El movimiento trovadoresco surgió en el sur de Francia a finales del siglo XI. Los trovadores eran poetas-compositores de la nobleza y burguesía que componían canciones de amor y gestas heroicas. Con el tiempo, el movimiento se expandió a otros países europeos con nombres como bardos o minnesingers. Aunque no tuvo el mismo impacto que en Francia, Cataluña acogió a trovadores y su tradición floreció allí.