
16.5
25.6
tacionándose en los últimos años. La producción
por animal en existencia es de 3.800 gramos, ci-
fra inferior a la de Nueva Zelandia, que es de
5.700, e inferior también a la de E E. U U.
(4.400) y a la de Australia (4.800).
A pesar de que los stocks de lanares han per-
manecido estancados e incluso se han reducido
algún año, ha aumentado la producción total de
lana, gracias a la selección mejorante obtenida
por los criadores. Pero se puede lograr una ma-
yor expansión mejorando las praderas, lo que per-
mitiría elevar los stocks, elevar el nivel de eficien-
cia de las explotaciones y mejorar la composición
de la majada. Aunque nosotros destacamos el me-
joramiento en el rendimiento de la producción de
lana por animal, debemos llamar la atención so-
bre lo siguiente: en Nueva Zelandia se obtienen
5.700 kgs. de promedio ·con stocks de 48: 500.000
ovinos; en Australia se alcanzan los 4.800 kgs. con
Un. stock de 152: 700.000 ovinos: e~ la medida
en que el stock aumenta se hace más difícil man-
tener el alto promedio de rel;J.dimiento per capita.
Entiéndase bien lo "esto
quiere decir: obtenemos una
tonelada de carne por 25.6
animales < en"exisfencia; en
Francia consiguen uno tone-
lada por coda 12.6 anima-
les· en·· existencia.
Hay que hacer notar que en la mayoría ·de los
países que obtienen más carne por vacuno en
existencia se producen además productos lácteos
(leche condensada, manteca, quesos) con al-
tos consumos por habitante y colocación de exce-
dentes.
PRODUCCIÓN DE LANA POR ANIMAL
EN EXISTENCIA. - El rendimiento de la-
na por animal ha mejorado en el largo plazo, es-
LOS VOLUMENES DE PRODUCCION
DE CARNES
a ) VACUNA. - El promedio de matanza de
vacunos entre 1951 y 1965 asciende a 1:312.000
cabezas; de ellas se destinan alrededor de 945.000
para el consumo y 367.000 para exportación. La
extracción anual sobre el stock fue del 16 % con
un rendimiento de carne limpia de 215 kgs. que,
como ya indicamos, es muy bajo. El volumen de
la oferta es del orden de 1: 400.000 cabezas por
año (con 3. % de terneros). Lentamente la ofer-
ta pierde sus características zafrales, pero sigue
habiendo un cierto déficit a fines del invierno y.
se produce una oferta incrementada en el otoño.
33
Camiones frigoríficos esperando turno en la planta
del "Modelo"
La. incidencia del desarrollo de las pasturas se
hace notar. La demanrla de carne osciló entre
140.000 toneladas en 1959 y 200.000 toneladas
en 1968. En Montevideo pasó de 57.080 en 1930
a 80.168 en 1942, alcanzando 87.295 toneladas
en 1953; a partir de entonces, decae.
El abastecimiento de Montevideo tendría que
estar a cargo, exclusivamente, del Frigorífico Na-
cional, que tiene por ley el monopolio de la faena
para tal finalidad. Creado como "ente testigo" en
1928 para evitar el contralor de precios, tendien-
tes siempre a la baja, que ejercían los frigoríficos
extranjeros, cumplió con eficacia su cometido du-
rante pocos años. Participaba también en la ex-
portación de carnes. Nunca hubo una política fa-
vorable a su desarrollo. La planta industrial era
obsoleta desde sus comienzos y los intentos para
reacondicionarla fueron vanos. Tampoco se cum-
plieron sus finalidades de ente regulador de pre-
c·ios, lo que debía favorecer tanto al productor co~
1110 al consumidor. En efecto: la distorsión en el
mercado, determinada por la presencia del merca:
do negro o paralelo que abastecía a la capital sin
contralor de tarifa, conspiraba y conspira contra
la economía del Frigorífico Nacional. La tarifa de
venta que estaba obligado a respetar, le impedía
pa'gar los precios que el productor demandaba y
obtenía de los mataderos, y si el Nacional quería
comprar en el mercado a los precios de oferta, te-
nía que vender a pura pérdida. Descapitalizado,
el Frigorífico Nacional no puede cumplir con su
ge<;tión. La lucha de los frigoríficos extranjeros y
de las pequeñas plantas privadas (que son casi to-
das extranjeras) por conquistar el abasto capita-
lino sigue adelante. Por otra parte, los mataderos
de Canelones y San José intervienen ilegalmente
en el abasto de Montevideo, según se desprende
del análisis de las cifras siguientes:
RESES VACUNAS FAENADAS EN EL PAIS
18 Deptos. sin
Años Montevideo
I
1940
1950
1954
1957
1960
1961
1962
1963
1964
197·744
301.385
386.806
457.064
337.182
349.554
278.065
497:685
492.527
19.557
68.678
124.840
169.303
108.660
113.708
132.524
182.093
202.504
F.uente: Bernhard, "Uruguay en el Mundo de lo Carne", Montevideo, 1967.
Obsérvese que mientras la faena de la colum-
na [ se multiplica por 2,5 de 1940 a 1964, la fae-
na de Canelones se multiplica por 10,5. El desme-
surado aumento se explica en la medida en que
Canelones abastece a Montevideo. Al mismo tiem-
po, el Frigonal experimenta una disminución. del
27 % cuando debió haber multiplicado su faena
para el abasto por 2,5 para seguir el ritmo general.
Veamos ahora el total de la faena, para el
período 1951/65:
ANIMALES FAENADOS (INCLUYE FAENA
CONTROLADA Y NO CONTROLADA)
Fuente: Ing. Agr. Juan Hotchondo; "Producción de Carnes"
(Conferencio inédito).
Se pueden estimar los promedios anuales de
producción de carnes para el período 1951 a 1965
para abastecer un consumo de 204.000 toneladas
y una exportación de 74.500, es decir que el con-
sumo requiere el 72 % de la faena y la exporta-
ción utiliza el 28%. Éste es el caso de los vacu-
nos. En cuanto a los ovinos se establece que el pro-
medio de consumo anual es de 51.552 toneladas,
o sea el 92 %, y la exportación comprende sola-
mente 4.547, el 8 %'
La carne ovina es, en los hechos, consumida
en el interior del país. Se faenan alrededor de
2: 800.000 ovinos por año, con unas 50.000 tone-
ladas o sea 38 kgs. por persona/año. En cambio
en Montevideo apenas se faena 1kg./persona/año.
Las tentativas de incrementar el consumo de car-
ne ovina en Montevideo han fracasado siempre.
La reciente veda de carne vacuna no llegó a for-
zar su consumo; por otra parte, no· hay casi carne
ovina disponible y cuando existe es de mala cali-
dad: capones viejos y gordos en exceso, como las
ovejas, y una pequeñísima cantidad de corderos y
35
36
La producción de leche ha ido aumentando
en el país, según se desprende del cuadro siguiente :
poderosos frigoríficos ligados al trust internacional
de la carne. Los obreros de los frigoríficos sostuvie-
ron un largo conflicto en defensa de sus fuentes de
trabajo y de sus conquistas sociales, ante la indife-
rencia y desinterés de los poderes públicos, que uti-
lizaron el conflicto como un vehículo para con-
sumar la ruina del Frigorífico Nacional, del mismo
modo que están consumando la ruina de la na-
ción. En otras oportunidades en que hubo escasez
de vacunos, se importó ganado en pie, para dar
ocupación en la faena a la mano de obra nacional;
ahora no. Por otra parte, para mantener la carne
enfriada importada en cámaras, se utilizaron las de
la industria privada, estando libres las del Nacio-
nal, con lo cual· se continúa ignorándolo y arrui-
nándolo deliberadamente.
LA PRODUCCION DE LECHE
borregos. Se ha llegado al extremo de autorizar la
importación de 5.000 toneladas de carne vacuna
de Argentina. Es tal la desorientación del gobier-
no actual en materia de producción de carnes, co-
mo en todas las materias, que en junio de 1969
autorizó la exportación de 50.000 vacunos en pie
para el Brasil, con el pretexto de que "sobraban
novillos", y luego sucedió que nos quedamos sin
carne vacuna. Se pretexta que los animales no tie-
nen estado, "por culpa del clima". Es una historia
vieja, no por repetida menOs incierta. Se quiere
hacer recaer en las "condiciones naturales" 10 que
es el resultado de una producción rutinaria, inade-
cuada y sin previsión.
Entre tanto, los frigoríficos continúan paraliza-
dos y el Nacional está siendo estrangulado por los Fuente: Cuentas Nacionales, Banco República, 1965.
El ordeñe mecánico se va extendiendo.
Si se hubiese cumplido el plan de la CIDE,
en 1967 se habrían obtenido 813.000 miles de li-
tros, y se esperarían alrededor de 1: 067.800 para
1974. Para eso habría que ajustar los stocks de
vacas-masa (vacas en ordeñe más vacas secas).
Si ello se lograra, aumentaría además el rendimien-
to por vaca-masa, disminuyendo la proporción de
va<:as-masa (vacas en ordeñe más vacas secas).
de leche por animal, de tal volumen que disminu-
yendo la cantidad de vacas lecheras la producción
aumentaría.
En primer lugar la alimentación deficiente, a
pesar de que en la cuenca lechera que abastece a
Montevideo el porcentaje de "concentrado" es
muy alto. En los momentos de crisis forrajera no
sólo baja la productividad por vaca en ordeñe, si-
no que se prolonga el período en que las vacas
permanecen secas, pues no se presentan los celos.
Ocurre que se emplea tanto concentrado que "la
pradera sólo se utiliza para mantenim:ento y muy
poco para la producción" ("La cuenca lechera de
Montevideo", Facultad de Agronomía, Montevi-
PROYECCIÓN DE LOS RENDIMIENTOS POR VACA-MASA EN LA CUENCA DE
MONTEVIDEO Y EN EL RESTO DEL PAfS
Cuenca de MonteVideo
Producción leche (miles Its.)
- Stock vacas-masa (mil. cab.)
- Rendimientos por vaca-masa (lts.)
Resto del país
Fuente: CIDE, Programa de Producción Pecuaria, 1966.
.0
143.0
1,485
1967
280.0
140.1
2,000
538.3
390.1
1,380
818.3
1970
310.0
126.5
2,450
587.2
317.4
1,850
897.0
Del cuadro se deduce que la producción de le-
che por vaca-masa habría de duplicarse para 1974,
tanto en la cuenca de Montevideo, donde se esti-
ma que alcanzará a 2.900 litros por año, como en
el resto del país, donde llegaría a los 2.400. Pero
todo dependerá de las condiciones alimentarias.
¿Se lograrán estos resultados en el marco de las ac-
tuales estructuras agrarias? Parece difícil.
¿Cuáles son las causas de la deficiente pro-
ducción de leche?
deo, 1968). Si se mejoraran las condiciones de la
pradera, podría disminuirse el concentrado, y au-
mentaría igualmente la producción. Además, la
primera parición se hace a edad muy avanzada,
39 meses, pues como consecuencia de las deficien-
cias alimentarias el entore ocurre a los 30 meses,
cuando podría realizarse a los 20 meses. Además,
las vaquillonas llegan en mal estado a la parición.
Nuestras vacas tienen un promedio de tres lac-
tancias, lo que obliga a re(:mplazar1as en elevado
37
·porcentaje, pero bien podrían proporcionar hasta
cinco lactancias, con lo que se aprovecharía mejor
al animal. A pesar de los defectos apuntados, la
Universidad establece, en el citado estudio de la
Facultad de Agronomía, que "la producción nacio-
nal de leche es la rama de la actividad pecuaria
que más ha crecido en los últimos 30 años. Su par-
ticipación en el total de la producción agropecuaria
ha pasado del 6,9 % en el trienio 1935/37 al
17,3 % en el trienio 1962/64. ( ... ) La evolu-
ción ha sido constantemente creciente, siendo par-
ticularmente notable entre los trienios 1947/49 Y
1953/55 (87,4 % de crecimiento). Entre los trie-
nios 1953j55 y 1962/64 el crecimiento fue menos
rápido, pero igualmente constante (31,8 %). En
el trienio 1962/64 la producción de leche se com-
para con la de lana (18,8 % del sector) y fue
superior a la de cereales (13,7 % del sector)."
Tiene el país buenas condiciones para la pro-
ducción lechera, pero no se han utilizado debida-
mente. Veamos algunos índices:
Fuente; Universidad, ap. citada.
Entre tanto, acurre algo alarmante. Según el
estudio de Agronomía, en los últimos quince años
"hay un descenso en el consumo de leche por ha-
bitante en MOhtevideo". Importa establecer que la
38
leche gozaba de un precio subsidiado y que a par-
tir de 1963 la política del Poder Ejecutivo, "com-
prometida en las cartas de intencióI). firmadas con
el Fondo Monetario Internacional, es la de elimi-
nar los subsidios directos. Los precios reales al con-
sumidor aumentaron bruscamente y el consumo
comienza a descender". Los consumidores de me-
nos ingresos fueron los más afectados; descendió
la venta de la leche en los expendios municipales y
se dejaron de adquirir 10 millones de litros de
leche cuando se redujeron las tarjetas que éstos
otorgaban. El consumo de leche líquida descendió
en la población abastecida por Conaprole en un
3,5 % por habitante desde 1962.
Lo curioso es que correlativamente seguimos
recibiendo leche en polvo, como "generosa ayuda
del pueblo de los Estados Unidos de Norteamérica",
según rezan las bolsas que se reciben de EE. UD.
Y de las cuales obtienen su sustento diario, algu-
nos días, en algunos rincones del país, niños cam-
pesinos que concurren a la escuela (cuando con-
curren). Producimos "leche en exceso", Conapro-
le "no sabe" qué hacer con la manteca que tiene
en cámaras, porque "carece de mercado" y tene-
mos que repartir la leche en polvo "donada" y
recibida en nuestra condición de mendicantes. Los
Estados Unidos, en el trienio 1955/57, exportaron
300 mil toneladas de leche en polvo, que equiva-.
len a 3 mil millones de litros de leche. Y el 90 o/r
de las exportaciones se produjo en forma de dona-
ción o "ayuda" al exterior. En 1964, el 40 re
correspondió también a la "ayuda". Aparte de
la humillación que tal ayuda significa ·para un
país como el nuestro, que tiene "condiciones natu-
rales" par~ producir leche, es evidente que esa
leche en polvo distorsiona el mercado. Uruguay
exporta caseína, a veces queso y manteca, en muy
pequeñas cantidades. Es notorio que el mercado
externo de' productos lácteos está en expansión.
Habría que obtener concesiones en el marco de
ALALC para exportar a Brasil y México, que son
compradores y adquieren fue.Ta de la zona. Pero
también es evidente que si se mejorara el poder
adquisitivo interno, el de nuestra propia población,
miles y miles de potenciales consumidores, que ac-
tualmente consumen poco o nada, podrían acce-
der al mercado que hoy les está vedado, y enton-
ces la leche, el queso y la manteca podrían lograr
fácil salida. Cómo conciliar esta necesidad con la
actuación de la COPRIN, que congela salarios y
aumenta precios, está fuera de los límites de este
trabajo, pero no viene mal consignarlo, atento a
que "se produce para el mercado". Si se constriñe,
deliberadamente, la capacidad adquisitiva del mer-
cado, parece que se incurre en contradicción cuan-
do se demandan. aumentos de la productividad.
LA PRODUCCION DE LANAS
Si hay algún renglón donde pueden señalarse
aumentos de la productividad, es en el de las lanas.
Es evidente que la labor de los productores progre-
sistas, de la Comisión Nacional de Mejoramiento
Ovino, de las distintas sociedades de criadores de
las diferentes razas, se ha hecho sentir en el trans-
curso de los años. Ha sido una labor lenta, con
desesperanzas, fracasos y éxitos que han corona-
do los esfuerzos. Es cierto también que no todos
los productores han acompañado este proceso, pe-
ro resulta evidente que los rendimientos han me-
jorado. Tampoco los éxitos son muy rotundos
-demasiado lentos- y e! aumento de la produc-
ción de lana no ha alcanzado los índices conquis-
tados en Nueva Ze!andia, Australia y EE.1,JU., con
stocks mucho mayores, según ya se apuntó antes.
Pero es interesante documentar que mientra'S
en el Uruguay e! stock permanece estacionario, al
igual que en EE. UU., la tendencia general es al
aumento de los stocks, que en e! mundo aumen-
taron, en su conjunto, un 33 % y en e! Uruguay
apenas un 6 %; 27 % por debajo de! aumento
mundial.
También en el interior se industrializa la lana: "Paylana", en Paysandú.
39
VARIACIONES EN LOS STOCKS OVINOS
(en miles d e cabezas)
Páises
1946/47 a
1950/51 1960/61 Observaciones
Disminuye 9 '10
Aumento del 22 '10
Estacionario
Aumento del 53 '10
Aumento del 85 '10
Estacionario - En 1966: 23.078,
aumento del 6 '10
Aumento del 45 0/0
Aumento del 33 '10
Australia .... . ...•.....
. URSS ..•..•
China .•..
Nueva Ze:andia .
India .
Argentina ........•.....
Sud África
EE.UU .
Reino Unido .
Irán.. . '" .
Uruguay •....•.......
Francia .
Total mundial
Fuente: FAO.
107.100
71.000
23.800
33.300
?
52.000
28.300
32.700
19.000
12.300
21.300
7.700
687.000
152.700
132.900
59.000
48.500
39.500
48.000
34.000
32.900
29.2ÓO
22.000
21.737
11.500
915.000
Aumento del
Aumento del
Aumento del
Aumento del
43 '10
71 '10
150 '10
47 '10
En Australia se logró el aumento luchando
contra los conejos que se comían el pasto en ven-
tajosa competencia contra los ovinos. Obsérvese los
sustanciales aumentos de China, Unión Soviética,
Reino Unido y Francia que, apenas salidos de la
guerra, adopta~on las medidas tendientes a mejo-
rar sus stocks. Irán aumentó el 85 %. El rendi-
miento de lana por animal, en nuestro país, se ha
estabilizado en 3.800 gramos. No es un proble-
ma de razas, sino de alimentación. Otra causa
importante que contribuye a la estabilización o
estancamiento, según la opinión de la Comisión
Nacional de Mejoramiento Ovino, es la descapita-
lización y la carencia de asistencia técnica. Los
técnicos no llegan a todos los productores. Hay
sin duda, en campaña, grandes productores con
sólido respaldo económico. Pueden retener la za-
fra sin vender, esperando mejoras en el mercado.
.40
Pero el pequeño productor, apremiado por los ven-
cimientos, vende a la primera oferta y cae vícti-
ma de los poderosos acopiadores. Los grandes pro-
ductores, así llamados porque utilizan grandes
áreas, son grandes en áreas, no en producción. Re-
presentan el 56,4 % del total de las áreas, pero
su producción constituye sólo el 40 % del total
del país; son explotaciones de tipo extensivo. En
la mayor parte de estos establecimientos sus gran-
des capitales están integrados por valores mobi-
liarios y semovientes, según puede verse en el vo-
lumen 17 de NUESTRA TIERRA, escrito por
Antonio Pérez García. Pocas inversiones se des-
tinan a aumentar la productividad. En ocasiones,
los beneficios de la industria y del comercio urba-
nos se han volcado a las inversiones rurales, pero
sus ingresos no se reinvierten en la campaña, sino
que vuelven a su lugar de origen. En cuanto a
las ganancias acumuladas por la ganadería exten-
siva, se ha demostrado que no se vuelcan a la pro-
ducción intensiva sino que, una vez colmadas las
posibilidades de la explotación tradicional, se apli-
can a otros sectores -la industria hasta mediados
de la década del 50, Y posteriormente la inversión
inmobiliaria de lujo y la especulación financiera-
o emigran, finalmente, del país, rumbo a la banca
extranjera. Un estudio certero ha sido desarrolla-
do, en este sentido, en el volumen 26 de esta co-
lección, que pertenece al Instituto de Economía.
Sin embargo, desde el punto de vista zootécni-
co se han alcanzado buenos progresos, sobre todo
dentro del área <;le los productores económica y
técnicamente más capacitados. Ello no ha impe-
dido que buel}a parte de las majadas hayan evo-
lucionado poco.y continúen produciendo vellones
pobres, porque se trabajan en deficientes condicio-
nes alimentarias y sanitarias y se utilizan carneros
mediocres. Llegarnos a producir 90.000 toneladas
de lana, pero puede producirse el doble mejorando
la selección, la crianza y la alimentación. Tradi-
cionalmente, en nuestro medio, la producción ovi-
na está exclusivamente en manos del ganadero,
aunque puede y debe alternar con la agricultura
y cabe perfectamepte en la pequeña y mediana ex-
plotación. Por su naturaleza misma, el ovino re-
quiere vigilancia continua, en mayor medida que
el vacuno (manipulación, baños, tornas, esquila,
etc. ). Es un _animal que necesita más protección,
porque cuenta con menos defensas ante las contin-
gencias del tiempo. Nuestro promedio de produc-
ción alcanza los 6 quilos de lana por hectárea; lo
que es poco, pez:o varía mucho según las zonas. Hay
mucha gente que cree que la oveja come poco;
ocurre-que come el pasto corto. Destinar los peo-
res campos para la crianza de ovinos es un error;
los animales tendrán dificultades para alimentarse
ClasificéirlClo lana.
y corno _'¡se hacen por la boca", mili alimentados
producirán poco.
En cuanto al 'l(olumen de la producciórtla.nera,
los -.datos elaborados por la Cámara Mercantil- de
Productos del País establecen que recié~ en1926j27
se alcanzaron por primera. vez las _. 60;000tonela-
das; en la década del 30 decae la producción pero
a -partir de 1940/41 se nota un asce
rrW continuado
que se inicia con 63.000 toneladas y culrninacoÍl
90.000 en 1950, ún año cie zafra~xcepcional. _Se
alcanza a 85.000 toneladas¡en 1961)" que ascienden
a 87.000 en 1966·y en 1967, corno consecuencia
"del clima", caen a 80.000. .
Es verdad que las lluvias excesivas (también
41
LA PRODUCelON PORCINA
N9 de reses 259.000 381.000 383.357 382.921
FlIente: M.G.A., Censos ogropeeuorios.
A la luz de los censos, vemos que también se
padece estancamiento en la producción porcina:
1966196119561951
De} examen del cuadro se deduce que en una
década mejorará la producción por hectárea en
33,4 %' Pero olvidamos que el plan no se está
cumpliendo. En 196,7 la zafra fue de 80.000 to-
neladas y se estima que la de 1969 será menor.
Asimismo corresponde destacar que el stock supe-
ra ya, según el censo de 1966, con 23: 078.000
animales, la previsión para 1970, estimada en
22:671.000. Para 1974 cada ovino "producirá"
4.500 gramos de laria; todavía no alcanzaremos
el rendimiento de Australia, estaremos 100 gramos
por encima del de EE.UU., y a 1.200 gramos por
debajo del de Nueva Zelandia. Y que quede claro
que en estas comparaciones nos estamos refiriendo
a los rendimientos actuales de esos países, que con
seguridad habrán de aumentar también.
Después de un rápido repunte de 122.000 ca-
bezas entre 1951 y 1956, lo que constituyó un
incremento del 47 %, la producción porcina se
estanca. Y son nuevamente los problemas sanita-
rios y de alimentación los que impiden el aumen-
to de los stocks. La demanda de productos por-
cinos es intensa y sostenida, a pesar de sus altOS'
precios de venta; hay escasez de carne porcina y
las mezclas de los embutidos tienen cada vez ma-
yor porcentaje de carne vacuna y, cuando se pue-
den burlar los .contralores, también equina. Por
otra parte la faena clandestina y la venta de pro-
(01 miles de toneJados; (b) miles de eobezos;
(e) miles de heetáreos; (d) quilogromos;
le) precios a pesos de 1963.
las sequías) perjudican la producción ovina pero,
y sobre todo, lo que influye es la deficiente forma
de cría. Se sabe que el tiempo puede ser hostil y
no se proporciona adecuada protección contra esa
pOsibilidad; tampoco hay previsión para las épocas
de penuria forrajera: frecuentemente ambos fac-
tores provocan bajos rendimientos.
Sobre las posibilidades de incremento, el Pro-
grama de Producción Pecuaria del Ministerio de
Ganadería y Agricultura -Montevideo, 1966-
establece losiguiente:
PROYECCióN DE LA PRODUCCiÓN DE LANA Y
CARNE POR OVINO Y POR HECTAREA DESTINADA
A LA GANADERIA.EXTENSIVA
42
ductos denominados "caseros", con los peligros
derivados de la falta cíe contralor sanitario, están
en auge. La escasa capacidad adquisitiva de los
compradores los lleva a no ser muy exigentes en
materia de calidad y, acuciados por la necesidad,
compran cualquier producto, con tal que sea
barato. Es así como son comunes las enfermeda-
des trasmisibles al hombre por faena clandestina
de cerdos, en deficientes condiciones de salud y la
venta de productos sin ningún contralor.
Canelones es el departamento que cría más cer-
dos, no sólo porque la cercanía del mercado consu-
midor lo favorece, sino porque sus 63.830 cabezas
pueden ser y son alimentadas, en parte conside-
rable, con los desperdicios de la gran ciudad. Le
sigue Rocha con 41.342 cabezas: aquí el sistema
alimentario cambia y los coquitos rle palma butiá
constituyen todavía hoy una fuente nutricia im-
portante. Luego siguen Colonia con 34.395, San
José con 30.509, Soriano con 26.152 y Lavalleja
con 26.042. Estos departamentos resuelven tam-
bién el problema de la alimentación con subpro-
ductos de lechería y cultivos forrajeros e industria-
les {suero de leche, melazas, remolacha forrajera,
etc.). Veamos los planes de la CIDE para el sector.
PROYÉCCIÓN DEL STOCK Y LA PRODUCCiÓN
PORCINA
Fuente: CIDE, Sector ogropecuaria, Montevideo, 1966.
Sabido es que los planes de la CIDE no han
superado la etapa de las buenas intenciones. Pero
resulta interesante conocer sus proyecciones previs-
tas. Para 1974 el stock aumentaría con relación a
1963 en 84.600 reses, con un incremento del 20,5
por ciento; la faena aumentaría en 7.800 tonela-
das y la tasa de faena tendría un incremento del
18,5 %, pasando del 65,5 % actual al 84 %.
Disminuiría el peso promedio de los animales fa(:t,
nados, de 98 a 82 quiloso Se registraría una ten~
dencia a faenar animales más jóvenes, más pre-
coces en relación de igualdad de consumo de ra-
ciones, y con menor proporción de grasa.
Pero una cosa son los proyectos y los progra-
mas y otra, bien diferente, la realidad.
En 1966 había 382.921 porcinos, práctica-
mente la misma cantidad que en 1961, y 63.900
menos que lo estimado por la CIDE pará 1967.
Entre tanto, con la pequeñez de la oferta y la gran
demanda de propuctos porcinos, estimulada por
la escasez y luego la veda de carne vacuna, los
precios de la carne porcina, con el visto bueno de
COPRIN, continúan en franco ascenso.
LA PRODUCCION AVICOLA
Aquí también, dentro del panorama más bien
oscuro de la situación de la producción en el país,
resulta satisfactorio observar que se registran pro-
gresos. Pero entendamos bien: el número de aves
Fuente, MGA, Censos Agropecuarios.
43
disminuye; lo que aumenta es la productividad,
sobre todo en lo que se refiere a la cantidad de
huevos.
Hemos omitido gansos y pavos, deliberada-
mente, porque su número es muy escaso. En 1956
habían 202.468 pavos, en 1961, 122.426 y en 1966
solamente 74.174. Se crían generalmente a campo.
De 1951 a 1966 se nota una disminución de
390.000 gallináceas, compensado con un aumento
en la producción de huevos.
Fuente: "Síntesis", Suplemento del diario "La Mañana", N9 224
del 27. 1 .69. Compilado con datos de la Dirección de
Agronomia., y.de ,la facultad.dec:Agranomia.
Se atribuye el aumento de· la productividad a
los avances técnicos introducidos en la explotación,
que han mejorado el índice de postura por animal.
En lo que se refiere a la cantidad de huevos, de
1930 a 1967 el aumento fue de 181: 732.000, un
08 %' para el período de 37 años. Y el índice de
postura pasó de ·50 huevos por'gallina en 1930
. ,r IüS eill967. Es Úlfbm~ri·áUni.entó:·.En 1960/6-1
q.ubo crisiS'~de;.'~sriperproducción". Aquí los inter-
mediarios.djsti?rsionan el ~ercado, qú~'no deman~
¡Ja sólo ~u~vos;'sino también aves. Su 'carne tiene
un prec.io .·p!'o~ibitivo y se aleja cada"vez más de
la mesa del consumidor de escasos recursos. Desde
44
luego que no puede ni pensarse en que pueda sus-
tituir a la carne vacuna, 'dados los precios actuales.
En los pueblos del interior es más frecuente su pre-
sencia en los menúes pues se crían en los galline-
ros del consumidor. Las gallináceas de los producto-
res urbanos no figuran en los censos y su número
ha de ser importante. Tampoco figura su produc-
ción de huevos. Asimismo debe hacerse notar que
el censo cuantifica las propiedades de 1 há. o más,
y la explotación avícola se hace frecuentemente en
predios más pequeños que no son tenidos en cuen-
ta. Los principales departamentos, en cuanto a
producción de huevos, son Canelones con 35 0/0,
San José con 10 %, Colonia con 8 %, Florida
con 7 % y Lavalleja con 6 0/0: cinco departamen-
tos suman el 66 %' La comercialización se realiza
a través de intermedIarios que van a las granjas a
buscar la producción para el mayorista, recargan-
do del 6 al 9 %; a su vez, el mayorista recarga al
distribuidor del S al 16 0/0. Por su parte, el deta-
llista vende al consumidor con una ganancia del
25 % y, en las ferias, del 10 0/6, El resultado es
que entre el productor y el consumidor el precio
se incrementa del 26 al 45 0/0, beneficio que no
recibe, por cierto, el productor. Claro que el consu-
midor no puede ir a comprar los huevos a la gran-
ja ni el granjero puede vendtrlos directamente. El
intermediario soluciona el problema y hay que pa-
gar el costo de la solución. Los huevos han sido
exp()rtadosen, alguna oportunidad y se podría ob-
tener mercado. si. se procede a su deshidratación.
Lo que complica la producción avícola es el eleva-
do costo delaaliinentación, que se continúa ha-
cierido'a basé de maE~. Además, mantenerl~ aves
en buen estado sahita.rio ~esulta oneroso para el
cri(),dor.. ~u criiUlza. exige. muchas precauci()nes y
éuidac;ios, .p()r.19..,que requiere.. Inano..~l? obra ex-
perta. Enla granja, segú~,}os,cá1culos de la.CIDE,
la mano de obra ocupada: 'eri las aves representa el
ORíGENES DE LOS AUMENTOS DE PRODUCCiÓN DE HUEVOS
1 - Stock de gallinas (a 1 ..•....•.
2 - Producción de huevos (b)
3 - Número de huevos por
4 - Incremento de pOI~:for"CIs----c<:m--rel:aciión-·
a 1963 (a) ..........••..•.••.
5 -Incremento de-producción
con relación a 1963
6 - Orígenes del aumento
de huevos.( b) .
6.1 Por Clumento del
1963
3.510
358.000
102
65 S'c del total, mientras que en los porcínos es
el 34 % y en la apicultura el 1 %.
De acuerdo con los optimistas proyectos de la
CIDE, las gallinas ponedoras aumentarían en
500.000 unidades y la producción de huevos en
127: 000.000 para 1974. A su vez, cada ponedora
po~dría quince huevos más que en 1967, según
el promedio que se determinó anteriormente. El
aumento de la producción s..e deberá, sobre todo, al
aumento de producción por, ponedora.
Las proyecciones respecto a la producción de
carne de aves dependerá de las mejoras que se
introduzcan en su alimentación, Hay buenas
_posibilidades de que el mercado interno absorba lá
ORíGENES DEL AUMENTO DE LA PRODUCCiÓN DE CARNE DE AVE
Fuente: elDE, Programo de producción pecuaria. Montevideo. 1966.
45
producción futura. Se observa que la tasa de. fae-
na será muy alta en 1974, 10 que refleja la ten-
dencia a faenar animales muy jóvenes y de peso un
poco menor que el promedio 1963/67. De los pre-
cios dependerá que lleguen los pollos a la mesa del
consumidor modesto que habita en-áreas donde no
cabe pensar en que cada cual disponga de su pe-
queño cajón con gallinas.
LOS CABALLARES O EQUINOS
Consideraremos los animales de tiro y/o silla.
Carecemos de información sobre los equinos de ca-
rrera, aunque su cría es umi. actividad que ocup"
mucha gente ylas pistas de carreras en Montevi-
deo, Canelones, San José, Florida, Paysandú y en
general, en todas las capitales del interior agru-
pan a su alrededor a gran número de personas que
se dedican exclusivamente a la cría y cuidado de
estos animales. Asimismo, su alimentación, funda-
mentalmente a base de avena (grano) representa
un volumen importante.
En el caso del caballo de trabajo, para tiro o
para silla, se observa una tendencia a la disminu-
ción de los stocks, como resultado de la mecanización
de los cultivos, aunque el caballo criollo sigue sien-
do un animal insustituible en las faenas campe-
sinas. Para recorrer el campo, apartar, arrear, aca-
rrear agua, hacer "los mandados", llevar los ni-
ños a la escuela, se requieren permanentemente sus
servicios.
En 1966 se concertaron operaciones para ex-
portar "carne de caballo". Se exportaron 7.000
toneladas.
Los censos confirman la disminución de los
stocks.
Años NV de equinos
1951 667.251
1956 557.272
1961 498.097
1966 460.467
En 15 años se registra una disminución del
330/0: 206.784 cabezas.
Hubo un período, a fines de la década del 50,
en que los equinos andaban sueltos por los caminos
y nadie se ocupaba de ellos; ahora vale la pena
alimentarlos y luego venderlos, aunque sea como
alimento para cerdos. Ello no impide encontrar to-
davía equinos sueltos por el área urbana del de-
partamento de Montevideo.
VALOR DE LA PRODUCCION
PECUARIA
Interesa, a los fines de este trabajo, considerar
cómo se integra el valor de la producción bruta al
GANADO (O¡oSOBRE EL TOTAL)
Fuente: Banco República, Cuentas Nacionales. Montevideo, 1965.
46
costo constante de factores de 1963, para todos los
integrantes del sector pecuario que se han'consi-
derado hasta el momento. Hemos tomado los valo-
res correspondientes a 1955 y 1963.
Veamos el cuadro correspondiente, que aparece
al pie de la página anterior.
Se observará que: 19
) Las carnes no llegan al
,'i0 % del total, si bien hay una tendencia al au-
'Hamb~ientas y sedientas, a la espera de comprador.
mento de los valores; 29
) mientras dísmínuye lairri-
portancia de valores de la lana en porcentaje, au-
mentan los de la leche; 39
) el sector avícola (el apí::
cola prácticamente no ínfluye pues es muy pequeño)
es más importante que el de la carne ovína (duplica
el valor de ésta en 1963) y más importante que el
porcino, que apenas llega a los dos tercios del
avícola.
47
ALMACENAMIENTO DE LA
PRODUCCION
Un .problema a resolver es la habilitación de
lugares ..aptos para el almacenamiento de la pro-
ducción. Los cereales y, en general, todos los pro-
ductos agropecuarios deben ser almacenados en lu-
gares que reúnan una serie de condiciones necesa-
rias para evitarl<is.pérdidas ..•que provocan los
roedores, los insectos, la hume1ad, .el exceso de
temperatura, la mala circulación del aire, etc. r
Los cereales y oleaginosos después de cosec'ha-
dos, la lana procedente de la esquila y los cueros
una vez secados, son depositados, transitoriamente,
en el galpón del establecimiento. Si los cereales han
sido cosechados a granel, se depositan en silos que
iáiaJ<vezseencuentran. en el establecimiento:.· el
caITIi6nlos lleva directamente de· la combinada
(§~a.clq~a...t@a.dora), al silo del comprador (moli·
neraT~a.n~l:>-intermediari°).
El galpón es•. el .••lugar habitual. de almacena..
rñiento;I,os hay de todo género: piso de tierra y
48
paredes de barro, techo. de paja; a veces zinc o
aluminio para paredes· y techo, piso de portland;
en ocasiones paredes de ladrillo, techo de' cemen-
to.Se extiende eLuso del aluminio, sustituyendo al
zinc, más pesado y que exige estructuras más
sólidas.
El número de galpones disminuye: de 108.321
eni1961, pasaníosa97.927 en 1966. La superfi-
ciecubierta osciló, en los rñismosaños, de 5: 913.025
a 5: 719.393 mts2
• La parva-silo, al aire libre, sirve
de depósito transitorio, sobre todo para los forrajes
(maíz cosechado entero).
Nuestra tierra 30 La producción
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Nuestra tierra 30 La producción

  • 1.
  • 2. nuestratierra 30 EDITORES: DANIEL ALJANATI MARIO BENEDETTO HORACIO DE MARSILlO ASESOR GENERAL: Dr. RODOlFO V. TALlCE 'ASESOR EN CIENCIAS ANTROPOLÓGICAS: Prof. DANIEL VIDART ASESOR EN CIENCIAS BIOLÓGICAS: Dr. RODOlFO V. TALlCE . ASESOR EN CIENCIAS ECONÓMICAS: Dr. JOSÉ CLAUDIO WILLIMAN h. ASESOR ·EN CIENCIAS GEOGRÁFICAS: Prof. GERMAN WETTSTEIN ASESOR EN CIENCIAS SOCIALES Y pOLITlCAS: < Prof. MARIO SAMBARINO . SECRETARIO DE REDACCIÓN: JULIO ROSSIEllO SECRETARIO GRÁFICO: HORACIO AfilóN DEPARTAMENTO DE FOTOGRAFiA: AMllCAR M. PERSICHETTI Distribuidot g.:oeral:. ALBE Soco Com., Cerrilo 566, ese. 2, te•. S 56 92, Montevideo. Distribuidor para el interior, quioscos y venta calleiera: Distribuidora Uruguaya de Díarios y Revistas, Ciudadela 1424, tel. S 51 55, Montevideo. LAS OPINIONES DE LOS AUTORES NO SON NECESA- COMPARTIDAS POR lOS EDITORES' Y ASESORES. Falo de topo: Mario Persichetli.
  • 3. LAPRODUCCION Pablo FierroVignoli INTRODUCCiÓN RENGLONES PRODUCTIVOS Y SECTORES DE LA POBLACiÓN ACTIVA Los grandes renglones productivos Los sectores de la población según su intervención en los LA PRODUCCiÓN AGRíCOLA Los productos La localización de los cultivos El aumento de la producción agrícoler La producción agrícola yel uso del suelo Las áreas agrícolas y su distribución según el censo de 1966 Valor de la producción agrícola LA PRODUCCiÓN GANADEItA Característicers generales Densidad ganadera y área de los establecimientos Productividad de la ganadería Los volúmenes de producdón de> carnes La producción de leche La producción de lernas La producción porcina La producción avícola Los caballares o equinos Valor de la producción pecuaria ALMACENAMIENTO DE LA PRODUCCiÓN LA PESCA Y LA CAZA MARíTIMAS LAS INDUSTRIAS MANUFACTURERAS Tendencias del desarrollo industrial Algunas consideraciones Situación del sector industrial en 1968 Conclusiones finales sobre el sector industrias Bibliografía 3 6 6 7 8 9 13 14 16 19 21 22 22 28 30 33 36 39 42 43 46 46 48 Sl S4 S4 S6 61 66 68
  • 4. 2 PABLO FIERRO VIGNOLl nació en Rocha en 1911. Cursó estudios en la Facultad de Agronomía. Ingresó a la docencia en 1928, como Ayudante en el Li ceo "Héctor Miranda". Es actualmente profesor de Ciencias Geográficas en Enseñanza Secundaria, de Metodología de la Geografía en el Instituto de Profesores "Artigas" y Profesor Adiunto de Geografía en la Facultad de Humanidades y Ciencias. Ha publicado "C;omercio Exterior del Uruguay" (1967), "Situación económica y social de las cuencas de los ríos Santa lucía y Negro" (1968) y "Uruguay: agroestructuras" (1969), amén de diversos tra- bajos de su especialidad en revistas y en la pren sa diaria.
  • 5. Se hace difícil definir correctamente la produc- ción. Sin embargo, todos tenemos una idea más o menos acertada del significado que la palabra en- cierra. La producción comprende todos los proce- sos necesarios para la creación de bienes utilizables a fin de satisfacer las 'necesidades humanas. ¿En qué forma, en función de qué procesos, a través de qué mecanísmos se desarrolla la produc- ción en el Uruguay? Éste es el tema de nuestro trabajo. También nos interesa indagar por qué vías y de qué manera llegan los bienes produódos al consumidor, así sea interno o externo. Y aquí in- tervienen el comercio y el transporte, que no son de por sí, precísamente, actividades productivas de bienes. No podemos dejar de referirnos a estos me- canismos de distribución y circulación, aunque no crean ni transforman bienes, pues facilitan el pro- ceso productor. que no puede prescindir de sus servicios. INTRODUCCION El objeto de la Geografía Económica, según Pierre George, "es el estudio de las formas de pro- ducción y de la localización del consumo de los diversos productos, en el conjunto del mundo". Nuestro objetivo es mucho más limitado, aunque complejo: nos proponemos solamente estudiar la producción en el Uruguay. Pero sabemos que los países no son unidades aisladas, de modo que con- tinuamente tendremos que referirnos a otras regio- nes, a otras comunidades humanas, a otros espa- cios geográficos con los que estamos estrechamente ligados, porque necesitamos de ellos en función de lo que producen o porque nosotros producimos pa- ra su consumo. ¿Cuáles son las condiciones que influyen en la producción? La producción de bienes materiales es la base de la vida de la sociedad. Zimmermann expresa: "Los recursos son conceptos funcionales altamen- te dinámicos; no son, devienen;. evolucionan a 3
  • 6. través de la interacción triple del hombre, la natu- raleza y la cultura, en la cual la naturaleza esta- blece los límites exteriores, pero del hombre y la cultura depende en gran parte la porción de la totalidad física disponible para el uso humano ... El problema de la suficiencia de recursos para las edades futuraS, depende más de la sabiduría hu- mana que de los límites establecidos por la natu- raleza." En realidad, nd puede separarse al hombre de su grado de desarrollo cultural. No son dos facto- res diferentes, sino uno solo. Cada hombre aplicado a una labor determinada, agrícola o in4ustrial, su- pone un determinado desarrollo cultural: un hom- bre, una cultura; una comunidad, una cultura. y el resultado depende del binomio hombre - de- sarrollo cultural, que no es ciertamente tal bino- mio, sino que constituye un todo único. El medio geográfico aparece como una de las condiciones indispensables para el desarrollo de la sociedad, pero no es la determinante. El medio no determina; es el hombre quien ordena el espacio y orienta la actividad a cumplir en él: por eso pue- de establecerse que el hombre es el único factor de producción. Todos los demás elementos que influyen en los procesos, simplemente condicionan la producción, como lo hace el medio geográfico. Sin embargo, corrientemente se habla de factores de la producción, como el ambiente natural, las ri· quezas minerales, la topografía, etc. Pero, en rea- lidad, éstas son las condiciones de la producción. Para el caso particular del Uruguay, es posible decir que las condiciones de la producción con- tribuyen a que el país sea, fundamentalmente, agropecuario: el suelo, el clima, el tapiz vegetal, los cursos de agua permanentes y bien repartidos, las posibilidades de regadío, el relieve suavemente ondulado, facilitan la cría de animales a campo y, también, hacen posible ciertos cultivos. La existen- cia de la pradera natural resuelve la alimentación de gran número de vacunos y ovinos; es notable la aptitud del suelo para el cultivo de cereales, olea- ginosos y sacarígenos. Todo ello posibilita el de- sarrollo de las industrias que utilizan, como mate- rias primas, aquellas que derivan del manejo ade- cuado del suelo. Pero insistimos en que las condiciones no son determinantes. Es el hombre quien determina el destino de un país y el uso de sus recursos: sin car- bón y sin hierro, el Japón ha desarrollado una po- derosa industria pesada; la Italia del norte ha al- canzado un gran desarrollo industrial aunque la "naturaleza" no le ha concedido los elementos. adecuados. Uruguay es un país agropecuario aunque sus hombres no han utilizado debidamente todas las posibilidades en tal sentido; pero podría ser tam- bién un país industrial si la voluntad de hacer se encaminara hacia ese objetivo. El territorio nacional configura un marco don- de se desarrollan variadas actividades productivas, condicionadas por los recursos y los hombres que se encuentran dentro de esa área. No siempre son, sin embargo, únicamente las circunstancias inter- nas las que actúan: el desarrollo productivo dentro del área está afectado por la acción de condicio- nes externas, de presiones más o menos lejanas, permanentes o accidentales, que configuran facto- res -en este caso sí determinantes, en la medida en que los hombres se dejan arrastrar o acosar por ellos- que traban o posibilitan la utilización ade- cuada de los recursos, que aceleran o frenan, re- tardan o impiden la producción de bienes y el me· joramiento económico de quienes los producen. Las circunstancias externas han tenido y tienen en el desarrollo productivo del país una influencia muy poderosa: desde el exterior se limitan o am- plían nuestras posibilidades productivas. Y esta in-
  • 7. Aunque cueste caro, vestirse es también una necesi- dad elemental. .tervención desde el exterior en el proceso produc· tivo se realiza merced al consentimiento tácito o expreso de quienes están colocados internamente en situación de oponerse o de obedecer. ciegamente lo que se les pide, insinúa u ordena: siempre hay algún sector -puede ser una clase social entera- dispuesto a entregarse a cambio de alguna ventaja o de alguna regalía. Esta situación ha de perdurar, en la medida en que los reales productores y los verdaderos patriotas demoren en reacCionar y aventar a 103 traidores. Por eso, en el análisis de la producción, tenemos que tener siempre en cuenta esa relación de de- pendencia que actúa desde cuando éramos mlonia de España, pero que continuó actuando cuando alcanzamos la independencia política, que no sig- nificó, por cierto, la liberación económica. Para satisfacer las necesidades elementales, nuestro país produce alimentos y vestimentas y le'- vanta viviendas. No es mucho, pero no es poco, en un mundo con casi dos tercios de su población mal alimentada, mal vestida y casi sin vivienda o con vivienda en precarias condiciones. El hecho de que tengamos la posibilidad de producir lo que nuestra problación demanda constituye -aparentemente- una favorable perspectiva que no debe ser desapro- vechada. Nuestro mercado interno, de 2: 700.000 habi- tantes, es pequeño; pero allende las fronteras exis- ten 3.500 millones de seres humanos potencial- mente consumidores de nuestra producción; lo la- mentable es que, de ellos, más de 2.000 millones no están en condiciones de adquirirla por falta de recursos. Señalar, también, esta circunstancia, re- sulta importante, porque los cambios que harían posible el acceso al mercado -en condiciones nor- males- a esos dos mil millones de consumidores potenciales han de producirse y a no muy largo plazo. s
  • 8. RENGLONES PRODUCTIVOS Y SECTORES DE LA POBLACION ACTIVA LOS GRANDES RENGLONES PRODUCTIVOS Para seguir un cierto orden al abordar el desa- rrollo de los sectores productivos, procederemos a agruparlos respetando, en la medida de 10 posible, el criterio del Banco de la República en el estudio de "Cuentas Nacionales". Consideraremos enton- ces los grandes renglones, que serán luego desdo- blados, a saber: 1) Agricultura. 2) Ganadería. 3) Pesca y caza marítima. 4) Industrias manufac- tUreras. 5) Canteras y minas. 6) Construcciones. 7) Electricidad, gas yagua. Desde el punto de vista del producto bruto in- terno la suma de estos siete renglones (el séptimo incluye también los servicios sanitarios) represen- taba, en 1963, el 43,6 % del total, según se deduce de la siguiente enumeración: 6 Agricultura 4,7 Ganadería 10,0 Pesca y caza marítimas 0,1 Industrias Manufactureras (incluye canteras y minas) 22,2 Construcciones 4,5 Electricidad, agua, y servo sanitarios 2.1 Total 43,6 % El comercio interviene con el 13,9 %; trans- portes y.almacenajes con el 7,7 %; los servicios del gobierno general con el 12,4 %; otros servi- cios con el 11,1 %; propiedad de viviendas, 5,5 %; bancos, segurqs y otros intermediarios financieros al- canzan al 5,0 %' Sumando éstos, abarcan, en su conjunto, el 55,6 %. Es decir, que los sectores realmente productivos, los que intervienen en la producción directamente o para posibilitar el con- sumo, comprenden el 43,6 % del producto bruto interno del país. La organización de su distribu- ción (transportes, comunicaciones, comercializa-
  • 9. ción, servicios, etc.) representa un porcentaje ma- yor. LOS SECTORES DE LA POBLACION SEGUN SU INTERVENCION EN LOS PROCESOS La población ocupada se divide en tres sectores, según la naturaleza de su actividad: el primario, que comprende la agricultura, la ganadería, la caza y la pesca, las canteras y minas, etc.; el secundario, que incluye las industrias de transformación y la construcción; y el terciario o de servicios, que abar- ca el comercio y el transporte, los servicios esta- tales, etc. Veamos el siguiente cuadro: POBLACiÓN ACTIVA POR RAMA DE ACTIVIDAD Y LUGAR (*) (. ) Se excluye a las que buscan trabaja por primera vez. Fuente: Solari, Campiglia y Wettstein - Uruguay en cifras. 7
  • 10. LAPRODUCCION AGRICOLA El Censo Agropecuario de 1966 (los censos se. realizan cada cinco años) registró 1-91.564 traba- jadores agrícolas en predios de una hectárea· y más; en 1961, había 210.740. Existe una franca tendencia al descenso de ·la población ocupada en el sector primario; también se observa una disminución correlativa de la po- blación rural total. Analizando los últimos censos agropecuarios disponibles, se obtienen lassiguien- tes cifras: Fuente: Censos Agropecuarias del Ministerio de Ganadería y Agricultura. 8 En un lapso de quince años la población rural ha disminuido en 126.091 personas, o sea el 28 ro. Se ha reducido la cantidad de trabajadores agríco- las en 132.365, vale decir, un 41 %. Las· cifra~ absolutas. y los porcentajes de descenso son extre- madamente altos; revelan un éxodo rural sosteni· do y constituyen síntoma de crisis estmctural. Si. correlativamente, la ocupación en los sectores se- cundario y terciario, como consecuencia de un pro- ceso de industrialización hubiera aumentado, o la emigración rural se debie·ra a un proceso de meca- nización, éste podría ser un buen síntoma, pues los trabajadores agrarios habrían encontrado ocupa- ción en las ciudades. Pero como ello no ha ocurri- do; sobre todo -a partir de 1961, es evidente que la despoblación de la campaña refleja una situa- ción crítica. El sector agropecuario, entonces, que ocupa el 20 % de la población activa, estimada en 996.500 personas, concurriría con aproximada- mente el 15 % del producto bruto interno.
  • 11. LOS PRODUCTOS La agricultura ocupa un área fluctuante, pero puede estimarse en un millón quinientas mil hectá- reas la superficie utilizada corrientemente, según las cifras de los últimos censos. Analizaremos ahora esa producción cualitativa v cúantitativamente. al Cereales Tomaremos el año 1958, añó en que los cc- reales alcanzaron un área considerable, de acuerdo con los siguientes datos: Fuente: Banco República. (.) Trigo y maíz: fue para el periodo 1900-1965 el año en que la superficie de siembra alcanzó la mayor extensión. ( •• ) Arroz: es el cereal cuya área cultivada y cuya pro· ducción han alcanzado más significativos aumen· tos en los últimos años, con tendencia a ex- tender su cultivo. Así, para 1965 el área sem- brado alcanzó o las 32.600 Hós. y la produc- ción o 108.500 Ton., con un rendimiento de 3.681 Kgs/há., lo que significa, respectivamen- te, incrementos del orden del 80,88 % y 23 "lo. Veremos ahora otros cultivos del año 1958, para tener una idea del área que abarcan en su conjunto, aunque debe establecerse que, como los períodos de vegetación no coinciden, dos cultivos pueden ocupar el mismo predio en distintas épocas. El centro de comercialización' de lo~ productos de huerta. 9
  • 12. b} Oleaginosos, sacarígenos y uva para vino (año 1958) Se denominan también cultivos industriales: todos ellos constituyen materia prima para la in- dustria y se utilizan íntegramente en el país, excep- ción hecha del lino, cuyas tortas, y también la semilla, se exportan, así como las tortas de girasol y maíz, cuando hay excedentes; sucede 10 mismo con los "expeller" de lino. e} Raíces y tubérculos (año 1958) En los últimos años ha aumentado la produc- ción de papas, que alcanzó las 142.000 toneladas en 1966, pero todavía n9 se ha logrado el autoabas- tecimiento y siempre hay, además, que importar la semilla. 0 ti) Hortalizas y leguminosas secas (año 1961) Como carecemos de los datos correspondientes a hortalizas para 1958 tomamos las informacione." de 1961, año que puede considerarse normal y cu- yos datos pueden utilizarse a los efectos de esta re- seña, que se propone precisar las áreas ocupadas por los cultivos y los volúmenes de su producción. La producción hortícola se extiende por los departamentos de Montevideo y Canelones, y algu- nas zonas de San José y Colonia. Ciertos cultivos de primor, como zanahorias y tomates, se realizan en Artigas y Salto, donde la primavera se adelanta. En algunas zonas de Florida se cultivan cebollas.
  • 13. f) Otras frutas total 11.696 Toneladas (1966) 4.930 19 1.625 903 4.028 Ciruelas . Grafiones, guindas, cerezas Olivos . Fligueras . Uva de mesa . frente a los 2: 130.000 toneladas de la producción total no significan mucho, pero cuyo valor es im- portante, pues se trata de productos que alcanzan alto precio en el mercado interno, sobre todo la uva para mesa y las aceitunas. e) Frutas A esta población frutícola habría que agre- gar la resultante de los siguientes cultivos, sobre cuyas áreas carecemos de inf~rmación. Son alre- dedor de 12.000 toneladas de producción, que La calle d~1 mercado _~rece ahora solitaria, pero e n las madrugadas se anima. 11
  • 14. En Salto abundan los citrus: aquí apárece uno de sus centros de industrializació,!. En muy. contadas ocasiones la producción hor- tícola o frutícola llega directamente del productor al consumidor. Generalmente recorre un largb ca- mino: del productor al mayorista, de éste al ven- dedor en el mercado y del mercado al comerciante minorista con puesto de venta al público. A veces la producción va del mayorista al feriante. En el caso de las frutas, el mayorista suele comprar el monte en pie: se encarga de transportar la pro- ducción al frigorífico, en cuyas cámaras la fruta espera que la escasez impulse el aumento de los precios. Las cámaras frigoríficas están ubicadas ge- neralmente en Montevideo (Frigorífico Modelo, Mercado Agrícola y otras). Tienen amplia capaci- dad las de Corfrisa, en Las Piedras. Existe un contralor nominal de precios de venta al consumi- 12 dar, que casi nadie respeta, así como un contralor de balanzas que tampoco funciona bien. No deja de ser una conquista el hecho de que se haya ge- neralizado la venta por peso, no por unidad. Pero los dos extremos de la cadena -productor y con- sumidor- están, en general, poco amparados. La producción agrícola ocupa un área de 1:820.000 hectáreas, con una cosecha anual de 2: 135.000 toneladas, como puede observarse en el cuadro siguiente. Dado que en algunos casos, según se estableció, sobre una misma área se logran dos cosechas anuales, la superficie real utilizada por la producción agrícola es un poco menor. La esti- mación de 1: 500.000 hectáreas puede considerarse ajustada.
  • 15. RESUMEN DE LAS ÁREAS OCUPADAS Y VOLOMENES DE PRODUCCIÓN La producción es fluctuante: depende del tiempo. Las lluvias excesivas y la sequía, que re- trasan o impiden las labores y el desarrollo de los vegetales y dificultan las tareas de contralor de las plagas, así como los temporales, las granizadas, y las heladas que perjudican las cosechas, son todas condiciones que hacen muy aleatorios los resultados a obtenerse. El volumen de 2: 135.000 toneladas para toda la producción agrícola del país es, sin duda, muy bajo. Resulta evidente que, teniendo en cuenta el área que se destina a su producción, los resultados obtenidos son pequeños, con rendimientos deficien- tes en todos los cultivos, excepción hecha del arroz. Hemos omitido algunos productos, como al- godón y tabaco, cuyas áreas son pequeñas y esca- sos también los volúmenes, aunque ambos pueden tener importancia por el valor de la producción. El algodón cubría en 1966, 920 hectáreas, y su- maba 584 toneladas; el tabaco, 168 hectáreas con 158 toneladas de producción. . Asimismo corresponde hacer notar que las áreas cultivadas con remolacha azucarera y caña de azúcar aumentaron en un 20 y 25 %, respec- tivamente, en los últimos años; pero, a los efectos globales, como ha disminuido el área sembrada con lino, las cifras se compensan. La agricultura tuvo inicialmente, como finali- dad principal, el aprovisionamiento de Montevi- deo. Lo logró utilizando las tierras disponibles en sus inmediaciones, extendiéndose luego hacia Ca- nelones y hacia San José y Colonia. Durante mu- chos años sólo prosperó en el sur y el suroeste del país. Aunque las tierras de Canelones llevan casi un siglo de uso, aún se destinan a la agricultura; con preferencia, a la fruticultura y la huerta, y también a la explotación lechera. Prácticamente se ha abandonado la cerealicultura en esta región. Parte del área, allí donde se ejerce directamente la influencia del ingenio azucarero de Montes, culti- va la remolacha azucarera. En el este del departa- mento de Canelones y sudeste de Maldonado, es notoria la incidencia del ingenio remolachero de La Sierra (primer ingenio azucarero del país) com- pletamente remodelado y ,ampliado en los últimos años. Nadie debe asombrarse por el hecho de que se sigan destinando al uso agrícola los mismos pre- dios desde hace más de un siglo. En Europa las mismas tierras se vienen llSando desde hace varios centenares de años, pero la técnica es diferente. Yendo a lo elemental, se reponen las pérdidas de minerales y del humus del suelo mediante lafertili- zación, recurso que nuestro país no utiliza salvo para determinados cultivos. A partir de 1945 se observa una expansión marcada del área agrícola, que gana tierras .en el litoral oeste (Soriano, Río Negro, Paysandú) lle- gando hasta Salto y Artigas con cultivos de caña LA LOCALlZACION DI LOS CULTIVOS Producción (Toneladas) 1:315.264 404.480 40.332 Superficies ,( Hectáreas) Totales . úieales ..•... ilndustriales ..•.. ¡Raíces y tubércu:os :Hortalizas y legu- minosas secas . Frutales . 13
  • 16. de azúcar, citrus y cultivos de primor (frutillas, melones, sandías, zanahorias). Sobre todo, hay una expansión del trigo, la avena, la cebada cer- vecera y el arroz, en dirección al este, que abarca Treinta y Tres y Rocha, pero que se da también en Cerro Largo y Tacuarembó. En el mismo sen- tido se extienden el girasol, la papa y la remolacha. La planta azucarera "Azucarlito" de Paysandú y la fábrica de cerveza "Norteña", de la misma ciudad, crearon una mercado local que estimuló los cultivos de remolacha y cebada cervecera en Paysandú y Río Negro. Los ingenios azucareros de ANCAP en El Espinillar (Salto) y los de Artigas fueron un incentivo para los cultivos de caña de azúcar en ambos departamentos y la presencia de aquéllos hubiera resultado inexplicable si no se hubieran asegurado el suministro de materia prima. EL A~JMENTO DE LA PRODUCCION AGRICOLA Si consideramos la producción promedial, en- contramos que los cultivos fundamentales, que en 1935-39 totalizaban 800.000 toneladas de produc- ción como promedio, ocupando un área de 1: 231.500 hec~áreas, registraron hacia 1950 una expansión en volumen de 1: 130.000 toneladas y extendieron sus áreas en 580.000 hectáreas. Este dato proviene de la Recopilación Estadística Agro- pecuaria del Uruguay, del Ministerio de Ganadería. y Agricultura. Debe tenerse presente que los cultivos nuevos (remolacha azucarera, caña de azúcar, girasol) son muy productivos por unidad de superficie y en el período 1935/39 ocupaban áreas muy pequeñas. La remolacha y la caña de azúcar experimentaron un crecimiento significativo a partir de 1942; el girasol comienza a ser importante a partir de 1940 y el arroz duplica su producción con relación a 1940, en 1947. La Guerra en España -revolución y contrarre- vclución~ significó un corte drástico en el abaste- cimiento de aceite de oliva para el país, y hubo que abocarse rápidamente a su sustitución. No se cum- plieron las predicciones optimistas del gobernante - dictadór de la época, el Dr. Gabriel Terra, quien PRODUCCIÓN PROMEDIAL DE LOS PRINCIPALES CULTIVOS -en miles de toneladas-
  • 17. en un discurso aseguró que la sustitución del aceite se lograría "con la manteca de nuestras cooperati- vas de lecherías y con la grasa de nuestro Frigorí- fico Nacional". Las cosechas de maní -cultivo que logró rápido desarrollo, sobrepasado luego por el girasol, que también aumentó rápidamente-- cumplieron su "rol" de abastecimiento eficaz. Entre las causas del crecimiento de la produc- ción agrícola debemos anotar que, en primer tér- mino, se realiza la sustitución de importaciones por alimentos de producción nacional: prácticamente todos los productos agrícolas del cuadro precedente se utilizan como alimentos, menos el lino (aunque sus tortas sirven para alimentar el ganado lechero y aun el porcino). Ya indicamos la influencia de la Guerra Civil Española sobre el impulso a los oleaginosos comestibles. Por su parte, la demanda de cebada cervecera aumenta y aparecen en el mercados dos nuevas cervecerías: la "Oriental" en Montevideo, absorbida luego por "La' Uruguaya" -hoy "Fábricas Nacionales de Cerveza"-, la "Sa- lus", en Laval1eja, y luego "Norteña" en Paysandú, según ya se dijo. Cesan las importaciones de arroz y la producción aumenta hasta lograrse saldos ex- portables, aunque su colocación en el mercado externo peligra cuando entra en juego la ley 480 de excedentes agrícolas de los Estados Unidos, que protege el "dumping" que este país ejerce interna- cionalmente con su producción agrícola excedente, Anteriormente hicimos referencia a la expansión del cultivo de sacarígenos, que se ampliará má, aun cuando entren en funcionamiento los nuevos ingenios proyectados. Se amplió el área de cultivo de papas. El maíz pasó por una serie de fluctua- ciones después de la gran cosecha de 1928, que alcanzó a 224.874 toneladas. (Sólo en 1915, con 289.108 toneladas, se había logrado hasta entonces un volumen mayor.) Recién en 1944, con 232.075 toneladas y en 1951 con 278.467, se logró superar este nivel de producción. En 1928 el maíz rindió un promedio de 972 quilas por hectárea, cifra nun- ca alcanzada hasta ese año y superada redén en 1944 con 978 kgs/há. La cosecha excepcional de 1928 tuvo una consecuencia curiosa: se fundó un partido político, el Agrario, dirigido por el Dr. Mi- guel Páez Formoso, quien organizó un desfile de productores maiceros por Montevideo, portando cada uno una mazorca, demandando ante el estado para que comprara la cosecha. El partido tuvo una vida efímera. Pero el ejemplo de organizar a los "productores rurales" habría de ser seguido má, tarde y con más éxito -no para el Uruguay- por otros políticos más audaces. La producción de maíz también resulta distorsionada por las importaciones de excedentes norteamericanos que el país realiza al amparo de la ley 480. En el caso de la producción de trigo, la inter- vención estatal fue un factor estimulante. Veamos las cifras. EXPANSiÓN DE LA PRODUCCiÓN TRIGUERA Fuente: Banco República. 15
  • 18. La producción de 1955 fue la más alta en la historia del cultivo del trigo en el país: 853.572 toneladas, con un rendimiento promedio de 1.106 quilas. Fue un año en que las condiciones naturales .beneficiaron al trigo: llovió en el momento opor- tuno, en las cantidades requeridas e hizo tiempo soleado y seco durante la cosecha. La expansión dura hasta 1956, y luego se es- tabiliza con la cantidad necesaria para abastecer el consumo interno: 400 a 450 mil toneladas. En 1968 el gobierno decidió estimular nueva~ente el cultivo del trigo: prometió a los agncultores $ 1.600 los 100 quilos y tuvo éxito: logró que se sembraran 532.100 Hás. (310.040 más que el año anterior). Se obtuvo' una producción de 484.000 toneladas (340.224 más que en 1967) con un rendimiento de 910 quilas por hectárea, que pue- de considerarse aceptable en nuestras condiciones de cultivo. Pero el gobierno no cumplió su prome- sa. Los agricultores no cobraron y fueron nueva- mente víctimas de los acopiadores de cereales. El área cultivada en 1969 descendió mucho y habrá que importar trigo nuevamente para abastecernos en 1969-70. La agricultura se expande en la década del 50 labre todo' como consecuencia de la expansión in- dustrial -una se apoya en la otra-; a su vez la expansión industrial es consecuencia de dos facto- res: a) el crecimiento de la población y, sobre to- do, b) la mejora del poder adquisitivo de la po- blación, que había logrado conquistas s~lariales, fruto de la labor de los Consejos de Salarios que adecuaron los mismos al costo de la vida. Al prin- cipio, éstos cumplieron una labor realmente bene- ficiosa, pues las conquistas salariales permitieron la elevación del nivel de vida y fueron un estímulo para la producción: aumentaban la demanda in- terna. 16 LA PRODUCCION AGRICOLA y EL USO DEL SUELO La producción agrícola ha venido -creciendo a una tasa acumulativa anual del 2,3 0/0; la pecua- ria, por su parte, a una tasa del 1,1 0/0, menor que la de crecimiento demográfico. Para mante- ner el desarrollo acelerado de la producción agro- pecuaria surgen tres posibilidades: la incorporación de nuevas tierras a la producción, el aumento de productividad en las áreas ya uti1iz~das, o los cam- bios en el uso del suelo. Todas las tierras explotables del país están siendo utilizadas ya, por lo menos, desde comienzos del siglo. El origen de la mayor parte de los au- mentos se debe a los cambios registrados en el uso del suelo. El suelo puede tener distintos usos y, en función de éstos, generar distintos valores agrega- dos. Por ejemplo: si se planta trigo se obtiene ma- yor valor agregado que si se crían vacunos y o~i­ nos; pero si se planta remolacha azucarera o VI? se obtiene mayor valor agregado que plantando tn- go. De esto no debe deducirse que la mejor utili- zación del suelo se logra·plantando vid. CAMBIOS DEL INSTRUMENTAL AGRICOLA El crecimiento de la agricultura determinó cam- bies profundos en la fisonomía del paisaje nacional; la ocupación humana de la tierra deja impresa su huella, se suceden los campos roturados y sembra- dos ocupando extensas áreas, el tractor y las má- quinas agrícolas inician su ciclo produetiv~; se ara y se llega a cosechar de noche, a la luz de los po- tentes reflectores de las máquinas. Se expande la maquinaria agrícola quizás a un ritmo demasiado rápido y sin mucho ordenamiento en la compra, pues no se realizó ningún tipo de control en ma- teria de inversiones. Los productores se dejaron lle- var, sobre todo por la propaganda y la habilidad
  • 19. de los vendedores; prácticamente no hubo asesora- "miento técnico ni mayor conocimiento en cuanto al uso, mantenimiento y ventajas de la maquina- ria adquirida. La mecanización de la agricultura se hizo en nuestro país a un ritmo muy acelerado, quemando etapas. En la provincia de Buenos Aires se pasó del buey al caballo y del caballo al tractor, siguien- do una evolución paulatina y progresiva. Aquí pa- samos bruscamente del buey_al tractor, y el caba- IToaellioY"eTcabalIOarador apenas si empezaron el ciclo. En Colonia su presencia fue más notoria, pero en otras partes del país el caballo desapareció rápidamente, sustituido por su sucesor de metal. Eso no significa, claro está, que todavía no se em- pleen el buey y el caballo en muchas pequeñas ex- plotaciones. Aun en 1941 el buey ocupaba un pa- pel destacado como animal de labor en los culti- vos de arroz en Treinta y Tres, y habían boyadas de centenares de cabezas que constituían una par- te importante de la fuerza de trabajo. Las trilladoras fijas, impulsadas por la polea de las locomóviles, desaparecieron rápidamente, susti- tuidas por las cosechadoras de autopropulsión. También se operaron disminuciones en la utiliza- ción de la mano de obra, al producirse la meca- nización de la cosecha, lo que implicó la pérdida" de trabajo para el bracero de temporada, quien inició así su éxodo hacia la ciudad. Como al mis- mo tiempo tuvo lugar el de...~rrollo industrial, el campesino encontró al principio ocupación, sobre todo en la rama de la construcción, pero la indus- tria colmó pronto su necesidad de operarios y el campesino pasó a engrosar la legión de los desocu- pados temporales o permanentes, de los margina- dos, de los habitantes de los cantegriles, de los que han perdido la esperanza. Nuestro país no puede permitir que se malogre su mano de obra; no debe tolerar la pérdida de su potencial humano, que es su don más preciado. Veamos las cifras censales que reflejan la sus- titución de la tracción animal por la mecanizada: NOMERO DE ANIMALES BE LABOR Y MAQUINARIA AGR[COLA Conceptos Bueyes o. o o •• o • o •• Caballos de tiro y silla .• o •• o •• o. o Tractores o o o' • o • • • Cosechadoras automo- trices o • • • o o o • o o Trilladoras •• o o • o o • Carros •• o" • • • • • • o • Carretas •• o o ' • • • • Camiones, comionetos y jeeps • o' ••••• La sola observación de las cifras que anteceden. tomadas de los respectivos censos agropecuarios, resulta ampliamente demostrativa. De 1951 a 1966 los bueyes utilizados d:.sminuyen en un 66%, los caballos casi en un 50 %, los tractores se multiplican por 5, se reducen las trilladoras que resultan anti- "¿liadas pero se triplican las cosechadoras automo- trices. Llama la atención el número de carros que se mantienen todavía, pero no debe olvidarse que el tractor se utiliza mucho como elemento motriz pa- ra éstos, a los que se ha provisto de rodado de goma. LA AGRICULTURA Y LA IRRIGACION En un país donde las precipitaciones son irre- gulares y donde, sobre todo, es muy variable la efectividad de las mismas por las variaciones en la evaporación y en los índices de la humedad rela- tiva, importa conocer la incidencia que en la pro- ducción agrícola tiene la irrigación. Irrigar supone una inversión onerosa pero, al mismo tiempo, sig- 17
  • 20. ..11____ ¡¡~¡ • • - ..¡:.---~¡;,...---!i'1¡~ , En el ingenio "El Espinillar" de Salto, las grúas para la descarga de la caña de azúcar. nifica la seguridad de la cosecha. Balancear los in- sumas que implica su empleo con los ingresos pro- venientes de un buen rendimiento, es asunto del productor. Pero el estado debe obtener una polí- tica para fomentar y facilitar la irrigación. La ley de conservación de suelos yaguas puede tener alguna influencia al respecto, pero eS de reciente vigenc}a y no ha transcurrido aún el tiempo sufi- ciente para apreciar sus efectos. Según el censo de 1966, el total de hectáreas con riego ascendía a 41.980, un aumento del 57,55 por ciento con respecto a 1961, pero apenas al- 18 canza a irrigarse el 0,32 % del total cultivado. ¿Qué cultivos se riegan? El 98,38 % del arroz (o sea 30.499 hás.), el 95,51 % de la caña de azú- car, el 4,64 % de las hortalizas y las papas, el 4,96 % de los frutales, el 0,78 % de los viñedos y el 0,11 % de las forrajeras. El arroz y la caña de azúcar no pueden cultivarse sin riego en nuestro país. La aparición de las tapias y de los canales de riego en Treinta y Tres y Rocha puede conside- rarse uno de los cambios más singulares produci- dos en una zona donde el territorio era, aparente- mente, improductivo. Llama la atención que la su-
  • 21. ---------- ------- -- ---------------- "Azucarlito", ingenio de elaboración de remolacha situado en Paysandú. perficie de hortalizas que se riega abarque sola- mente el 4,64 % del total cultivado. Quizás el hecho de incluirse los datos de ciertas hortalizas en los datos relativos a las papas, que se riegan poco, incide sobre el total. Los cultivos hortícolas exigen cuidados minuciosos, insumos cuantiosos (debidos al alto costo de las semillas, de los fertilizantes y de la mano de obra exigida en la preparación de las tierras), cuidados culturales-y diversas labores de mantenimiento; la cosecha se hace generalmente a mano, por lo que no puede dejarse la suerte del cultivo librada a las posibilidades de lluvia. Las instalaciones de riego resultan caras, lo que expli- ca las dificultades de su empleo. LAS AREAS AGRICOLAS y SU DiSTRIBUCION SEGUN EL CENSO DE 1966 Parece oportuno, para tener una idea de la dis- tribución geográfica de la agricultura en el país, indicar, por departamento, las áreas sembradas y la producción de los principales cultivoscerealeros e industriales. Las tierras utilizadas para la agricUltura en 1966 totalizaron 1:319.630 hectáreas y las gana- deras 14: 901.111. El total sembrado en 1966equi- vale al área que los cereales, por sí sólos, atuparon 19
  • 22. en 1958, año que sirvió de comparación para nues- tro trabajo. Los departamentos que destinaron mayor su- perficie a la agricultura, en 1966, fueron Soriano, con 184.190 hás.; Colonia, con 174.963; Paysan- dú, con 168.061; Río Negro, con 129.680, Cane- lones, con 126.869 y San José, con 98.772. Estos seis departamentos totalizaron 882.535 hectáreas, el 67 % del área total sembrada. Por su parte, es- tos seis departamentos tienen un área productiva de 4:433.878 Ms.; destinan a la agricultura 882.535, es decir, aproximadamente la quinta par- te del área; todos los demás departamentos, con un territorio productivo de 11: 786.863 hás., dedi- can a la agricultura 437.095 hás., solamente el 3,73 % del área posible. ¿Por qué razón la agri- cultura alcanza tal desarrollo tan sólo en los seis departamentos citados? Con un criterio muy gene- ral puede establerse que, para Canelones y San José, la proximidad del gran mercado montevidea- no asegura la colocación de la producción con ba- jo costo de transporte. Colonia, Soriano, Río Ne- SECTOR AGRICULTURA ~IlUCTO BRUTO INTERNO DEPARTAMENTAL DE En % sobre el, totol sédorioL _"''''''.'510 ....; ....... 20
  • 23. gro y Paysandú destinan a la agricultura las tierras más aptas del país, que son los denominados limos' de Fray Bentos, suelos "de granul~metría media depositados por el viento, con interestratificaciones de cenizas volcánicas, a veces cementados con cal- cáreos y de aspecto laminar y a veces bastante des- calcificados". (Los sueles del Uruguay. Su uso y manejo. Ministerio de Ganadería y igricultura. 1967.) VALOR DE LA PRODUCCION AGRICOLA Interesa determinar cuál es la incidencia de los distintos renglones que componen el sector agricul- tura en el valor de la producción bruta. Puede observarse: 1) El valor de la produc- ción de los cereales' élisminuye en cifras muy signi- ficativas; todos los demás renglones aumentan. 2) Los sacarígenos casi se duplican. 3) La inver- sión en plantaciones y cultivos permanentes tripli- ca su importancia en el porcentaje con relación al año 1955. Una combinada en pleno trabajo. VALOR DE LA PRODUCCIÓN BRUTA A COSTO CONSTANTE DE FACTORES DE 1963 (En % sobre el total) 21
  • 24. LA PRODucelON GANADERA CARACTERISTICAS GENERALES La producción animal incluye diversos rubros: vacunos, ovinos, porcinos, equinos, aves. Comen- zaremos por expresar que la región platense ofrece, en materia de explotación de los recursos animales, una fisonomía particular que abarca no sólo el lí- mite geográfico de la misma, sino que se extiende a vastas zonas del vecino estado brasileño de Río Grande del Sur. Todavía hoy gravita sobre el ré- gimen de explotación y de cría pec~aria la est~c­ tura existente en los albores de la mdependenCla, que si bien ha experimentado algunos cambios a los que vamos a referirnos, mantiene sus rasgos primigenios fundamentales. El clima y el suelo favorecen la explotación pe- cuaria pero el hombre, factor decisivo porque es quien imprime la dirección, el que da la pauta del desarrollo eéonómico de la explotación, no ha 22 sabido aprovechar las ventajas naturales para ob- tener resultados acordes con esas condiciones favo- rables. Cuando se analizan las tasas de crecimiento de nuestra producción agropecuaria, referidas al Uru- guay, nos encontramos con las siguientes cifras, que, como los viejos noticiarios del cine mudo, "hablan por sí mismas". Veamos entonces las tasas acumu- lativas de crecimiento de la producción agrícola, pecuaria y agropecuaria, total y por habitante, en- tre los años 1935/37 y 1962/63: Fuente: CIDE.
  • 25. Si nos referimos únicamente al sector pecuario, la tasa de crecimiento para este periodo de 27 años alcanza el 1,1 % anual, lo que significa que para duplicar la producción en el sector se necesitarian, a este ritmo, 91 años. Pero si se compara el creci- miento del sector pecuario con el crecimiento de la población, la tasa se hace negativa (-0,2 % por habitante). Como en el sector agricola la tasa de crecimiento, aunque es también muy baja, su- pera a la del sector pecuario, resulta una tasa total de crecimiento del 1,5 por año; para duplicar la producción total, por lo tanto, necesitaríamos se- tenta años. Si pretendemos analizar las características de la producción ganadera, nos encontramos con que no hay problemas que afecten solamente al sector, sal- vo alguno muy específico y que no es el fundamen- tal. Todos los sectores productivos del país padecen 23
  • 26. "Una ganadería a campo natural, sin mejoras". hondos problemas estructurales. Y las causas son externas e internas: remediar las externas es tarea difícil y nuestra contribución para su solución será siempre pequeña, en función de la pequeñez re- lativa de nuestros recursos. Pesamos poco en el concierto internacional, aunque la estridencia de nuestra argumentación sea algunas veces escucha- da y pocas veces tenida en cuenta. Eso no significa, necesariamente, que debamos renunciar a hacernos oír o que tengamos que permanecer callados. Te- nemos que ponernos urgentemente a resolver nues- tros problemas internos y a buscar nuestras propias soluciones, que surgirán del conocimiento de los mismos. Veamos cuáles son las características de nuestra ganadería. 1) Ganadería a campo. El clima permite esta forma de explotación. Sólo algunos animales de pe- digree muy finos tienen establo. donde pasar la no- che. Las vacas lecheras se estabulan en el momen- to del ordeñe y se aprovecha esta circunstancia pa- ra darles la ración concentrada. Más que una ga- nadería acampo, es una ganadería a campo natu- ral, sin mejoras. 24 2) Se emplea un número limi.tado de razas, tanto bovinas como ovin'as. Ya hay bastante expe~ riencia al respecto y pasó, para el país, la época de los tanteos y de las dudas para decidirse a esco- ger la raza apropiada, en función de la finalidad perseguida por el productor: carne o leche; carne o lana; doble propósito. Afortunadamente hay una gran uniformidad en el suelo uruguayo. Los micro- climas, la variedad de suelos, no afectan mucho al ganado. Apenas si se requiere la elección de los la- nares apropiados para las zonas donde la humedad del suelo es permanente o casi permanente, como en los bañados del este. Pero puede decirse, sin te- mor a equivocarse mucho, que casi todas las razas que se crían actualmente, se adaptan a cualquier zona del país. Eso no significa que debamos cerrar- nos a toda innovación en materia de introducción . de razas, o que persistamos en la. forma de crianza tradicional para aquellas que se encuentran adap- tadas. En 1951 el Ministerio hizo, por única vez, un censo de razas, cuyos datos insertamos a conti- nuación:
  • 27. Los ovinos "Corriedale" constituyen el 30 % del stock del país. Las tres razas de animales de carne están per- fectamente bien adaptadas y resisten las epizootias que suelen atacarlas. Se han introducido en los úl- timos años los bovinos Charolais, cuya carne, con una distribución muy particular de la grasa, se adapta mejor al mercado continental europeo. Es preciso, sin embargo, tener presente que si con frecuencia nuestros animales de carne tienen de- masiada grasa, se debe, más que a una caracterís- tica racial, al sistema de engorde que empleamos. Los animales se hacen por la boca: dependen del momento, de la cantidad y de la calidad del ali- mento que se les suministre, las posibilidades de su desarrollo. No podemos quejarnos de la mcstización lograda con nuestros animales: se les ha mejorado mucho. Pero no sirve de mucho un animal de bue- na sangre si no come lo que debe en el momento oportuno. Si se le suministra poca agua, si se le niega sombra en el verano y abrigo en el invierno, 25
  • 28. "Charolais", los recién llegados. no ha de servirle para gran cosa la pureza racial. Es evidente la influencia de las razas inglesas en nuestra ganadería. Fueron las que integraron las primeras cabañas y fue el mercado inglés el pri- mero que nos planteó exigencias con respecto a la calidad de la carne. Cuando se exportaba tasajo, la calidad de la carne no era mu~' importante: la salazón la disimulaba. Pero cuando la carne es en- friada o congelada, la calidad resulta decisiva. En cuanto a las razas lecheras, predomina la Holanda. que se ha adaptado perfectamente y que es gran productora de leche. Su carne no es muy codiciada, no por un defecto de raza, sino como consecuencia de la alimentación que este ganado recibe en nues- tro medio. Hay suficiente experiencia para afirmar que los animales Holanda bien alimentados dan muy buen rendimiento en el gancho y carne de bue- na calidad. Cuando se selecciona en materia animal, también en materia vegetal, el mejoramiento de una ,función se hace siempre en detrimento de otra. 26 Como vacuno de doble propósito se destaca el Normando, que da menos leche que el Holanda, pero su carne se cotiza bien. La Jersey se utiliza en pequeña escala: pequeña, ocupa poco sitio, tie- ne pocas necesidades alimentarias en función de su pequeñez. Su leche, bien cotizada, cuenta· con un elevado porcentaje de grasa. En cuanto a los ovinos, utilizaremos los datos del censo de 1951, a los efectos de determinar los porcentajes de las razas. En 1966 tenemos 400.000 ovinos menos que en 1951. DISTRIBUCiÓN POR RAZAS, SEGÚN EL CENSO DE 1951 La característica más negativa de nuestro stock lanar consiste en el porcentaje elevado de cruzas, con 47,3 % en 1951. Posteriormente, este porcen- taje ha de haberse modificado en parte. En estos animales las caracteristicas no están aún bien fija- das y su productividad fluctúa. La tendencia es a la "corriedalización" de las majadas, porque está oveja se ha adaptado perfectamente y aunque su vellón no tiene la misma finura que el del Merino, es un animal más resistente. Merina e Ideal tienen la mejor calidad de lana, por las que hay deman- da sostenida.
  • 29. La Corriedale es una especie ovina de "doble propósito". Puede dar buen cordero y buen capón y una lana que, cuando el animal ha sido bien cui- dado, resulta de buena calidad. Pero todo depende de cómo se le críe. Si se lo alimenta bien, se lo pro- tege. de las heladas, del viento y dél frío, los rendi- mientos, tanto de lana como de carne, han de ser elevados. Por sobre todo, en el rendimiento, a cons- tancia de otros factores, influye el estado sanita- rio. Las enfermedades parasitarias no ocasionan mucha mortalidad, pero debilitan al animal, y ani- mal débil rinde poca lana: ésta adquiere una serie de características que le hacen perder valor en el mercado. 3) Los stocks, tanto de bovinos como de ouinos, registran escasas fluctuaciones y muestran una ten- dencia 'al estacionamiento. Los stoéks sufren variaciones fundamentales en función de las contingencias climáticas y, dentro de éstas, los excesos o los defectos de las precipita- ciones. El exceso de lluvias perjudica más a los ovi- nos; su escasez perjudica más a los vacunos. Vea- mos los datos censales: ciente. Las sequías de 1941 determinaron una dis- minución del stock bovino. Por eso se ordenó un censo en 1943, para determinar sus efectos. Las lluvias de 1959 no causaron tanto daño como se pensó y los campos se recuperaron bastante bien; también los stocks bovinos. Pero los ovinos dismi- nuyeron. No es exactamente efecto de la lluvia o de la sequía, pero los animales sufren la falta o el exceso, quedan muy debilitados y las epizootias en- cuentran campo propicio, con lo que aumenta la mortandad. Llama la atención que nunca se haya recuperado la dotación de ovinos de 1908. No tiene sentido que los animales perezcan de sed o por es- casez de pasturas en épocas de sequía. El territorio nacional está bien irrigado y hay también agua en el subsuelo. Pero falta fYrevisión. Tampoco hay pre- visión forrajera; el ensilado para los animales a campo es una práctica desconocida, salvo para las lecheras. Otro factor que determina las fluctuaciones de los stocks es la influencia que ejercen sobre los productores las tendencias del mercado. Durante largos períodos se estuvieron aplicando técnicas de Fuentes: Dirección General de Estadística y Censas Agropecuarios (M. G. Y A.). Las lluvias de 1914 hicieron disminuir los stocks de ovinos; por otra parte, los criadores habían re- cargado los campos al máximo pues los altos pre- cios, producto de la guerra europea, eran un ali- cruzamiento inadecuadas, "corriendo detrás de la tendencia del mercado". Ocurre que en otros países ganaderos la ten- dencia no es sólo al mejoramiento de la sangre en 27
  • 30. los stocks sino, y fundamentalmente, a aumentar el número de animales mediante el aumento de las disponibilidades alimentarias. Algunos sostienen que en el Uruguay hemos llegado al stock límite que pueden soportar nuestras tierras. Esto es abSurdo. Sólo resulta verdad den- tro del actual sistema de tenencia: el gran hacen- dado no muestra interés en aumentar los stocks porque ello implica más trabajo )' una inversión mayor, ya que hay que mejorar las pasturas para poder alimentar a más animales en la misma área. Desde 1908 hasta el presente, la población del país ha aumentado dos veces y media, y el stock, expresado en unidades bovinas, pasó de 1.290 uni- dades cada 100 personas a 440 unidades cada cien personas en 1961. Mientras tanto ¿qué ocurre en el resto del mundo? De 1950 a 1960 las existen- cias de ganado vacuno aumentaron en el mundo entero de 716:300.000 cabezas a 899:400.000: aumento del 18 0/0. En el Uruguay el aumento fue sólo del 6,3 ro, pero, como al mismo tiempo dis- itrinuyó en nuestro país el stock ovino, el aumento real resultó del orden del 1 % en este decenio. Sin embargo puede señalarse que, con relación a la población, Uruguay acusa la mayor propor- ción de vacunos por habitante, con 2,975, s~gui­ do por Nueva Zelandia con 2,5, Argentina con 2 y Australia con 1,5. En materia de ovinos el pri- mer lugar lo ocupa Nueva Zelandia con 20, el se- gundo Australia con 9, el tercero Uruguay con 7,5 Y el cuarto la Unión Sudafricana con 3,2. Llama la atención que, por primera vez en lo que va del siglo, de acuerdo con el censo de 1966 la propor- ción de bovinos por habitante no alcanza a tres. DENSIDAD GANADERA Y AREA DE LOS ESTABLECIMIENTOS Nos limitaremos a destacar que: 19 ) En los minifundios de 1 a 4 hás., en 12.844- estableci- 28 mientos con un área total de pastoreo de 17.937 hectáreas, en 1966 había 25.719 vacunos, o sea 1,43 por há., y 22.026 ovinos, es decir, 1,23 por há. 29 ) En los latifundios de 5.000 a 9.999 hás., 288 establecimientos con un área de pastoreo de 1: 815.917 hás. contaban con 845.612 vacunos, 0,47 por hectárea, y 2: 290.964 ovinos, 1,26' por há. 39 ) Los latifundios de más de 10.000 hás., 68 es- tablecimientos con superficie de pastoreo de 917.633 hectáreas, sumaban 451.049 vacunos, 0,49 por há., y 1: 223.979 ovinos, 1,33 por há. Éstos son los extremos, pero puede establecerse: a) A medida que aumentan las áreas, el stock va- cuno disminuye con relación a la superficie. b) El stock ovino por hectárea aumenta hasta llegar a los predios comprendidos entre 100 y 500 hás. con 1,82 - 1,83 por hectárea; a partir de allí disminu- ye y llega a 1,26 en los predios entre 5.000 a 9.999 hectáreas. En los de más de 10.000 hectáreas ya dijimos que es de 1,33 por há. Tesis general, entonces: a medida que aumen- ta el tamaño de los predios, por encima de 500 hectáreas, el stock disminuye. Pero menor cantidad de cabezas de ganado por hectárea no significa, necesariamente, menor productividad por hectá~ rea; puede darse el caso de animales mejores, que, criados a campo, al disponer de más alimentos en función del área, pueden dar más quilogramos por unidad de superficie. Eso puede o no ser cierto, se- gún los casos. Téngase presente, además, que, los minifundios, en los predios muy pequeños, tienen animales de la peor calidad, muchos de ellos re- fugados o regalados, y su productividad en leche, en lana y, en última instancia, en carne, es nece- sariamente baja. ¿Qué ha pasado con los stocks en relación al área global del país? En 1908 había 45,5 bovinos por quilómetro cuadrado y 140,4 .ovinos; en 1966 había 45,4- bo-
  • 31. vinos y 128,2 ovinos por Km2. En cuanto al stock porcino, aproximadamente de 380.000 cabezas, se registra un aumento paulatino desde las 180.000 de 1908. El problema, en este caso, consiste en la alimentación. Podemos comparar nuestra situación con la del vecino estado de Río Grande del Sur, que tenía 6: 500.000 cabezas de suinos en 1958, y cul- tivaba maíz para su alimentación. En 1958 obtu- vo 1: 480.000 toneladas, en tanto que la produc- ción de Uruguay el mismo año apenas alcanzó, en este rubro, las 276.000 toneladas. Productividad de los stocks. Criando, como se crían en el país, conjuntamente ovinos y bovinos, se obtienen los siguientes rendimientos por há. Produc~o Carne bovina (en pie) Carne ovina (en pie) lana (en pie) leche (litros) . TASA DE CRECIMIENTO DE LAS EXISTENCIAS DE BOVINOS COMPARADA CON LA DE OTROS PAISES Miles de cabezas 1947148 1.959/60 1951/52 8.154 8.671 6.3 45.000 43.398 3.6 14.552 16.503 13.4 8.924 5.992 -21.7 (ya ser 15.605 18.735 20. 2.998 3.394 13.2 2.659 3.507 12.5 4.869 5.295 31.8 102.972 110.235 7.1 49.918 58.166 16.7 10.854 12.480 15. 8.285 9.399 13.4 10.277 11.771 14.5 7.945 10.497 32.1 4.960 21.561 44.1 0.424 96.236 19.7 1.265 72.829 42.1 8.937 22.450 18.5 29 Países exportadores Sub total sin Argentina ni Uruguay .. Países que producen para mercado interno Repca. Federol Alemana ..- . Italia .•................. Reino Unido .....•. ~ . Canadá Uruguay . Argentina . Australia . Nueva Zelandia . Francia '.' . Dinamarca . Irlanda . Países Bajos . Sub total .
  • 32. Esperando ~ara ser llevadas cila playa de matanza. PRODUCTIVIDAD DE LA GANADERIA Las existencias de. ganado se encuentran con- solidadas en el Uruguay. Las variaciones de pre- cios entre la carne bovina y la lana han determi- 30 nado cambios en los stocks, porque a su vez deter- minaron cambios en la orientación de la produc- ción. Esto es notorio, sobre todo, para el ganado OVino. Mientras se mantenía más o menos constante el stock, la población se rj1ultiplicó por 2,5; enton- ces, de 1.290 unidades bovinas cada 100 personas en 1908, pasamos a 440 unidades bovinas cada 100 personas en 1961; quiere decir que por per- sona, el stock disminuyó en dos tercios. Entre tanto, en la década del 50, las existen- cias mundiales de ganado bovino aúmentaron un 18 %, pasando de 761:300.000 a 899:400.000. El aumento se produjo en todos los países, no sólo, en los que exportan, sino en los que se auto- abastecen y/o importan. Las existencias vacunas, en la década del 50, aumentaron en el Uruguay un 6,3 % pero, como al mismo tiempo se redujeron los stocks ovinos, el incremento de las dos especies, expresado en uni- dades bovinas, fue apenas del 1 %. COMPOSICIÓN DE LOS RODEOS. La cría de ganado en Uruguay se basa en el pastoreo ex- tensivo de las praderas naturales. Según el censo de 1966 se destinan a la ganadería 14: 901.111 hás. (prácticamente quince millones) de las que Se me- joran, según el detalle adjunto, para aumentar la productividad, 1: 029.230 hectáreas, vale decir el 7 % del área:
  • 33. En el censo del año 1961 las praderas mejora- das sumaban 609.638 hás.; hay pues un incremen- to de alrededor del 80 %, lo que resulta un síntoma alentador, aunque el total de:áreas mejoradas, con relación al área total, sea muy pequeño. Claro es- tá que los más favorecidos con los créditos y la di- rección técnica del Plan Agropecuario han sido los ganaderos más poderosos. Indicamos que lo impor- tante es mejorar la alimentación, porque las defi- ciencias alimentarias tienen efectos multiplicadores en las deficiencias de todo orden: baja precociéiad, baja fertilidad, baja resistencia a las enfermeda- des, etc. Tenemo~ una inadecuada composición de los rebaños bovinos y ovinos por sexo y edad. Veamos primero los vacunos: un alto porcentaje del stock, 5,5 % del total, está formado por novillos de más de tres años; si se les alimentara mejor, se podría te- ner prontos, a los tres años, hasta 480.000 novi- llos más por año (en 1964, por ejemplo, se faena- ron 1:438.300 animales). Se podría aumentar la faena en un 33 %. La proporción de vaquillonas o hembras no entoradas es muy alta: 13 %' Se podría elevar el porcentaje de vacas de cría del 33 al 43 %' En Nueva Zelandia el porcentaje es del 37,8 %' La composición del rebaño lechero es muy deficiente; al estudiar, en particular, la producción de leche, volveremos sobre el punto. Al igual que en el caso de los vacunos, el por- centaje de hembras ovinas, ovejas, es decisivo pa- ra la producción. En Nueva Zelandia las ovejas de cría suman el 69 % del total de ovinos. Aquí, ape- nas alcanzan al 34 %' Como nuestras borregas crecen lentamente, porque pasan hambre, frío, sed y se enferman, no pueden encarnerarse hasta los dos años y medio, lo que impide el proceso de re- novación y selección del.rebaño. Tenemos una baja tasa de parición y una alta mortandad de corde- ros, debido sobre todo a la falta de abrigo. La tasa de procreo alcanza apenas al 60 %' Además, co- mo no se encarnera al tiempo debido, porque no hay precocidad en el desarrollo, los rebaños no au- mentan. ALGUNOS INDICADORES DE LA BAJA PRODUCTIVIDAD GANADERA En la ganadería nacional la eficiencia y la pro- ductividad están muy por debajo de las que po- drían alcanzarse teniendo en cuenta las posibilida- des que el medio ofrece. Veamos algunos índices. La tas,a de procreo define el porcentaje de anima- les respecto al total de hembras aptas para la re- producción. No hay investigaciones ni encuestas apropiadas, pero los expertos del ministerio esti- man la tasa de procreo de vacunos en alrededor del 58 %, con una tasa de parición del 65 %, una tasa de mortalidad del 3 al 5 % en las ter- neradas y el sacrificio de terneros en los tambos. En EE. UD. la tasa de parición es del 86 %, en Aus- tralia del 85 % y en Argentina, del 72 %' En ovi- nos, nuestra tasa de procreo es del 60 %, pero en Nueva Zelandia es del 95,4 ro y en EE. UU. del 97 %' Entre las causas del bajo procreo se encuen- tran la esterilidad por brucelosis (en los vacunos), la reducción de fecundidad por deficiencias mine- rales en la alimentación, la falta de proteínas, el mal manejo del rebaño (echada de carneros, falta de mangas o de potreros para vacas u ovejas recién paridas, etc.). Las enfermedades infecciosas y para- sitarias causan alta mortandad de terneros y corde- ros de 4 a 6 meses. También los últimos fríos prima- verales ocasionan gran mortalidad de ovinos cuando se adelanta la esquila, como está ocurriendo en 1969. ¿Qué quiere decir tasa de producción? Es la tasa de faenamiento más el saldo del comercio ex- terior de ganado en pie y los cambios de inventa- 31
  • 34. El mercado interno se provee ahora de cuartos de- lanteros. rio con relación a las existencias ganaderas. Alcan- za más o menos el 18 %. La tasa de extracción es del 14 % (se obtiene como la de producción, pero sin tener en cuenta los cambios de inventario). Quiere decir que de cada 100 animales, se fae- nan 14. En otros tiempos se obtuvieron tasas ma- yores: en 1941/43, época de sequías, fue del 18,8; en 1950/52 llegó al 19,3 y en 1956/58 bajó al 14,5 %' Comparada con otros países, la tasa es muy baja: en EE. UU. es del 40 %, en Nueva Ze- landia de~,39 %, en Australia del 28 % y en Ar- gentina, con--condiciones similares a las nuestras, al- canza el 22 %' Pero en los ovinos es todavía peor: 32 12 % frente a 21 % en Australia y 55 % en Nue- va Zelandia. ¿ A qué se debe? A la baja pro- porción de vientres, al sacrificio de animales de tardía edad; como resultado de las deficiencias alimentarias, se faenan los novillos a los cuatro o cinco años, cuando podrían sacrificarse a los dos años o dos años y medio. RE.NDIMIENTOS UNITARIOS. - Es la producción de carne por animal faenado. El peso arrojado por el animal en el gancho, tomado ais- ladamente, no significa mucho. Depende---de-la: edad, del engorde, etc.: un toro Holanda pesa más que un novillo Hereford de dos años, pero puede pesar menos que un novillo Charolais. Si se fae- nan muchos terneros, como ocurre en donde se practica la lechería intensiva, el peso proporcional de los animales disminuye. En Canadá y en Nue- va Zelandia el peso medio es de 170 y 100 qui- los, pero la tasa de faena es alta. En EE. UU. tienen buena tasa de faena (40%) y muy buen rendimiento (200 quilas); se logra con animales precoces, de buen peso. En Argentina son 215 qui- las y tasa alta. En Uruguay entre 200 y 225quilos, pero son novillos de 4 ó 5 años; estamos igual que Brasil, Chile y Colombia. Con los ovinos, en nues- tro país los rendimientos son de 20 quilos,- pero se faenan animales adultos: ovejas y capones. En Nue- va Zelandia el peso medio es de 160z kg., pero se faenan sobre todo corderos; las ovejas son el 30 %' En el Uruguay, desde hace muchos .años, no se ha operado ningún progreso en el rendimientc; de carne en canal por animal. Se entiende por car- casa o canal el "cuerpo entero de un animal fae- nado después de desangrado, cuereado y evisce- rada, y de cortada la cabeza y las patas". II;lcluye también la cola, la columna vertebral y la parte maciza periférica del diafragma, la riñonada y la grasa de riñonada, y puede o no incluir la ubre, según se especifique.
  • 35. BOVINOS - MASA PARA UNA TONELADA DE CARNE PRODUCCIÓN DE CARNE POR ANIMAL EN EXISTENCIA. _.- El mejor indicador de la productividad en carne y lana se obtiene expresando la producción por animal existente o sea la carne por bovino-masa y la carne y lana por ovino-masa. En Uruguay la producción de carne vacuna por animal-masa fluctúa entre 30-35 y 41 kg., excepto en 1.940/44 que fue época de liquidación de existencias, debido a la sequía del 40. Si se mejoraran los métodos de alimentación y de en- gorde desminuiría la edad de faenamiento, se ele- varía la producción de vientres, aumentaría la ta- sa de procreo y se obtendría más carne con me- nos animales. Alemania Australia .... Francia ....• EE.UU. ;. URUGUAY 1948150 21.2 23.2 16.4 16.5 26.7 1960 13.9 21.6 12.6 16.5 25.6 tacionándose en los últimos años. La producción por animal en existencia es de 3.800 gramos, ci- fra inferior a la de Nueva Zelandia, que es de 5.700, e inferior también a la de E E. U U. (4.400) y a la de Australia (4.800). A pesar de que los stocks de lanares han per- manecido estancados e incluso se han reducido algún año, ha aumentado la producción total de lana, gracias a la selección mejorante obtenida por los criadores. Pero se puede lograr una ma- yor expansión mejorando las praderas, lo que per- mitiría elevar los stocks, elevar el nivel de eficien- cia de las explotaciones y mejorar la composición de la majada. Aunque nosotros destacamos el me- joramiento en el rendimiento de la producción de lana por animal, debemos llamar la atención so- bre lo siguiente: en Nueva Zelandia se obtienen 5.700 kgs. de promedio ·con stocks de 48: 500.000 ovinos; en Australia se alcanzan los 4.800 kgs. con Un. stock de 152: 700.000 ovinos: e~ la medida en que el stock aumenta se hace más difícil man- tener el alto promedio de rel;J.dimiento per capita. Entiéndase bien lo "esto quiere decir: obtenemos una tonelada de carne por 25.6 animales < en"exisfencia; en Francia consiguen uno tone- lada por coda 12.6 anima- les· en·· existencia. Hay que hacer notar que en la mayoría ·de los países que obtienen más carne por vacuno en existencia se producen además productos lácteos (leche condensada, manteca, quesos) con al- tos consumos por habitante y colocación de exce- dentes. PRODUCCIÓN DE LANA POR ANIMAL EN EXISTENCIA. - El rendimiento de la- na por animal ha mejorado en el largo plazo, es- LOS VOLUMENES DE PRODUCCION DE CARNES a ) VACUNA. - El promedio de matanza de vacunos entre 1951 y 1965 asciende a 1:312.000 cabezas; de ellas se destinan alrededor de 945.000 para el consumo y 367.000 para exportación. La extracción anual sobre el stock fue del 16 % con un rendimiento de carne limpia de 215 kgs. que, como ya indicamos, es muy bajo. El volumen de la oferta es del orden de 1: 400.000 cabezas por año (con 3. % de terneros). Lentamente la ofer- ta pierde sus características zafrales, pero sigue habiendo un cierto déficit a fines del invierno y. se produce una oferta incrementada en el otoño. 33
  • 36. Camiones frigoríficos esperando turno en la planta del "Modelo" La. incidencia del desarrollo de las pasturas se hace notar. La demanrla de carne osciló entre 140.000 toneladas en 1959 y 200.000 toneladas en 1968. En Montevideo pasó de 57.080 en 1930 a 80.168 en 1942, alcanzando 87.295 toneladas en 1953; a partir de entonces, decae. El abastecimiento de Montevideo tendría que estar a cargo, exclusivamente, del Frigorífico Na- cional, que tiene por ley el monopolio de la faena para tal finalidad. Creado como "ente testigo" en 1928 para evitar el contralor de precios, tendien- tes siempre a la baja, que ejercían los frigoríficos extranjeros, cumplió con eficacia su cometido du- rante pocos años. Participaba también en la ex- portación de carnes. Nunca hubo una política fa- vorable a su desarrollo. La planta industrial era obsoleta desde sus comienzos y los intentos para reacondicionarla fueron vanos. Tampoco se cum- plieron sus finalidades de ente regulador de pre- c·ios, lo que debía favorecer tanto al productor co~ 1110 al consumidor. En efecto: la distorsión en el mercado, determinada por la presencia del merca: do negro o paralelo que abastecía a la capital sin contralor de tarifa, conspiraba y conspira contra la economía del Frigorífico Nacional. La tarifa de venta que estaba obligado a respetar, le impedía pa'gar los precios que el productor demandaba y obtenía de los mataderos, y si el Nacional quería comprar en el mercado a los precios de oferta, te- nía que vender a pura pérdida. Descapitalizado, el Frigorífico Nacional no puede cumplir con su ge<;tión. La lucha de los frigoríficos extranjeros y de las pequeñas plantas privadas (que son casi to- das extranjeras) por conquistar el abasto capita- lino sigue adelante. Por otra parte, los mataderos de Canelones y San José intervienen ilegalmente en el abasto de Montevideo, según se desprende del análisis de las cifras siguientes:
  • 37. RESES VACUNAS FAENADAS EN EL PAIS 18 Deptos. sin Años Montevideo I 1940 1950 1954 1957 1960 1961 1962 1963 1964 197·744 301.385 386.806 457.064 337.182 349.554 278.065 497:685 492.527 19.557 68.678 124.840 169.303 108.660 113.708 132.524 182.093 202.504 F.uente: Bernhard, "Uruguay en el Mundo de lo Carne", Montevideo, 1967. Obsérvese que mientras la faena de la colum- na [ se multiplica por 2,5 de 1940 a 1964, la fae- na de Canelones se multiplica por 10,5. El desme- surado aumento se explica en la medida en que Canelones abastece a Montevideo. Al mismo tiem- po, el Frigonal experimenta una disminución. del 27 % cuando debió haber multiplicado su faena para el abasto por 2,5 para seguir el ritmo general. Veamos ahora el total de la faena, para el período 1951/65: ANIMALES FAENADOS (INCLUYE FAENA CONTROLADA Y NO CONTROLADA) Fuente: Ing. Agr. Juan Hotchondo; "Producción de Carnes" (Conferencio inédito). Se pueden estimar los promedios anuales de producción de carnes para el período 1951 a 1965 para abastecer un consumo de 204.000 toneladas y una exportación de 74.500, es decir que el con- sumo requiere el 72 % de la faena y la exporta- ción utiliza el 28%. Éste es el caso de los vacu- nos. En cuanto a los ovinos se establece que el pro- medio de consumo anual es de 51.552 toneladas, o sea el 92 %, y la exportación comprende sola- mente 4.547, el 8 %' La carne ovina es, en los hechos, consumida en el interior del país. Se faenan alrededor de 2: 800.000 ovinos por año, con unas 50.000 tone- ladas o sea 38 kgs. por persona/año. En cambio en Montevideo apenas se faena 1kg./persona/año. Las tentativas de incrementar el consumo de car- ne ovina en Montevideo han fracasado siempre. La reciente veda de carne vacuna no llegó a for- zar su consumo; por otra parte, no· hay casi carne ovina disponible y cuando existe es de mala cali- dad: capones viejos y gordos en exceso, como las ovejas, y una pequeñísima cantidad de corderos y 35
  • 38. 36 La producción de leche ha ido aumentando en el país, según se desprende del cuadro siguiente : poderosos frigoríficos ligados al trust internacional de la carne. Los obreros de los frigoríficos sostuvie- ron un largo conflicto en defensa de sus fuentes de trabajo y de sus conquistas sociales, ante la indife- rencia y desinterés de los poderes públicos, que uti- lizaron el conflicto como un vehículo para con- sumar la ruina del Frigorífico Nacional, del mismo modo que están consumando la ruina de la na- ción. En otras oportunidades en que hubo escasez de vacunos, se importó ganado en pie, para dar ocupación en la faena a la mano de obra nacional; ahora no. Por otra parte, para mantener la carne enfriada importada en cámaras, se utilizaron las de la industria privada, estando libres las del Nacio- nal, con lo cual· se continúa ignorándolo y arrui- nándolo deliberadamente. LA PRODUCCION DE LECHE borregos. Se ha llegado al extremo de autorizar la importación de 5.000 toneladas de carne vacuna de Argentina. Es tal la desorientación del gobier- no actual en materia de producción de carnes, co- mo en todas las materias, que en junio de 1969 autorizó la exportación de 50.000 vacunos en pie para el Brasil, con el pretexto de que "sobraban novillos", y luego sucedió que nos quedamos sin carne vacuna. Se pretexta que los animales no tie- nen estado, "por culpa del clima". Es una historia vieja, no por repetida menOs incierta. Se quiere hacer recaer en las "condiciones naturales" 10 que es el resultado de una producción rutinaria, inade- cuada y sin previsión. Entre tanto, los frigoríficos continúan paraliza- dos y el Nacional está siendo estrangulado por los Fuente: Cuentas Nacionales, Banco República, 1965. El ordeñe mecánico se va extendiendo.
  • 39. Si se hubiese cumplido el plan de la CIDE, en 1967 se habrían obtenido 813.000 miles de li- tros, y se esperarían alrededor de 1: 067.800 para 1974. Para eso habría que ajustar los stocks de vacas-masa (vacas en ordeñe más vacas secas). Si ello se lograra, aumentaría además el rendimien- to por vaca-masa, disminuyendo la proporción de va<:as-masa (vacas en ordeñe más vacas secas). de leche por animal, de tal volumen que disminu- yendo la cantidad de vacas lecheras la producción aumentaría. En primer lugar la alimentación deficiente, a pesar de que en la cuenca lechera que abastece a Montevideo el porcentaje de "concentrado" es muy alto. En los momentos de crisis forrajera no sólo baja la productividad por vaca en ordeñe, si- no que se prolonga el período en que las vacas permanecen secas, pues no se presentan los celos. Ocurre que se emplea tanto concentrado que "la pradera sólo se utiliza para mantenim:ento y muy poco para la producción" ("La cuenca lechera de Montevideo", Facultad de Agronomía, Montevi- PROYECCIÓN DE LOS RENDIMIENTOS POR VACA-MASA EN LA CUENCA DE MONTEVIDEO Y EN EL RESTO DEL PAfS Cuenca de MonteVideo Producción leche (miles Its.) - Stock vacas-masa (mil. cab.) - Rendimientos por vaca-masa (lts.) Resto del país Fuente: CIDE, Programa de Producción Pecuaria, 1966. .0 143.0 1,485 1967 280.0 140.1 2,000 538.3 390.1 1,380 818.3 1970 310.0 126.5 2,450 587.2 317.4 1,850 897.0 Del cuadro se deduce que la producción de le- che por vaca-masa habría de duplicarse para 1974, tanto en la cuenca de Montevideo, donde se esti- ma que alcanzará a 2.900 litros por año, como en el resto del país, donde llegaría a los 2.400. Pero todo dependerá de las condiciones alimentarias. ¿Se lograrán estos resultados en el marco de las ac- tuales estructuras agrarias? Parece difícil. ¿Cuáles son las causas de la deficiente pro- ducción de leche? deo, 1968). Si se mejoraran las condiciones de la pradera, podría disminuirse el concentrado, y au- mentaría igualmente la producción. Además, la primera parición se hace a edad muy avanzada, 39 meses, pues como consecuencia de las deficien- cias alimentarias el entore ocurre a los 30 meses, cuando podría realizarse a los 20 meses. Además, las vaquillonas llegan en mal estado a la parición. Nuestras vacas tienen un promedio de tres lac- tancias, lo que obliga a re(:mplazar1as en elevado 37
  • 40. ·porcentaje, pero bien podrían proporcionar hasta cinco lactancias, con lo que se aprovecharía mejor al animal. A pesar de los defectos apuntados, la Universidad establece, en el citado estudio de la Facultad de Agronomía, que "la producción nacio- nal de leche es la rama de la actividad pecuaria que más ha crecido en los últimos 30 años. Su par- ticipación en el total de la producción agropecuaria ha pasado del 6,9 % en el trienio 1935/37 al 17,3 % en el trienio 1962/64. ( ... ) La evolu- ción ha sido constantemente creciente, siendo par- ticularmente notable entre los trienios 1947/49 Y 1953/55 (87,4 % de crecimiento). Entre los trie- nios 1953j55 y 1962/64 el crecimiento fue menos rápido, pero igualmente constante (31,8 %). En el trienio 1962/64 la producción de leche se com- para con la de lana (18,8 % del sector) y fue superior a la de cereales (13,7 % del sector)." Tiene el país buenas condiciones para la pro- ducción lechera, pero no se han utilizado debida- mente. Veamos algunos índices: Fuente; Universidad, ap. citada. Entre tanto, acurre algo alarmante. Según el estudio de Agronomía, en los últimos quince años "hay un descenso en el consumo de leche por ha- bitante en MOhtevideo". Importa establecer que la 38 leche gozaba de un precio subsidiado y que a par- tir de 1963 la política del Poder Ejecutivo, "com- prometida en las cartas de intencióI). firmadas con el Fondo Monetario Internacional, es la de elimi- nar los subsidios directos. Los precios reales al con- sumidor aumentaron bruscamente y el consumo comienza a descender". Los consumidores de me- nos ingresos fueron los más afectados; descendió la venta de la leche en los expendios municipales y se dejaron de adquirir 10 millones de litros de leche cuando se redujeron las tarjetas que éstos otorgaban. El consumo de leche líquida descendió en la población abastecida por Conaprole en un 3,5 % por habitante desde 1962. Lo curioso es que correlativamente seguimos recibiendo leche en polvo, como "generosa ayuda del pueblo de los Estados Unidos de Norteamérica", según rezan las bolsas que se reciben de EE. UD. Y de las cuales obtienen su sustento diario, algu- nos días, en algunos rincones del país, niños cam- pesinos que concurren a la escuela (cuando con- curren). Producimos "leche en exceso", Conapro- le "no sabe" qué hacer con la manteca que tiene en cámaras, porque "carece de mercado" y tene- mos que repartir la leche en polvo "donada" y recibida en nuestra condición de mendicantes. Los Estados Unidos, en el trienio 1955/57, exportaron 300 mil toneladas de leche en polvo, que equiva-. len a 3 mil millones de litros de leche. Y el 90 o/r de las exportaciones se produjo en forma de dona- ción o "ayuda" al exterior. En 1964, el 40 re correspondió también a la "ayuda". Aparte de la humillación que tal ayuda significa ·para un país como el nuestro, que tiene "condiciones natu- rales" par~ producir leche, es evidente que esa leche en polvo distorsiona el mercado. Uruguay exporta caseína, a veces queso y manteca, en muy pequeñas cantidades. Es notorio que el mercado externo de' productos lácteos está en expansión.
  • 41. Habría que obtener concesiones en el marco de ALALC para exportar a Brasil y México, que son compradores y adquieren fue.Ta de la zona. Pero también es evidente que si se mejorara el poder adquisitivo interno, el de nuestra propia población, miles y miles de potenciales consumidores, que ac- tualmente consumen poco o nada, podrían acce- der al mercado que hoy les está vedado, y enton- ces la leche, el queso y la manteca podrían lograr fácil salida. Cómo conciliar esta necesidad con la actuación de la COPRIN, que congela salarios y aumenta precios, está fuera de los límites de este trabajo, pero no viene mal consignarlo, atento a que "se produce para el mercado". Si se constriñe, deliberadamente, la capacidad adquisitiva del mer- cado, parece que se incurre en contradicción cuan- do se demandan. aumentos de la productividad. LA PRODUCCION DE LANAS Si hay algún renglón donde pueden señalarse aumentos de la productividad, es en el de las lanas. Es evidente que la labor de los productores progre- sistas, de la Comisión Nacional de Mejoramiento Ovino, de las distintas sociedades de criadores de las diferentes razas, se ha hecho sentir en el trans- curso de los años. Ha sido una labor lenta, con desesperanzas, fracasos y éxitos que han corona- do los esfuerzos. Es cierto también que no todos los productores han acompañado este proceso, pe- ro resulta evidente que los rendimientos han me- jorado. Tampoco los éxitos son muy rotundos -demasiado lentos- y e! aumento de la produc- ción de lana no ha alcanzado los índices conquis- tados en Nueva Ze!andia, Australia y EE.1,JU., con stocks mucho mayores, según ya se apuntó antes. Pero es interesante documentar que mientra'S en el Uruguay e! stock permanece estacionario, al igual que en EE. UU., la tendencia general es al aumento de los stocks, que en e! mundo aumen- taron, en su conjunto, un 33 % y en e! Uruguay apenas un 6 %; 27 % por debajo de! aumento mundial. También en el interior se industrializa la lana: "Paylana", en Paysandú. 39
  • 42. VARIACIONES EN LOS STOCKS OVINOS (en miles d e cabezas) Páises 1946/47 a 1950/51 1960/61 Observaciones Disminuye 9 '10 Aumento del 22 '10 Estacionario Aumento del 53 '10 Aumento del 85 '10 Estacionario - En 1966: 23.078, aumento del 6 '10 Aumento del 45 0/0 Aumento del 33 '10 Australia .... . ...•..... . URSS ..•..• China .•.. Nueva Ze:andia . India . Argentina ........•..... Sud África EE.UU . Reino Unido . Irán.. . '" . Uruguay •....•....... Francia . Total mundial Fuente: FAO. 107.100 71.000 23.800 33.300 ? 52.000 28.300 32.700 19.000 12.300 21.300 7.700 687.000 152.700 132.900 59.000 48.500 39.500 48.000 34.000 32.900 29.2ÓO 22.000 21.737 11.500 915.000 Aumento del Aumento del Aumento del Aumento del 43 '10 71 '10 150 '10 47 '10 En Australia se logró el aumento luchando contra los conejos que se comían el pasto en ven- tajosa competencia contra los ovinos. Obsérvese los sustanciales aumentos de China, Unión Soviética, Reino Unido y Francia que, apenas salidos de la guerra, adopta~on las medidas tendientes a mejo- rar sus stocks. Irán aumentó el 85 %. El rendi- miento de lana por animal, en nuestro país, se ha estabilizado en 3.800 gramos. No es un proble- ma de razas, sino de alimentación. Otra causa importante que contribuye a la estabilización o estancamiento, según la opinión de la Comisión Nacional de Mejoramiento Ovino, es la descapita- lización y la carencia de asistencia técnica. Los técnicos no llegan a todos los productores. Hay sin duda, en campaña, grandes productores con sólido respaldo económico. Pueden retener la za- fra sin vender, esperando mejoras en el mercado. .40 Pero el pequeño productor, apremiado por los ven- cimientos, vende a la primera oferta y cae vícti- ma de los poderosos acopiadores. Los grandes pro- ductores, así llamados porque utilizan grandes áreas, son grandes en áreas, no en producción. Re- presentan el 56,4 % del total de las áreas, pero su producción constituye sólo el 40 % del total del país; son explotaciones de tipo extensivo. En la mayor parte de estos establecimientos sus gran- des capitales están integrados por valores mobi- liarios y semovientes, según puede verse en el vo- lumen 17 de NUESTRA TIERRA, escrito por Antonio Pérez García. Pocas inversiones se des- tinan a aumentar la productividad. En ocasiones, los beneficios de la industria y del comercio urba- nos se han volcado a las inversiones rurales, pero sus ingresos no se reinvierten en la campaña, sino que vuelven a su lugar de origen. En cuanto a
  • 43. las ganancias acumuladas por la ganadería exten- siva, se ha demostrado que no se vuelcan a la pro- ducción intensiva sino que, una vez colmadas las posibilidades de la explotación tradicional, se apli- can a otros sectores -la industria hasta mediados de la década del 50, Y posteriormente la inversión inmobiliaria de lujo y la especulación financiera- o emigran, finalmente, del país, rumbo a la banca extranjera. Un estudio certero ha sido desarrolla- do, en este sentido, en el volumen 26 de esta co- lección, que pertenece al Instituto de Economía. Sin embargo, desde el punto de vista zootécni- co se han alcanzado buenos progresos, sobre todo dentro del área <;le los productores económica y técnicamente más capacitados. Ello no ha impe- dido que buel}a parte de las majadas hayan evo- lucionado poco.y continúen produciendo vellones pobres, porque se trabajan en deficientes condicio- nes alimentarias y sanitarias y se utilizan carneros mediocres. Llegarnos a producir 90.000 toneladas de lana, pero puede producirse el doble mejorando la selección, la crianza y la alimentación. Tradi- cionalmente, en nuestro medio, la producción ovi- na está exclusivamente en manos del ganadero, aunque puede y debe alternar con la agricultura y cabe perfectamepte en la pequeña y mediana ex- plotación. Por su naturaleza misma, el ovino re- quiere vigilancia continua, en mayor medida que el vacuno (manipulación, baños, tornas, esquila, etc. ). Es un _animal que necesita más protección, porque cuenta con menos defensas ante las contin- gencias del tiempo. Nuestro promedio de produc- ción alcanza los 6 quilos de lana por hectárea; lo que es poco, pez:o varía mucho según las zonas. Hay mucha gente que cree que la oveja come poco; ocurre-que come el pasto corto. Destinar los peo- res campos para la crianza de ovinos es un error; los animales tendrán dificultades para alimentarse ClasificéirlClo lana. y corno _'¡se hacen por la boca", mili alimentados producirán poco. En cuanto al 'l(olumen de la producciórtla.nera, los -.datos elaborados por la Cámara Mercantil- de Productos del País establecen que recié~ en1926j27 se alcanzaron por primera. vez las _. 60;000tonela- das; en la década del 30 decae la producción pero a -partir de 1940/41 se nota un asce rrW continuado que se inicia con 63.000 toneladas y culrninacoÍl 90.000 en 1950, ún año cie zafra~xcepcional. _Se alcanza a 85.000 toneladas¡en 1961)" que ascienden a 87.000 en 1966·y en 1967, corno consecuencia "del clima", caen a 80.000. . Es verdad que las lluvias excesivas (también 41
  • 44. LA PRODUCelON PORCINA N9 de reses 259.000 381.000 383.357 382.921 FlIente: M.G.A., Censos ogropeeuorios. A la luz de los censos, vemos que también se padece estancamiento en la producción porcina: 1966196119561951 De} examen del cuadro se deduce que en una década mejorará la producción por hectárea en 33,4 %' Pero olvidamos que el plan no se está cumpliendo. En 196,7 la zafra fue de 80.000 to- neladas y se estima que la de 1969 será menor. Asimismo corresponde destacar que el stock supe- ra ya, según el censo de 1966, con 23: 078.000 animales, la previsión para 1970, estimada en 22:671.000. Para 1974 cada ovino "producirá" 4.500 gramos de laria; todavía no alcanzaremos el rendimiento de Australia, estaremos 100 gramos por encima del de EE.UU., y a 1.200 gramos por debajo del de Nueva Zelandia. Y que quede claro que en estas comparaciones nos estamos refiriendo a los rendimientos actuales de esos países, que con seguridad habrán de aumentar también. Después de un rápido repunte de 122.000 ca- bezas entre 1951 y 1956, lo que constituyó un incremento del 47 %, la producción porcina se estanca. Y son nuevamente los problemas sanita- rios y de alimentación los que impiden el aumen- to de los stocks. La demanda de productos por- cinos es intensa y sostenida, a pesar de sus altOS' precios de venta; hay escasez de carne porcina y las mezclas de los embutidos tienen cada vez ma- yor porcentaje de carne vacuna y, cuando se pue- den burlar los .contralores, también equina. Por otra parte la faena clandestina y la venta de pro- (01 miles de toneJados; (b) miles de eobezos; (e) miles de heetáreos; (d) quilogromos; le) precios a pesos de 1963. las sequías) perjudican la producción ovina pero, y sobre todo, lo que influye es la deficiente forma de cría. Se sabe que el tiempo puede ser hostil y no se proporciona adecuada protección contra esa pOsibilidad; tampoco hay previsión para las épocas de penuria forrajera: frecuentemente ambos fac- tores provocan bajos rendimientos. Sobre las posibilidades de incremento, el Pro- grama de Producción Pecuaria del Ministerio de Ganadería y Agricultura -Montevideo, 1966- establece losiguiente: PROYECCióN DE LA PRODUCCiÓN DE LANA Y CARNE POR OVINO Y POR HECTAREA DESTINADA A LA GANADERIA.EXTENSIVA 42
  • 45. ductos denominados "caseros", con los peligros derivados de la falta cíe contralor sanitario, están en auge. La escasa capacidad adquisitiva de los compradores los lleva a no ser muy exigentes en materia de calidad y, acuciados por la necesidad, compran cualquier producto, con tal que sea barato. Es así como son comunes las enfermeda- des trasmisibles al hombre por faena clandestina de cerdos, en deficientes condiciones de salud y la venta de productos sin ningún contralor. Canelones es el departamento que cría más cer- dos, no sólo porque la cercanía del mercado consu- midor lo favorece, sino porque sus 63.830 cabezas pueden ser y son alimentadas, en parte conside- rable, con los desperdicios de la gran ciudad. Le sigue Rocha con 41.342 cabezas: aquí el sistema alimentario cambia y los coquitos rle palma butiá constituyen todavía hoy una fuente nutricia im- portante. Luego siguen Colonia con 34.395, San José con 30.509, Soriano con 26.152 y Lavalleja con 26.042. Estos departamentos resuelven tam- bién el problema de la alimentación con subpro- ductos de lechería y cultivos forrajeros e industria- les {suero de leche, melazas, remolacha forrajera, etc.). Veamos los planes de la CIDE para el sector. PROYÉCCIÓN DEL STOCK Y LA PRODUCCiÓN PORCINA Fuente: CIDE, Sector ogropecuaria, Montevideo, 1966. Sabido es que los planes de la CIDE no han superado la etapa de las buenas intenciones. Pero resulta interesante conocer sus proyecciones previs- tas. Para 1974 el stock aumentaría con relación a 1963 en 84.600 reses, con un incremento del 20,5 por ciento; la faena aumentaría en 7.800 tonela- das y la tasa de faena tendría un incremento del 18,5 %, pasando del 65,5 % actual al 84 %. Disminuiría el peso promedio de los animales fa(:t, nados, de 98 a 82 quiloso Se registraría una ten~ dencia a faenar animales más jóvenes, más pre- coces en relación de igualdad de consumo de ra- ciones, y con menor proporción de grasa. Pero una cosa son los proyectos y los progra- mas y otra, bien diferente, la realidad. En 1966 había 382.921 porcinos, práctica- mente la misma cantidad que en 1961, y 63.900 menos que lo estimado por la CIDE pará 1967. Entre tanto, con la pequeñez de la oferta y la gran demanda de propuctos porcinos, estimulada por la escasez y luego la veda de carne vacuna, los precios de la carne porcina, con el visto bueno de COPRIN, continúan en franco ascenso. LA PRODUCCION AVICOLA Aquí también, dentro del panorama más bien oscuro de la situación de la producción en el país, resulta satisfactorio observar que se registran pro- gresos. Pero entendamos bien: el número de aves Fuente, MGA, Censos Agropecuarios. 43
  • 46. disminuye; lo que aumenta es la productividad, sobre todo en lo que se refiere a la cantidad de huevos. Hemos omitido gansos y pavos, deliberada- mente, porque su número es muy escaso. En 1956 habían 202.468 pavos, en 1961, 122.426 y en 1966 solamente 74.174. Se crían generalmente a campo. De 1951 a 1966 se nota una disminución de 390.000 gallináceas, compensado con un aumento en la producción de huevos. Fuente: "Síntesis", Suplemento del diario "La Mañana", N9 224 del 27. 1 .69. Compilado con datos de la Dirección de Agronomia., y.de ,la facultad.dec:Agranomia. Se atribuye el aumento de· la productividad a los avances técnicos introducidos en la explotación, que han mejorado el índice de postura por animal. En lo que se refiere a la cantidad de huevos, de 1930 a 1967 el aumento fue de 181: 732.000, un 08 %' para el período de 37 años. Y el índice de postura pasó de ·50 huevos por'gallina en 1930 . ,r IüS eill967. Es Úlfbm~ri·áUni.entó:·.En 1960/6-1 q.ubo crisiS'~de;.'~sriperproducción". Aquí los inter- mediarios.djsti?rsionan el ~ercado, qú~'no deman~ ¡Ja sólo ~u~vos;'sino también aves. Su 'carne tiene un prec.io .·p!'o~ibitivo y se aleja cada"vez más de la mesa del consumidor de escasos recursos. Desde 44 luego que no puede ni pensarse en que pueda sus- tituir a la carne vacuna, 'dados los precios actuales. En los pueblos del interior es más frecuente su pre- sencia en los menúes pues se crían en los galline- ros del consumidor. Las gallináceas de los producto- res urbanos no figuran en los censos y su número ha de ser importante. Tampoco figura su produc- ción de huevos. Asimismo debe hacerse notar que el censo cuantifica las propiedades de 1 há. o más, y la explotación avícola se hace frecuentemente en predios más pequeños que no son tenidos en cuen- ta. Los principales departamentos, en cuanto a producción de huevos, son Canelones con 35 0/0, San José con 10 %, Colonia con 8 %, Florida con 7 % y Lavalleja con 6 0/0: cinco departamen- tos suman el 66 %' La comercialización se realiza a través de intermedIarios que van a las granjas a buscar la producción para el mayorista, recargan- do del 6 al 9 %; a su vez, el mayorista recarga al distribuidor del S al 16 0/0. Por su parte, el deta- llista vende al consumidor con una ganancia del 25 % y, en las ferias, del 10 0/6, El resultado es que entre el productor y el consumidor el precio se incrementa del 26 al 45 0/0, beneficio que no recibe, por cierto, el productor. Claro que el consu- midor no puede ir a comprar los huevos a la gran- ja ni el granjero puede vendtrlos directamente. El intermediario soluciona el problema y hay que pa- gar el costo de la solución. Los huevos han sido exp()rtadosen, alguna oportunidad y se podría ob- tener mercado. si. se procede a su deshidratación. Lo que complica la producción avícola es el eleva- do costo delaaliinentación, que se continúa ha- cierido'a basé de maE~. Además, mantenerl~ aves en buen estado sahita.rio ~esulta oneroso para el cri(),dor.. ~u criiUlza. exige. muchas precauci()nes y éuidac;ios, .p()r.19..,que requiere.. Inano..~l? obra ex- perta. Enla granja, segú~,}os,cá1culos de la.CIDE, la mano de obra ocupada: 'eri las aves representa el
  • 47. ORíGENES DE LOS AUMENTOS DE PRODUCCiÓN DE HUEVOS 1 - Stock de gallinas (a 1 ..•....•. 2 - Producción de huevos (b) 3 - Número de huevos por 4 - Incremento de pOI~:for"CIs----c<:m--rel:aciión-· a 1963 (a) ..........••..•.••. 5 -Incremento de-producción con relación a 1963 6 - Orígenes del aumento de huevos.( b) . 6.1 Por Clumento del 1963 3.510 358.000 102 65 S'c del total, mientras que en los porcínos es el 34 % y en la apicultura el 1 %. De acuerdo con los optimistas proyectos de la CIDE, las gallinas ponedoras aumentarían en 500.000 unidades y la producción de huevos en 127: 000.000 para 1974. A su vez, cada ponedora po~dría quince huevos más que en 1967, según el promedio que se determinó anteriormente. El aumento de la producción s..e deberá, sobre todo, al aumento de producción por, ponedora. Las proyecciones respecto a la producción de carne de aves dependerá de las mejoras que se introduzcan en su alimentación, Hay buenas _posibilidades de que el mercado interno absorba lá ORíGENES DEL AUMENTO DE LA PRODUCCiÓN DE CARNE DE AVE Fuente: elDE, Programo de producción pecuaria. Montevideo. 1966. 45
  • 48. producción futura. Se observa que la tasa de. fae- na será muy alta en 1974, 10 que refleja la ten- dencia a faenar animales muy jóvenes y de peso un poco menor que el promedio 1963/67. De los pre- cios dependerá que lleguen los pollos a la mesa del consumidor modesto que habita en-áreas donde no cabe pensar en que cada cual disponga de su pe- queño cajón con gallinas. LOS CABALLARES O EQUINOS Consideraremos los animales de tiro y/o silla. Carecemos de información sobre los equinos de ca- rrera, aunque su cría es umi. actividad que ocup" mucha gente ylas pistas de carreras en Montevi- deo, Canelones, San José, Florida, Paysandú y en general, en todas las capitales del interior agru- pan a su alrededor a gran número de personas que se dedican exclusivamente a la cría y cuidado de estos animales. Asimismo, su alimentación, funda- mentalmente a base de avena (grano) representa un volumen importante. En el caso del caballo de trabajo, para tiro o para silla, se observa una tendencia a la disminu- ción de los stocks, como resultado de la mecanización de los cultivos, aunque el caballo criollo sigue sien- do un animal insustituible en las faenas campe- sinas. Para recorrer el campo, apartar, arrear, aca- rrear agua, hacer "los mandados", llevar los ni- ños a la escuela, se requieren permanentemente sus servicios. En 1966 se concertaron operaciones para ex- portar "carne de caballo". Se exportaron 7.000 toneladas. Los censos confirman la disminución de los stocks. Años NV de equinos 1951 667.251 1956 557.272 1961 498.097 1966 460.467 En 15 años se registra una disminución del 330/0: 206.784 cabezas. Hubo un período, a fines de la década del 50, en que los equinos andaban sueltos por los caminos y nadie se ocupaba de ellos; ahora vale la pena alimentarlos y luego venderlos, aunque sea como alimento para cerdos. Ello no impide encontrar to- davía equinos sueltos por el área urbana del de- partamento de Montevideo. VALOR DE LA PRODUCCION PECUARIA Interesa, a los fines de este trabajo, considerar cómo se integra el valor de la producción bruta al GANADO (O¡oSOBRE EL TOTAL) Fuente: Banco República, Cuentas Nacionales. Montevideo, 1965. 46
  • 49. costo constante de factores de 1963, para todos los integrantes del sector pecuario que se han'consi- derado hasta el momento. Hemos tomado los valo- res correspondientes a 1955 y 1963. Veamos el cuadro correspondiente, que aparece al pie de la página anterior. Se observará que: 19 ) Las carnes no llegan al ,'i0 % del total, si bien hay una tendencia al au- 'Hamb~ientas y sedientas, a la espera de comprador. mento de los valores; 29 ) mientras dísmínuye lairri- portancia de valores de la lana en porcentaje, au- mentan los de la leche; 39 ) el sector avícola (el apí:: cola prácticamente no ínfluye pues es muy pequeño) es más importante que el de la carne ovína (duplica el valor de ésta en 1963) y más importante que el porcino, que apenas llega a los dos tercios del avícola. 47
  • 50. ALMACENAMIENTO DE LA PRODUCCION Un .problema a resolver es la habilitación de lugares ..aptos para el almacenamiento de la pro- ducción. Los cereales y, en general, todos los pro- ductos agropecuarios deben ser almacenados en lu- gares que reúnan una serie de condiciones necesa- rias para evitarl<is.pérdidas ..•que provocan los roedores, los insectos, la hume1ad, .el exceso de temperatura, la mala circulación del aire, etc. r Los cereales y oleaginosos después de cosec'ha- dos, la lana procedente de la esquila y los cueros una vez secados, son depositados, transitoriamente, en el galpón del establecimiento. Si los cereales han sido cosechados a granel, se depositan en silos que iáiaJ<vezseencuentran. en el establecimiento:.· el caITIi6nlos lleva directamente de· la combinada (§~a.clq~a...t@a.dora), al silo del comprador (moli· neraT~a.n~l:>-intermediari°). El galpón es•. el .••lugar habitual. de almacena.. rñiento;I,os hay de todo género: piso de tierra y 48 paredes de barro, techo. de paja; a veces zinc o aluminio para paredes· y techo, piso de portland; en ocasiones paredes de ladrillo, techo de' cemen- to.Se extiende eLuso del aluminio, sustituyendo al zinc, más pesado y que exige estructuras más sólidas. El número de galpones disminuye: de 108.321 eni1961, pasaníosa97.927 en 1966. La superfi- ciecubierta osciló, en los rñismosaños, de 5: 913.025 a 5: 719.393 mts2 • La parva-silo, al aire libre, sirve de depósito transitorio, sobre todo para los forrajes (maíz cosechado entero).