Reflexión personal acerca de la fecha de creación del mundo
1. Reflexión personal acerca de la fecha de creación del mundo
Autor: Paulo Arieu
Actualizado: 14-04-2015
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Este artículo es una reflexión personal respecto de la búsqueda de la posible fecha de creación
del mundo. Nuestro compromiso siempre debe ser con la verdad. Procurar hallar la verdad
respecto de los interrogantes que nos surgen, constantemente debe ser nuestro primer y gran
objetivo. Al reflexionar y compartir este artículo sobre el tema de la creación y la antigüedad del
planeta, no pretendo agotar todo el tema ya que intentar realizar esto, creo que sería un proceso
totalmente absurdo. En la historia de la humanidad, hubieron mentes muy brillantes como las de
san Agustín de Hipona (s.IV) o en tiempos actuales, el científico astrofísico Stephen Hawkins no
lo han hecho. Mucho menos probable creo yo poder dar una lectura final a este importante
interrogante.
Pero, ¿cuál es la edad del Universo? Es joven o es viejo? Esta es una pregunta que aún no ha sido
contestada definitivamente; pues incluso en la actualidad, utilizando los métodos más modernos
de la física y la astronomía, cada fecha que se propone es modificada poco después por nuevos
hallazgos científicos. Cuantas dificultades que han tenido nuestros antepasados antes de la era
científica, para intentar calcular la edad de nuestro mundo. A pesar del tiempo que ha
transcurrido (San Agustín ya se lo cuestionaba este tema en el s. IV), es justo reconocer que este
debate aún está abierto; y creo que es justo decir como lo afirma el científico cristiano
norteamericano Francis S. Collins, que "ningún ser humano sabe precisamente cual pretendía ser
el significado de Génesis 1 y 2"[0]
2. Destacan las sabias palabras de Benjamín Warfield, un gran teólogo conservador, quien
escribió tremendas palabras invitando a los creyentes a reflexionar y ser abiertos. El expresó que
"como hijos de luz, debemos ser cuidadosos de mantenernos abiertos a todo rayo de luz" [1].
Pero a los distintos tipos de creacionismo actual (Antonio Cruz cita varias clases distintas
de creacionismos: Tierra Plana, Tierra Joven, Tierra Vieja, Geocentrismo) no se los ve muy
dispuestos a reflexionar radicalmente acerca de sus posiciones. Pienso que ya nadie duda de que
la tierra gira alrededor del sol, aunque aún quedan ciertos creacionistas egocéntricos. Sin
embargo, en aquel momento cuando el científico Galileo Galilei realizó su afirmación, la Iglesia
Católica Romana lo discriminó y el tribunal de inquisición lo juzgó, evadiendo por muy pocos
milímetros la muerte en la hoguera. Incluso Martín Lutero y Juan Calvino se opusieron a sus
teorías. Es que incluso la misma Biblia parece afirmar lo contrario (Sal. 93:1, Sal. 104:5 y
Ecl.1:5).
Destacan también las nobles y sabias palabras de San Agustín:
Generalmente, incluso los no cristianos saben algo sobre la tierra, los cielos, y los otros
elementos de este mundo; sobre el movimiento y las órbitas de las estrellas, e incluso su
tamaño y sus posiciones relativas; sobre los predecibles eclipses de sol y la luna, los
ciclos de los años y las estaciones; sobre las clases de animales, plantas, piedras y demás,
y a este conocimiento se aferran, al tenerlo por certeza por la razón y la experiencia.
Ahora, es una cosa vergonzosa y peligrosa que un infiel escuche a un cristiano,
presumiblemente explicando el significado de la Sagrada Escritura, decir tonterías sobre
estos temas; y debemos adoptar todos los medios para evitar tal vergüenza, en el que la
gente demuestra la vasta ignorancia del cristiano y se ríen de el hasta el ridículo.
La vergüenza no es tanto que algún individuo ignorante se vea engañado, como el que la
gente fuera de la fe piense que nuestros sagrados escritores sostenían tales opiniones, y
para gran pérdida de aquellos por cuya salvación luchamos, los escritores de nuestra
Escritura son criticados y rechazados como ignorantes. Si ellos encuentran a un cristiano
equivocado en un campo que ellos mismos conocen bien y lo escuchan mantener sus
disparatadas opiniones sobre nuestros libros, ¿cómo podrían ellos creen en aquellos libros
y materias concernientes a la resurrección de los muertos, la esperanza de la vida eterna,
el reino de los cielos, si ellos piensan que sus páginas están llenas de falsedades sobre
hechos que ellos mismos han aprendido por la experiencia y a la luz de la razón?[4]
3. Acerca de este tema, los científicos siempre tienen mucho que decir. ¿Que debemos entender
cuando se analiza acerca de la edad del planeta tierra?
Stanley Keith Runcorn FRS (1922-1995) fue un físico británico cuya paleomagnética
reconstrucción de los movimientos relativos de Europa y América revivió la teoría de la deriva
continental y fue una importante contribución a la tectónica de placas. El también fue profesor
invitado de Geofísica en el Instituto de Tecnología de California (1957), en la Universidad
Estatal de Pennsylvania (1967) y en la Universidad Estatal de Florida (1968). Y fue doctor
honoris causa por las universidades de Gante y Utrecht. Stanley Keith Runcorn, explica que es lo
que se comprende al hablar de la edad de la tierra.
¿Qué se entiende por la edad de la Tierra? Por edad de la Tierra se entiende el tiempo
transcurrido desde que nuestro planeta posee una masa y un volumen semejantes a los actuales.
El cálculo de la probable edad de la Tierra se ha intentado realizar en numerosas ocasiones y
mediante diversos métodos. Los geólogos han intentado repetidamente evaluarla basándose en el
estudio del ritmo de los procesos geológicos; por ejemplo, se ha intentado calcularla a partir del
tiempo necesario para que se depositaran las series sedimentarias conocidas. Este método
presenta dos defectos esenciales: por una parte, el espesor de un sedimento puede haber variado
después de su formación, debido por ejemplo a una fase erosiva; por otra parte, la velocidad de
formación de los sedimentos es muy variable. En la actualidad los métodos de datación de los
materiales terrestres se basan en la radiactividad. Desde cl descubrimiento de la misma por
Becquerel en 1895 se sabe que ciertos elementos químicos, denominados radiactivos, son
inestables y se desintegran espontáneamente y a ritmo constante por emisión de partículas,
hasta dar lugar a un producto estable final. La velocidad y el modo de desintegración de
los elementos radiactivos son característicos en cada uno de ellos y pueden hallarse
experimentalmente. La velocidad de desintegración de un elemento radiactivo se expresa en
función de su período de semidesintegración o vida media, es decir, el tiempo necesario para que
dicho elemento reduzca su masa a la mitad por transformación de la otra mitad en elemento
estable final. Conociendo de una muestra rocosa las cantidades de elemento radiactivo
que contiene y la de su producto estable final, así como el período de semidesintegración del
primero, se puede calcular fácilmente la edad de la muestra rocosa mediante la fórmula:
T = P x período de semidesintegración / Er
4. Donde t es el tiempo de formación, P es el producto estable final de un elemento radiactivo
expresado en gramos y Er es el elemento radiactivo también expresado en gramos. Mediante la
aplicación de los métodos radiactivos se ha calculado que la edad de la Tierra, como la del resto
de los planetas del sistema solar y de los meteoritos viene a ser, aproximadamente, de 4.500
millones de años [5]
También al hablar de este tema, hay otros científicos que también han dado sus opiniones. Por
ejemplo, podemos citar a:
a) El conocido profesor y científico astro-físico llamado Stephen Hawking, quien cita que
"el principio del universo había sido discutido, desde luego, mucho antes de esto. De acuerdo
con distintas cosmologías primitivas y con la tradición judeo-cristiana musulmana, el universo
comenzó en cierto tiempo pasado finito, y no muy distante. Un argumento en favor de un origen
tal fue la sensación de que era necesario tener una "Causa Primera" para explicar la existencia
del universo. (Dentro del universo, uno siempre explica un acontecimiento como causado por
algún otro acontecimiento anterior, pero la existencia del universo en sí, sólo podría ser
explicada de esta manera si tuviera un origen.) Otro argumento lo dio san Agustín en su libro La
ciudad de Dios. Señalaba que la civilización está progresando y que podemos recordar quién
realizó esta hazaña o desarrolló aquella técnica. Así, el hombre, y por lo tanto quizás también el
universo, no podía haber existido desde mucho tiempo atrás. San Agustín, de acuerdo con el
libro del Génesis, aceptaba una fecha de unos 5.000 años antes de Cristo para la creación del
universo. (Es interesante comprobar que esta fecha no está muy lejos del final del último periodo
glacial, sobre el 10.000 a.C., que es cuando los arqueólogos suponen que realmente empezó la
civilización.) [2]
Si a estas apreciaciones, les añadimos dos mil años de era cristiana, tenemos entre 7000 a 12000
años de antigüedad de la tierra, que es aproximadamente la datación calculada por los
Creacionistas Tierra Joven.
b) Bernabé, compañero de viajes del apóstol San Pablo: La primera referencia que hemos
encontrado data de los primeros días del cristianismo cuando Bernabé, calcula la duración de
mundo. Claro que Bernabé disponía de la Biblia donde aparecía lo más parecido a una
cronología desde la creación del mundo por Dios según se refiere en el Génesis. Bernabé
considera que el relato de la creación del mundo en seis días hay que interpretarlo a la luz de
otros textos bíblicos en los que se menciona que, para Dios, un día es como mil años. El séptimo
5. día del Génesis en el que Dios descansó, lo interpreta Bernabé como los mil años en que reinará
Dios en el mundo después de su venida para el juicio final. Es decir que la creación del mundo
quedaba establecida en 6000 años. La carta de Bernabé a los cristianos de su tiempo, en la que se
incluyen estos comentarios, tuvo tanta relevancia que fue incluida entre los libros del Nuevo
Testamento de los primeros siglos del cristianismo aunque no ha sido incluida en las ediciones
más modernas de las Sagradas Escrituras, por considérasela una carta no apostólica.
c) En este contexto hay que analizar los esfuerzos de los estudiosos que en tiempos posteriores
intentaron establecer la cronología de la creación. De todos ellos fue, sin duda, el obispo Usher el
más destacado, o por lo menos el más recordado [3].
El Obispo James Usher es recordado es por su cuidadoso y preciso cálculo de la edad del mundo.
Usher estudió la cronología disponible en las Sagradas Escrituras así como datos históricos
encontrados en documentos (como la destrucción del templo de Jerusalén, por ejemplo) de las
culturas Caldea, Persa e incluso Romana. Con todos estos datos, Usher llegó a la conclusión de
que Dios creó el mundo en la madrugada del día 23 de octubre del año 4004 Antes de Cristo. Y
de paso calculó que el diluvio universal ocurrió hacia el año 2359 A. C., que el éxodo a Egipto
sucedió en el año 1491 A. C. y que el templo de Jerusalén fue construido en el año 1012 A. C.
En cualquier caso, como el mundo había de durar seis mil años (según los cálculos de Esteban
que hemos mencionada más arriba) su final debía de llegar en el año 1996, cosa que
evidentemente no ha ocurrido. Evidentemente los cálculos de Usher están equivocados; por
supuesto si se dan por válidos los grandes descubrimientos científicos acumulados desde su
tiempo. Pero en la época de Usher no existían los datos científicos y el único material de que se
disponía eran las fechas bíblicas y las que aportaban las crónicas de la antigüedad. Y eso tiene su
mérito. Pero la verdad es que incluso hoy en día no tenemos una idea, ni siquiera aproximada, de
la edad del Universo.
d) Unos años después, en 1644, John Lightfoot, un estudioso y experto de la lengua hebrea de la
Universidad de Cambridge, corrigió la fecha propuesta por Usher. Lightfoot llegó a la conclusión
de que el mundo fue creado en el año 3929 A. C. aunque coincidió con la fecha del día y del
mes. También coincidió con la hora, en la madrugada del día 23 de octubre pero añadió que el
hombre fue creado a las nueve de la mañana.
e) Hoy nos pueden parecer sin interés estos cálculos pero la edad de la Creación ha sido motivo
de estudio por numerosos autores a lo largo de los siglos. Incluso algunos de los que podemos
6. considerar más científicos, como Kepler (que fechó la Creación en 3992 A. C.) y Newton (que la
fechó en el año 4000 A.) se interesaron por conocer este dato. Pero ninguna propuesta ha sido tan
conocida como la del Obispo Usher probablemente porque su cálculo ha figurado como
comentario en las primeras ediciones de la Biblia del Rey Jaime de tan gran difusión en el
mundo protestante anglosajón.
f) En 1920 el astrónomo Hubble llegó a la conclusión de que el universo estaba expandiéndose,
como si fuese el resultado de una gran explosión. A esta teoría el físico de Cambridge Fred
Hoyle, en 1949, le puso el jocoso nombre de Big Bang, no sin cierta ironía pues la teoría parece
que no acababa de convencerle. Ninguno de estos dos sabios se atrevió a poner fecha de
comienzo a esta gran explosión.
g) Más recientemente, el astro-físico Stephen Hawking en una de sus últimas obras divulgativas,
dedica más de doscientas páginas a explicar como fue el origen del universo pero, desde luego,
tampoco le puso fecha. Seguramente todos ellos están convencidos de que antes o después
aparecerán nuevos datos que anularán esta teoría en favor de otra nueva. Pero así es
como funciona la ciencia y como avanza el conocimiento científico!
h) El Dr. Antonio Cruz Suarez, es Licenciado en Ciencias Biológicas por la Universidad de
Barcelona (1979) y Doctor en Biología por la misma Universidad de Barcelona (1990).El Dr.
Cruz, es sin dudas, un gran científico, filósofo y teólogo español, y escritor de varios libros de
divulgación científica. Antonio Cruz en un artículo publicado por la revista protestante on line
[6], explica que:
1) En el siglo XVIII, concretamente en el año 1774, el conde de Buffon, propuso en su
Introducción a la historia de los minerales que la edad de la Tierra rondaba los 180.000
años. En aquella época esto se consideraba mucho tiempo ya que se alejaba bastante de
los cálculos realizados a partir de la Biblia. Un año después, el filósofo Immanuel Kant,
hablaba en su Cosmogonía de centenares de millones de años para la formación del
planeta azul. En 1862, casi noventa años más tarde, el físico irlandés,
2) Lord Kelvin, suponiendo que la Tierra se había originado a partir de una bola
magmática incandescente, calculó el tiempo que tardaría en enfriarse y dedujo que su
antigüedad debía estar entre 24 y 400 millones de años. Un margen muy amplio pero que,
desde luego, se distanciaba considerablemente de los pocos miles de años tradicionales.
7. Estas cifras fueron aumentando, sobre todo gracias a los requerimientos de las teorías
evolucionistas, hasta llegar al presente.
3) La mayor parte de los geofísicos contemporáneos considera que la edad de la Tierra es
de unos 4.470 millones de años, según métodos de datación radiométrica de rocas
basados en el decaimiento del elemento químico hafnio 182 en tungsteno 182, ya que al
primero de estos isótopos le lleva entre 50 y 60 millones de años convertirse en el
segundo.
Conclusión
De alguna manera da la impresión de que hoy en día, con cientos de miles (tal vez millones) de
datos científicos, ¡estamos tan lejos de saber con exactitud la edad del mundo como lo estaba el
Obispo Usher! Posiblemente sea cierto. Pero cuando uno analiza los grandes temas que
preocupaban a los teólogos de décadas atrás vemos que son los mismos que nos preocupan a
nosotros hoy en día. La exactitud de estos temas nos afectan no porque seamos liberales, sino
porque los creyentes actuales debemos poner nuestras mejillas ante los ataques (con razón o sin
razón) de una sociedad que está en gran parte secularizada, y que no conoce ni desea conocer
otra manera de pensar ni ver la vida de un modo distinto del que han aprendido. Por las verdades
de nuestra fe es lícito padecer, como siempre se lo he hecho desde que los cristianos comenzaron
a ser discriminados y martirizados a causa de su fe en Jesucristo. Pero no me parece justo sufrir
por aquellas cosas que dudamos que puedan ser correctas y que no son determinantes del
cristianismo en si. Pienso que tengo todo el derecho de saber bien el porque hemos de sufrir!
Sufrir por Cristo es parte de nuestra fe, pero soportar las burlas de los intelectuales, aquella
" burla irónica de algunos intelectuales que se sienten depositarios exclusivos de la verdad de los
tiempos nuevos con el mismo fervor con que ayer se sintieron dueños de la verdad de los
tiempos pasados"[8], es muy duro de verdad.
Durante todo el siglo XX, tuvo pleno auge la Teoría de la Evolución, con la influencia del
naturalismo. Hoy ya conocemos bastante bien que partes de esa teoría son correctas y que partes
no. Y como podemos defender que parte de la teoría es científica y procura encaminarse hacia la
verdad (evolución biológica) y cual otra parte es especulación intelectual y pre juiciosa del
científico (antecesor común hombre-simio). Pero no creo que debamos exponernos a que nuestra
8. cultura nos rechace por oponernos cuando ellos posiblemente tengan razón. No debemos ser
fanáticos religiosos. Pero si es verdad o no lo que los teólogos escriben, es nuestro deber y
responsabilidad analizarlo porque tampoco existe la infalibilidad del teólogo. No se puede vivir
entre los dos mundos (mundo-iglesia), defendiendo pseudo-verdades!
Muchas veces, los grandes pensadores de nuestra fe evangélica, no se exponen mucho, solo
escriben y somos nosotros quienes tenemos que exponernos al rechazo; y este rechazo duele
al alma. Nosotros somos la tropa de infantería que el enemigo ve y agrede. Los doctores de
nuestra fe, son los generales de Dios, la jerarquía religiosa, el clero. Sus ministerios son
mantenerse exclusivamente dentro de esos límites, el que sus escuelas teológicas les han
marcado, afirmando y enseñando lo que ellos entienden que es verdad. Pero nosotros
constantemente somos probados por nuestras creencias de manera directa.
Muchos creyentes "sienten que soportar esa burla es una manera de elevarse del suelo de sus
miserias morales e intelectuales"[9], pero yo pienso que debemos reconocer que no todo es
diabólico en este mundo. No todo es pagano u opuesto a Dios y no todo es erróneo en las
culturas en las que Dios nos ha permitido vivir.
Para oponernos a las mentiras de las filosofías paganas, debemos hacerlo con la eficacia de los
principios bíblicos bien interpretados. Pero si los creyentes disparamos con balas de fogueo en
contra de las verdades científicas, creo que estaremos haciendo el ridículo. Y cualquier persona
normal se cansa de tirar con este tipo de balas casi todo el tiempo y ver que los enemigos de
nuestra fe se multiplican!
Y también me disgusta ver como muchos creyentes dejan su cerebro en la puerta del templo para
tener que volver a ponérselo a la salida. Eso es lo que muchas veces en las iglesias, algunos
pastores piden o exigen de sus miembros. Algunas veces lo hacen sin darse cuenta de ello.
Actuando así, le están pidiendo a sus miembros que vivan polarizados. Pero a mí me parece que
no es justo esa actitud dado que impulsa a los creyentes hacia la hipocresía.
¡Pero aun sigo creyendo que toda verdad proviene de Dios! ¡Pero toda verdad proviene de
Dios, no importa quien la haya dicho ni en qué circunstancias lo hizo! Porque Dios es verdad y
también El es veraz, no permitamos que venzan los fundamentalismos que anulan nuestra
capacidad de razón en nombre de la fe. Recordemos que el ex-presidente norteamericano George
Bush, después del atentado del 11 de septiembre del 2001, les declaró la guerra a los fanáticos
fundamentalistas [7] ¡y aun nadie firmó la paz!
9. Y respecto a la antigüedad real de la tierra, aún debo seguir investigándola con mayor exactitud.
No vaya a ser cosa que me equivoque yo también al datarla y luego quiera ofrecer una
antigüedad, haciéndola pasar como si fuese un objeto nuevo. O al revés también!
¡Un abrazo enorme y que Dios le bendiga!
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Referencias Bibliográficas
Imagen n0.Recuperado de
http://listas.20minutos.es/lista/las-10-pinturas-mas-bellas-del-mundo-277721/
[0] Collins, Francis, "Como habla Dios" La evidencia científica de la fe.2da. edición. Pág. 167.
Editorial Planeta Mexicana, S.A de C.V. Ediciones Temas de Hoy S.A. Octubre 2008. España.
[1] B.B.Warfield, Selected Shorter Writings (Philipsburg: PRR Publishing, 1970), 463-465.
Citado en Ibid, Pág. 194.
[2] Hawkings, Stephen. HISTORIA DEL TIEMPO. Del Big Bang a los Agujeros Negros, pág...
14. Editado por The Age of Reason
[3] https://elteologillo.wordpress.com/2015/03/30/james-ussher-arzobispo-de-armagh/
[4] San Agustín, Génesis 19:39 ciado en Collins, Francis,op. cit.,Pág.. 171
[5] Runcorn, Stanley Keith. La Formación de la Tierra. Biblioteca Salvat. Recuperado de
http://www.librosmaravillosos.com/laformaciondelatierra/pdf/La%20Formacion%20de%20la%2
0Tierra%20-%20Biblioteca%20Salvat.pdf
[6] Cruz, Antonio.http://protestantedigital.com/magacin/35861/los_dias_de_la_creacion
[7] Carmona, Ernesto. Bush encarna "la guerra santa" del fundamentalismo cristiano.(04-14-
2006).Recuperado de http://www.voltairenet.org/article138241.html
[8] Moulian, Tomás. En la brecha: derechos humanos, críticas y alternativas. Página
227.(1999).Lom Ediciones, Chile
[9] Mayer,Marcos. Partidos al medio. Relatos y contrarrelatos en la Argentina de hoy.Editorial
Aguilar.