El estudio cumple estrictamente con las normas de higiene y esterilización requeridas por la ley mexicana. Tanto el tatuador como el piercer tienen la formación profesional necesaria y utilizan máquinas de ultrasonidos y autoclave para limpiar y esterilizar el equipo. Las normas básicas incluyen desinfectarse las manos, usar guantes desechables y materiales desechables que entran en contacto con la piel o sangre, y limpiar y desinfectar la piel antes de tatuar o perforar.