2. DEFINICIÓN
• Habilidades motoras que implican la planificación,
la coordinación y la ejecución de movimientos con
un propósito específico.
• Estas habilidades están relacionadas con la
capacidad del sistema nervioso para organizar y
controlar acciones motoras precisas y dirigidas
hacia un objetivo concreto.
• Las praxias son esenciales para llevar a cabo
actividades diarias y para interactuar efectivamente
con el entorno.
3. TIPOS DE PRAXIAS
• Praxias ideomotoras: Involucran la planificación y ejecución de
movimientos en respuesta a un estímulo visual o verbal. Por ejemplo,
seguir instrucciones para realizar un gesto específico.
4. • Praxias ideatorias: Implican la capacidad de planificar y llevar a cabo
secuencias de acciones coordinadas para alcanzar un objetivo
particular.
Esto implica la comprensión de la secuencia de pasos necesarios para
realizar una tarea.
5. • Praxias constructivas: Se refieren a la habilidad para organizar y
manipular objetos en el espacio de manera precisa, como ensamblar
objetos o realizar tareas que involucran habilidades visuoespaciales.
6. • Praxias bucofaciales: Involucran movimientos de la boca y la cara. Por
ejemplo, la capacidad de realizar movimientos coordinados al hablar,
masticar o realizar expresiones faciales.
8. • Conjunto de habilidades cognitivas superiores que facilitan la
autorregulación, la planificación, el control de impulsos, la toma de
decisiones, la resolución de problemas y la adaptación al entorno.
• Las funciones ejecutivas están asociadas principalmente con las áreas
prefrontales del cerebro.
9. • Inhibición: La capacidad de controlar
impulsos y detener respuestas
automáticas para poder tomar
decisiones más reflexivas. Por
ejemplo, resistir la tentación de
comer un dulce cuando se está
tratando de seguir una dieta.
• Memoria de trabajo: La capacidad
de retener y manipular
temporalmente información
relevante en la mente mientras se
realiza una tarea. Por ejemplo,
recordar un número de teléfono
mientras se realiza una llamada.
10. • Flexibilidad cognitiva: La habilidad para
adaptarse a situaciones cambiantes,
ajustar el enfoque mental según sea
necesario y cambiar entre diferentes
tareas o perspectivas. Por ejemplo,
cambiar de una tarea a otra sin perder
eficiencia.
• Planificación y organización: La capacidad
para establecer metas, diseñar un plan de
acción y llevar a cabo pasos ordenados
para lograr esas metas. Por ejemplo,
planificar una agenda diaria o elaborar un
proyecto.
11. • Resolución de problemas: La habilidad
para abordar y encontrar soluciones a
situaciones complejas o desafiantes.
Implica analizar la situación, identificar
posibles soluciones y evaluar sus
consecuencias.
• Autoconciencia: La capacidad de
reconocer y comprender las propias
emociones, habilidades y limitaciones. La
autoconciencia es esencial para la
autorregulación y la toma de decisiones
informadas.