Prueba para electivo de antropología "Teoría de Sistemas y Sociedad", dictado por el profesor Marcelo Arnold en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile en el primer semestre de 2018. Trabajo interdisciplinar entre Gonzalo Durán, estudiante de quinto año de sociología, y Valentina Cerna, estudiante de tercer año de trabajo social.
Instituto Academia de Formación Jurídica Simón Rodríguez
“Enseñanza Jurídica que transforma vidas”.
Somos una institución de Educación de Adultos, que germino legalmente el 17 de Julio del Año 2014, siendo registrada en el Ministerio del Poder Popular Para las Relaciones Interiores y Justicia, Servicio Autónomo de Registros y Notarias y ante los órganos educativos del Estado Venezolano, entre los que destacan el INCES y el Ministerio del Poder Popular para la Educación, dedicada a la formación continua de profesionales en el derecho, preparándolos para entender, comprender y desarrollar exitosamente su ejercicio jurídico.
Estamos ubicados en la Ciudad de Maracay Estado Aragua – Venezuela. www.iafjsr.com.ve
Instituto Academia de Formación Jurídica Simón Rodríguez
“Enseñanza Jurídica que transforma vidas”.
Somos una institución de Educación de Adultos, que germino legalmente el 17 de Julio del Año 2014, siendo registrada en el Ministerio del Poder Popular Para las Relaciones Interiores y Justicia, Servicio Autónomo de Registros y Notarias y ante los órganos educativos del Estado Venezolano, entre los que destacan el INCES y el Ministerio del Poder Popular para la Educación, dedicada a la formación continua de profesionales en el derecho, preparándolos para entender, comprender y desarrollar exitosamente su ejercicio jurídico.
Estamos ubicados en la Ciudad de Maracay Estado Aragua – Venezuela. www.iafjsr.com.ve
Instituto Academia de Formación Jurídica Simón Rodríguez
“Enseñanza Jurídica que transforma vidas”.
Somos una institución de Educación de Adultos, que germino legalmente el 17 de Julio del Año 2014, siendo registrada en el Ministerio del Poder Popular Para las Relaciones Interiores y Justicia, Servicio Autónomo de Registros y Notarias y ante los órganos educativos del Estado Venezolano, entre los que destacan el INCES y el Ministerio del Poder Popular para la Educación, dedicada a la formación continua de profesionales en el derecho, preparándolos para entender, comprender y desarrollar exitosamente su ejercicio jurídico.
Estamos ubicados en la Ciudad de Maracay Estado Aragua – Venezuela. www.iafjsr.com.ve
Informe postexposición "La sociedad como sistema autopoiético: fundamentos del programa sociopoiético" de Marcelo Arnold para el electivo de antropología "Teoría de Sistemas y Sociedad" dictado por el mismo Marcelo Arnold en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile durante el primer semestre del año 2018. Trabajo interdisciplinar de Gonzalo Durán, estudiante de quinto año de sociología, y Valentina Cerna, estudiante de tercer año de trabajo social.
La sociedad como sistema autopoiético: fundamentos del programa sociopoiético...Valentina Cerna G.
Exposición de texto "La sociedad como sistema autopoiético: fundamentos del programa sociopoiético" de Marcelo Arnold para el electivo de antropología "Teoría de Sistemas y Sociedad", dictado por el mismo Marcelo Arnold en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile durante el primer semestre del año 2018. Ayudante Guillermo Palacios
Documento de matriz de bienestar, planificación y desarrollo de la intervención con personas en situación de calle. Aplicación del Programa Calle del Subsistema de Seguridades y Oportunidades, de la subsecretaría de servicios sociales del Ministerio de Desarrollo Social del Gobierno de Chile.
Resumen Honneth, Crítica del agravio moral. Capítulos VI y XII.Valentina Cerna G.
Axel Honneth (2009) Crítica del agravio moral. (Traducido al español por Peter Storandt Diller) Argentina: Fondo de Cultura Económica.
Capítulo VI: La dinámica social del desprecio. Para determinar la posición de una Teoría Crítica de la sociedad. Axel Honneth (pp. 249 - 274)
Capítulo XII: Paradojas del capitalismo. Martin Hartmann y Axel Honneth (pp. 389 – 419)
1. Primera prueba Teoría de Sistemas y Sociedad
Por Valentina Cerna González (Trabajo Social) y
Gonzalo Durán Maidana (Sociología)
Curso: Teoría de Sistemas y Sociedad
Profesor: Marcelo Arnold
2. 1. ¿Cuáles serían las características del contexto en que Luhmann desarrolló su
carrera académica?
Para comprender y justificar la Teoría de Sistemas Sociales de Luhmann, es posible
identificar tres contextos desde los cuales se explican las particularidades de su
surgimiento: histórico, institucional y disciplinario (Pignuoli 2015: 302).
Respecto al contexto histórico a nivel internacional, en el sistema político predominó el
conflicto soviético-estadounidense, el conflicto por áreas de influencia y el proceso de
descolonización y liberación en el tercer mundo; en el sistema económico, la salida
definitiva a la crisis del mercado mundial de los años treinta y la recuperación del
crecimiento capitalista global sostenido. A nivel nacional, la formación de la República
Federal de Alemania (RFA), el auge y la decadencia del Estado social de Bienestar en lo
político y del milagro económico alemán (Pignuoli 2015: 302).
En el contexto institucional referente a los procesos institucionales de la sociología, en los
setenta el sistema universitario alemán estaba en un proceso de “explosión de las
universidades”, producido por el “milagro alemán”. Se impulsó la fundación de nuevas
universidades a través de la planificación regional del sistema universitario, y estas
instituciones ofrecían mejores condiciones laborales y de investigación para hacer más
equitativa la educación terciaria y superior (Pignuoli 2015: 305).
En este contexto, Luhmann obtuvo un cargo en la Universidad de Bielefeld, por lo que su
carrera académica se desarrolló fuera de las universidades y escuela de pensamiento
tradicionales, lo cual le permitió dedicar buena parte de su trabajo a la investigación y a la
producción teórica. Además, la sociología tuvo un lugar privilegiado en la planificación
institucional de la RFA, orientada a la re-educación política y cívica, a la reforma de la
administración pública y a la reconstrucción democrática de Alemania (Pignuoli 2015:
306-307).
En el contexto disciplinario, la sociología estaba pasando por un momento de “crisis” tras las
discusiones del positivismo y de la teoría de sistemas, mientras el modelo AGIL de Parsons
estaba vigente. El surgimiento y desarrollo del proyecto teórico de Luhmann tuvo el
horizonte de esta “crisis” al intervenir sobre el cambio de paradigma, donde su proyecto
elaboró pretensiones de radicalidad y compitió con otros programas de investigación con
diagnósticos similares sobre la situación disciplinar (Pignuoli 2015: 308).
Mientras la teoría sociológica se preocupaba por la investigación lingüística, Luhmann
privilegió la investigación de la comunicación y, simultáneamente, la sociología abandonaba
sus pretensiones de elaborar una teoría general para describir a la sociedad, donde la
aparición y vigencia de estas ambiciones estuvieron ligadas a la teoría general de la acción
de Talcott Parsons. Luhmann defendió la necesidad de superar la teoría de Parsons sin
renunciar a las pretensiones de universalidad, proponiendo una radicalización de la
renovada teoría de sistemas autorreferenciales (Pignuoli 2015: 309).
3. 2. ¿Qué factores habrían favorecido la recepción en América Latina de la teoría de los
sistemas sociales en su versión luhmanniana?
La teoría luhmanniana tuvo dificultades en su llegada a América Latina, pues uno de los
elemento que jugó en contra fue la dificultad idiomática para la traducción y extensión de su
obra. Además, numerosos países del continente estaban bajo regímenes militares no
simpatizantes con la reflexión sociológica. Por otro lado, en el continente, muchos
sociólogos se inclinaban por teorías normativas, y existían resquemores con la teoría
sistémica de Parsons, por ser una teoría del consenso social, por lo que al familiarizar a
Luhmann con Parsons generó una lejanía mayor (Torres & Rodríguez 2006).
Sin embargo, hubo intentos en varios países de América Latina para difundir el “Proyecto de
Luhmann”, con un amplio proyecto de trabajo que ha dado saldos positivos, pues se han
incorporado al proyecto un equipo de especialistas y traductores que han publicado una
amplia gama de textos. En Argentina se tradujeron y publicaron obras de Luhmann, y en los
90´s, Piñeyro y Spagnulo la aplicaron en sus cursos de administración organizacional. En el
caso de Brasil, se realizó un gran esfuerzo por la masificación de esta teoría, y actualmente
en los Congresos de Sociología de ese país se discute acerca de la teoría sistémica
luhmanniana (Torres & Rodríguez 2006).
En el caso chileno, diversos académicos realizaron sus estudios de doctorado en Alemania,
mayoritariamente en Bielefeld, como es el caso de Luis Scherz, Darío Rodríguez, Marcelo
Arnold y Aldo Mascareño. Todos ellos contribuyeron a que los postulados de Luhmann
fueran parte de la docencia y de la disciplina académica (Torres & Rodríguez 2006). Desde
la década de los 80´s, se publican numerosos artículos sobre la teoría luhmanniana y su
comparación con la teoría de Maturana a través de la revista Estudios Sociales, y se
realizan cátedras de la teoría luhmanniana en las principales universidades del país. Las
publicaciones y los cursos generaron interés, principalmente en estudiantes, por la
renovación conceptual y de aplicabilidad que ofrecía esta teoría (Torres & Rodríguez 2006).
No obstante, también habían detractores, principalmente de las generaciones mayores,
quienes escucharon que la obra de Luhmann era de difícil lectura, y que además era
discípulo de Parsons, por lo que era un teórico del consenso social, un conservador (Torres
& Rodríguez 2006). En 1991, Arnold y Rodríguez publican el libro “Sociedad y Teoría de
Sistemas”, el primer libro en el continente en desarrollar las ideas centrales de Luhmann,
difuminando prejuicios sobre su teoría que era relativamente desconocida, y era
categorizada como biologicista, sin comprender la re-especificación de la teoría de la
autopoiesis (Ávila 2015).
A modo de cierre, pese a las dificultades, es una posibilidad que el castellano sea el idioma
en que más tempranamente se ha traducido la obra luhmanniana (Torres & Rodríguez
2006). En América Latina, la teoría luhmanniana es relativamente conocida, y muy conocida
en ciertos centros de sociólogos o de ciencias sociales, restrigièndose a grupos cerrados en
paìses como Colombia, Perú, Ecuador y Brasil. En el caso de Chile, se ha logrado acercar
esta teoría a los centros de investigación y de formación universitaria gracias al trabajo de
autores como Mascareño, Chávez, Robles, Torres, etc (Ávila 2015).
4. 3. Leandro Rodríguez Medina sostiene la posibilidad de taxonomizar a los
luhmannianos latinoamericanos en tres generaciones. Pregunta: ¿cuál, según
Pérez-Solari, sería el déficit explicativo de dicha opción metodológica?
Leandro Rodríguez Medina intenta manifestar la apropiación del pensamiento luhmanniano
en Hispanoamérica, enfocándose principalmente en las comunidades científicas de México
y Chile, pues en ambos países hay un importante trabajo en el paradigma sistémico. Ante
esto, Rodríguez Medina caracteriza tres generaciones de académicos/as dentro de las
comunidades sistémicas de México y de Chile (Pérez-Solari 2015):
● La primera generación está orientada principalmente a la difusión de la teoría de
sistemas a través de la enseñanza o de la traducción de publicaciones, para así
superar la barrera idiomática-.
● La segunda generación utiliza los potenciales teóricos en la investigación empírica, y
así investigar el contexto local de latinoamérica, enfocándose no sólo en enseñar la
teoría de Luhmann a partir de una conexión entre la teoría y la praxis investigativa,
sino que además entender los problemas sociológicos de una manera diferente.
● La tercera generación va “más allá de Luhmann”, pues lo que harían es realizar
mixturas con otras teorías sociológicas con el propósito de dar una respuesta más
acabada de los fenómenos contemporáneos.
Las “generaciones” no aluden exclusivamente a la diferencia etaria, pues se basa más en el
trabajo, el posicionamiento académico y los tipos de orientación laboral de los sociólogos
que pueden caer en esta categorización. Sin embargo, Pérez-Solari afirma que esta
explicación taxonómica de generaciones “pierde densidad explicativa al rigidizar dinámicas
altamente contingentes y complejas” (Pérez-Solari 2015: 140), dado que si se aplican a
estas taxonomías en autores chilenos, ésta pierde validez, pues en varios casos existe una
mezcla de más de una generación. Por tanto, su rigidez no permite ver la amplia diversidad
y dinamismo en la forma de utilización de la teoría de sistemas de Luhmann.
Por ejemplo, Arnold y Rodríguez han publicado obras introductorias, como el libro Sociedad
y Teoría de Sistemas o, en el caso de Arnold, publicó su tesis de Doctorado aplicando la
teoría de sistemas en un estudio sobre universidades en América Latina, pero no ha hecho
traducciones, por tanto, no podría categorizarse en la primera generación. Por otro lado,
Fernando Robles ha enseñado y realizado investigaciones utilizando este enfoque, además
de hacer trabajos empíricos, y combinando la teoría de sistemas con la etnometodología, y
junto a Arnold han escrito sobre temas de tercera generación. Otros autores, como Cadenas
y Mascareño, han realizado trabajos de traducción, situándose en la primera generación;
también son de segunda generación, debido a sus investigaciones empíricas.
A modo de cierre, la aplicación de taxonomías rígidas como las planteadas por Rodríguez
Medina no permiten responder a la alta diversidad de autores que aplican la teoría de
sistemas. Por esto, se considera que no es necesario taxonomizar a los académicos de esta
forma, pues sino se considera la emergencia y el incremento de complejidad del sistema
científico, es posible caer en reduccionismos que no tienen sustento teórico, empírico y
práctico.
5. 4. ¿Cuáles fueron los argumentos teóricos y metodológicos que justifican la
re-especificación de la noción de autopoiesis de Maturana?, ¿qué se quiere indicar
con la noción de sociopoiesis de Arnold?
Maturana comprende que las propiedades de la autopoiesis son la clausura operativa, el
determinismo estructural y el acoplamiento estructural, las cuales, según Luhmann, se
corresponden con las explicaciones del modo de operar de los sistemas sociales. En este
sentido, para Maturana, la clausura autopoiética radica en el metabolismo celular, mientras
que, para Luhmann, esta radica en las operaciones comunicativas de la sociedad. De esta
forma, la clausura sistémica indicada con el concepto de autopoiesis se corresponde
perfectamente con una explicación de la sociedad (Arnold 2004: 52-53), en tanto se
constituya en y a través de operaciones propias diferenciadas de otros sistemas
autopoiéticos, que pasan a ser entornos.
La aplicación de este concepto en el postulado biologicista de Maturana está relacionado
con el postulado sociológico de Luhmann de la autopoiesis en dos dimensiones: primero,
ambos consideran fundamental la epistemología constructivista para la comprensión del
mundo; segundo, el postulado sociológico de la autopoiesis incluye al postulado
autopoiético biologicista, pues, para que Maturana se hiciera conocido, fue necesario que su
teoría estuviera en el sistema científico (Ávila 2015: 127).
A través de esta noción de autopoiesis, Luhmann diferencia entre tres tipos de sistemas
autopoiéticos: los sistemas vivos, cuya unidad operativa son las células; los sistemas
psíquicos, cuyas unidades operativas son los pensamientos; y los sistemas sociales, cuyas
unidades operativas son las comunicaciones. Dentro de esta distinción, la sociopoiesis
opera desde un radical posicionamiento de lo social en la observación y comprensión de la
sociedad, por lo cual no tiene nada en común con los reduccionismos biológicos (Arnold
2004: 53).
Así es que la sociopoiesis constituye un programa de investigación para observar lo que
llamamos fenómenos sociales a través de la observación de observadores. Lo que se
observa de los observadores es cómo observan. Por eso la sociopoiesis no es una
descripción de la sociedad contemporánea, sino que es un programa de observación
vinculado a la observación de segundo orden ya desarrollada por Luhmann y en la
cibernética de segundo orden (Ávila 2015: 128).
Finalmente, cuando el observador observa, no puede observar cómo observa, por lo cual el
observador de segundo orden observa la observación, observa cómo se observa y observa
lo que el observador no observa cuando observa. De esta forma, la observación de segundo
orden se orienta a la reflexividad de los observadores, y es precisamente la experiencia de
observar cómo se observa lo que aumenta la complejidad de las observaciones al
incorporar más posibilidades, añadiendo conocimiento nuevo que permite comprender el
funcionamiento de un dispositivo de observación (Ávila 2015: 130-131).
6. 5. La teoría de sistemas sociales aspira a constituirse como una teoría de carácter
universalista. Pregunta: ¿A su juicio qué rol jugaría un apronte interdisciplinario
–trabajo social y sociología- ante este desafío?
Debido al incremento de complejidad en las sociedades contemporáneas, las ciencias
sociales, como parte del sistema científico, deben aumentar su complejidad para explicar lo
que ocurren en la sociedad a través de nuevas distinciones. Para esto, se plantea que, ante
un fenómeno de estudio que emerge de lo social, se deben considerar las diferentes
disciplinas de las ciencias sociales para explicar un fenómeno que es precisamente social.
Por tal razón, se plantea la importancia de la interdisciplinariedad para hacer frente a este
aumento de complejidad de la sociedad, aumentando la complejidad del sistema científico.
Ante este escenario, en que la interdisciplinariedad se hace cada vez más recurrente, la
teoría de sistemas “indica que los fenómenos complejos pueden ser explicados sólo debido
a las interacciones recurrentes de los ´sistemas´ involucrados en estos fenómenos. Así, las
bases epistemológicas de la teoría de sistemas podrían fundamentar una impronta
epistemológica que permita unificar coherentemente conclusiones de diversas áreas
científicas” (Gramsch 2018).
En base a esto, se considera que la teoría de sistemas propuesta por Luhmann permite a
disciplinas como Trabajo Social y Sociología intervenir y/o interpretar fenómenos de manera
fluida a partir de una base conceptual y epistemológica en común. Conceptos como
“sistema”, “complejidad”, “sentido”, entre otros, permiten que estas ciencias sociales, al
abocarse a un fenómeno investigativo, se refieran a un mismo fenómeno, empleando los
mismos conceptos.
Sin embargo, el trabajo social presenta dificultades al aplicar la teoría de sistemas debido a
que, como profesión, se orienta con valores y estados deseables de cómo deben ser las
cosas para proponer cambios, identificando problemas sociales a través de criterios morales
y normativos. Las teorías normativas procuran certezas que facilitan el trabajo de esta
disciplina, pero carecer de un modelo de sociedad definido implica alejarse de la
comprensión de una sociedad insoportablemente compleja y contingente (Ávila 2015: 132).
Así mismo, la sociología también puede estar cargada de conceptos normativos que
impiden realizar una investigación meramente científica, lo que merma su capacidad
explicativa. Para esto, se concuerda con Arnold (Ávila 2015) cuando propone que el Trabajo
Social [y la sociología] deben suspender esos criterios normativos, y ver cómo los
observados producen dichas definiciones, y posteriormente, se puede ampliar sus miradas,
pero no intervenir e instruirlos sin conocerlos.
Es por esto que podemos concluir que ambas disciplinas pueden construir conocimiento
basándose en la teoría de sistemas, con una epistemología y un método de observación en
común que permita, mediante la observación de segundo orden, observar observaciones
para identificar las limitaciones y alcances de las distinciones a través de las cuales operan
las observaciones de los observadores (Ávila 2015), facilitando una comprensión de la
complejidad de la sociedad.
7. 6. Niklas Luhmann sitúa la comunicación como la operación eminentemente social.
Pregunta: ¿Cuál es el fundamento y proyección de esta opción?
La única forma de operación de los sistemas sociales es través de la autoproducción de sus
componentes comunicativos recurrente y recursivamente, a través de otras
comunicaciones, refiriéndose a sí mismos y no al entorno, siendo su unidad su clausura y
autonomía. Además, cuando se establecen relaciones entre los nuevos elementos
comunicativos emergentes, no contiene la propiedad de los elementos relacionados, sino
que emergen propiedades nuevas (Luhmann 1998).
La comunicación emerge desde tres operaciones comunicativas autopoiéticas y
contingentes, a saber: 1) información: alter selecciona el contenido informativo; 2) acto de
notificación: alter selecciona el medio a través del cual notifica a Ego; y 3) comprensión: ego
distingue el contenido informativo del acto notificador a través de sus propias operaciones.
A partir de estas tres selecciones se seleccionan selecciones (Luhmann 1998), permitiendo
funcionar a los sistemas sociales, pues la comunicación sólo aparece como proceso una
vez que el receptor procesa el estímulo que el emisor ha producido, sin tener asegurado su
éxito (Luhmann 1991). Esto implica que un sistema psíquico por sí sólo no puede constituir
comunicación. En este sentido, la comunicación es una operación eminentemente social,
entendida como un enlace de selectividad coordinada entre Alter y Ego, originada por una
operación selectiva. Por tanto, el surgimiento de la comunicación depende de la relación
entre un Alter y un Ego en cuanto unidad, sin atribuirse sólo a alguno de ellos.
En consecuencia, la centralidad no está en quién habla o quién escucha: es la emergencia
a partir de la relación entre dos o más sistemas que no contiene la propiedad de los
sistemas relacionados (Luhmann 1998). Es por esta razón que la comunicación como
operación eminentemente social tiene dos proyecciones:
- Las personas poseen mayor libertad e imprevisibilidad al operar
auto-referencialmente a través de sus pensamientos, por lo que no son parte de los
sistemas sociales al estar clausurados operativamente, sino que son entornos de
éstas (Martuccelli 2014), ya que, al estar fuera de la sociedad, no están
determinadas estructuralmente por ésta, sino que se acoplan estructuralmente a ella.
- Los sistemas sociales no están determinados por las intenciones de los sistemas
psíquicos (Martuccelli 2014), pues pertenecen a órdenes diferentes (comunicativos y
pensamientos respectivamente). Pueden acoplarse estructuralmente, pero dicha
relación será autorreferencial a cada sistema.
A modo de cierre, la operación elemental de los sistemas sociales son relaciones
comunicativas que permiten su unidad. Por esta razón, las comunicaciones no dependen
exclusivamente de los sistemas psíquicos implicados en la comunicación, pues es una
relación emergente que va más allá de los pensamientos de cada sistema psíquico. Debido
a la emergencia de las relaciones comunicativas, y la autorreferencialidad de los sistemas
implica que es improbable que ego entienda lo que pretende alter, o sea, la comunicación
siempre es improbable.
8. 7. Maturana rechaza la aplicación de Luhmann del concepto de autopoiesis a la
sociedad. ¿en qué se basa su argumentación y qué plantea como alternativa?
El concepto de autopoiesis surge en el contexto de los trabajos realizados en la biología por
Maturana y Varela, cuyo objetivo era responder cuál es el ultra-elemento de la vida, la
naturaleza constitutiva de lo viviente (Rodríguez & Arnold 2007). Para Maturana y Varela, el
concepto de autopoiesis identifica un tipo de organización (sistema) cuyos componentes
están dinámicamente relacionados en una red continua de interacciones, de tal manera que
se reproducen en y desde la organización, distinguiéndola como unidad autónoma (Arnold
et. al. 2011: 91).
Esta teoría, aunque no es plenamente aceptada entre los biólogos, se ha expandido en las
ciencias sociales (Arnold et. al. 2011: 90-91), pero Maturana se opuso a esta extensión del
concepto porque pensaba que el sistema que Luhmann distingue como sistema social no
genera los fenómenos y experiencias que en la vida cotidiana las personas connotan al
hablar de lo social (Arnold et. al. 2011: 95).
Maturana afirmaba que la noción de autopoiesis no se puede aplicar a la sociedad como
Luhmann lo hizo, dado que los sistemas sociales no pueden producir sus propios
elementos. Para esto argumentaba que los sistemas sociales lo conforman seres vivos que
poseen sistemas nerviosos, y éstos sistemas nerviosos a la vez poseen células. Teniendo
en cuenta este esquema, la aplicación de este concepto en las ciencias sociales implicaría
que la base autopoiética de los sistemas sociales son el sistema celular, y que, por tal
razón, el sistema social no puede explicarse a partir de la noción de autopoiesis.
Sin embargo, a pesar que el concepto de autopoiesis parecía reservarse sólo a los sistemas
vivos, Maturana declaró en algún momento que era posible hablar de sistemas
autopoiéticos de tercer orden (sociales) al considerar a los sistemas sociales como un
agregado de organismos (Arnold et. al. 2011), pero esto no es posible de por sí, ya que al
igual que cualquier ser vivo, la permanencia de la vida depende de un nicho ecológico que
albergue su ciclo vital, estos sistemas autopoiéticos dependen de relaciones específicas con
el entorno.
Para finalizar, como alternativa para que se genere un sistema social, Maturana
consideraba fundamental que las interacciones recurrentes se produzcan en un contexto de
predisposiciones biológicas cooperativas facilitadas por el amor, el cual posibilita un espacio
de encuentro y de aceptación mutua (Rodríguez & Arnold 2007). Sin embargo, como no
todas las relaciones entre seres humanos se fundan en esa emoción, las relaciones de
trabajo y las de poder no serían consideradas sociales. (Arnold et. al. 2011: 94)
9. Bibliografía
Arnold-Cathalifaud, M. (2008). La sociedad como sistema autopoiético: fundamentos del
programa sociopoiético. La nueva teoría social en Hispanoamérica. Introducción a la teoría
de sistemas constructivista, 46-71.
Arnold, M., Urquiza, A., & Thumala, D. (2011). Recepción del concepto de autopoiesis en
las ciencias sociales. Sociológica (México), 26 (73), 87-108.
Ávila, J. (2015). El programa de investigación sociopoiético: Una entrevista con Marcelo
Arnold. Revista Mad, 0 (32), 116-135. doi:10.5354/0718-0527.2015.36566
Gramsch, T (2018): Discutiendo la interdisciplinariedad: ¿Cuáles son sus implicancias y
limitaciones?. Anales del I Congreso de Investigación de la Facultad de Ciencias Sociales,
Universidad de Chile.
Luhmann, N. (1998). Intersubjetividad o comunicación. En: Complejidad y Modernidad: de la
unidad a la diferencia. Edición y traducción de Beriain y García Blanco. Editorial Trotta.
Madrid, 1998.
Luhmann, N (1991): Comunicación y Acción. En: Sistemas Sociales. Editorial Alianza.
México, asdasda
Martuccelli, M. (2014). Sociologías de la modernidad (itinerario del siglo XX). Capítulo IV:
Niklas Luhmann (1927-1998), la contingencia por la diferenciación. Editorial LOM, Santiago,
(131-163).
Pérez-Solari, F. (2015). Leandro Rodríguez Medina:" The Circulation of European
Knowledge: Niklas Luhmann in the Hispanic Americas" [2014, New York: Palgrave
Macmillan, 138 pp.], o un extranjero observando el país de los luhmannianos. Revista Mad,
(32), 136-148.
Pignuoli, S. (2015). El programa sociológico de Niklas Luhmann y su contexto. Revista
mexicana de sociología, 77(2), 301-328.
Rodríguez, D. & M. Arnold (2007). Sociedad y Teoría de Sistemas. Editorial Universitaria,
Santiago de Chile, Cuarta Edición. Cap. II.
Torres, J. & D. Rodríguez (2006). La recepción del pensamiento de Niklas Luhmann en
América Latina, en Ignacio Farías y José Ossandón (Eds.) Observando sistemas. Nuevas
apropiaciones y usos de la teoría de Niklas Luhmann, RIL Editores, Santiago pp. 55-70.