La ley de transición energética de México tiene como objetivo regular el uso sostenible de la energía y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Establece metas para aumentar el porcentaje de energías limpias (como eólica y solar) en la generación eléctrica al 25% en 2018, 30% en 2021 y 35% en 2024. También identifica a las entidades gubernamentales responsables de implementar la ley y crea programas de planeación energética de largo plazo para cumplir con estas metas.