El documento contiene 10 historias cortas. La primera historia trata sobre un hombre que observa a una mujer leyendo un libro misterioso cada noche antes de dormir. La segunda historia involucra a unos familiares que tienen dificultades para meter a un difunto en un ataúd debido a que su cuerpo se mueve de manera extraña. La tercera historia presenta a un huésped que entra sigilosamente en la habitación de una joven pensando que lo llamaba, pero resulta ser una broma.
Ensayo con orientación novelada de esta historia urbana que sin duda ha trascendido a su tiempo, por la carga emocional que conlleva. Autor: Gabriel Pombo
Ensayo con orientación novelada de esta historia urbana que sin duda ha trascendido a su tiempo, por la carga emocional que conlleva. Autor: Gabriel Pombo
Tale, the strange deaths of children and an ancient revenge that reaches people of Salvatierra.
Cuento salvaterrense, las extrañas muertes de niños y una venganza milenaria que alcanza a la gente de Salvatierra
Tale, the strange deaths of children and an ancient revenge that reaches people of Salvatierra.
Cuento salvaterrense, las extrañas muertes de niños y una venganza milenaria que alcanza a la gente de Salvatierra
Mujeres libres. Women in freedown. Spanish writers women.Nombre Apellidos
Antología de textos de escritoras españolas del siglo XX que destacaron por denunciar en sus textos la realidad sicológica, social y cultural de la mujer.
PORTAFÓLIO DE CRIMEN Y CASTIGO, REALIZADO CON FRAGMENTOS DE LA PRIMERA PARTE DEL LIBRO DE FIODOR DOSTOIEVSKI. PORTAFÓLIO DE CRIMEN Y CASTIGO, REALIZADO CON FRAGMENTOS DE LA PRIMERA PARTE DEL LIBRO DE FIODOR DOSTOIEVSKI.
hoola buenos dias aqki de nuevo cabirs cin el truhan vitural deiansdkjansbdjhbaskdasdhsa ashdajbdjasbda sdjashdjasnd,ajs dkjasdnma sdabskjdas dasiudbasn dmasbdja djasbdjas djasdbjasb dakjsdb
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1. Desde la acera el hombre miró disimuladamente hacia ambos lados de la
calle, y en posición oblicua desvió los ojos hacia el ventanal de la casa. La luz
tomiza de una lámpara proyectaba sobre la pared del salón una silueta de
mujer sentada que mantenía un libro entre las manos. La historia leída era la
misma de ayer, de anteayer, con igual desenlace que aún -veinticinco años
después- le resultaba incomprensible. Desde que su marido le regaló aquel
libro cuando se desposaron, antes de retirarse al dormitorio acostumbra a
releer las palabras inconexas delfinal: anochecer, murciélagos, ultrasónicos, humanos,
ondas rojas y acuchilladas.
La mujer cerró el libro, multiplicó su silueta sobre las paredes y esta vez sí
dejó la cortina descorrida y la lámpara encendida. Entonces, el hombre se
encasquetó el sombrero, acarició en la entretela de su bolsillo algo metálico y
abrió la cancela, a la par que en el jardín de la casa un murciélago estiraba la
boca para tragarse la pieza deseada.
2. El muerto resultó ser más curvilíneo de lo que parecía cuando caminaba
apoyado sobre su bastón, y ahora causaba más problemas de los previstos a
los familiares que trataban de meterlo en el ataúd. Si lo introducían de cintura
para abajo,el tíomuerto respingaba su torso y sacudía repetidamentela cabeza;
y si probaban de sujetarle el pecho, entonces levantaba mecánicamente sus
piernas y lanzaba a dos pies un chupinazo, tal como chutan las figuras férreas
de los futbolines. La escena daba para toda clase de comentarios y a alguien se
le ocurrió llamar al vecino panadero, quien llegó rebosando fuerza y decisión.
Lo levantó del ataúd, dio media vuelta al muerto y se agarró furiosamente a
sus espaldas. Enseguida crujió la primera vértebra, la segunda, y una vez que el
panadero oyó el tercer crujido óseo, frunció el cejo y apretó al viejo contra sí,
originando una inigualable melodía de estallidos: el muerto era ahora una
estirada línea. "¡Ya está!, dijo el panadero, ¡no le hará falta el bastón!".
3. Cada noche el huésped repetía las señales habituales de la buena educación
al entraren la salita de la pensión donde la anciana dueña y su joven sobrina le
respondían afablemente con las buenas noches y un hasta mañana. No le
resultó extraño que, a la una de la madrugada, ambas se hubiesen retirado a
sus dormitorios. Con mucho sigilo atravesó el pasillo sin haber encendido la
luz y pasó por delante de la primera habitación, que mantenía la puerta
cerrada. Al meter la llave en la cerradura de su cuarto, oyó un sensual siseo
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que interpretó como que la joven le reclamaba desde su cama. ¡Sis, sis!, volvió
a oír a sus espaldas. Empujado por el calor que desprende la energía libidinal,
se lanzó sobre la cama de su vecina con el deseo de sostener con la joven una
singular pelea de cuerpos unidos, de sonidos estentóreos, de juegos con
manos y bocas abiertas. Pero antes de empezar la pelea corporal, su
acompañante le dijo: "Cierra la puerta, no nos vaya a oír mi sobrina".
4. Todas las mañanas el latero se detiene con sus bártulos en las cuatro
esquinas que conforman la plaza del pueblo. ¡El latero, niña!, y allí van las
mujeres a las que se le ha picado la olla o la sartén para que las gotas de estaño
entren y cierren el dichoso agujero. Una de esas mujeres le ha invitado a que
pase a su casa para que el diestro remendador le arregle un cacharro. Al rato,
desde la calle le dice a la mujer que no se preocupe, que quedará nuevo y a su
medida. Días después tuvieron que ingresarla en un hospital como
consecuencia de un grave desgarro en la vagina. Los médicos dijeron a sus
familiares que el objeto desgarrador tuvo que ser de lata.
5. El cura tenía al monaguillo hasta la coronilla con eso de que un espíritu
toma forma de paloma y se nos presenta como Dios. Lo mismo lo repetía en
misa de alba, que en un triduo a San Rafael o en una ofrenda floral a la Virgen.
Y mira por donde que el monaguillo se encontró una paloma agallada de sed
que trataba de acercarse a una de las pilas de la Iglesia. ¡Oh, el espíritu!, se dijo
imitando los mismos gestos piadosos con los que el cura acostumbraba al
celebrar las funciones religiosas, ¡se habrá escapado de su santo palomar! La
cogió suavemente y la metió dentro delsagrario, con la benévola intención de
que comiera, bebiera y quizás de algo más. Y el monaguillo se olvidó de tal
espíritu.
Fue durante la misa por las ánimas benditas del Purgatorio, cuando el acólito
se acordó de la obra de caridad que había hecho. Llegaba el momento en que
el cura tendría que abrir el sagrario y encontrarse con la sorpresa de que el
espíritu del que había sermoneado unos instantes antes saliera volando. Así
que, como si fuese alguien manejado porun vidente,el monaguillo comenzó a
gritar: "¡El espíritu, el espíritu, ahí está el espíritu!", y quitándose la sotana roja
emprendió veloz huida mientras la paloma revoleteaba por encima de los
fieles.
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Se produjo tal desconcierto entre los feligreses, que al cura se le escapó un
mensaje terrenal:"No corred, amados hijos, que el espíritu no existe".
6. El quinielista tenía encima de la mesa los materiales necesarios para anotar
los resultados de fútbol: un bolígrafo, las gafas, una quiniela y frente a él un
televisor de muchas pulgadas. Partido tras partido anotó las victorias caseras,
las victorias a domicilio y los empates, concretamente hubo tres unos, nueve
doses y dos equis. ¡Dificilísima quiniela!, y se prestó a echarle un ojo a sus
previsiones. Pero oscuro no está, que en todas las casas ocurren cosas
inesperadas: que si llaman por teléfono, que si suena la cafetera, que si entran
ganas de ir al cuarto de baño y demás menesteres con los que gastamos más
de dos tercios de nuestra vida. Así que la quiniela se quedó olvidada encima
del televisor. Pero claro está, la 1, la 2, la 3, la 4 y demás cadenas televisivas
repitieron y repitieron que aún no había aparecido ningún acertante, motivo
más que suficiente para que el hombre buscara su quiniela. El locutor dio el
primer dos y el quinielista redondeó sudos, el segundo, el tercero, el cuarto, la
primera equis, y sintió que su cuerpo se encogía cada vez que señalaba un
resultado acertado. Catorce encogimientos de cuerpo experimentó y, ya
totalmente encartonado, apretó el tesoro millonario contra su pecho. La
noticia corrió por las calles del pueblo tal corren las alcahueterías, y la casa del
acertante se llenó de parientes y vecinos, pero sobre todo de banqueros.
Todos querían ver el trofeo quinielístico; mas como el hombre no se fiaba de
la mala uva de cualquier envidioso, metió el papel de oro casi dentro de su
corazón.
El yerno, que ve con ojos distintos a su esposa, le refutó: "¡Eso es mentira!,
¡usted, qué va a tener catorce aciertos!". El quinielista retiró un poco el
documento y se lo mostró desde una distancia prudencial.
-¡Aquí están los catorce aciertos!
-¿Y el sello del Patronato dónde está?
7. Al cabo de los municipales le apodan Macartu, sin que sea descendiente del
célebre generalamericano ni haya participado en contienda militar alguna. Es
un hombre de la posguerra y que en estos años sesenta en que vivimos está
orgulloso de lucir los galones en la gorra de plato. Serio, decidido, educado,
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meticuloso, paciente,respetuoso y demás cualidades humanas y castrenses que
deben poseer los mandos militares. Pero Macartu lleva más de un mes sin
pegar ojo y de tasca en tasca con las antenas bien abiertas, a ver si el
chismorreo de cualquier vecino le proporciona alguna pista segura que
conduzca a la detención de los integrantes de una sorprendente banda de
rateros de chucherías, que le tiene hasta los cojones. Macartu se ha tomado el
asunto del ladroneo de menudencias a pecho, y constantemente repite a sus
subordinados que el caso le pertenece y que nadie dude de que él atrapará a
los ladrones. Las denuncias porrobo de pipas, caramelos y avellanas no paran,
y se lleva todo el día y la noche dándole vueltas al "modus operandi" de la
banda.No pasa ninguna noche en casa,se lleva cada jornada nocturna dentro
de cualquier almacén del pueblo, a la caza y captura de quienes le roban el
sueño. Antes de que anochezca, se despide de su mujer y de su hijo. Siempre
lo hace con las mismas palabras: "Esta noche los esperaré en el almacén de tal
o de cual. Descuidad que como yo los apañe, no se comen más chucherías".
Al amanecer se pasa por su casa para comunicarle a su mujer las incidencias
de la espera. El hijo suele ser el primero en solicitarle noticias desde la cama; y
una vez que está al tanto delservicio policial de su padre, da media vuelta y se
echa a dormir.
Con tantos quebraderos de cabeza, a Macartu se le olvidó despedirse de su
mujer e hijo, y por tanto no les pudo revelar dónde pasaría la noche. Este
amanecer sí ha llegado puntual a su domicilio. Ha entrado derrotado y
cabizbajo. Su mujer le anuncia que el hijo no ha dormido en casa; y él con la
compostura de siempre, le contesta: "Duerme en el talego, ¡anoche cayó la
banda del chupa-chup!".
8. Cada domingo de Resurrección los vecinos del barrio bajo, a la hora de
colgar el Judas, compiten en ingenio con los del barrio alto. Este año la
propuesta ha salido de un mendigo que vive en un erial cercano; y todos han
aceptado que para darle más realismo al muñeco, el hombre se vista con sus
habituales harapos y se encarame sobre la tradicional plataforma donde
escenificará al apóstoltraidor hasta que, tres minutos antes de que a las doce
toquen las campanas a gloria, retiren el Judas vivo y lo sustituyan por otro de
trapo, para que niños y mayores lo destrocen y se tiren unos a otros los
miembros rellenos con aserrín. Así lo dispuso la comisión de festejo y así se
ha hecho.
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El mendigo interpreta el papel de Judas a la perfección y todos los visitantes
del barrio alto se quedan prendados con el realismo de la escena. No sabemos
quién fue el monaguillo que se adelantó a tocar las campanas como señal de
resurrección. ¡Quien no resucitó fue el pobre mendigo con el golpe de tiros
que le propinó un despistado vecino!
9. Un cuadro del pintor local era el regalo más idóneo para que el pueblo
agradeciera al señorObispo la visita pastoral. El artista siempre había pintado
con realismo los bellos rincones y retratado a casi todos los vecinos con
perfección.Por tanta maestría mostrada durante decenas de años, el Alcalde y
el Cura no dudaron de que un retrato de la Virgen de las Azucenas colmaría
de felicidad a la autoridad eclesiástica.
Lo que no sabían ni el Alcalde ni el Cura era que el pintor había superado las
etapas como paisajista y retratista, que ahora estaba inmerso en un modelo de
creación tan peculiar que ni siquiera él conocía cómo se llamaba ese tipo de
pintura en la que los personajes femeninos llevan sus caras tapadas con un
paño y lucen enormes tetas de colores chirriantes, técnica que enseña en su
taller a media docena de chavales.
Pintar a la Dama de las Azucenas fue cosa de una única jornada de trabajo,
aunque desconocemos cuántas amarguras pasaría el artista para no dotarla de
tan excelsos atributos. Pero lo cierto fue que todos se quedaron maravillados
con el cuadro.
Una vez finalizada la función de la confirmación, el Cura anunció a sus
feligreses que el Alcalde, en nombre delpueblo, entregaría al señor Obispo un
obsequio. Entró a la sacristía y salió con el regalo bien envuelto con papeles
de oro. Y el Alcalde, como buen político se enrolló durante media hora con la
madre del pintor, los vecinos retratados, las palomas del paseo, las luces de la
fuente, las azucenas e incluso se atrevió a parlotear sobre la virginidad.
Papel tras papel, el señor Obispo retiraba el envoltorio mientras un alumno
del maestro melgaba hacia el altar mayor con otro cuadro bajo el brazo
gritando: "¡Que ése no es, que ése no es!".
10. En la botica del pueblo siempre hay un montículo de medicamentos
apilados en un rincón de la misma. No es que el boticario sea un sanitario
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irresponsable, el desorden que le rodea es consecuencia de sus múltiples
ocupaciones como alcalde, profesor, empresario, charlatán de plazas y demás
responsabilidades derivadas de las actuaciones que el Señor Gobernador le
encomienda. Así que, cuando alguien le pide una caja de optalidón, se puede
llevar la sorpresa de que el boticario le entregue una de vick vaporub. No
digamos el lío de papeles que están casados unos con otros sobre la mesa
donde él despacha las medicinas. Desde luego si los documentos gozaran de
sangre, la consanguinidad no sería la causa para que el papel madre pariera
papelitos cretinos, pues nunca se juntan dos recetas entre sí ni tampoco dos
facturas comerciales. Claro está que la botica es colegio donde el licenciado
explica los sistemas cristalinos o se enrolla sobre la silicua de la "bolsa
pastoris", también alcaldía donde firma con su visto bueno los papeles
oficiales que se ha traído del Ayuntamiento, empresa donde él oferta precios y
condiciones,pero sobre todo es lugar de tertulias y mítines a una sola voz. Es
decir, la botica constituye una enorme colmena donde el polifacético boticario
ni es rey ni obrero sino un parlanchín rodeado de pacientes oyentes.
Esta mañana un hombre forastero le ha pedido al boticario una medicina que
frene la sangría de hijos que ya tiene. Mientras el boticario rebusca en la pila
de medicamentos, el médico del pueblo allí presente saca papel y pluma.
Luego ceremoniosamente garabatea como si rellenase una receta y se la
entrega al forastero, quien al leer la medicina prescrita sale despavorido de la
farmacia.
-¿Y el hombre?, preguntó el farmacéutico.
En la calle quedó un papel que ponía: Nometasmáslamenina.
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