Antonio Guzmán Blanco gobernó Venezuela de forma autocrática entre 1870 y 1888. Promovió el progreso económico del país a través de obras públicas como carreteras, ferrocarriles y edificios. Sin embargo, su gobierno careció de libertades democráticas y enfrentó oposición debido a la represión política. Guzmán Blanco también tuvo conflictos con la Iglesia Católica al subordinarla al estado y promover la educación laica.