La película muestra las duras condiciones de trabajo en las fábricas de la época, donde los obreros realizaban trabajos repetitivos durante largas horas por bajos salarios y sin posibilidad de expresar sus quejas. Chaplin interpreta a un obrero que es despedido de la fábrica y luego encuentra trabajo como mesero y comediante en un restaurante, donde se siente más motivado y valorado. La película también contrasta las relaciones de poder entre los trabajadores y los dueños de las fábricas.