Este documento describe una presentación musical en un casino con una vocalista y siete músicos. La vocalista canta con los ojos cerrados, vistiendo de negro y conteniendo su voz interior. Mientras canta, observa a las parejas en el salón y lucha contra las miradas lascivas de las autoridades y desconocidos. Al finalizar la presentación al amanecer, la vocalista se ha liberado de falsos romanticismos y se ha convertido en su propio dios a través de la música y la danza.