La partida doble es la base de la contabilidad actual y requiere que toda transacción afecte a al menos dos cuentas, un débito y un crédito, para mantener el equilibrio entre los débitos y créditos. Se originó para registrar transacciones comerciales y ha evolucionado desde registros básicos en civilizaciones antiguas. Siguiendo el principio de que cada débito requiere un crédito equivalente, mantiene un registro equilibrado de los activos, pasivos y capital de una empresa.