La autora expresa su profundo agradecimiento y admiración hacia su profesor Juanjo Ferrera Suárez, a quien considera el mejor profesor de lengua que ha tenido. Destaca su entusiasmo y pasión por enseñar, su capacidad para transmitir conocimientos de forma divertida y entretenida, y el gran impacto positivo que ha tenido en ella y en muchos de sus alumnos. Finalmente, le desea lo mejor y expresa su deseo de volver a encontrarse en el futuro para saludarse.