La ciencia política surgió en la antigua Grecia cuando los ciudadanos participaban en la organización de la sociedad y el Estado. Se desarrolló como una de las ciencias sociales que estudian la sociedad y la cultura. La ciencia política se considera una ciencia autónoma porque es diferente de otras ciencias sociales, independiente con sus propias leyes, y se explica a sí misma. Estudia tanto el poder político como el poder ciudadano.