Pablo de Tarso nació entre el 5 y 10 d.C. en Tarso y estudió con el rabino Gamaliel en Jerusalén. Tuvo una conversión al cristianismo en el camino a Damasco que marcó su vida, predicando el evangelio y sufriendo encarcelamientos. Realizó tres viajes misioneros para propagar el cristianismo, estableciendo su centro en Éfeso, y escribió catorce cartas del Nuevo Testamento.