Un motor transforma energía (eléctrica, combustible) en energía mecánica para mover vehículos. Los motores de combustión usan combustible más aire para generar energía térmica que se convierte en movimiento, mientras que los motores eléctricos usan interacciones electromagnéticas. Otros componentes como la caja de cambios, chasis, carrocería, frenos y suspensión trabajan juntos para transmitir la potencia a las ruedas y controlar el movimiento del vehículo.