“Hijos míos, ya poco tiempo voy a estar con vosotros. Vosotros me buscaréis y, lo mismo que les dije a los judíos, os digo también a vosotros: adonde yo voy, vosotros no podéis venir.
Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros; que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros. En esto conocerán todos que sois discípulos míos, si os tenéis amor los unos a los otros.”
2. “Hijos míos, ya poco tiempo voy a estar con
vosotros. Vosotros me buscaréis y, lo mismo que
les dije a los judíos, os digo también a vosotros:
adonde yo voy, vosotros no podéis venir.
Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los
unos a los otros; que, como yo os he amado, así os
améis también vosotros los unos a los otros. En
esto conocerán todos que sois discípulos míos, si
os tenéis amor los unos a los otros.”
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3. El Señor les habla a sus apóstoles de su ausencia
definitiva de esta tierra, su vida mortal termina e
igualmente su convivencia con ellos. Vosotros “me
buscaréis”, porque donde voy no podréis ir. Este anuncio
causa gran dolor en ellos acostumbrados al trato diario
con el Maestro y al hecho de que no podrán ir con él. Lo
habían dejado todo para seguir a Jesús, habían convivido
con él en una gran intimidad. En él habían centrado toda
su vida. Jesús, también les indica cuál deberá ser su
comportamiento durante su ausencia. No pueden
concebir la idea de vivir sin el Señor.
Los ha llamado “hijos míos” y es la primera vez que
Jesús emplea estas palabras tan tiernas para dirigirse a
sus apóstoles y antes de morir les manifiesta cuál es su
última voluntad, a modo de testamento les da el
precepto de la caridad fraterna.
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5. Es nuevo por la generosidad y la profundidad que
Jesús le da al Mandamiento. La medida es “como él
nos ha amado”.
¿Y cómo amó Jesús a los demás? Jesús amo a los
demás con el amor más puro y desinteresado.
Jesús amó sin egoísmos. Nosotros solemos amar a
cambio de algo, en cambio Jesús lo que buscaba era
darse así mismo y obtener el bien y la felicidad de los
otros.
Jesús lo dio todo por sus amigos: su vida, fama,
sangre.
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7. El amor de Jesús es sacrificado. Nada de lo que el
amor de caridad pudiera exigirle en sacrificio,
parecería demasiado para él. Si el amor a sus
hermanos significaba cruz, Jesús estaba resuelto a
soportarla.
Jesús amaba a sus discípulos con amor
comprensivo. Conocía sus debilidades y a pesar de
ello los amaba. Este es un detalle del amor de
caridad: conocer las miserias del prójimo y seguirlo
amando. Amar al prójimo tal cual es. Lo bueno
porque lo merece, y lo defectuoso con amor
comprensivo.
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12. “En esto se conocerá que sois mis discípulos: si os
amáis los unos a los otros”. No son distintivos,
trajes, ayunos y otros signos los que identificarán a
los discípulos del Señor Jesús sino el amor que se
profesan unos a otros. El amor fraterno es lo que
caracteriza a sus discípulos y así lo entendieron
ellos. En los Hechos de los Apóstoles 2, 44-45 dice:
“Todos los creyente vivían unidos y tenían todo en
común; vendían sus posesiones y sus bienes y
repartían el precio entre todos, según la necesidad
de cada uno.” “Gozaban de la simpatía de todo el
pueblo. El Señor agregaba cada día a la comunidad a
los que se habían de salvar”. (Hech. 2,47)
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14. Amar a los demás con
amor de caridad es el
mejor sermón que un
cristiano pueda hacer, y
la mejor propaganda
para atraer personas a
Cristo, para ello es
necesario que los
demás se den cuenta de
que sí los amamos.
Es decir, demos un testimonio de caridad a la
comunidad de los creyentes y no creyentes.
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16. Nuestra amor al prójimo, nuestro amor debe ser una
caridad sincera que se base en el sacrificio, en obras
de bien, buscando siempre el bien y la felicidad de
los demás.
“El que ama al prójimo ha cumplido la Ley” dice
Pablo en Romanos 13, 8.