El idioma español evolucionó a partir del latín hablado en la Península Ibérica. La romanización introdujo el latín, que se fragmentó con la invasión visigoda en el siglo V d.C. y la invasión árabe en el siglo VIII, dando lugar a diferentes lenguas romances como el castellano, catalán y gallego-portugués. El castellano se consolidó durante la Reconquista y fue normalizado con la publicación de la primera gramática española por Nebrija en 1492.