La empresa sostenible: Principales Características, Barreras para su Avance y...
Orientación - Domingo 20 de agosto 2023
1. ÓRGANO OFICIOSO DEL ARZOBISPADO DE SAN SALVADOR. 20 de Agosto de 2023
Año LXXI Nº 6224 $ 0.30
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Vayan y Predíquen
el Evangelio
17° Cuadernillo
2. 2 20 de agosto de 2023
"Nuestro Profeta, que unió su voz a la voz
de Cristo y su voz se fue como él"
Homilía de S.E.R. Mons. Luigi Roberto Cona, Nuncio Apostólico en El Salvador • Santa Misa de Cierre
6ta. Peregrinación, Camino de Monseñor Romero • Atrio de Parroquia San Óscar Arnulfo Romero,
Obispo y Mártir, Ciudad Barrios • 03 de agosto de 2023
Transcripción del video original de la homilía del Señor Nuncio Apostólico por Orientación
Muy buenas tardes, ¿Cómo se encuentran?
Observo que la mayoría está de pie, supongo
que están bastante cansados. Respuesta
del público: ¡Sí! Quiero determinar cuánto
tiempo tengo para hablar, pero he pensado
considerando la fatiga de estos 3 días de
peregrinación que sería mejor que mi homilía
fuera corta. Respuesta del público: ¡No!
¿Prefieren que sea más extensa? Respuesta
del público: ¡Sí! Me alegra que entiendan
mi español a pesar de no estar perfecto.
Muy bien, antes de comenzar mí homilía,
permítanme saludar respetuosamente a Su
Excelencia Mons. José Luis Escobar Alas,
Arzobispo de San Salvador y Presidente de la
Conferencia Episcopal de El Salvador, a Su
Eminencia Cardenal Gregorio Rosa Chávez
y a los demás obispos presentes aquí.
Deseo expresar mi agradecimiento por la
amabilidad que han demostrado al invitarme
a presidir esta Misa y a pronunciar la homilía.
Me complace que me reciban con simpatía
y afecto, ya que yo también me presento
ante ustedes con el mismo cariño. Estoy
verdaderamente orgulloso de estar en este
momento aquí con todos ustedes. Agradezco
también al Santo Padre, pues hace un año,
en agosto, me destinó a esta bendita tierra.
Agradezco a la providencia por ello.
En realidad, mi homilía no se ha preparado
con base en la liturgia de la palabra de hoy,
sino en torno a un lema que he encontrado
mientrasrecorríaElSalvador.Comohanvisto
en los medios de comunicación, he recorrido
diversas zonas, tanto en oriente como en
occidente, tratando de estar presente donde
los obispos y sacerdotes realizan sus labores
pastorales. Espero tener la oportunidad de
llegar a sus aldeas y ciudades en el futuro.
He observado que en varios lugares, cerca
del mural que retrata a San Óscar Romero,
siempre se encuentra presente una consigna
que reza: "Si me matan, resucitaré en el
pueblo salvadoreño". Quiero centrar mi
reflexión en esta consigna durante esta
homilía, ya que, estimados hermanos, si la
consideramos por sí sola, desconectada de
las palabras que él pronunció dirigidas a los
periodistas mexicanos en aquel momento,
podríamos interpretar que su resurrección se
manifestaría en la comunidad salvadoreña,
de manera similar a cómo el Che Guevara
o el libertador de América, Simón Bolívar,
han resucitado en el recuerdo colectivo. Es
decir, como un renacimiento en la memoria
de su pueblo.
En este sentido, la resurrección de San
Óscar Romero se manifiesta dos veces al
año: en la peregrinación que emprendemos
desde la Catedral hasta Ciudad Barrios y
en el día que conmemoramos su martirio.
Sin embargo, sería simplista limitar su
resurgimiento en su pueblo salvadoreño
a una mera evocación en la memoria. La
memoria nos lleva a recordar a aquellos
que han dejado un legado significativo, pero
permítanme afirmar que San Óscar Romero
es un Santo profundamente moderno.
Su influencia en los medios de
comunicación fue notable; sus homilías
resonaban en todos los rincones de nuestro
país, incluso en las zonas más remotas y
aisladas. Aprovechando estas ocasiones,
él no solo transmitía mensajes espirituales,
sino que también compartía información
sobre la situación del país, tal como ustedes
conocen mejor que yo. Las imágenes de San
Óscar Romero caminando por las vías del
ferrocarril y saludando a la gente sencilla, o
dialogando con los campesinos en el campo,
aún nos conmueven. Sin embargo, estas
escenas son solo recuerdos, memorias que
se avivarán tras esta Eucaristía. Una vez
finalizada la bendición, cada uno de nosotros
regresará a su hogar y, en preparación para
la celebración de septiembre, reflexionará
sobre el recuerdo.
Pero, mis queridos hermanos, San Óscar
Romero no debe limitarse a ser solo un
recuerdo. Él debe ser un modelo a seguir.
Es por ello que deseo felicitar al comité que
ha organizado esta peregrinación por elegir
el lema de este año: "Caminando con María
y San Óscar Romero, somos una iglesia en
misión". Este enfoque es el apropiado para
honrar su memoria, ya que él no debería
quedarse solo en Ciudad Barrios, en la cuna
del profeta, ni en la tumba que yace en la
cripta de la Catedral Metropolitana de San
Salvador.
Queridos hermanos, San Óscar Romero
anhela acompañarlos en sus vidas diarias,
en sus hogares. Su legado debe recordarse
y vivirse en cada uno de sus corazones.
Es este el mensaje que deseo compartir en
esta homilía. Si me lo permiten, continuaré,
¿verdad? Agradezco especialmente a
aquellos que están de pie y conceden su
permiso. ¿Puedo proseguir con esta homilía?
Respuesta del público: Sí. Bueno, les
agradezco.
Como la mayoría de ustedes son laicos,
si ustedes me permiten que comience por
mis hermanos Obispos y los sacerdotes
que están aquí presentes, que sin duda son
una representación del presbiterio de El
Salvador, de tantos sacerdotes y de tanta
gente comprometida en la pastoral en
tantas parroquias, veo también que hay
una representación de los seminaristas y de
acólitos, quiero comenzar de aquí.
En frente de nosotros tenemos a San Óscar
Romero que late en nuestro pecho, porque
hemos construido templos bonitos. He ido,
a los caseríos más pequeños y siempre se
encuentra una ermita bien limpia, bien
atendida con una pequeña comunidad y
en la Iglesia parroquial hemos construido
sacristías muy funcionales, muy bonitas y
también oficinas parroquiales en donde el
párroco atiende cómodamente con el aire
acondicionado, atendido y colaborando por
las secretarías y otros laicos comprometidos,
qué pena, qué pena. Qué pena, que hemos
construido Colegios Católicos, hemos
llenado las clases de estudiantes, que pena,
hablo por las y los religiosos junto a mis
hermanos los sacerdotes y los obispos. Que
Continúa en la pág.4
3. 3
20 de agosto de 2023
LA REVELACIÓN DE DIOS (VI)
La sagrada escritura
San Salvador, 20 de agosto de 2023
José Luis Escobar Alas
Arzobispo de San Salvador
En el inicio de la Carta a los Hebreos se condensa la idea central de la presente catequesis: Antes del cumplimiento de la Promesa,
Dios habló muchas veces y de muchas formas (cf. Hb 1, 1); pero su Palabra es una, o sea su Verbo único que no es más que su
Hijo, es su Palabra Poderosa (Hb 1, 3). Idea sustentada y extendida por San Agustín de Hipona al inicio de la explicación de su
Sermón sobre el Salmo 103: El discurso de Dios es uno solo, extendido en todas las Escrituras; y que, por la boca de muchos
santos, resuena la única Palabra, que, al ser desde el principio Dios con Dios, carece de sílabas, ya que está fuera del tiempo; y
no nos debe extrañar que, a causa de nuestra debilidad, descendió hasta la articulación de nuestras voces, cuando vino a asumir
la debilidad de nuestro cuerpo1
.
Esa unidad y santidad de la Palabra única que atraviesa la Sagrada Escritura en su conjunto es la razón por la cual la Iglesia la ha
venerado siempre (cf. CIC 103). Unicidad que no anula el accionar trinitario; en primer lugar, porque el autor de la Biblia es Dios
Padre. Fue Él quien inspiró a hombres escogidos para dicha misión: Hombres que usaban de todas su facultades y talentos; de
este modo obrando Dios en ellos y por ellos… pusieron por escrito todo y solo aquello que Dios quería (cf. DV 11). En segundo
lugar, porque el Paráclito es el intérprete de la Escritura (cf. CIC 109). Innegablemente, como reconocen los Padres Conciliares,
en la Biblia Dios habla a la humanidad como ser humano; y se sabe que para descubrir la intención de los autores de la Escritura
debe tenerse en cuenta las condiciones de su tiempo y cultura, los géneros literarios de su época, las maneras de sentir, hablar y
narrar en el tiempo (cf. DV 12); pero, lo más importante que nadie debe olvidar es que: La Escritura se ha de leer e interpretar
con el mismo Espíritu con que fue escrita (DV 12, 3). Si fue el Espíritu Santo quien inspiró a los santos autores de la Biblia es a
Él a quien debemos recurrir al momento de leerla para captar su sentido más pleno.
El Catecismo recoge también dos elementos importantes al momento de interpretar y leer la Biblia. En cuanto a su lectura, se
mencionan los tres criterios señalados por el Concilio Vaticano II, criterios para interpretar la Biblia conforme al Espíritu:
1. Tener siempre presente la unidad de toda la Escritura pese a la diversidad de libros que reúne (cf. CIC 112). Misma
unidad encontrada entre ambos Testamentos: Dios, pues, inspirador y autor de ambos Testamentos, dispuso las cosas tan
sabiamente que el Nuevo Testamento está latente en el Antiguo y el Antiguo está patente en el Nuevo (DV 16). Estos libros
no han sido colocados en la Biblia caprichosamente. Desde muy temprano, la Tradición apostólica hizo discernir a la Iglesia
qué escritos formaban la lista de Libros Santos que ahora encontramos en la Escritura (cf. CIC 120). Esa lista recibe el
nombre de “Canon” y comprende: 46 escritos para el Antiguo Testamento; y 27 para el Nuevo (cf. CIC 120).
2. Leer la Escritura recordando que la memoria viva de la Palabra se encuentra en la Tradición y por ella están entrelazadas
(cf. DV 10).
3. Estar atento a la analogía de la fe lo cual significa que al leer debemos comprender que las verdades entre sí y en el proyecto
de la Revelación guardan cohesión entre sí (cf. CIC 114).
En cuanto al leer la Escritura, es bueno tener presente que en su corpus se pueden distinguir dos sentidos: Uno, el literal que, es
el apegado al sentido estricto de las palabras de la Escritura: Todos los sentidos de la Sagrada Escritura se fundan sobre el sentido
literal (CIC 116); y, dos, el espiritual, o sea que lo expresado puede ser signo de algo (CIC 117) en lo que encontramos:
1. Lo alegórico; p. ej.: el paso del Mar Rojo visto como signo de la victoria de Cristo y por ello del Bautismo (cf. CIC 117, 1).
2. Lo moral; p. ej.: que lo narrado en algún pasaje de la Biblia ha sido escrito para nuestra instrucción (cf. CIC 117,2); o
3. Lo anagógico; p. ej.: la Iglesia en la tierra es vista como signo de la Jerusalén celeste (cf. CIC 117, 3).
En ayuda de la interpretación de la Sagrada Escritura salen los exegetas cuya tarea es importante para madurar el juicio de la
Iglesia (cf. CIC 119) que venera las Sagradas Escrituras tanto como el Cuerpo del Señor (cf. DV 21). No es extraño, pues, que en
la Santa Misa la Iglesia ofrece el Pan de la Palabra y el Pan Eucarístico. La Palabra también alimenta como señalan los Obispos
conciliares: Es tanta la eficacia que radica en la palabra de Dios, que es, en verdad, apoyo y vigor de la Iglesia, y fortaleza de
la fe para sus hijos, alimento del alma, fuente pura y perenne de la vida espiritual (DV 21).
Y, en suma, descubrimos que la Palabra es Cristo que a su vez entrega bajo las especies del Pan y el Vino, su Cuerpo y su Sangre.
Por tanto, toda la Escritura divina es un libro y este libro es Cristo, porque toda la Escritura divina habla de Cristo y toda la
Escritura divina se cumple en Cristo (CIC 134); misterio inefable ante el cual cabe preguntarse ¿Cuál es la respuesta del hombre
a un Dios que se revela y se entrega de esta forma? Asunto por tratar en el siguiente grupo de catequesis.
− IV −
1 San Agustín de Hipona, Salmo 103, IV. Traductor: P. Miguel Fuertes Lanero, OSA. Sermón al pueblo en
Cartago entre septiembre y diciembre del año 412; o quizá antes del 412; o tal vez poco después del 411.
4. 4 20 de agosto de 2023
pena, cuando nos quedamos ATRAPADOS
de nuestras mismas estructuras Eclesiásticas,
cuando nuestro ministerio como nos enseña
el Papa Francisco en su magisterio se ha
vuelto hacer un ministerio de funcionarios
del Sagrado, parece tal vez cuando vamos a
nuestras parroquias nos encontramos, no con
un apóstol de la misericordia, sino con una
máquina, como cuando vamos a un centro
comercial, qué necesitamos del boleto para
entrar al parqueo, vamos a presionar un botón
y nos sale el boleto, vamos a la Iglesia y nos
sale el sacramento de lo que necesitamos,
¿En dónde está nuestra humanidad? La
humanidad del Buen Pastor que tiene que
acariciar, que tiene que dar palabras de
aliento y consuelo, a dónde está la mirada
del Buen Pastor, una mirada de paz, de
acogida, de perdón. Nuestras puertas, decía
el Papa Francisco ayer en la meditación
a los sacerdotes, obispos, seminaristas en
Lisboa; nuestras puertas tal vez parecen
aduanas donde seleccionamos, tú puedes
entrar porque está casado por la Iglesia y has
recibido todos los sacramentos, tú que aún
no te has casado, no puedes entrar, NO. El
Papa dice “La Iglesia tiene que ser Madre
acogedora, todos tienen que entrar”.
Yo pienso, permítanme un momentito, voy
a darle la espalda a ustedes, pero yo pienso
que San Óscar en este momento pienso
que le daría razón al Nuncio Apostólico
¿Verdad? Respuesta del público: ¡Si! Pero no
solo hemos quedado atrapados por nuestras
estructuras Eclesiásticas, sino también por
las consecuencias del COVID, ahora por
ejemplo tenemos miedo de dar la mano,
abrazarnos, a encontrarnos, a ir a la calle, a
sentarnos con nuestros hermanos que viven
ahí. Quiero recordar a mis hermanos los
obispos y los sacerdotes que el territorio de
una diócesis, el territorio de una parroquia
no se limita al templo, a la Catedral, a la
parroquia, NO queridos hermanos es el
territorio “Locus Theologicus” se dice así
en teología, es “El lugar teológico”. Es el
lugar a donde se pone en cuestión la historia
de la salvación de una sola persona, de un
solo bautizado y también la de un pueblo,
es ahí donde voy a santificarme o adonar
mi alma, es ahí donde yo tengo que estar
con mis feligreses, ahí con ellos, sin duda
antes de estar ahí, tengo el coraje y la valía
de quedarme adentro, hemos convertido
nuestro Ministerio Consagrado, no en tanto
en un ser, sino en un quehacer y también
ustedes queridos hermanas y hermanos del
pueblo de Dios, cuando vamos a juzgar a
un sacerdote, lo juzgamos por lo que hace,
porque tiene tantos grupos, aquella Iglesia
está siempre llena, pero vamos a juzgarlo,
si él, por ejemplo, se queda de rodillas en
frente al Sagrario por las horas que dedica
a la adoración Eucarística, parece que ya
la oración y la vida Espiritual no tiene
ningún sentido, nos vamos a juzgarlo si
este querido hermano en vez de dedicar
su tiempo a la confesión y a la dirección
espiritual, descuida de todo esto, porque
tiene que participar en la reunión de aquel
comité para participar al Consejo por los
asuntos económicos, para hablar con los
albañiles, para ver como arreglar el techo de
aquella Ermita, esas tareas pueden hacerlas
sin duda, los laicos comprometidos, porque
gracias a Dios, en este Santo pueblo de
Dios tenemos tantos buenos católicos de
confianza que en materia de economía,
política, administración y también de acción
pastoral son más competentes que nosotros,
nuestra prioridad es como nos enseñan los
apóstoles, la oración antes de todo, el ser guía
espiritual, no es entonces de maravillarnos
si nuestros seminarios poco a poco se van
vaciando, por qué se van vaciando en la
medida en que nosotros actuamos, como nos
recuerda el Papa Francisco en el discurso de
ayer, animados por el espíritu del mundo.
Queridos hermanos y hermanas, hoy me
dirijo a todos ustedes como un padre que
sientelanecesidaddehablardesdeelcorazón.
Como padre, entiendo la importancia de
tratarlos a todos de manera igualitaria,
y esta convicción me lleva a hablar en
representación de todos. Y si habló también
por ustedes, ¿Puedo salir tranquilo de Ciudad
Barrios? Respuesta del público: ¡Si! ¿Me van
a pegar? Respuesta del público: ¡No! A muy
bien. Además, acuérdense de dónde vengo,
como han dicho soy italiano, y corazón
salvadoreño, pero hay un problema, yo antes
de ser italiano, soy siciliano. Entonces no
tengo ningún miedo, puedo salir tranquilo de
Ciudad Barrios, pero salgo tranquilo porque
ustedes me quieren. Respuesta del público:
¡Si!
Ahora, es momento de abordar un tema
de gran relevancia. Durante los últimos
8 meses, he compartido este camino con
ustedes. No puedo pasar por alto el riesgo
del clericalismo, mencionado recientemente
por el Santo Padre. A veces, parece que
los laicos dependen completamente de los
sacerdotes, y esta actitud podría limitar su
potencial. Aunque el liderazgo del párroco es
esencial, la responsabilidad de la salvación
de nuestros hermanos bautizados recae
no solo en él, sino también en los laicos
comprometidos. La salvación no se limita
a la oración y la liturgia, sino que también
abarca la solidaridad.
La voz de Mons. Gregorio Rosa Chávez
y las enseñanzas de San Óscar Romero
resuenan en este punto. La solidaridad es
esencial; no podemos culpar exclusivamente
a los gobernantes por las dificultades.
Nosotros, como comunidad eclesial, tenemos
el deber de cuidarnos mutuamente. Si un
hermano sufre, su sufrimiento es nuestro,
y debemos actuar. Los niños desamparados
y las necesidades de los vulnerables exigen
nuestra atención. Esta tarea no recae solo
en las religiosas y los padres, sino también
en cada uno de nosotros. Somos padres y
madres espirituales, comprometidos con el
bienestar de los que nos rodean.
Al regresar de esta conmovedora
peregrinación, recordemos que cada gota de
sudor, cada momento de esfuerzo, es un don
valioso a los ojos de Dios y a la intercesión
de San Óscar. Sin embargo, este viaje no
puede concluir con la mera satisfacción
personal. Siguiendo el ejemplo del Buen
Pastor, debemos abrir nuestros corazones
aún más. Nuestra misión como cristianos no
es gritar o acusar, sino ser la luz silenciosa
de la sociedad. No necesitamos levantar la
voz; nuestras acciones y entrega hablan por
nosotros. Los pastores han formado a los
laicos con la capacidad de discernir y actuar.
La misión no es política, sino una entrega
humanitaria. No busquemos culpar a otros,
sino aportar soluciones. La sociedad nos
necesita en momentos de sufrimiento y
necesidad. No somos maestros de ofensa,
sino testigos de amor y caridad. Nuestro
compromiso con la comunidad no puede ser
solo palabras, sino acciones concretas. Así
nos enseña nuestro Profeta, que unió su voz
a la voz de Cristo y su voz se fue como él, en
su homilía, su palabra se quedó porque era
las palabras de Cristo, amén y así sea.
9. 9
20 de agosto de 2023
Aventura Espiritual: Experiencia en la
JMJ Lisboa 2023 de un joven salvadoreño
En la primera semana de este mes, la Jornada Mundial de la Juventud Lisboa 2023 congregó a una multitud de jóvenes procedentes
de todos los rincones del mundo, en un evento de gran envergadura. Nuestra nación no fue la excepción en esta celebración, ya que
más de mil jóvenes provenientes de nuestra provincia eclesial se unieron a la experiencia. Entre los participantes, se encontraba Henry
Martínez, de la parroquia Inmaculada Concepción de María de Ciudad Arce, donde nos cuenta su testimonio en la JMJ 2023 en Lisboa.
El viaje de la Jornada Mundial de la
Juventud ha sido una experiencia a la que
pudiéramos denominar como la mayor
aventura hacia el encuentro con Dios, ya
que una aventura es una experiencia de
naturaleza arriesgada que normalmente
está compuesta de eventos inesperados. Así
surgió la idea de ir a la Jornada Mundial de
la Juventud.
Yo siempre soñaba ir desde que escuché
hablar de la JMJ Panamá 2019, pero fue
precisamente aquí cuando lo logré. Esta
experiencia me marcó desde el instante en
que tuvimos el primer encuentro con el
Papa en el Vaticano, pues él hizo referencia
a que todos los jóvenes debemos imitar
la vida de María. Ya que, así como ella se
levantó y emprendió su camino sin demora,
así también nosotros debemos levantarnos
y emprender nuestro camino sin demora
hacia Jesús.
Nos encontramos con muchas
adversidades. Caminamos muchísimo, a
veces no nos alimentábamos bien, pero fue
una experiencia muy bonita que me ayudó
a acercarme más a Dios, a conocerlo más a
través de las diferentes culturas. Tuvimos la
oportunidad de compartir con personas de
Corea, de Italia, de España, México, entre
otros países, y con ellos aprendí un poquito
más a conocer de la cultura de esos países y
a conocer más de Dios.
Es una experiencia que ha marcado mi
vida. Porque me dio a entender que los
jóvenes valemos mucho en este mundo. A
veces se nos critica que quizás no servimos
para nada. Pero esta Jornada Mundial
de la Juventud me demostró de que los
jóvenes podemos seguir a Jesús, podemos
emprender nuestro camino sin demora,
podemos servirle y podemos también ser
parte de esta sociedad.
Somos muy importantes. Así como Jesús
nos dice que vayamos y prediquemos por
todo el mundo, en esta Jornada Mundial
de la Juventud se nos hizo esa invitación
nuevamente. Y eso es lo que hicimos.
Demostramos al mundo que los jóvenes
somos capaces de muchas cosas.
El Papa Francisco nos habló en la vigilia
haciendo énfasis en que no tuviéramos
miedo a intentarlo. Que, si caíamos, que nos
levantáramos, pero que emprendiéramos
sin miedo. Y una de las frases que me marcó
fue que en esta vida hay muchos obstáculos.
Nada es gratis nos decía el Papa en la vigilia.
Lo único gratis es el amor de Dios, y eso es a
lo que el Señor nos llama, a buscar siempre
el amor de Dios y transmitirlo y compartirlo
con los demás.
Henry Adonay Martínez, joven de la parroquia Inmaculada Concepción de Ciudad Arce
10. 10 20 de agosto de 2023
Encuentro Nacional de Seminaristas en El
Salvador: Fomentando el Crecimiento Personal y
Vocacional
En un ambiente de fraternidad, reflexión
y crecimiento espiritual, los días 12 y 13
de agosto se llevó a cabo con gran éxito
el Encuentro Nacional de Seminaristas de
El Salvador. Este evento significativo tuvo
lugar en las instalaciones del Seminario
Mayor San José de la Montaña en San
Salvador, reuniendo a seminaristas de toda
la provincia eclesial de nuestro país.
En el encuentro tuvo la participación
Mons. Walter Guillén Soto, sdb, Obispo de
la Diócesis de Gracias en Honduras. Con
su vasta experiencia y sabiduría, impartió
el tema "Cómo enfrentar y gestionar las
crisis para un crecimiento personal".
Su enriquecedora charla no solo brindó
herramientas prácticas para afrontar las
dificultades, sino que también inspiró a
los seminaristas a buscar un crecimiento
integral en su vida y vocación.
Este Encuentro Nacional congregó a
seminaristas de todos los seminarios
diocesanos del país. Durante el evento,
se llevaron a cabo diversas actividades de
animación, charlas temáticas y grupos de
reflexión, propiciando un espacio propicio
para el intercambio de experiencias y el
fortalecimiento de los lazos fraternales. Por
la noche del día sábado tuvo la participación
del grupo de teatro “Huellas de Venado”
de la Universidad Don Bosco, donde
compartieron su arte con los seminaristas.
El punto culminante del encuentro fue la
celebración de la Santa Misa Dominical. La
ceremonia fue presidida por Su Eminencia
Cardenal Gregorio Rosa Chávez, junto a él,
concelebraron Mons. Walter Guillén y los
sacerdotesformadores,creandounambiente
de profunda espiritualidad y unión entre
los participantes. Este Encuentro Nacional
de Seminaristas no solo sirvió como un
espacio de formación y enriquecimiento
espiritual, sino que también reafirmó la
importancia de la vocación sacerdotal y
el papel fundamental que los seminaristas
desempeñan en la vida de la Iglesia y la
sociedad.
En la fotografía se encuentra su Eminencia
Cardenal Gregorio Rosa Chávez, Mons.
Walter Guillen, sacerdotes formadores y
seminarisas de todo el país
Clero Arquidiocesano Rinde Homenaje a San
Juan María Vianney en Emotivo Acto de Fe
En un emotivo acto de fe y devoción, el pasado 04 de agosto, el Clero Arquidiocesano se congregó en el Seminario San José de la
Montaña para rendir homenaje al patrón de los sacerdotes, San Juan María Vianney.
La celebración fue presidida por Mons. José Luis Escobar Alas, Arzobispo de San Salvador, y su Eminencia Cardenal Gregorio Rosa
Chávez, junto a ellos concelebraron sacerdotes del Clero Arquidiocesano. Cuyos miembros se unieron en la oración y adoración, en
consonancia con la vida y obra del Santo Cura de Ars, la figura de este santo, célebre por su amor al servicio sacerdotal y su devoción a
la reconciliación sacramental, sirvió como inspiración y guía durante la ceremonia.
11. 11
20 de agosto de 2023
Arzobispo de San Salvador, quinto en la
historia eclesiástica de la Arquidiócesis y
primer sucesor de Mons. Romero.
Nació en un pueblo de la zona central
de El Salvador, San Esteban Catarina,
Departamento de San Vicente, un 30 de
septiembre de 1923. Provenía de una
familia de clase media, su padre, señor
Joaquín Rivera y su madre la señora Doña
Ester Damas de Rivera, y sus hermanos
Natalia, Pedro, Elena, Guadalupe, Joaquín,
Irma y Jaime.
El testimonio de sus padres le inspiró
llevar una infancia serena, responsable.
Sus estudios los realizó en el Colegio Santa
Cecilia.
Él mismo, una vez, que se le preguntó
qué le hacía amar a su colegio, él sin dudar,
con una lejana sonrisa como saboreando
de nuevo t a n t o s
recuerdos
expresó: “Me sentía como en mi casa
querida, valorado y motivado. Nunca me
sentí triste, el deporte (basketball), la música
y la seriedad de los estudios, me llevaron
a querer ser Salesiano para quedarme con
Don Bosco.”
Se graduó de bachiller en la promoción del
año 1944; los registros de notas señalan un
joven brillante, aplicado, reflexivo y tenaz.
En el año 1945 hizo la profesión religiosa
como salesiano de Don Bosco.
Precisamente quienes convivían
encontraron siempre en él, un amigo, un
compañero, un hermano; se descubría en él
una persona de una espiritualidad profunda;
en el mes de mayo demostraba en tantos
detalles un amor por María Auxiliadora.
Así es ordenado sacerdote con ese
carisma eucarístico y mariano, el 19 de
septiembre de 1953, precisamente en
nuestro país El Salvador.
Monseñor Rivera y Damas vivió en
profundidad el espíritu juvenil, aunque los
caminos de la formación lo llevaron primero
como canonista, obtuvo el doctorado en
Derecho Canónico en el Pontificio
Ateneo Salesiano de Turín.
Al regreso a Centro
América, se le designa
responsable de los estudios
en el Teologado Salesiano
de Guatemala. Demostró
la preocupación por
una formación profunda y una preparación
académica.
En los recreos era uno más, en bromas,
chistes, no había perdido su estilo de
espontaneidad.
Dos años después es nombrado director
(Rector) del Teologado.
Aceptaconfeyserenidadelnombramiento
con el que S.S. Juan XXIII le pedía su
servicio a la iglesia, como Obispo en El
Salvador, era un 30 de julio 1960.
El domingo 23 de octubre 1960 tuvo lugar
la consagración episcopal en el templo del
colegio Santa Cecilia.Alas 8:00 am las notas
del Carrión, recién instalado, esparcían
sus melodías alegres invitando a los fieles
a la participación de la extraordinaria
Ceremonia.
A las 8:30 el nuevo templo acogía al
Arzobispo monseñor Luis Chávez y
González y otros prelados y otros sacerdotes
feligreses.
DIRECTORIO
Daniel González
Diseño y Corrección
Pbro. Simeón Reyes
Editor
Pbro. Carlos Chavarría
Colaborador
Pbro. Edwin Henríquez
Director
En la tercera entrega de nuestra serie semanal, donde exploramos con profundidad la figura de Monseñor Romero en la Arquidiócesis.
En esta ocasión, nos sumergiremos en la perspectiva de los Padres Salesianos, quienes nos comparten su visión sobre este hijo fiel de
Don Bosco.