Jesús se dirige a Jerusalén para celebrar la fiesta de la Dedicación del Templo. En su camino, discute con los fariseos, argumentando que como Hijo de Dios enviado por el Padre no está blasfemando. Apoyándose en las Escrituras, señala que si estas llaman "dioses" a jueces a quienes Dios dirigió, cómo podría él blasfemar al decir que es Hijo de Dios. Los fariseos querían arrestarlo pero no pudieron, pues todavía no había llegado la hora para que
Papa.fancisco añofe.25.el espíritu santo donado «sin medida» por jesúsemilioperucha
Papa Francisco, audiencia general, catequesis; año de la fe 2012/2013, Power point Emilio Perucha Herrnaz
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No hay unidad donde no hay amor, no hay unidad donde no está Dios.
Cuánta guerra, cuánto odio, cuánta incomprensión, cuánto rencor, aun en la tierra donde vivió el príncipe de la paz, donde Dios encarnado dirigió a su Padre este deseo: presérvalos del mal.
Un abrazo y que Dios nos bendiga.
Luis J. Balvín Díaz
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No hay unidad donde no hay amor, no hay unidad donde no está Dios.
Cuánta guerra, cuánto odio, cuánta incomprensión, cuánto rencor, aun en la tierra donde vivió el príncipe de la paz, donde Dios encarnado dirigió a su Padre este deseo: presérvalos del mal.
Un abrazo y que Dios nos bendiga.
Luis J. Balvín Díaz
Benedicto16 año.fe16.yo creo en dios el creador del cielo y de la tierra, el ...emilioperucha
Benedicto 16, audiencia general, catequesis; año de la fe 2012/2013, Power point, Emilio Perucha Herrnaz,
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Nuestro Dios es Santo, Puro y Perfecto, por lo que al ser rescatado por nuestro Señor Jesucristo, somos santificados por el Espíritu Santo de Dios.
La Sangre de Cristo tiene el poder para limpiarnos de todo pecado, y por medio del lavamiento de la Palabra de Dios, somos purificados, santificados cada día.
Nuestro Señor Jesús dijo que el que comiera de su carne y bebiera de su sangre, él lo vivificaria, lo resucitaia en el día postrero. Su carne es su Palabra revelada por su sangre que es el Espíritu Santo.
La Biblia nos enseña que sin santidad nadie verá el rostro de Dios; es necesario que escudriñemos las sagradas Escrituras para ponerla por obra.
El aceptar a nuestro Señor Jesucristo como nuestro Salvador y Señor, nos hace santos, pero si no obedecemos su palabra para ponerla por obra, nuestras vestiduras se iran manchando, nos estaremos poniendo tibios y al final el Señor declara que a los tibios, que son los que no llevan fruto, él los vomitará de su boca.
Las primeras obras son buenas, pero lo mas importante es mantenernos dando frutos abundantes, en humlidad, santificandonos cada día hasta que venga por nosotros, o nos llame a su presencia; la santidad conviene a nuestra casa.
El Espíritu santo perfeccionando a la iglesia: Pastor Aldo F. AcostaAldo Fernando Acosta M
Esta es una colección de sermones del pastor Aldo F Acosta, que están a tu disposición en la web, que el Señor Jesucristo continué bendiciendo tu vida. déjanos tus comentarios.
Cuenta una antigua leyenda que un niño que estaba por nacer, le dijo a Dios:
-Me dicen que me vas enviar mañana a la Tierra; pero ¿cómo viviré tan pequeño e indefenso como soy?
-Entre muchos ángeles escogí uno para ti, que te está esperando; él te cuidará.
-Pero dime: aquí en el cielo, no hago más que cantar y sonreír, eso me basta para ser feliz.
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Nuestro Dios es Santo, Puro y Perfecto, por lo que al ser rescatado por nuestro Señor Jesucristo, somos santificados por el Espíritu Santo de Dios.
La Sangre de Cristo tiene el poder para limpiarnos de todo pecado, y por medio del lavamiento de la Palabra de Dios, somos purificados, santificados cada día.
Nuestro Señor Jesús dijo que el que comiera de su carne y bebiera de su sangre, él lo vivificaria, lo resucitaia en el día postrero. Su carne es su Palabra revelada por su sangre que es el Espíritu Santo.
La Biblia nos enseña que sin santidad nadie verá el rostro de Dios; es necesario que escudriñemos las sagradas Escrituras para ponerla por obra.
El aceptar a nuestro Señor Jesucristo como nuestro Salvador y Señor, nos hace santos, pero si no obedecemos su palabra para ponerla por obra, nuestras vestiduras se iran manchando, nos estaremos poniendo tibios y al final el Señor declara que a los tibios, que son los que no llevan fruto, él los vomitará de su boca.
Las primeras obras son buenas, pero lo mas importante es mantenernos dando frutos abundantes, en humlidad, santificandonos cada día hasta que venga por nosotros, o nos llame a su presencia; la santidad conviene a nuestra casa.
El Espíritu santo perfeccionando a la iglesia: Pastor Aldo F. AcostaAldo Fernando Acosta M
Esta es una colección de sermones del pastor Aldo F Acosta, que están a tu disposición en la web, que el Señor Jesucristo continué bendiciendo tu vida. déjanos tus comentarios.
Cuenta una antigua leyenda que un niño que estaba por nacer, le dijo a Dios:
-Me dicen que me vas enviar mañana a la Tierra; pero ¿cómo viviré tan pequeño e indefenso como soy?
-Entre muchos ángeles escogí uno para ti, que te está esperando; él te cuidará.
-Pero dime: aquí en el cielo, no hago más que cantar y sonreír, eso me basta para ser feliz.
Esta es “la Sabiduría de la cruz”. Esta es la enseñanza que se aprende al poner los ojos en el Crucificado. Esta es la lectura, desde la Cruz, del Evangelio. Este fue el motivo profundo que le llevó a la Cruz. Su estilo de vida según las Bienaventuranzas. Un estilo que no tenía lugar en una sociedad de contravalores, en una sociedad donde el hombre no estaba por el hombre, sino en contra del hombre. En el Cristo Crucificado se entienden existencialmente las Bienaventuranzas. La Carta Magna del Reino tiene su prueba certera en la cruz. Creo en el hombre que nos dio ese programa de vida y por vivirlo le crucificaron.
Jesús comienza por presentarse como alguien mayor que todos los profetas: Aquí hay uno mayor que Jonás, mayor que Salomón (Mt 12,41). Muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis y no lo vieron (Lc 10,24). El mismo Abrahán se regocijó pensando ver mi día (Jn 8, 56). Juan Bautista es más grande que todos los profetas del Antiguo Testamento y, sin embargo, el más pequeño de los que participen en el reino que Cristo inaugura es más grande que él (Mt 11,11).
Sin duda es todo un honor poder saludar a un importante dignatario en una recepción. Ahora imagínese que alguien de semejante categoría --alguien a quien la gente se dirige llamándolo “Señor Presidente”, “Alteza” o “Su Señoría”—le dice: “Vamos a tutearnos. Llámame por mi nombre”. ¿No se sentiría usted todavía más honrado y apreciado?
Acercándose algunos de los saduceos, esos que sostienen que no hay resurrección, le preguntaron a Jesús.
-Maestro, Moisés nos dejo escrito que si un hombre casado muere sin haber tenido hijos con su mujer, el hermano del difunto deberá tomar por esposa la viuda para darle hijos al hermano que murió. Pues bien, había una vez siete hermanos, el primero de los cuales se casó, pero murió sin dejar hijos. El segundo y el tercero se casaron con ella, y lo mismo hicieron los demás, pero los siete murieron sin dejar hijos. Finalmente murió también la mujer.
El alma de un hombre subió al cielo para ser juzgada. Cuando llegó, se asombró de no encontrar a nadie. Y como nadie le impedía el paso, siguió avanzando hasta llegar a una gran sala. Ahí, sobre una mesa, encontró unos anteojos. Algo le dijo que aquellos anteojos eran de Dios. Entonces, se los puso.
Un hombre que paseaba por el bosque vio un zorro que había perdido sus patas, por lo que el hombre se preguntaba cómo podría sobrevivir. Entonces vio llegar a un tigre que llevaba una presa en su boca. El tigre ya se había hartado y dejó el resto de la carne para el zorro.
“Por qué me invocáis: ´Señor, Señor´ y no hacéis lo que digo? Todo el que se acerca a mí, escucha mis palabras y las pone por obra, os voy a indicar a quién se parece. Se parece a uno que edificaba una casa: cavó, ahondo y asentó los cimientos sobre roca; vino una crecida, rompió el río contra aquella casa y no se tambaleó porque estaba bien construida. El que las escucha y no las pone por obra se parece a uno que edificó una casa sobre tierra, sin cimiento; rompió contra ella el río, y en seguida se derrumbó; y ¡hay que ver qué ruina la de aquella casa!”
“Hijos míos, ya poco tiempo voy a estar con vosotros. Vosotros me buscaréis y, lo mismo que les dije a los judíos, os digo también a vosotros: adonde yo voy, vosotros no podéis venir.
Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros; que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros. En esto conocerán todos que sois discípulos míos, si os tenéis amor los unos a los otros.”
Mientras se consumían cuatro velas establecieron el siguiente diálogo:
-¡Yo soy la paz! Pero las personas no consiguen mantenerme, creo que me apagaré pronto –dijo la primera. Y poco a poco fue disminuyendo su fuego hasta que su llama desapareció totalmente.
Entonces uno de los doce, llamado Judas Iscariote, fue donde los sumos sacerdotes, y les dijo: “¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré?”. Ellos le asignaron treinta monedas de plata. Y desde ese momento andaba buscando una oportunidad para entregarle
Marchaba el buen Jesús por un camino,
en sus largas jornadas por el mundo,
y era entrada la noche, cuando vino
a posarse a sus pies un vagabundo,
que le dijo con jubilo y llanto.
“Eres Jesús, el Nazareno.
¡Cuánto te he buscado Señor,
Para que hagas un grandísimo bien!”
Y abriéndose el manto le mostró
el cuerpo lleno de llagas.
La máxima expresión del amor de Jesús está en la entrega de su vida en la cruz.
Mirar al crucificado llena el corazón de gozo. Contemplar al Cristo en la cruz inunda el corazón de alegría. Quedarse en oración ante un Cristo colgado del madero sin decir nada, sólo quedándose a solas con “El solo”, es como centrarse en el centro de la vida, como haberlo encontrado todo.
Cuando intentes celebrar un encuentro con el Señor, después de construir el templo del silencio en fe y paz, comienza a decirle: estás conmigo. Tú me sondeas y me conoces. Tú me penetras, me envuelves y me amas. Estás conmigo. Estoy contigo. Estás sustancialmente en mi ser entero.
“Sonreír es un buen medio para crearse un alma amiga”.
Pero no una sonrisa irónica y burlona, esa sonrisa es un ángulo que juzga y reprueba. Sino la sonrisa amplia, limpia, la sonrisa… al borde de la risa.
Se adentraba un día Moisés en el desierto, sólo con su rebaño, cuando de pronto un fenómeno inusitado atrajo su atención y le detuvo: ahí había un espino, un zarzal, que se estaba quemando.
En 1994, dos americanos respondieron a una invitación del Departamento de la ex Unión Soviética, para enseñar moral y ética (basada en principios bíblicos) en las escuelas Públicas. Fueron invitados a enseñar en prisiones, negocios, departamentos de bomberos y policía, y en un inmenso orfanato. Alrededor de 100 niños y niñas de los que habían abusado y que habían abandonado estando en este orfanato a cargo de un programa del gobierno.
“Hijos míos, ya poco tiempo voy a estar con vosotros. Vosotros me buscaréis y, lo mismo que les dije a los judíos, os digo también a vosotros: adonde yo voy, vosotros no podéis venir.
Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros; que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros. En esto conocerán todos que sois discípulos míos, si os tenéis amor los unos a los otros.”
Un hombre muy desgraciado se preguntaba un día qué habría hecho Dios justo y bueno, con su parte de felicidad y resolvió que lo iría a ver y se la reclamaría.
Llegado a un pueblecito pidió hospitalidad en nombre de Dios a una mujer que le dijo que su marido había matado ya a noventa y nueve personas y que él corría peligro de convertirse en la centésima víctima. De todas formas ocultó al viajero en un cobertizo fuera de la casa tras haberle dado de comer.
Cuando la soledad de mi corazón súplica por tu compañía.
Cuando mis ojos cansados de llorar piden colirio celestial.
Cuando todos los jardines se llenan de primavera y el mío permanece seco.
Cuando el labio inicuo me golpea con el látigo de la mentira.
Cuando el grito sin eco de mi espíritu se pierde en la noche silenciosa.
Cuando la senda recta que orienta mi andar se vuelve abrupta y llena de amenazas.
Hija (o) mía (o), quiero recordarte una vez más que te amo. Con amor eterno y gratuito te he amado. Como se alzan los cielos por encima de la tierra, así de grande es mi amor por ti.
¿Cómo te llamaré, oh Tú,
Que no tienes nombre?
Aquel que salió de los abismos de tu soledad, tu Enviado Jesús, nos dijo que eras y te llamabas Padre.
Fue una gran noticia.
Yo me llamo alcohol y soy el ser más malvado. A muchos los he enriquecido porque me compran para embrutecer y ganar dividendos con el sudor de los pobres borrachos. A estos últimos los he arruinado por ser tan ingenuos y tratar de gozar con mi afecto.
Pasado el sábado, al amanecer del primer día de la semana se produjo un gran terremoto, pues un ángel del Señor bajó del cielo, llegó al sepulcro y apartando la piedra se sentó sobre ella. Su aspecto era como el del relámpago y su vestido blanco como la nieve. La guardia sintió tal miedo y turbación, que se quedaron como muertos.
Today is Pentecost. Who is it that is here in front of you? (Wang Omma.) Jesus Christ and the substantial Holy Spirit, the only Begotten Daughter, Wang Omma, are both here. I am here because of Jesus's hope. Having no recourse but to go to the cross, he promised to return. Christianity began with the apostles, with their resurrection through the Holy Spirit at Pentecost.
Hoy es Pentecostés. ¿Quién es el que está aquí frente a vosotros? (Wang Omma.) Jesucristo y el Espíritu Santo sustancial, la única Hija Unigénita, Wang Omma, están ambos aquí. Estoy aquí por la esperanza de Jesús. No teniendo más remedio que ir a la cruz, prometió regresar. El cristianismo comenzó con los apóstoles, con su resurrección por medio del Espíritu Santo en Pentecostés.
Instrucciones del procedimiento para la oferta y la gestión conjunta del proceso de admisión a los centros públicos de primer ciclo de educación infantil de Pamplona para el curso 2024-2025.
Mapa_Conceptual de los fundamentos de la evaluación educativa
La fiesta de la dedicación del templo
1.
2.
3. Reflexión:
Probablemente a principios de diciembre del año 20, Jesús sale de Perea y se
dirige a celebrar la fiesta de la Dedicación del Templo en Jerusalén, cuya
historia es la siguiente: Cuando Alejandro Magno muere, su reino fue
dividido. Uno de sus generales, Seleuco, quedó en posesión de Siria y fundo
la dinastía seleúcida. Los reyes de esta dinastía muchas veces intentaron
dominar Palestina. Antíoco IV Epifanes (175-164 a. C.), entró en Jerusalén,
saqueó el templo de sus tesoros sagrados, destruyó libros santos, profanó el
culto de Dios.
Tres años más tarde, Judas Macabeo purificó el Templo, celebró su dedicación
por ocho días y determinó que esa fiesta se siguiese celebrando todos los años.
4.
5.
6. El Señor dice que él conoce a sus ovejas y que ellas lo conocen. Jesús nos
conoce por nuestro nombre, sabe cuáles son nuestras virtudes y defectos,
conoce las enfermedades y heridas de nuestra alma y quiere curarlas.
Jesús señala que sus ovejas le siguen. Es admirable el cariño y fidelidad
conque las ovejas siguen a su pastor. A su lado estarán protegidas y podrán
tener pastos verdes y fuentes cristalinas. Cada una de ellas le puede cantar a
Jesús la Canción de la Oveja, que es el Salmo 22.
Jesús seguirá diciendo: “Nadie viene a mí si mi Padre no lo atrae hacia mí” (Jn
6, 44). El Padre Dios atraía poderosamente al pueblo judío a través de toda la
vida de Cristo, sus enseñanzas, sus milagros. Es necesario señalar que el Padre
atrae pero no fuerza, no coacciona, no obliga contra la libertad del hombre.
El hombre es libre y puede rechazar todo influjo de gracia de Dios y cerrarse
al don de la fe.
7.
8. Esto quiere decir que aún en los momentos más amargos y obscuros pueden
estar seguros que en ellos se cumple las palabras “BRAZOS ETERNOS NOS
SOSTIENEN”. Conocerán la serenidad de Dios. Podremos perder la vida pero
nunca se perderá nuestra alma
Jesús finalmente nos dice: “El Padre y yo somos una sola cosa”. La profundidad
de esta afirmación es inmensa, porque nos revela el misterio de su persona y
descorre el velo que cubría el misterio de la misma identidad de naturaleza en el
Padre y el Hijo. Misterio de Dios en sí mismo. Por esta revelación sabemos que
Dios no es un Dios solitario, sino que son tres personas: Padre, Hijo y Espíritu
Santo subsisten en la misma naturaleza divina. Son “una sola cosa” en cuanto a
la divinidad, pero son tres personas distintas que subsisten en la misma y única
esencia divina. Es decir: Tres personas distintas pero un solo Dios, que se
caracterizan por su infinito y mutuo amor en una entrega total. Toda la historia
de la creación y de la redención tiene su origen en este misterio de amor.
9. El que ha visto a
Jesús, el Hijo Eterno
de Dios, ha visto al
Padre, porque el
está en el Padre y el
Padre está en él.
Jesucristo es el Rey
del Universo y Señor
de Señores, pero es
al mismo tiempo
nuestro Salvador y
nuestro más grande
amigo, que nos ama
con amor infinito.
¡AMALO!
10.
11. Jesús les respondió: “¿No está escrito en vuestra
Ley: ´Yo he dicho: dioses sois´? Si llama dioses a
aquellos a quienes se dirigió la Palabra de Dios –y
no puede fallar la Escritura-, ¿cómo decís que aquel
a quien el Padre ha santificado y enviado al mundo,
blasfema por haber dicho: “Yo soy Hijo de Dios”? Si
no hago las cosas de mi Padre, no me creáis, y así
sabréis y conoceréis que el Padre esta en mí y yo en
el Padre.”
Querían prenderle, pero se les escapó de las
manos.
12.
13.
14.
15. Jesús añade otro argumento más contra los fariseos, basado
en la Escritura, que llega a llamar “dioses” e “hijos del
Altísimo” a los jueces de Israel, cuya función era solucionar
los pleitos y en muchos casos cometían arbitrariedades e
injusticias en el desempeño de sus funciones. Dios les
señala su culpa al recordarles su
elevada dignidad. (Salmo 82,6). Jesús apoyándose en esta sentencia de la Escritura
les arguye: “Si (la Escritura) llama dioses a aquellos a quienes se dirigió la Palabra de
Dios –y no puede fallar la Escritura-, ¿cómo decís que aquel a quién el Padre ha
santificado y enviado al mundo, blasfema por haber dicho: ´Yo soy Hijo de Dios´?”.
Apoyado en esto el Señor Jesús argumenta contra los fariseos. El ha sido santificado y
enviado al mundo por el Padre y al decir que es Hijo de Dios no está blasfemando
porque él ha probado varias veces que viene del Padre, que ha sido enviado por él, y
que antes que Abraham existiese ya existía él junto a su Padre; por tanto, tiene
derecho a llamarse “Hijo de Dios”.
16. En otras oportunidades Jesús ha puesto
como prueba de su testimonio que él no
busca su gloria, como lo buscaban los
judíos, sino solamente la gloria de su Padre
y el hacer su voluntad. Cristo ha sido
consagrado por el Padre desde el momento
de la Encarnación para llevar a efecto la
obra de mayor servicio y gloria de su Padre,
la obra de la Redención.
Finalmente, Cristo finaliza la primera parte de esta controversia con los judíos
diciendo: “Yo y mi Padre somos una sola cosa” y ahora termina toda la discusión
con otra sentencia similar a la anterior: “El Padre está en mí y yo estoy en el
Padre.”
HIJO DE
DIOS
“Yo y mi Padre somos
una sola cosa”
17. Jesucristo es el Hijo de Dios en el sentido estricto de la
palabra, el Hijo que comparte la misma naturaleza que el
Padre, el Hijo que es “una sola cosa” con su Padre.
Existe en él una identidad consustancial con su Padre,
por eso Jesús les repetía que sus palabras y sus obras eran
obras y palabras del Padre. Los fariseos nunca
comprendieron ni aceptaron la divinidad de Cristo.
Como consecuencia de estas palabras de Jesús los escribas
y fariseos “querían prenderle, pero se les escapó de las
manos” porque no había llegado la hora en que él mismo
entregaría su vida, por la Redención de todos los
hombres.
Fuente: Meditaciones de Fernando Basabe, S.J.