El documento describe la vida del creyente como una peregrinación en busca de Dios, sin saber con certeza lo que deparará el futuro. Los creyentes son como peregrinos, no turistas, que viven con incertidumbre e inseguridad sobre lo que encontrarán. Así como Moisés murió sin entrar a la Tierra Prometida, los creyentes avanzan por la fe sin poseer plenamente a Dios. Aunque nadie haya visto a Dios directamente, Su existencia puede deducirse de la creación y del anhelo humano