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FARO NORMALISTA
Año 1 No. 4 Noviembre de 2023.
Marcha en San Diego Tekax, Yucatán, en mayo 2023
Órgano de difusión del
Frente Nacional de Egresados
Normalistas Rurales.
Joaquín Puentes Segura, un hombre
tan grande como su pasión
NORMALES RURALES A TRAVÉS
DEL TIEMPO
MADERA; La importante Obra de
José Santos Valdés.
DIME, MAESTRO. TE ESCUCHO...
Comité Ejecutivo Nacional del
Frente Normalista de Egresados
de Normales Rurales de México
MINERVA GONZÁLEZ MORALES
Presidente
JOSÉ LUIS LÓPEZ ARCINIEGA
Vicepresidente
ARIANNA CHICHINO REYES
Secretaría de Actas y Acuerdos
GLORIAAMAIRANNI ORTIZ RAMÍREZ.
Secretaría de Finanzas
AGUSTÍN LÓPEZ SOLANO
Secretaría de prensa y difusión
MARÍA DE LOS ÁNGELES GONZÁLEZ VEGA
Secretaría de Asuntos Pedagógicos e Investigación
WILLIAM ALFREDO NOVELO NOVELO
Secretaría de ActividadesCulturales y Deportivas
ARTURO RENTERÍA DUARTE
Secretaría de Módulos de Producción
PABLO ULISES SANTOS CONTRERAS
Secretaría de formación política e ideológica
FERNANDO CRISTINO PACHECO ALCOCER
Secretaría de Derechos Humanos yAsuntos Jurídicos
CONSEJO DE VIGILANCIA
HALLIER ARNULFO MORALES DUEÑAS.
Presidente
ELVA SHADI RODRÍGUEZ.
Secretaria
CLAUDIA IBÁÑEZ MIJANGOS.
Vocal
DISEÑO
AARÓN QUINTANILLA ESCOBEDO
Contáctanos por medio de los correos electrónicos
fnenr2021@gmail.com
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YOUTUBE: Frente Nacional Egresados Normalistas Rurales A.C.
FOTO PORTADA: Marcha en San Diego Tekax, Yucatán, en mayo 2023
FOTO CONTRAPORTADA: Contraportada Credencial de la FECSM emitida
en 1954
MISIÓN
Proporcionar servicios educativos con excelencia, equidad, inclusión y calidez
para coadyuvar en la formación integral de las y los estudiantes adquiriendo
las competencias necesarias para lograr una vida plena que contribuya al de-
sarrollo de una sociedad plural, incluyente y humanista.
“Por la preservación, fortalecimiento y
Contenido
4 PROPÓSITO DE LA REVISTA FARO
NORMALISTA
5 DIME, MAESTRO. TE ESCUCHO...
8 RECORDANDO MOMENTOS INOLVIDABLES
9 Reseña del libro de Iguala a Ayotzinapa, la escena del
crimen.
10 Biografía de la Escuela Normal Rural Abraham
González, de Salaices, Chih.
12 Breve reseña histórica del normalismo.
14 ¿HISTORIA PARA QUÉ?
17 “La Escuela del diablo, apreciaciones del Obispo
Lara y Torres, 1921”
20 SOBRE JOAQUÍN PUENTES SEGURA. (gen.
1959-1965). SECRETARIO GENERAL DE LA
SOCIEDAD DE ALUMNOS “CORAZÓN Y
ACERO” 1964-1965.
23 Generación “7 de noviembre, unidad de la FECSM”
26 José Saramago y la Normal de Tenería
27 La familia como factor de impacto en el rezago
escolar dentro del marco curricular de la nueva
escuela mexicana en el contexto urbano
29 La mujer de blanco en la Escuela Normal Rural
Flores Magón, Chih.
31 “La Normal”
33 Joaquín Puentes Segura, un hombre tan grande como
su pasión
36 Listas de los alumnos que fueron trasladados de la
Escuela Regional Campesina de Flores Magón a
Salaices, Chih.
37 MADERA; La importante Obra de José Santos
Valdés.
41 Sargento de dos Normales Rurales
43 ¡Saucillo Vive!
44 Testimonio sobre las Escuelas de Práctica
Agropecuarias a Normales Rurales 1959-1960
46 UNO DE TANTOS…
48 ILUSIÓN
49 Tercera Persona
51 MEMORIA FOTOGRÁFICA DE LAS BANDAS
DE GUERRAS DE LAS
51 NORMALES RURALES A TRAVÉS DEL TIEMPO
55 Corrido sobre la Unificación de las Escuelas
Normales Rurales, encontrado entre los documentos
más preciados del maestro Joaquín Puentes Segura.
56 Credencial de la FECSM emitida en 1954
vigencia del Normalismo Rural”. EDICIÓN: Sergio Ocampo Martínez
3
Editorial
l Comité Nacional del Frente Nacional de Egresados Normalistas Rurales A.C.
cumpliendo con la encomienda, conferida por los resolutivos del Congreso Con-
stituyente, de defender y fortalecer el normalismo rural, hoy pone en sus manos
el tercer ejemplar de la revista oficial de nuestra organización civil, para cumplir
de manera plena con su objeto social.
Esta revista nace como propósito para ser un medio de comunicación en el cual
se propicie la unidad y el fortalecimiento del Normalismo Rural. Se propone ser un órgano informa-
tivo incluyente y plural en donde tengan cabida todas las opiniones de los maestros, con absoluto
respeto a la manera de pensar de los maestros. No habrá censura alguna para las aportaciones,
solo se demanda utilizar el lenguaje a la altura de nuestra formación profesional.
Esta cuarta revista es un medio de comunicación entre los alumnos y egresados normalistas rura-
les, a los investigadores y a la sociedad en general. Un recurso de defensa por el normalismo rural,
el espacio es abierto a la inteligencia y la creatividad de los maestros normalistas rurales, docentes
egresados de otras instituciones, investigadores y público en general.
Nuestra revista estará conformada con varias secciones, que se convierten en un abanico de opor-
tunidades, para que cada maestro, investigador, periodista, alumno o la sociedad en general pueda
participar y enriquecer la revista, para convertirla en un paladín informativo e histórico, digna de los
maestros normalistas y trascienda no únicamente entre los maestros normalistas rurales sino en
toda la sociedad.
La Secretaría de Asuntos Pedagógicos e Investigación del Frente Nacional de Egresados Nor-
malistas Rurales, responsable de la publicación les hace la más cordial invitación a todos los in-
teresados a participar, con optimismo y responsabilidad, enviando sus colaboraciones para poder
garantizar su publicación trimestral y cumplir con la meta trazada.
4
El propósito
Faro normalista
PROPÓSITO DE LA REVISTA FARO NORMALISTA
s un placer y un alto honor tener la oportunidad de poder expresar a los maestros nor-
malistas rurales del país, mi más amplio reconocimiento por sus valiosas aportaciones
a la educación del pueblo de México, maestros con quien comparto origen y destino.
Saludo con afecto a todas y todos los maestros normalistas rurales quienes con su
trabajo diario en el aula forjan a las nuevas generaciones de mexicanos.
Reciban un fraternal y combativo saludo de parte de los integrantes del Comité Direc-
tivo del FRENTE NACIONAL DE EGRESADOS NORMALISTAS RURALES A.C. organización de
la sociedad civil que nació, en el Congreso Constituyente celebrado los días 30 y 31 de octubre de
2021 en la ciudad de México, como una organización incluyente y plural.
El Frente Nacional nace con el renovado propósito de contribuir en el rescate del normalismo
rural, por difundir la trayectoria histórica de las Escuelas Normales Rurales en la formación de
Profesores, que son quienes sentaron las bases del México actual; para rescatar las experiencias
pedagógicas de los maestros rurales, para fortalecer los canales de comunicación con todos los
egresados de las normales rurales vigentes y extintas. Nuestro objeto social es preservar y for-
talecer el normalismo rural en nuestro país.
El FNENR se pronuncia por la vigencia del proyecto del normalismo rural en México, por la vigen-
cia irrestricta del contenido del artículo tercero constitucional, por una educación gratuita, obliga-
toria, laica y con equidad.
Consideramos que el gobierno debe entender que las Escuelas Normales Rurales son necesarias
e indispensables en el proyecto de primero los pobres, que debe saber que los internados y el
autogobierno son la esencia de las Normales Rurales.
A nombre del FNENR A.C. nuestra cordial y respetuosa invitación a sumarse a nuestra organi-
zación de la sociedad civil a defender con responsabilidad al normalismo rural, a conformar un
solo FRENTE ante las amenazas vertidas por la autoridad en contra de la vigencia del normalismo
rural del país.
Es la hora de la unidad, es la hora de luchar de manera frontal en la defensa del normalismo rural.
Unidos defenderemos al normalismo rural.
¡Que viva el Normalismo Rural!
¡POR LA PRESERVACIÓN, FORTALECIMIENTO Y VIGENCIA DEL NORMALISMO RURAL!
Reminiscencias normalistas
Faro normalista
5
DIME, MAESTRO. TE ESCUCHO...
Capítulo III
Continuación…
Entrada la noche estuvimos de regreso en Jesús María….
Ya sólo quedábamos Chavilla y yo, nadie se presentaba por nosotros y dado
que las localidades a dónde íbamos estaban demasiado retiradas, no querían
acompañarnos, pues, el que lo hiciera, perdería mínimo una semana entera en
cumplimentar su cometido.
Esperando y haciendo tiempo, nos dedicamos a recorrer las cercanías de Jesús
María, llegando su servidor, hasta San Juan Peyotán, donde conocí a los Pro-
fesores que trabajaban ahí. Fue una jornada larga, una caminata de casi seis
horas desde Jesús María. Así, conocí Santa Rosa, donde encontré al gran amigo, el Profe Aguilita,
pues se apellidaba Águila. Con él me sucedió una cosa curiosa: para llegar, buscarlo y encontrarlo,
ocupé un buen rato; cuando logré hallarlo en una parcela, trabajando con sus alumnos, con alegría
me acerqué a saludarlo y él, antes de saludarme y ofrecerme un vaso de agua, lo que se le ocurrió
fue decirme: - Hola Darío, ¿a qué hora te vas? - ante esta recepción, lo único que me quedó conte-
starle fue: - Ya me voy Aguilita, sólo pasé a saludarte -. Y sin más me tuve que alejar de Santa Rosa.
En este viaje, pasé a saludar a mi buen Aquino en San Francisco, quien ya se había semi-aclimat-
ado al lugar y no teniendo más remedio, tuvo que hacer de sus alumnos, sus maestros, para que le
enseñaran el dialecto y poder comunicarse con ellos. Gustoso de verme, no dejó que me regresara
ese día a Jesús María. Nos pasamos gran parte de la tarde y hasta ya entrada la noche, platican-
do las novedades que teníamos más recientes. A mi amigo, le empezaban ya a gustar las coritas,
pues, por las mañanas, muy temprano, tenía que ir hasta el arroyo a bañarse, en un lugar donde
había la profundidad suficiente para darse una buena zambullida y me comentó que a esa hora, se
encontraban ya bañándose en ese lugar varias chamacas coritas y que sin algún recato lo hacían
desnudas. ¡Claro!, ¡Tuve que constatarlo!
Al otro día, después del suculento baño y el refrescante desayuno, digo… ¡al revés!, ¿sería porque
estaba recordando el “refrescante baño”?... refrescante baño y suculento desayuno, me dirigí de
regreso a Jesús María, mi Centro de Operaciones...
(Continuará)
Rubén Darío Flores Salinas. (RuDaFloSa.)
Abrazo fraterno para TODOS los lectores.
·
DIME, MAESTRO, TE ESCUCHO...
CAPÍTULO V
Nos quedaban dos largas jornadas para llegar a Santa Teresa...
Al iniciar la caminata, Carmelo me previno diciendo: —“Vamos a pasar a saludar a mis compa-
dres”—. Siempre caminaba adelante y a paso constante, pero, esta vez me pareció que alargaba
el paso y lo hacía más de prisa. Al llegar con sus compadres supe la razón de su andar acelerado:
nos habíamos desviado para llegar a ese Rancho de Aguas, como le llaman los coritas al refugio
6
Reminiscencias normalistas
Faro normalista
que construyen, cerca de algún arroyo, con el fin de que no falte el agua, sembrar un maíz de poca
calidad que les da suficiente para sus gordas, alimentar a una o dos vaquitas que pueden llegar a
tener, como la que alimentaba a su becerro y nos saludaba meneando su cola, desde el corral, al
lado de una casita de carrizo, techada con paja, donde el compadre, preparaba su tejuino, que ha-
cen bien fermentado y toman durante los días de fiesta hasta embriagarse. Esa noche, hubo queso
en la cena. Dormimos en el patio de la casa, bajo las estrellas, al lado de una hoguera.
Otro día, al despertar, ya habíamos descansado lo suficiente para retomar las veredas; después
de desayunar las consabidas gordas de masa y un poco de leche y no sin antes jalar nuestro “ita-
cate”, emprendimos la jornada. Por el camino a corto espacio, aparecían vacas, toros y becerros
que lucían el mismo “fierro” o marca, que denotaba al propietario. Al preguntarle a Carmelo sobre
el dueño de esa marca, me contestó que eran de Don Rafael de la Cruz. Cuando escuché este
nombre, recordé algo que me había ocurrido en Jesús María durante los primeros días, después de
nuestra llegada: Un Señor, desconocido para mí, se me acercó y sin que nadie más lo escuchara,
me pidió cien pesos “prestados” —“Voy y vengo a Tepic y enseguida te los pago”— me dijo. Yo, no
traía mucho dinero y al no conocerlo, no le presté mucha atención, separándome inmediatamente
de él; le pregunté al Secretario del Ayuntamiento el nombre de la persona que se alejaba y me con-
testó:¡Ah!….es Don Rafael de la Cruz. En ese momento, oír su nombre no me dijo nada, pero…
¡Vaya!, ¡coritas vemos, propiedades no sabemos!
Después de mucho avanzar entre grandes bosques de pinos y robles, llegamos al Aguacate, un
paraje donde pernoctaríamos.
A decir de Carmelo, muchas personas amanecían muertas por los piquetes de alacrán que ahí
abundaban. Limpiamos la parte del piso que nos serviría de campamento y mientras él buscaba
agua para acompañar las últimas gordas del día, me puse a buscar leña, no sin antes sacudir todos
y cada uno de los pedazos de rama seca que encontraba, “por si las termópilas”, no fuera a haber
algún bicho entre ellos. Esa noche se me voló el sueño y estuve al tanto de los posibles visitantes.
Ya por la madrugada, me venció el sueño y nunca vi algún alacrán.
Serían las cuatro de la tarde del siguiente día, cuando, desde una loma, contemplaba por fin Santa
Teresa. Un frío intenso calaba mis huesos. No obstante, el paisaje valía la pena. Desde el lugar que
nos encontrábamos, se observaba toda la meseta donde se asentaba el poblado. A varios cientos
de metros unas de otras, se veían casitas de madera techadas con paja. A lo lejos, al occidente,
podían distinguirse un conjunto de edificaciones, uno de ellos hecho de piedra, sin techo y dos más
de adobe y techo de paja. Carmelo me sacó del asombro explicándome que eran las ruinas de una
iglesia de los Jesuitas, la Escuela y la Casa Grande, ésta última, lugar de reunión de los coras del
lugar con su Gobernador. Entre estos edificios se notaba un gran patio que al poniente se extendía
hacia la llanura donde alegre, se mecía el pastizal doblegado por el viento helado. A la derecha, se
adivinaba un arroyo por el colorido de la vegetación a lo largo del mismo. Grande fue mi sorpresa
cuando conocí ese arroyo: un agua limpia, zarca y muy fría, donde… adivinen qué... recordé en
vivo y a todo color el arroyo de San Francisco.
Después de contemplar esta belleza natural, aligeramos el paso, sentí que el cansancio desapare-
cía. Carmelo me llevó directamente a la casa del Juez Auxiliar, Don Jesús de la Rosa, ante quien
me presenté y solicité el auxilio indispensable en mi tarea de instalarme en la escuela, pues ya me
había platicado mi guía que estaba…” algo deteriorada”.
Don Chuy, amablemente, me ofreció su casa para que viviera durante mi estancia en el lugar, me
presentó a su esposa e hijos y me asigno el sin par “carretón” para que me alojara, no sin antes
Reminiscencias normalistas
Faro normalista
7
prometer toda su ayuda en los menesteres que se ofrecieran en beneficio de mi labor. Le agradecí
a Carmelo y me despedí de él, no sin antes recordarle el compromiso que teníamos de devolver la
mula que nos prestaron en Jesús María.
El carretón es un depósito donde guardan maíz, herramientas, sillas de montar, fustes, etc., con-
struido a metro y medio de altura sobre postes de madera, con tablas, techo de paja y gruesas
rendijas por las que se colaba el frio. Me acomodé lo mejor que pude y luego de cenar tortillas
con chile y té de canela, di las buenas noches y me dispuse a recuperar mis fuerzas para el día
siguiente. Antes de quedarme dormido, recordé paso a paso nuestro inolvidable viaje desde Jesús
María a Santa Teresa. ¡Nunca se me olvidaría!…
(Continuará)
Rubén Darío Flores Salinas. RuDaFloSa.
Egresó en 1964 de la Normal Rural de Xalisco, Nayarit.
Abrazo fraterno para TODOS los lectores.
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Recuerdos normalistas
Faro normalista
RECORDANDO MOMENTOS INOLVIDABLES
ntre los años sesenta y noventas los maestros egresados de las normales rurales del
país, llegábamos al aula con un gran entusiasmo y un deseo inmenso porque nuestros
alumnos aprendieran lo más posible, para ello no solo recurríamos a los procedimientos,
métodos y técnicas de enseñanza, sino que nos valíamos de una gran cantidad de arti-
mañas para lograr nuestros objetivos, algunos con vocación, otros sin ella, pero siempre
tratando de dar lo mejor de nosotros.
La lectura y la escritura se practicaban a diario. En cuanto a la lectura esta tenía que ser de calidad
y también de comprensión, una vez que los alumnos todos le daban dos o tres repasos a la lectura
del día, el maestro pedía a un alumno que leyera , en silencio sus compañeros le seguían en sus
libros, tenían que estar bien atentos porque no se sabía a quién se le indicaría continuar, al copiar
un párrafo del libro de lecturas, el maestro revisaba y si había faltas de ortografía, o no se habían
escrito las mayúsculas, o la letra estaba mal hecha, se pedía al alumno que volviera a copiar el pár-
rafo y si en su segunda revisión había faltas se le indicaba lo volviera a hacer, así hasta que saliera
bien, por lo anterior nuestros alumnos leían y escribían bien.
En matemáticas algunos maestros sacaban a sus alumnos al patio de la escuela a que por equi-
pos dibujaran un rectángulo digamos de 6 por 4 metros y colocando marcas en sus lados a una
distancia de un metro, lo cuadriculaban y luego contaban y anotaban su área en metros cuadrados
y hacían otro y otro y otro con distintas medidas y no faltaba alumno que dijera maestro para que
dibujamos y cuadriculamos, basta con multiplicar lo largo por lo ancho y asi tendremos el área del
rectángulo, el maestro decía, pero mira que bruto soy como no se me había ocurrido, así mismo se
hacía con el cuadrado, el triángulo y demás figuras geométricas. El alumno guiado por el maestro
se convertía en inventor de fórmulas para encontrar áreas y perímetros de figuras planas.
Ya en geografía todos los alumnos trabajaban, el maestro de quinto grado les pedía un mapa
Edel continente americano con la división política e indicaba a sus alumnos iluminar de amarillo el
país de Brasil, ponerle el nombre con letras mayúsculas y su capital con mayúscula inicial y luego
minúsculas, así se hacía con todos los países, se iluminaban los océanos y golfos, se les escribían
sus nombres correspondientes, lo mismo se hacía en los demás grados.
En educación física, gracias a las enseñanzas del maestro Gregorio Barragán nuestras escuelas
siempre se distinguieron. En las demás materias siempre nos la ingeniábamos y procurábamos
que el conocimiento llegara en forma eficaz al alumno.
Los maestros egresados de las Normales Rurales del país, prestamos nuestro servicio con mucha
pasión, con una verdadera abnegación y entrega desinteresada y no solo éramos maestro de gru-
po, también guías comunitarios, consejeros y en ocasiones enfermeros. Gracias a nuestra amplia
preparación pudimos cumplir con la misión encomendada.
Antelmo Estrada Cervantes
Generación 1955-1961 de la Normal Rural de Xalisco, Nayarit.
9
La Opinión
Faro normalista
Reseña del libro de Iguala a Ayotzinapa, la escena del crimen.
(Malditos aquellos que con sus palabras defienden al pueblo y con sus hechos lo traicionan)
autor: Fernando Escalante Gonzalbo.
orría el 27 de septiembre del 2014, sentado en la explanada de la Normal de Tenería,
EDOMEX tomando un cafecito, se murmuraba de una tragedia que había sucedido en
Ayotzinapa, al principio se me venía en la mente que nuestros camaradas se encontraban
escondidos o detenidos en algún reclusorio de Iguala, pero conforme fue trascurriendo el
tiempo pareciera que los camaradas habían desaparecido por arte de magia, ya que nadie
sabía de su paradero, ni las mismas autoridades gubernamentales.
De Iguala a Ayotzinapa, es un dolor frecuente para los que estudiamos o estudian en una Normal Rural, ya
que cada estudiante sabe sus motivos personales, por lo que decidió ser maestro rural, sabiendo que las
Normales son asechadas de hostigamiento por parte de los gobiernos actuales, pues han vivido jornadas de
violencia extremas, como lo vivido en Ayotzinapa.
Las movilizaciones que realizan los normalistas de Ayotzinapa, se concentran en la capital Guerrerense
Chilpancingo, en donde siempre exigen mejores condiciones para su institución, por lo que el Estado no le
da ciertas soluciones a sus demandas y responde a modo de violencia, teniendo en cuenta que el estado de
Guerrero es sumamente represor, pues siendo gobernador ÁngelAguirre mando a reprimir violentamente una
manifestación de los normalistas en el 2011, dando como resultado la muerte de dos jóvenes Alexis Herrera
Pino y Gabriel Echeverría, tendidos sobre la cinta asfáltica, tras recibir impactos de bala por elementos
ministeriales, una desena de detenidos y heridos, dando a conocer que la única solución que buscaban los
normalistas es que se hiciera cumplir su pliego petitorio.
Las Normales Rurales desde su fundación, en 1927, primero como centrales agrícolas, y luego con su
nombre oficial, surgieron con el propósito de brindar educación a la sociedad analfabeta del país, pero
sufrieron un golpe después del movimiento estudiantil de 1968 cerrando parte de la mitad por el gobierno
Diaz Ordaz, argumentando que eran nidos de comunistas y de futuros guerrilleros.
De Iguala a Ayotzinapa, es el camino de la tristeza y el terror, de cada sueño de cada estudiante, de ser
profesor en las comunidades más apartadas del país, en donde existe la ignorancia y el abandono de las
autoridades gubernamentales, que no les importa la educación, y que los tiene hundidos en la violencia,
desigualdad y saqueos.
El activismo en México está prohibido, para todo aquel que exige sus derechos, para el gobierno la única
solución es asesinarte, es por eso que nos cubrimos el
rostro para nuestra seguridad, ya que los desaparecidos
y asesinatos en la guerra sucia sigue impune.
Policías, ejército sirvieron como escudos de bastardos
criminales al servicio del Estado para perpetrar dichas
acciones contra los normalistas, utilizando todo su
arsenal de armas como si se tratar de una guerra en
contra de ellos, teniendo como objetivo acabar con todo
normalista que esa noche pisaba Iguala
NI CON TANQUES NI METRALLAS, L A FECSM
NO SE CALLA.
“LAS CONSIGNAS NO SE CANTAN, SE
GRITAN”.
Escalante, F. (2019). De Iguala a Ayotzinapa. Ingramex.
Elaboro: Eduardo Galindo
10
Biografía
Faro normalista
Biografía de la Escuela Normal Rural Abraham González, de Salaices, Chih.
a Escuela Normal Rural de Salaices, nació el 12 de enero de 1927 como Escuela
Central Agrícola. En abril de 1927 ya se tenían los proyectos para la construcción del
edificio y el 4 de agosto de ese año el encargado de las obras, Carlos Melo y Santand-
er, informó que los terrenos donde se edificaba estaban llenos de girasoles.
Melo fue el encargado de la construcción de la escuela y su primer director. La insti-
tución contaba entonces con 673 hectáreas, que años después se redujeron a 350
por afectaciones para crear nuevos ejidos: El Cairo, El Porvenir y otros. En diciembre de 1927 estaba a
punto de terminarse la construcción y en 1928 recibió a los primeros alumnos, iniciando irregularmente
su función (aunque este dato parte de un testimonio verbal, dudoso y sujeto a comprobación).
En 1929 se interrumpieron los trabajos de construcción debido al combate cruento de Jiménez
llamado “Guerra de la Renovadora”. En 1930 se inscribieron los primeros alumnos y para 1931 ya
había 100 y la planta completa de maestros. Fue hasta 1932 cuando se dio el verdadero arranque
de las actividades del plantel. Los alumnos sembraban trigo, alfalfa y otros cultivos, además criaban
varias especies de animales. Tenían una partida diaria de 59 centavos para comida, por alumno,
por lo que solicitaron un centavo como aumento.
Los requisitos para ingresar a la escuela eran dos: ser hijos de ejidatarios y ser mayores de 16
años. Trabajaban desde las 5:00 AM hasta las 9:00 PM y tenían tres grados. Las actividades que
desarrollaban eran: agricultura, horticultura, arboricultura, industrias rurales y ganadería, y las ma-
terias: matemáticas, español, historia, civismo. Esta institución, conocida como Escuela Granja,
formaba peritos agrícolas y maestros rurales.
Pasó a ser Escuela Regional Campesina en 1933 con programa de 4 años y de 1935 a 1941 atendió
a jóvenes de ambos sexos. En 1941 los varones que estaban en Flores Magón se trasladaron a
Salaices y las mujeres que estaban en Salaices pasaron a Flores Magón.
En 1940 se convirtió en Normal Rural, con un programa de 4 años. Atendía 5o. y 6o. grados de
primaria, a los que se les llamaba “grupos complementarios”. Entre 1940 y 1945 tuvo un programa
de cuatro años. La generación 1943-1949 fue la primera del plan de seis años y tuvo 9 egresados.
El total aproximado de maestros egresados en Salaices es de 1,500.
La Normal de Salaices murió en agosto de 1969, al igual que otras 13 normales hermanas. El cierre
fue traumático, pues las instalaciones fueron tomadas por las fuerzas del Estado. Los alumnos
opusimos una débil resistencia en Ciudad Jiménez, apoyados por ferrocarrileros y por algunos ex
alumnos. Una semana después, como pudimos nos trasladamos a la Normal Rural de Aguilera,
Dgo., a terminar la carrera.
La razón para que el gobierno federal tomara la decisión de eliminar 14 normales rurales pudiera
estar en la participación que estas escuelas, integradas en la Federación de Estudiantes Campes-
inos Socialistas de México (FECSM), tuvieron en el movimiento estudiantil de 1968. Una escuela
hermana que sobrevivió en nuestro estado, dedicada a preparar maestras, es la Ricardo Flores
Magón, de Saucillo, Chih
Ramón Gutiérrez Medrano
Esc. Normales Rurales Salaices, Chih. y Aguilera, Dgo.
Generación: 1964-1970
11
Biografía
Faro normalista
12
Reseña histórica
El Normalista
Breve reseña histórica del normalismo.
L.E.P.-L.D. Edgar Stalin Méndez Alcaraz
Secretario Político del PCM Tabasco
Secretario de Asuntos Jurídicos del SITEM Tabasco
uy pocos están enterados que en el año 2022 se cumplieron los cien años de haber sido fundada con
grandes obstáculos, la Primera Escuela Normal Rural de Latinoamérica, en la ciudad de
Tacámbaro de Codallos en el estado de Michoacán de Ocampo, para ser precisos el 22 de
mayo de 1922, que en palabras de Jesús Álvarez Constantino en el prólogo del libro Un
maestro de pueblo y la epopeya de la primera Normal Rural escribe: “No solo merece el
nombre de epopeya el establecimiento de esta primera escuela Normal Rural, que sirvió de
norma y orientación para la creación de las demás normales rurales del sistema, sino que
toda la educación rural mexicana en la década en la que nos estamos refiriendo constituye en sí misma una
de las más notables epopeyas de la pedagogía universal. Esto no lo decimos nosotros, sino que lo afirma el
destacado filosofo norteamericano John Dewey, al referirse a la educación internacional de esa época: No
hay en el mundo movimiento educativo que presente mayor espíritu de unión intima entre las actividades
escolares y las de la comunidad, como el que se ve ahora en México.”
Y tú amable lector, si eres docente y eres tabasqueño(a) te preguntarás ¿y eso en que se relaciona con
Tabasco? La respuesta es inesperada, porque pareciera que se han empeñado en mantener oculto,
en secreto o de plano no se quiere reconocer la importancia de la educación rural impulsada por el
maestro Arcadio Zentella Priego, -contexto- quien desde 1903 se dedicó a fundar escuelas en las zonas
rurales de nuestro estado a falta de apoyo del entonces Gobernador Abraham Bandala, también aquí
se vivió una epopeya educativa, más grave aún porque en esos tiempos los medios de comunicación
eran pluviales y marítimos más que terrestres, sus principales afluentes: el río Grijalva, el Usumacin-
ta y el Mezcalapa, es decir se encontraban en un nivel de aislamiento alto. Pero ¿quién fue Arcadio
Zentella? al respecto el libro Vidas Cunduacanenses del también maestro Ramón Mendoza Herrera
escribe: “Hay un hecho importante en el desarrollo de la vida cultural de Tabasco: La fundación de las
escuelas rurales en 1903. Era director de educación don Arcadio Zentella Priego, natural de Cundu-
acán, y comprendió la necesidad de llevar el abecedario a las masas campesinas. Instó con frecuencia
al gobernador Bandala, pero se hallaba con el obstáculo presentado por la falta de edificios, pues el
gobierno pensaba que produciría una erogación muy fuerte las construcciones.
Zentella calló y días después se marchó a las comunidades rurales. Estableció contacto con el medio y
convenció al campesino de los beneficios de la cultura y de su propio peculio las aldeas construyeron los
edificios. El Ejecutivo ya no pudo poner peros a la idea de don Arcadio y en el presupuesto de egresos
de 1903, se marcó la partida correspondiente para el pago de los sueldos de los profesores del cam-
po. Por tal razón debe considerarse al Sr. Zentella como Padre de la Escuela Rural Tabasqueña.” Con
estas acciones el gobernador del estado ya no pudo negarse a dar apoyo para que la educación en Ta-
basco fuera una realidad, dejando para la posteridad la obra titánica realizada por el maestro Zentella.
Ahora bien con respecto a las instituciones formadoras de docentes, que décadas después fueron
semillero de docentes, María Magdalena Méndez Brito, Vicente Paz Ruiz en su escrito: Las Raíces de
la identidad del magisterio tabasqueño (Etapa 2, PROYECTO DE UNIDAD) documentan datos muy
importantes sobre la fundación de la normal rural del estado, que les comparto a continuación “La ed-
ucación en el Estado ha tenido dos hitos que le han dado presencia a nivel nacional, esos los dieron
los caudillos tabasqueños: Tomás Garrido Canabal (1920 – 1936) el hombre del sureste y su escuela
racionalista y Carlos A. Madrazo Becerra, (1955 – 1963) con su aplicación del plan del once años, líder
político del sureste.”
13
Reseña histórica
El Normalista
En 1908 se edifica la Estación Agrícola Experimental, la Federación da la concesión para establecer
la Escuela Granja “Simón Sarlat”, en la que se estudiaría la carrera de Agronomía, con el compromiso
del Gobierno Estatal de becar a diez estudiantes. En septiembre de 1922, en el mismo edificio de la
escuela Granja, se abre también la Escuela Normal de Maestros Rurales, patrocinada por el Go-
bierno Estatal, con una inscripción de 38 alumnos. Pero debido a la rebelión que encabezó don Adolfo
de la Huerta en diciembre de 1923, “La Granja”, fue ocupada por la tropa hasta 1932. El 9 de enero
de 1932, una vez abandonada por el ejército, se abrieron inscripciones en la normal rural para el ciclo
escolar 1933. La Escuela Normal Rural para campesinas “Dolores Correa Zapata” operaría en el
edificio de “La Granja”. En 1934, se trasladó también ahí la Escuela del Maestro Tabasqueño. Trabaja-
ron separadas, hasta mediados de 1935. Para 1936 se fusionan en el solo nombre de Escuela Normal
Rural del Estado, reformándose el Plan de Estudios con el fin de ajustarlo “al de las escuelas normales
del país” La calificación de “Rural” la conservó la escuela hasta 1962, año en que por el Decreto
número 128 del 20 de marzo se le quitó, quedando Escuela Normal del Estado, y dándole facultades
al gobierno para desaparecerla, así se cerró una etapa de la formación docente, que abarcó de manera
discontinua de 1922 a 1962. (Chablé, 1976, Gallegos, 2006)
La historia nos lleva a concluir que efectivamente en el año 2022 fue trascendental para el Normalismo
Rural y que tanto en Michoacán como en Tabasco habría celebraciones en el mes de mayo y en el mes
de septiembre respectivamente. No omito decir que las dos Escuelas Normales aún están vigentes:
La Escuela Normal Rural “Vasco de Quiroga” y la Escuela Normal del Estado “Rosario María Gutiérrez
Eskildsen” que son las herederas de las dos instituciones más antiguas de Latinoamérica.
Dato curioso: yo fui alumno de las dos Normales 😊
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Normalismo rural
Faro normalista
¿HISTORIA PARA QUÉ?
xiste en la naturaleza un elemento, un agente físico que tiene una facultad particular;
la de hacer visible los objetos, no posee fórmula química y no aparece dentro de la
tabla periódica de los elementos, pero recurrimos a ella cuando, conocer queremos,
cuando es menester el entender, cuando mejorar pretendemos, cuando desvelar
queremos, cuando descubrir precisamos, cuando alumbrar necesitamos, la historia
es el componente al que se refiere. La historia es precisamente memoria, por eso
nos apoyamos siempre en la fina reminiscencia para no olvidar lo que somos y lo que estamos destina-
dos a ser, consultar la retentiva histórica es honrar a nuestros semejantes, es un gesto de gente bien
nacida, recordar a quienes con talento caminaron antes que nosotros la senda del Normalismo Rural
es de nobles espíritus humanistas, porque estamos recordando con humildad que no somos producto
de la generación espontánea, sino que tuvimos y tenemos padres cuya memoria sigue viva y eso le
permite dialogar a las comunidades Normalistas actuales, permite enaltecer su esencia, ejercer la re-
sponsabilidad y educar a las nuevas generaciones de hombres. Si miramos hacia atrás no debe ser
con añoranza, pero si con orgullo, con honradez, es un ejercicio de objetividad, debemos recategorizar
lo que somos tomando el termómetro de lo que fuimos, o fueron las semillas de principios de los 90s.
El Normalismo Rural ya no requiere de falso simulacro de reconocimiento histórico sino de ver-
dadero maridaje con nuestro pasado, no debemos permitir que recordar fechas significativas sea como
se enseñan en muchas instituciones en donde la mayoría solo es un requisito dentro del calendario
cívico, sino que se debe realizar como un ejercicio permanente de admiración y franqueza. Porque es
importante recalcar que de si algo adolecemos en estos días es de figuras verdaderas a quien admirar,
de personas a quien emular, de muestras de dignidad, a quien empatar con nuestras aspiraciones, de
maestros y guías y por supuesto de ser revolucionarios. En la sociedad, hoy, sobre todo, la juventud
carece de héroes, de figuras, de ejemplo, y eso consecuentemente nos obliga a consultar la memoria
que es recipiente de los hechos, la guarda de la imagen, la música del pasado que ha de permitirnos
recuperar nuestro esencial destino. Los Normalistas se deben negar a seguir viviendo en una realidad
convulsa en donde la tolerancia y la amabilidad están carentes, porque solo así tendrán apoyo de con-
trastar el abuso, agresión o violentamiento del que son objetos por parte del Estado, se debe retomar
el compromiso para con los de abajo y con el pueblo que era sello distintivo del hombre Normalista de
bien, porque hemos perdido la admiración y el prestigio es algo ya difícil de poseer y de sostener. Mire-
mos al espejo de atrás y veamos que en cada espacio de las Normales Rurales han habitado los brazos
que luchan y los espíritus que crean, los que han hecho que el Normalismo llegue a nuestros tiempos y
es a quienes debemos seguirle sus ejemplos. Que esa mirada hacia el pasado de pauta a regirnos con
su dulzura y sabiduría para afrontar las cosas nuevas y pueda verte el vergel silencioso de la alegría en
la sangre nueva que habrán de iluminar los nuevos días.
Mirar atrás es regresar al regazo dulce y magnifico de la virtud, retomar a ese capullo original
donde comienza la transmutación, es escuchar el abrir de las puertas donde el sol antiguo, añil, exper-
imentado y fuerte nos regale un presente repleto de momentos y que por ser momentos son ricos de
matiz y de textura, es el pasado maestro sí, ahí donde solo ahí, nacen las nuevas expectativas. Porque
es mentira que se afirme que el pasado se ha ido, el pasado habita en nosotros, nos constituye, nos
alimenta, nos nutre, nos envuelve, el pasado que no está años atrás sino exactamente nos acompaña
detrás de nosotros, y eso categóricamente dos da identidad.
¿Para qué es la identidad normalista? ¿acaso solo es pertenecer o ser estudiante de una Normal
Rural? Para algunos la identidad solo es un discurso que lo repetimos porque creemos que vestimos
de tiempo y tradición, pero no es así, la identidad es el mejor ejercicio de la voluntad humana, es la
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Normalismo rural
Faro normalista
creación de un espacio y tiempo que nos permite la identificación, distinción y reconocimiento, es darle
paso a la otredad, es aceptar a nuestros semejante, comprendiendo que sin él no somos y sin nosotros
no estamos, se debe redimensionar y reeducarnos bajo el concepto actual de identidad, porque es la
forma más asertiva de hacer patente la existencia del ser humano en el mundo, la identidad le da a los
normalistas categoría de pensar y de sentir, entonces la identidad nos revela no como un regalo, no
como una herencia ni mucho menos como una dadiva sino como la enorme oportunidad de saber lo
que somos, el libro de cuyo contenido vamos a desenredarnos con brillos que traen consigo los días y
preguntarnos cuál es nuestro origen y cuál es nuestra verdadera misión en la sociedad como personas
y maestros normalistas. Identidad es entonces una interrogante permanente, una cuestión en forma
de acertijo que debemos resolver si queremos permanecer en este colectivo de la patria. Tener identi-
dad y amar la historia normalista es entonces existir con voluntad porque permanecer no es persistir,
pertenecer no es existir, por el contrario permanecer es volverse vigente, actuante, crítico y sonoro y
pertenecer es involucrase, hacerse presente pero con voluntad, con decisión y con actitud de asumir
la sabiduría del otro y regalarle a la vida las dudas que se posean para que la magia de la experiencia
vaya dando respuestas a la pregunta sobre la identidad que nos sostiene durante toda la vida. Vivir es
aprender, es cuestionar, es ser rebelde, de no conformarse con el tiempo que nos toca vivir sino trans-
formarlo, sea una parcela o una hectárea, sea una llanura o una montaña, sean los secretos del mar o
la insondable esfera celeste.
Identidad es entonces existir con propósito y vivir cumpliéndolo, es alimentar las destellantes
alegrías y viscitudes del camino que se habrá de emprender porque nuestros padres fundadores una
cosa nos ensenaron: a caminar sereno, a transitar con mesura, a revelar la verdad, a estremecer el
sitial, a enaltecer con valor, a confrontar el presente, a trabajar la cultura, a dialogar nuestro silencio,
a verbalizar nuestro dolor, a entender nuestro sentimiento, a clamar justicia y a conversar con nuestro
hermano, eso es ser normalista con dignidad.
Solo quien conoce y ama su vida, ama entonces su pasado, reconocer y admirar a quienes
transitaron antes que nosotros, a quien con dignidad dignificaron su camino, a quienes les costó andar
abriendo sendas anhelando con pasión resuelta sabiendo que podían trascender y quizá con vehe-
mencia heredar su gloria, por eso amamos la historia del Normalismo porque nos otorga identidad, no
porque sea un manojo de ilusión, no porque sea ramillete de recuerdos, no y claro que no porque sea
adornó en la conversación o el simple sinónimo del ser culto. Amamos la historia de cada una de las
Normales porque nos amamos a nosotros mismos, a nuestro semejante, porque amamos verdader-
amente a la vida y su fructífera andanza, porque arropamos los frutos del tiempo, cuyos renuevos
vuelven a ser semilla que brotan en la tierra y vuelven a la luz cada cierto tiempo, porque la historia es
nuestra guía, son las respuestas del futuro, son la promesa de nuestra vida. Para eso nos sirve la his-
toria de las normales, para recordarnos el recetario puntual, la fórmula de lo que es ser la buena vida
y las nobles costumbres de los maestros criados en un internado. La identidad es tradición, y qué es
la tradición sino la sucesiva practica de lo que nos hace felices y fuertes y además nos otorga el botón
de la unidad, es un hábito incrustado en la conciencia colectiva, pero las tradiciones no lo son todo y
tampoco son verdades incuestionables sino que deben adaptarse a la sociedad y su dinámica, deben
caminar al paso del hombre, debe ser tradición que conservando sus bienes pilares se adaptan, se
mantienen vigente, además propone y postula herencia y trascendencia.
Desmitifiquemos a los héroes y bajémoslos del pedestal en que están, traigámoslos aquí a dia-
logar con nosotros sobre nuestra realidad porque si algo supieron darnos fue su ejemplo, y hoy mucho
más que antes lo necesitamos para sobrevivir a las vicisitudes del siglo XXI. Los héroes son necesari-
os y deseables, pero, así como en la infancia funcionaron como motores de ideales y de imaginarios,
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Normalismo rural
Faro normalista
en la adolescencia o en la madurez deberían ser revisitados para que en nuestra conciencia los de-
smitifiquemos y finalmente podamos exhumar y con ello traerlos aquí en la tierra, porque ellos tuvieron
la virtud de escuchar el latir de sus días, interpretar su realidad, asumir su destino con el carácter que
da la disciplina y el tesón de construir, de edificar de ahí su condición de arquitectos porque primero
esbozaron una meta se alimentaron de conciencia le dieron templanza y gallardía, forjaron al calor de
la verdad y conscientes de que el mundo es la enorme y grata posibilidad de engrandecer la virtud. Dar
espacio a la crítica, aprender a mirar de frente a la historia y a la cultura y a uno mismo como ente social
con el fin de ponerle dudas y hacerle tantas preguntas como sea posible, en otras palabras superar las
vicisitudes mesiánicas las polarizaciones acríticas que obedecen a un pensamiento fanático religioso o
mágico o irracional, somos vulnerables porque no conocemos el pasado y desdeñamos a los héroes,
a los poetas, a los artistas, a los libres pensadores a quienes fueron rebeldes porque su naturaleza
humana contrastaba con su estatura de gigantes, se le habla a los normalistas, se les habla con pasión
y con libertad y se sentencia que si en las Normales Rurales se desdeñan a los forjadores de la patria,
estarán empeñando su futuro, dejando que otros vivan la vida que les corresponde porque no voltear
a ver a los próceres de nuestra tierra, es como si renegáramos de nuestros apellidos que son herencia
y regalo de nuestras familias, así como se encuentra consuelo y alegría en los abuelos, así como ob-
tenemos carácter y disciplina en nuestros padres y madres, así como logramos un abrazo fraterno de
nuestros hermanos y amigos, así de tierno, así de dulce y sobre todo útil es la memoria de los pueblos
reflejada en la acción de sus mujeres y hombres.
El descontrol de la globalización nos ha traído desafortunadamente el desconocimiento y el
desinterés por la historia, la masificación y la producción en serie da poco espacio a la autenticidad,
la mera innovación reprime la creación, la imitación vulnera la imaginación, la cosificación del humano
prohíbe la reconciliación, la falta de interpretación nos da distanciamiento y nos aleja del entendimiento
de la existencia del otro, la cerrazón nos separa de la emoción, la disidencia de la inteligencia, la pru-
dencia de la elegancia, la discordancia de la consonancia, la arbitrariedad de la amabilidad, la soledad
de la integridad e integralidad y las redes de los cubículos donde habita el corazón, la razón, la pasión
para privilegiar no lo infame sino lo humano producto de las relaciones sociales.
Es trabajo fundamental en nuestros días recordar y dialogar a través de los libros y la lectura
a quienes con el hilo de la valentía bordaron palmo a palmo una vida de honor, un ejemplo de lealtad,
una muestra de virtud, una porción de grandeza que fundamentalmente es el pasaporte al porvenir de
lo que ahora somos, ellos dieron rostro al Normalismo, pero no solo ellos sino lo que representan ellos,
porque indudablemente ellos lucharon pensando en un nosotros y de los que en los pasillos de las Nor-
males Rurales se formaron para la profesión más noble sobre la tierra, el de ser maestro.
Los ciclones no conocen el reposo, seria delito su afirmación, no pueden conocer el reposo
quienes fueron hacedores de tempestades como Raúl Isidro Burgos, verdaderas rebeldías como Lucio
Cabañas , incontrolables espíritus virtuosos como Rafael Ramírez Castañeda, no se puede hablar de
calma ante quienes el asombro y el desafío les eran comunes, por ello no se puede hablar de pasivi-
dad ni tranquilamente de estos titanes de la libertad, elementales en una sociedad científica, artística
y cultural. Sin nada más un sepulcro para ellos de honor, porque ellos son la base elemental del pens-
amiento de las Normales Rurales.
Por José Manuel Saragos Gómez
Egresado de la Escuela Normal Rural Mactumactzá, Chiapas
Generación 2018-2022
Historia normalista
Faro normalista
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“La Escuela del diablo, apreciaciones del Obispo Lara y Torres, 1921”
Profr. Dr. Tomás Alberto Molina Jardón
tomasmolina.jardon@seiem.edu.mx
Investigador Educativo de Enseñanza Superior (2019-2021)
Escuela Normal Rural Lázaro Cárdenas del Río
a educación fue una de las conquistas sociales más importantes de la Revolución
Mexicana que, a pesar de la derrota de las fuerzas populares encabezadas con
Emiliano Zapata y Francisco Villa, prometía mejorar la condición de pobreza en la
cual se encontraba la mayoría de la población; ya en los años posteriores a la Rev-
olución, la educación era una necesidad social de formar a los nuevos dirigentes
de esto hecho social, vislumbrando a la educación rural como una preocupación
constante para el nuevo grupo gobernante no sólo porque México era un país
predominantemente rural, sino porque una cantidad significativa de los habitantes
apenas se imaginaban parte de una entidad política llamada México. Como es el caso con toda
nación, el sistema educativo mexicano estaba íntimamente ligado a la necesidad de forjar patria.
Asimismo, el origen agrario de la Revolución mexicana exigía una reforma íntegra y las escuelas
rurales serían instrumentos fundamentales dentro de este proceso, esta dicotomía de las normales
rurales se originan con las escuelas normales regionales y las escuelas centrales agrícolas que
se construyeron a principios de los años veinte, de acuerdo Rafael Ramírez (1985), Las normales
regionales debían formar maestros que en breve tiempo estuvieran capacitados para enseñar a
leer y a escribir, e introducirían nuevas técnicas de agricultura, las centrales agrícolas se formaron
durante la administración de Plutarco Elías Calles como un proyecto que, con moderna maquinaria
y una organización cooperativista, debía mejorar la producción del agro mexicano, en La casa del
pueblo y el maestro rural. (1985)
Es así como Las normales rurales van hacer una de las únicas vías por las cuales los campesinos
podrían ascender socialmente, a través de la Educación la deuda social del Revolución , ahora le
toca al gobierno, capitalizar a estas instituciones las cuales proveerían los misioneros encargados
de inculcar las nuevas prácticas de corte cívico –honores a la bandera, reverencia a los héroes
nacionales y festejos patrios–, así como enseñar hábitos de higiene e inculcar nuevos modelos de
organización doméstica, a la vez que terminaban con la superstición y el alcoholismo. Serían los
mismos campesinos, insistían los arquitectos del nuevo sistema educativo, los más comprometidos
apóstoles. “No hay nadie que ame a la tierra con más pasión que el campesino”, declaraba Rafael
Ramírez.
La filosofía detrás de las normales rurales era emblemática del nuevo orden revolucionario: ter-
minar con la rigidez de la estructura social porfirista e implementar los principios de justicia social
delineados en la Constitución Mexicana de 1917, mientras que se hacía del pueblo mexicano una
sociedad moderna, inclusiva y lista para iniciar su transformación al siglo XX.
Suelen ser pocos los medios de comunicación que cubren las luchas de los normalistas rurales y,
cuando lo hacen, se recurre a una fórmula Las normales rurales se originan con las escuelas nor-
males regionales y las escuelas centrales agrícolas que se construyeron a principios de los años
veinte.
Las normales regionales debían formar maestros que en breve tiempo estuvieran capacitados para
enseñar a leer y a escribir, e introducirían nuevas técnicas de agricultura. Las centrales agrícolas
se formaron durante la administración de Plutarco Elías Calles como un proyecto que, con moder-
na maquinaria y una organización cooperativista, debía mejorar la producción del agro mexicano.
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Historia normalista
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A principios de los años treinta, las dos instituciones se fusionaron y recibieron el nombre de re-
gionales campesinas. Las regionales tenían un plan de estudios de cuatro años y estaban desti-
nadas a formar tanto a maestros rurales como a técnicos agrícolas. Según Alicia Civera (2004)
“La legitimación de las escuelas normales rurales”, los estudiantes serían de origen campesino y
la estructura cooperativa haría posible una autosuficiencia que, se esperaba, complementaría las
necesidades de las comunidades aledañas., las regionales campesinas pasaron a ser normales
rurales en 1926.
La Escuela Normal de Tiripitio en Michoacán, vista desde sus orígenes, las luchas se inscriben
dentro de una tradición que tiene que ver con los orígenes mismos de las normales y el proyecto
revolucionario de las que formaron parte, en su contexto histórico, lejos de ser vestigios de otra
era, destaca su visión pragmática, una que en tiempos en que el campo languidece devastado tras
décadas de abandono, haría bien en reexaminarse.
Fue aquí donde se estableció la primera normal rural en Tacámbaro, y fue también donde, como
gobernadores, tanto Francisco Múgica (1920-1922) como Lázaro Cárdenas (1928-1932), le dedic-
aron a la educación rural casi la mitad del presupuesto estatal como una forma de justicia social a
los descendientes de la Revolución.
En Tacámbaro, Michoacán se formó la primera Escuela Normal Regional que dependió de la Sec-
retaría de Educación Pública, creada por Vasconcelos, siendo los profesores Leobardo Parra y
Marquina e Isidro Castillo insistían en tener las puertas y ventanas abiertas para que la gente pu-
diera constatar la forma en que trabajaban y se trataban entre sí los maestros y los 25 alumnos,
con el fin de despejar las sospechas y rumores, que circulaban hasta tierras lejanas, de que se
desvestía a las muchachas, (Villela, 1972:26-27) lo que dio origen a la frase: “La Escuela del diab-
lo” emitida por El Obispo Lara y Torres el 7 de enero de 1921, derivado de que había solicitado la
apertura de un Colegio al General Múgica, quien era Gobernador de Michoacán, el cual no accedió
al considerar una necesidad social una Normal Rural, lo que dio origen a una serie de reuniones
semanales que llamaban “de tipo social” y el director hizo traer a su esposa para que la sociedad
viera que era una familia bien formada y respetable, aminorar la frase que se hizo vox populi.
En estos rumores, desde luego, estaban involucrados otros conflictos políticos, ideológicos, religio-
sos e incluso económicos, un ejemplo: la oposición a la escuela laica y no sólo eran resultado de
una actitud de rechazo o reserva hacia la educación mixta de acuerdo Raby (1915) “Los principios
de la educación rural en México: El caso de Michoacán, 1915-1929”.
En sus labores y estructura las Normales Rurales tenían algunas similitudes con la colonia Gorki,
organizada para niños huérfanos (muchos de ellos delincuentes y vagabundos) por Antón Maka-
renko en Rusia después de la revolución. En las Normales Rurales Mexicanas el aire redentor
provenía de la educación “civilizatoria” que recibían los alumnos y que después de egresados,
debían impartir en las remotas comunidades de la República.
Alma Gómez (2008) lo recuerda de la siguiente forma: “Nosotras fuimos formadas con la idea de
que nuestra función era ir a trabajar a las comunidades rurales. Teníamos que aprender de todo:
carpintería, soldadura, cuestiones agropecuarias, economía doméstica. Yo creo que el plan de es-
tudios no era muy liberal, pero toda la cultura que significaba la normal nos daba esa educación”.
A contracorriente, las Normales Rurales persisten como importantes instituciones en la actualidad
mexicana, abandonadas, y con frecuencia atacadas por el gobierno, su terquedad posee aires épi-
cos; su voluntad de persistir se ve reflejada en las dramáticas acciones de sus alumnos que, con
frecuencia, son apoyadas por las comunidades aledañas también comprometidas con la preser-
vación de estas instituciones, para no perder el espíritu social de que la educación es el único
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Faro normalista
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medio de crear conciencias, logrando ser la primer Escuela Normal Rural que sobrevivió a 1922 e
icono de la lucha social por la Educación Pública.
Referencias
Aguayo, Álvarez José Luis (2002), Salaices: Escuela Normal Rural formadora de maestros. Chihuahua: Ediciones del
Azar, p. 105.
Aguayo, Álvarez José Luis (2007) coordinador, Un paseo por los recuerdos. Chihuahua: La Asociación Civil de Exalum-
nos de Salaices, pp. 41-42. México, s/e.
Civera, Cerecedo Alicia (2004) “La legitimación de las escuelas normales rurales”, Colección Documentos de Investi-
gación, núm. 86, Colegio Mexiquense, p. 6.
Cuevas, Belén (2008) entrevista por la autora, 12 febrero 2008, Chihuahua, Chihuahua.
Molina, Jardón Tomás Alberto (2016) Investigación y Educación, Horson Ediciones Escolares, México.
Raby, David (1915) “Los principios de la educación rural en México: El caso de Michoacán, 1915-1929” en Sobretiro de
Historia Mexicana, VOL. XXII, Núm.
Ramírez, Rafael (1985) “Propósitos fundamentales que la educación rural mexicana debe perseguir” en La casa del
pueblo y el maestro rural, Engracia Loyo Braco, coordinadora. México: Secretaría de Educación Pública,
Villela, O. (1972). La primera normal rural, cincuentenario en Tacámbaro, 1922-1972.
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Faro normalista
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SOBRE JOAQUÍN PUENTES SEGURA. (gen. 1959-1965). SECRETARIO GENERAL
DE LA SOCIEDAD DE ALUMNOS “CORAZÓN Y ACERO” 1964-1965.
Escuela Normal Rural “Abhaham González, Salaices, chihuahua.
Mtro. José Piña Delgado
espués de tantos años, 2024-1965= 59 años, aporto sobre uno de mis compañeros
que estudió junto conmigo la carrera de profesor de grupo primario en la escuela
normal rural “Abraham González” de Salaices, Chih.
Recuerdo a Joaquín como un jovencito de 16-18 años, de vestimenta limpia, cuidado-
so en su persona, de pelo liso, peinado de lado, lo recuerdo de camisa de manga
corta. Joaquín fue mi compañero de la generación 1959-1965, decir esto me traslada a una viven-
cia en comunidad de seis años, dentro y fuera del internado de dicha escuela, representa com-
partir clases en los mismos salones o aulas de ésta, tener el mismo dormitorio, comer incluso en
la misma mesa, formarse en las mismas filas del grupo cuando se tocaba con la banda de guerra”
Levante” a las seis de la mañana, e ir a las primeras clases del día, el primer año las tomamos en
una gran bodega, pasar lista y ahí hay una cercanía por el apellido donde iba:, Pedroza quiñones
Arturo, Piña Delegado José, Puentes Segura Joaquín, para los subsiguientes años ya iríamos a las
aulas “comunes”, es aquí donde empiezo a ubicar a Joaquín Puentes como un compañero atento,
estudioso, destacado y estimado por sus maestros, que eran los míos, nada más que yo era más
inquieto y menos dedicado, tenía otro tipo de relación o cercanía con ellos; incluso había grupos
de amigos o compañeros por afinidad en el estudio, deporte, camadería, Joaquín era más bien del
grupo de la comarca lagunera, ”paisillas” o estudiosos,” era muy amigo de RICARDO RAMÍREZ,
también (q.d.p.) y EFREN ARELLANO. Más tarde por su perfil: buen compañero, participativo, con
conocimientos, DIPLOMATICO, BUENA GENTE, etc. fue elegido democráticamente como secre-
tario general de la sociedad de alumnos Corazón y acero PARA EL PERIODO 1964-1965 (AQUÍ
CABRÍA UBICAR LA OPINIONES Y PARTICIPACIONES DE JOAQUIÍN EN LAS ASAMBLEAS
COLECTIVAS, DEBEN ESTAR EN LAS ACTAS QUE SE LEVANTABAN O ESCRIBIÁN DE CADA
ASAMBLEA, SE UBICABAN EN EL ARCHIVO DE DICHO COMITÉ),
A mí me parecía era una persona de carácter amistoso, no radical, diplomático, en su quehacer
político. En su gestión le tocó liderear con la representación de Salaices en relación con escisión
de las normales rurales. Entre 1960 y 1964 se dio una división de éstas debido a la disputa por la
dirección de la Federación (FECSM). Desde 1961 se conformaron dos grupos: uno que apoyaba
a Lucio Cabañas, de Ayotzinapa, Guerrero y otro a Antonio Valtierra, de Salaices, Chihuahua. La
división se dio en el congreso de El Mexe, cuando Cabañas salió electo secretario de la FECSM, y
el grupo perdedor formó el Consejo Nacional Permanente (CNP). A Joaquín le toco pactar la unidad
de la FECSM en el Congreso Nacional de Cañada Honda, Aguascalientes, en noviembre de 1964,
tras la división que se había dado de esta federación dos años atrás.
En forma importante está su presencia en el movimiento maderiano, me explico: Detonado por el
caciquismo y la intransigencia del gobierno de Giner Durán, un malestar popular fue intenso duran-
te la primera mitad de la década de 1960, maestros y estudiantes de normales se unieron
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Despedida normalista
Faro normalista
Foto: El Heraldo, p. 1 (23 de septiembre de 1965).
a los campesinos para exigir una reforma agraria que cambiara la situación: invadieron latifundi-
os, realizaron manifestaciones y organizaron constantes marchas. Esta lucha se concentró en las
normales de Saucillo, “Ricardo Flores Magón”, y Salaices, “Abraham González”; los internados de
las Escuela de Artes y Oficios, cuyo profesorado abrazó posiciones progresistas, además de otras
instituciones como la Escuela Normal del Estado y Normal Nocturna, alcanza una situación crítica
cuando el 23 de septiembre de 1965 un contingente de maestros, estudiantes y campesinos atacó
el cuartel de Ciudad Madera, Chihuahua. Durante ese proceso Salaices tuvo una posición y Par-
ticipación, el actuar de Joaquín no me parece de convocatoria y guía hacia acciones radicales, de
participación de la sociedad de alumnos en conjunto para participar en algún acto o proceso del
movimiento, no lo recuerdo, pero Arturo Gámiz , que lideraba este movimiento, en el primer en-
cuentro de la sierra para determinar cómo desarrollar el movimiento, manifiesta que: “ la delegación
de la Escuela Normal de Salaices sostuvo la tesis idealista de que “antes de hacer revoluciones
y tomar el poder hay que enseñar ética a las masas”. Como es lógico suponer, esta posición no
fue aceptada por aquellos grupos campesinos altamente politizados, ni por el resto de las deleg-
aciones estudiantiles. Durante este periodo, los secretarios generales de la Sociedad de Alumnos
de la Normal de Salaices fueron Jacobo Holguín Guerra (1962-1963) y Joaquín Puentes Segura
(1963-1964). Digo yo, Ante ese reclamo histórico, los salaicinos tenemos que decir, primero, que
aquella era una posición inaceptable para el grueso de la sociedad comunitaria y democrática del
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Despedida normalista
Faro normalista
internado; Gámiz mismo lo observa así: “Evidentemente esta conducta es desconocida o mal con-
ocida y es contraria a los intereses y a la ideología del estudiantado de Salaices”.
Es interesante considerar nuestra generación 1964-1965 como la generación del movimiento ma-
deriano, donde si bien no se participara directamente, estamos en ese contexto, en ese momento
histórico que de alguna manera nos influye: Me comenta Manuel Valdés, ¿cuándo participaste en
alguna toma de tierras?, Sin embargo, para el rescate y conformación de los hechos históricos,
están las fuentes como testimonios orales o escritos, o de otra naturaleza. QUEREMOS COLABO-
RAR CON EL RECONOCIMIENTO QUE LE HARÁ SU FAMILIA.
LOS ALUMNOS QUE CONFORMAMOS LA GENERACIÓN DE 1959-1965 FUERON:
Mario Almeida, Heriberto Álvarez, Efrén Arellano, Juan Cardona, Carlos Corral, Mario Fierro, J. Re-
fugio Larrazolo, Wenceslao Lara, Ezequiel Merino, Saúl Moreno Marrufo, Joaquín Puentes, Carlos
Ruiz, Manuel Valdez, Carlos Acosta, Pedro Arrieta, Natividad Ávalos, Alejandro Carrillo, Heriberto
Caro, Raúl Corral, Alberto Corral, Santiago Cuéllar, Jesús Alfredo
Chávez, Armando Fierro, José M. García, Hermenegildo Hernández, Manuel Hernández, Óscar
Holguín, Apolonio Licerio, Arturo Marín, Reynaldo Marín, Eduardo Meléndez, José Rito Mireles,
Efrén Narváez, Leoncio Ortiz, Alejandro Osuna, Arturo Pedroza, José Piña, Juan Posada, Ricardo
Ramírez, Ramón Ramírez, Andrés Rodríguez, Alberto Rubio, Víctor M. Salazar, Óscar Salazar, Ál-
varo Valenzuela, Juan Vázquez, Cervaldo Vega. En la fotografía sólo se muestran veintidós de los
cuarenta y siete que fuimos.
De esta generación, algunos se distinguieron como deportistas, por ejemplo: Wenceslao Lara que
se destacaba en carreras de fondo; Manuel Valdez, la Chiva, originario de Villa López, Chihuahua,
muy buen basquetbolista. En otras manifestaciones estaban Efrén Arellano, estudiante sobresali-
ente, que tenía muy buena voz y participó en el orfeón. Mario Almeida tenía habilidad para la bat-
ería; su aspiración era tocar alguna vez en la orquesta de Beto Díaz. Hubo alumnos sobresalientes
académicamente: Joaquín Puentes, Manuel Valdés, Efrén Narváez, Ricardo Ramírez, Wenceslao
Lara, Efrén Arellano, Carlos Acosta.
QUE ESTE PRÓXIMO RECONOCIMIENTO “POST MORTEM” PARA JOAQUÍN PUENTES SE-
GURA REALIZADA POR SU FAMILIA EL 10 DE OCTUBRE DE 2023 Y DIFUNDIDA POR LA ASO-
CIACIÓN DE EXALUMNOS DE LA ESCUELA NORMAL RURAL DE SALAICES, A.C. ESTIMULE
LA VALÍA COLECTIVA DE UN BASTIÓN DEL NORMALISMO TAN NECESARIO DE RESCATAR
EN EL PRESENTE.
¡SALAICES VIVE!
Reminiscencias normalista
Faro normalista
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Generación “7 de noviembre, unidad de la FECSM”
e llegó el día y Joaquín Puentes Segura, enamorado de su querida Alma Ma-
ter, tuvo que salir al mundo laboral, no sin antes, tener su inolvidable fiesta
de graduación, donde todo el día fue de festejos, con mariachis, música de la
Orquesta de Beto Díaz y la Orquesta Plaza de Camargo, Chih; y lo que más
llenaba de orgullo a Joaquín es que pudieron asistir al evento, algunas de las
personas que más amaba Doña Cleotilde, Doña Carmen y Don Ramiro, quienes
orgullosos de su hijo se presentaron ese día, su madrina de graduación fue su
hermana María de la Luz Puentes.
Fue Joaquín, quien, por decisión unánime de maestros y alumnos, ofreció las palabras de
despedida de su generación, la generación que llevara por nombre “7 DE NOVIEMBRE DE 1964”
(Fecha trascendental para la historia de las Escuelas Normales Rurales de todo el país, pues gra-
cias al discurso conciliador de Joaquín Puentes Segura y al trabajo en conjunto de Venancio Escu-
dero Chargoy, se dio la tan anhelada reunificación de la FECSM en dicho año). Teniendo padrinos
de lujo, los profesores: José Santos Valdés, Guillermo Prado y Enrique Olivares Santana.
Ese día, desde las 5:00 am, se dejaron escuchar “Las Mañanitas” para los graduandos,
interpretadas por el Mariachi “Los Caporales del Sur” y después de los Honores a la Bandera, se
ofreció un desayuno y posteriormente se realizaron eventos deportivos, seguido de la comida y
luego la cena.
Se llevó a cabo también, un programa literario musical, dando el ofrecimiento del Festival
el Secretario General de la Sociedad de Alumnos,
Rubén Núñez, seguido de Ricardo Ramírez Gal-
lardo, quien declamó un poema del Profesor José
Santos Valdés, titulado: “Despedida”.
Otro número fue el de “Cuentos de los
Bosques de Viena”, Ballet interpretado por la niña
Guadalupe Soto Rodríguez, de Valle de Allende,
Chih, para posteriormente presentar la actuación
especial del Conjunto Típico de Cuerdas “Juventi-
no Rosas”.
También, se presentó un bailable por par-
te de Señoritas de Valle de Allende, Chihuahua y
alumnos graduandos, dirigido por la Profa. Socorro
Rodríguez. Acto seguido: Entrega de las Cartas de
Pasantes a los alumnos graduandos y las palabras
de despedida por parte del alumno graduando Joa-
quín Puentes Segura, para finalizar con la actu-
ación especial del Orfeón de la Escuela, conducido
por el Profesor Raúl Luna Niño.
Siendo dirigida la ceremonia por el Profesor Ramiro
Vargas Morales y para culminar ese día con el
grandioso baile de graduación. Joaquín, dando las
palabras de despedida en su graduación
24
Reminiscencias normalista
Faro normalista
Fragmento tomado del libro:
“Joaquín Puentes Segura, un hombre tan grande como su pasión”.
Autora: Luz Elena Puentes Morquecho.
Reminiscencias normalista
Faro normalista
25
La Opinión
Faro normalista
26
José Saramago y la Normal de Tenería
ué tienen en común el Nobel de Lit-
eratura portugués y el “apodo” de
los estudiantes de la Normal para
maestros mencionada en el títu-
lo? Dejemos que el mismo escritor
nos cuente - involuntariamente una anécdota
que los une: Autobiografía: “Nací en una famil-
ia de campesinos sin tierras, en Azinhaga, una
pequeña población en la provincia de Ribatejo,
en el margen derecho del río Almonda, a unos
cien kilómetros al nordeste de Lisboa. Mis pa-
dres se llamaban José de Sousa y Maria da Pie-
dade. José de Sousa habría sido mi nombre si el
funcionario del Registro Civil, por iniciativa pro-
pia, no lo hubiese añadido el apodo por el que
mi padre era conocido en la aldea: Saramago.
(Cabe esclarecer que Saramago es una planta
herbácea espontánea, cuyas hojas, en aquellos
tiempos, en épocas de carencia servían como
alimento en la cocina de los pobres)” Saramago,
José. El País.
Y ¿esto qué? Bueno, si tomamos en cuenta que
los alumnos de dicha Normal son apodados
como “Jaramaos”, el asunto va tomando forma,
y es que, con el referente de planta herbácea,
es fácil intuir, que el Saramago portugués es una
variante del Jaramago Español y del Jaramao
Castellano – mexicano. Y he aquí algo de sus-
tento:
“La palabra Jaramago es el nombre de varias
plantas silvestres de la familia de las brasicá-
ceas, abundante en la Península Ibérica, cuyo
vocablo proviene del árabe sarmaq. El hecho
de que sarmaq en árabe y jaramago en español
se refieran a especies distintas, ha podido de-
jar perplejo a alguno, pero la explicación parece
estar en la relación etnobotánica de la palabra”.
Fuente. Sección Etimologías de “Chile punto
net”.
Y hay más: “Rabanillo o Jaramao (Raphanus
raphanistrum) Descripción: Hierba anual ramifi-
cada, algo pubescente de hasta 1 m. El tallo es
cilíndrico, algunas veces acostillado […] Se usa
ampliamente como melífera y como forraje para
animales domésticos. En algunas regiones tam-
bién se utiliza como alimento humano, en forma
de quelite. Fuente: “Enciclovida. Mx. Especies”.
Cabe aclarar que al menos hasta la Generación
de 1984, los alumnos de referencia eran cono-
cidos como “Tenebrios”. ¿Cuándo acuñaron el
nuevo apodo? Debió haber sido con mucha an-
terioridad y alguien lo revivió, ese es otro tema
por investigar. Pero desde ya, creo que, a ust-
ed, estimado lector como al que esto escribe, le
suena más eufónico Jaramao que Tenebrio, ¿no
es así? Al margen de la información científica,
hay dos razones poderosas que unen al escritor
Lusitano con los alumnos de Tenería: la planta
que alguna vez los alimentó, y la otra, acaso la
más poderosa: el arraigo de ambos a la tierra,
al origen, a la raíz que no se olvida y la lucha,
desamparada quizá, y quizá infructuosa, por de-
fender las causas colectivas.
FILEMÓN ZACARÍAS GARCÍA
Egresado de la Escuela Normal Rural “Lázaro Cárdenas del
Río” de Tenería, Edo. de México.
Generación: 1980 – 1984.
La Opinión
Faro normalista
27
La familia como factor de impacto en el rezago escolar dentro del marco
curricular de la nueva escuela mexicana en el contexto urbano
Parte 1
Mtro. Pedro Juan Santiago Dzib
Egresado de la Esc. Normal Rural “Lázaro Cárdenas del Río”, Tenería, Edo. de Mex.
Generación 2015-2019
a educación en México se diferencia de muchas actividades cotidianas, por lo que
existe una gran amplitud de elementos que la conforman, así como enfocándose en
el fortalecimientos del conocimiento, las actitudes, los valores además de los proced-
imientos, por los cuales no sólo se enfrasca en estudiar y aprender, sino implica com-
prender cómo se va generando una formación sólida, para hacer frente a la vida y su
adversidades por ejemplo, vivir con valores, disciplina; buscando procesos flexibles y
estratégicos para comprender al ser humano dentro de su contexto social.
Es por ello que se considera a la educación como el arma más poderosa para cambiar al
mundo, el nuevo plan de estudios 2022 NEM (Nueva Escuela Mexicana), “Se ha realizado una serie de reformas
específicas que son el comienzo de una nueva política educativa que se concentrará en impulsar la transfor-
mación de las prácticas escolares y pedagógicas para que todos y todas -niñas, niños y adolescentes” (SEP,
2022, p. 182). Se busca que se desarrollen integralmente y aprendan lo que es relevante para su bienestar tiende
a buscar la reflexión sobre la importancia del universo y la vida, en su aplicación de diversas formas y contextos,
desde lograr entender el pensamiento humano y su comportamiento, por otro lado, es importante decir que la
educación en los centros escolares pretende abarcar la diferencia entre el contexto rural y urbano.
La presente investigación, se basa en indagar sobre; por qué los alumnos no logran consolidad un apren-
dizaje significativo dentro del aula de clases, aquellos factores que intervienen desde un análisis real y su
objetivo dentro de la muestra de investigación, todo lo anterior se engloba en el contexto familiar, problemas
socioculturales y el compromiso social, lo cual permite la apertura para general rezago educativo dentro
del campo de estudio, afectando consigo a los educandos, causando un arraigo social que afecta a la gran
parte de la población en México, por lo que se realizó un estudio descriptivo en alumnos de quinto grado
de primaria de la Escuela Primaria “Otilio Montaño” en la comunidad de San José del Rincón, México, que
abarca desde identificar las características del contexto, la intervención de las relaciones familiares, status
socioemocional y socioeconómico, pero sobre todo los cambios dentro del proceso educativo, todo esto en
el marco curricular de la NEM, entre otros aspectos que se incluyen en esta investigación.
FUNDAMENTOS TEÓRICOS
Una de las principales problemáticas que afronta nuestro país, es el rezago educativo que se ha ido acre-
centado dentro de las aulas en educación básica, la implementación del nuevo plan de estudio (NEM), la
cual no han logrado la meta de implementación entre docentes, por otro lado una de las afectaciones prin-
cipales fue la pandemia del covid-19, con lo que inicio la cúspide y dio a denotar la deficiencias del sistema
educativo en México, hasta el momento siguen en pie las consecuencias pedagógicas y socioemocionales
en el alumnado
En la búsqueda del problema se trata de seleccionar las ideas correctas para empezar con nuestro análisis,
se realizó una revisión de literatura existente en diferentes recursos bibliográficos, buscando antecedentes
de estudios, proyectos o artículos similares o relacionados, que permitan forjar una base sólida de cono-
cimientos previos para el desarrollo del presente proyecto de investigación permitiendo la generación de
conocimientos.
La Opinión
Faro normalista
28
El rezago educativo
El rezago educativo es uno de los mayores desafíos
que enfrenta México como sociedad y país, se pre-
senta cuando una persona no cuenta con escolar-
idad o tiene al menos 15 años y no ha culminado
la secundaria. Comprende aquellos ciudadanos que
se han quedado atrás académicamente (en el ámbi-
to del sistema educativo formal de un país) con re-
specto a los demás y no han logrado cumplir con los
estándares tradicionales. De acuerdo con Núñez, M
(2005) relaciona que el rezago educativo es la condi-
ción en la que se encuentra una persona mayor de
15 años cuando no ha concluido su enseñanza bási-
ca. En México, por mandato constitucional, desde
1993 la enseñanza básica incluye los niveles de pri-
maria y secundaria de primer ciclo (seis y tres años,
respectivamente).
Su relación no solo considera el alejamiento ped-
agógico y sus afectaciones dentro de los aspectos
laborales, socioemocionales, al no concretarse los
aprendizajes como estipula los planes y programas
de estudio, generando una proyección que han ido
en decadencia año con año, considerando el cambio
drástico con de la educación virtual o a distancia que
fue una de las principales afectaciones que causo
en el alumnado, problemas que hasta la fecha se
han acarreado de forma presencial y que sus con-
secuencias han sido de forma notable en todo los
ámbitos de aprendizaje.
Por otro lado, Gómez, S (2009) considera, que se
conoce como rezago educativo a la población sin pri-
maria terminada, la cual es la población alfabeto sin
primaria terminada de 15 años y más, que sabiendo
leer y escribir no inició o no concluyó la educación
primaria y no es atendida por el sistema escolariza-
do de educación básica.
Según el Instituto Nacional para la Educación de los
Adultos (INEA, 2015) en
México, el rezago educativo se refiere a la población
de 15 años y más que no sabe leer ni escribir, que
no ha concluido su primaria o su secundaria y que no
está siendo atendida por el sistema escolarizado de
educación básica
En el mismo orden de ideas el Instituto Nacional para
la Educación de los Adultos (INEA, 2015) establece
que la población de 15 años y más del país tiene
particular importancia dado que al encontrarse en
rezago educativo, constituye una limitación para el
desarrollo personal, familiar y social, esta población
no se encuentra en igualdad de condiciones con los
integrantes de su generación que sí terminaron su
educación básica, además la falta de oportunidades
para continuar sus estudios, estimular el aprendizaje
a lo largo de la vida, mejorar la formación para el
trabajo y educar a sus hijos.
La atención a las personas en situación de rezago
educativo, ha sido, y sigue siendo una cuenta pend-
iente para las autoridades gubernamentales ante la
presente entrega da muestra de la dimensión tan-
to del rezago educativo en nuestro país, como de
la atención por parte del gobierno a este grupo, y
también se delinean algunos recursos (modelo edu-
cativo y recursos financieros) con los que cuenta el
INEA para la atención su pertinencia del modelo edu-
cativo, el impacto de este en el desarrollo profesional
de las personas y de las comunidades donde viven,
la evaluación institucional y de programas, etcétera.
El rezago educativo ha tenido gran relevancia en
los tiempos actuales, desde la posición de Muñoz,
C (2009) lo relaciona como una fuente muy impor-
tante ya que rezago educativo se origina en que la
educación formal a la que tienen acceso los alumnos
pertenecientes a los estratos sociales de menores
recursos está pauperizada y no es administrada de
acuerdo con los intereses de esos sectores. Los re-
cursos asignados a los sectores más pobres son por
lo general de menor calidad que los de los grupos
socioeconómicamente más favorecidos.
La Opinión
Faro normalista
29
La mujer de blanco en la Escuela Normal Rural Flores Magón, Chih.
Juana Pérez Sosa
Egresada de la Esc. Normal Rural Flores Magón, Chih.
Generación 1959-1965
n las viejas haciendas siempre
han existido leyendas que se
van pasando de generación
en generación y el CARMEN
no podía ser la excepción. Ahí
existía una hacienda de Don
Luis Terrazas dicha hacienda fue abandonada
por sus dueños don Luis decía, ¡Que él no era
de chihuahua que chihuahua era de él! y era
cierto que tenía muchas haciendas por todas
partes, en ese lugar en particular, se decía que
se aparecía una mujer de blanco en un jardín
redondo lleno de flores en verano y hojarascas
en invierno.
Ahí en ese lugar se instaló la Normal Rural de
Ricardo Flores una bella y hermosa escuela. Yo
llegué ahí en 1959 como alumna de primero de
secundaria; de pronto las alumnas de los grados
superiores te ponían al tanto de lo que sucedía
en las noches, los cuales eran de las voces que
se escuchaban en los salones y en los dormito-
rios se escuchaban los caballos relinchar y cor-
rer.
Pero lo más catastrófico era lo de la mujer de
blanco que se aparecía cerca de los dormitorios,
muchas aseguraban haberla visto y que hasta
las llamaba con la mano, me acuerdo como era,
-¡sí yo la vi!-, era una aparición traslúcida, con el
cabello moviéndose al aire una especie de bata
trasparente, ella se veía llorando, pero no era un
fantasma aterrador pero asustaba.
En el pueblo, trabajadores y docentes de la Nor-
mal comentaban que era una hija de don Luis
Terrazas, la cual se enamoró de un peón de la
hacienda, pero por el estatus social se le pro-
hibió cualquier tipo de relación con él, y al tratar
de escapar los dos fueron alcanzados, a ella se
la llevaron con su familia y al joven lo desapare-
cieron. Ella lloró mucho y suplicó ante su familia
para saber sobre su amado, pero al enterarse
de lo sucedido, se ahorcó en la noche en un ár-
bol que estaba en donde después pusieron la
jardinera redonda con flores.
Todas las alumnas teníamos miedo de salir en
la noche, después del toque de silencio se oía
un grito infernal dentro de los dormitorios se es-
cuchaba un ¡Zaz!, con las cobijas nos tapába-
mos hasta la cabeza por el tétrico sonido. Si al-
guien quería ir Alaska (baño de letrina muy frío),
nadie nos quería acompañar por el miedo de la
noche penumbra noche y sí te acompañaban
normalmente se regresaban gritando y corrien-
do como alma en pena por la sombra fantasmal
que habían visualizado por los dormitorios.
Don Luis Terrazas era dueño de la hacienda y del
pueblo se llamó el Carmen y después de 1935
se le cambió el nombre a RICADO FLORES
MAGÓN.
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30
Dormitorios de la ENR Ricardo Flores Magón, Chih.
Edficio central de la Normal Rural Flores magón, Chih.
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31
“La Normal”
(documental próximo a estrenarse en Yucatán)
Miguel Ángel Ancona Ek /
Universidad Autónoma de Yucatán
staba a mitad de curso para
entregar mi tesis-documental
sobre migración cuando de
pronto me habían invitado a
formar parte de un proyecto
de investigación en CONAH-
CYD llamado: “Educación
rural indígena: 100 años de educación en per-
spectiva transdisciplinaria”; el cual consistía en
grabar entrevistas en video a los normalistas
rurales de nuestra zona (Yucatán); había sido
elegido por ser estudiante de comunicación so-
cial en la UADY y por mi interés en las produc-
ciones audiovisuales comunitarias. Sin saber
del tema fui enviado junto a mi compañero Víc-
tor Chi, a grabar entrevistas a Peto, donde con-
ocí a María Ávila, egresada de la Normal Rural
Miguel Hidalgo en Atequiza Jalisco.
Al llegar ella nos recibió muy cálidamente, al
parecer sabía de mi llegada y nos acogió muy
contenta a ambos. La entrevista comenzó, re-
cordamos su infancia, parte de su adolescencia
y por supuesto, su vida en la normal. Sin embar-
go, llegamos a un tema delicado: su vivencia en
el periodo de huelgas en el año de 1968. Recu-
erdo que su testimonio me conmovió tanto que
cuando regresé a la universidad decidí cambiar
mi tema de tesis por el Normalismo Rural, es así
como nace el documental “La Normal”
Mi decisión abrupta tomó por sorpresa a mis
asesores, el cambiar mi tema de tesis en mitad
de curso era una locura, prácticamente debía
entregar un documental ya hecho y estaba pidi-
endo hacer otro desde el principio; pero ante la
negativa me enterqué y el proyecto fue aproba-
do, así que tomé la decisión de recursar un se-
mestre, pues el testimonio de María me había
conmovido y poco a poco me fui envolviendo
más en el tema de las normales rurales y por
ende, le tomé un especial cariño
Muchos maestros que visitábamos aguardaban
nuestra llegada, pues durante años habían res-
guardado material inédito de sus vidas en sus
normales con la esperanza de que quedara
guardada para la historia, otros hicieron el es-
fuerzo por brindarnos una entrevista a pesar de
las condiciones de salud en las que se encontra-
ban. Agradezco infinitamente a cada normalista
rural que nos apoyó, que hizo el esfuerzo y nos
brindó su ayuda, también a mis compañeros Víc-
tor Chi Santamaría y Renato Artigas de la Fuen-
te, compañeros que me enseñaron muchísimas
cosas respecto a su especialidad: la Historia,
al Doctor Lorgio Cobá Noh, corresponsable del
proyecto en CONAHCYT y por su puesto a mis
asesores Enrique Poot Ortega y Gabriel Ortiz
Alatriste.
“La Normal” nos cuenta sobre la vida de María
Ávila González, yucateca egresada de la normal
de Atequiza en Jalisco y Eliezer David Herrera,
egresado de la normal de Justo Sierra en Hecel-
chakán, quienes relatan su vida de estudiantes
durante el periodo de huelgas de 1960 a 1968.
Al contar sus vidas la entrevista se va diluyendo
en una serie de recuerdos de impotencia y cora-
je de quienes por fin pueden decir lo que en su
tiempo no pudieron, increíblemente las historias
se hilan por los mismos motivos a pesar de la
distancia y ellos nos dan un pequeño atisbo de
lo que tanto se ha cuestionado: ¿Por qué cerró
la normal de San Diego en Tekax?
La Opinión
Faro normalista
32
“La Normal” pretende ser un material de reflex-
ión para los actuales estudiantes normalistas
de mantener ese espíritu vivo de fraternidad y
de defensa de los derechos de quienes más lo
necesitan, pero también para la comunidad uni-
versitaria en general y la población, en recordar
la importancia de defender al pueblo y no olvidar
el pasado. Videos así somos fotografías, spin off
y experiencias personales durante la producción
serán publicados en la página de Face-
book Miguel Ancona, perteneciente al di-
rector de este material: https://www.face-
book.com/MiguelAncona23/
¿Quién es Miguel Ancona? Oriundo de
Cancún, Miguel es actualmente alum-
no de último grado en la Licenciatura en
Comunicación Social en la Universidad
Autónoma de Yucatán, enfocado en la
producción audiovisual y la fotografía.
Formó parte del proyecto de investigación
en CONAHCYT titulado “Cien años de
educación indígena y rural en perspec-
tiva transdisciplinaria”, del cual crea el
documental “La Normal”, otras produc-
ciones que ha realizado son: Naj (2022),
Mina´anech ti´ K´íiwik (2022) Wolis t´aan
(2023) y Sueño de cristal (2023).
Su gusto por el documental se debe a
las causas sociales y culturales, ya que,
según él, es la mejor manera de captur-
ar esas vivencias y compartirlas, no sol-
amente con los demás, sino también con
quienes forman parte de esta: “Trabajar
con la comunidad para la comunidad”.
Además de que le apasiona trabajar en
campo, convivir con la gente, conocer his-
torias y compartirlas por el medio audio-
visual.
“Espero que con el documental “La Normal” re-
flexionemos sobre la importancia del campo, del
campesino, la educación y las normales rurales.
Que este sea un llamado a los alumnos actuales
de todas las ENR de la República a seguir ve-
lando por esa lucha en defensa de los derechos
de quien más lo necesita”-Miguel Ancona.
Homenaje a un normalista
Faro normalista
33
Joaquín Puentes Segura, un hombre tan grande como su pasión
Autora del libro: Luz Elena Puentes Morquecho
Sinopsis
n 1959, a los 15 años, Joaquín
ingresa a la Escuela Normal
Rural de Salaices, Chih. Llega
a una edad en la que se han
aclarado en su mente muchas
dudas sobre el mundo y la
vida, lo cual, combinado con
su inteligencia y su capacidad
para sobreponerse a las adversidades, lo colocan
dentro de la Colectividad como uno de los líde-
res del grupo, generación 1959-1965, ocupando
diversos cargos, hasta llegar al máximo puesto, el
de secretario general de la Sociedad de Alumnos.
Había dejado atrás el pueblo que lo vio na-
cer el 16 de agosto de 1944, Purísima, municipio
de Matamoros, Coah., en la Comarca Lagunera,
aldea polvorienta y llena de pobreza material, pero
rica en solidaridad y trabajo de su gente. Dejaba
atrás a sus padres, primeramente, a la madre bi-
ológica, la señora Cleotilde Gaytán, que lo llenó
de amor, y enseguida a sus segundos padres,
Carmen Segura (su tía) y Ramiro Puentes, hom-
bre de gran corazón, quienes le dieron educación
y cariño, además de sus apellidos.
Atrás dejaba la tiendita El Huizache, donde
ayudaba a despachar leña, petróleo y abarrotes.
Dejaba también a sus dos hermanas, Luz y Mar-
garita. La primera sería años después su madrina
en la graduación.
Ingresa a Salaices durante el régimen de
López Mateos, cuando acababa de triunfar la Rev-
olución Cubana, acontecimiento que influye en las
conciencias de los estudiantes mexicanos. Llega
al internado cuando había movimientos sociales
en México: el de ferrocarrileros, en 1959, encabe-
zado por Demetrio Vallejo y Valentín Campa, que
sufrió la represión, y el de maestros, también ese
año, encabezado por el maestro Othón Salazar,
siendo reprimido el Movimiento Revolucionar-
io del Magiste-
rio (MRM) que
él encabezaba.
López Mateos
carga además
con la mancha
de la muerte del
líder campesino
Rubén Jaramillo
y su familia, en el
estado de More-
los, en mayo de
1962.
A u n q u e
también ALM
posee grandes
méritos, al crear
el ISSSTE, para
atención médica y jubilaciones de trabajadores del
sector público, la nacionalización de la luz eléc-
trica, la creación de la Comisión Nacional de los
Libros de Texto Gratuitos, los centros de bienestar
social, los desayunos escolares, aeropuertos, fer-
rocarril Chihuahua al Pacífico, entre otras obras.
En ese contexto Joaquín ingresa a Salaices.
Conoce a los alumnos de la generación 60, 61 y
62, los del ciclo profesional, próximos maestros,
con grandes deportistas, mientras otros son de la
Banda de Guerra, el Orfeón, la Orquesta Estudi-
antil. Algunos se inclinan por la política. Los recién
llegados poco a poco se van ubicando en las ra-
mas que más les gustan; el ambiente es propicio
para que Joaquín desarrolle sus habilidades en lo
político y en lo deportivo, inclinándose por el futbol
soccer, como casi todos los laguneros.
La actuación de Joaquín en Salaices, deja
una huella muy grande, como lo avalan en este
libro varios compañeros, algunos de su grupo y
otros posteriores: Mario Almeida Ontiveros, Marce-
lo Amaro Villalobos, José Piña Delgado, Armando
Rubio González y el que escribe. Además, con-
34
Homenaje a un normalista
Faro normalista
tiene recuerdos de otros maestros: Óscar Erives
Aragón, José Contreras, Javier López Flores, Ser-
gio Enrique Castro López, Thelma Isette De los
Ríos Castillo, todos ellos muy valiosos.
De su fructífera vida estudiantil, Lucy resal-
ta lo siguiente:
Fue nombrado por la Sociedad de Alum-
nos como Secretario General para el ciclo 1963-
64. Ese puesto lo ocupaba siempre alguno de los
alumnos con más dotes de liderazgo, que además
fuera conciliador y tuviera el don de la palabra. Y
a los 20 años de edad, cuando cursaba sexto de
Normal, Joaquín Puentes fue pieza fundamental
en la reconstrucción de la FECSM, en un congre-
so celebrado en Cañada Honda, Ags., en 1964.
Era secretario general del Consejo Nacional Per-
manente de las Normales Rurales (CNP-ENR) y
pugnó por la reconstrucción de la FECSM.
La Federación había sufrido un cisma
en mayo de 1961, en el 17º Congreso Nacional
de La Huerta, Mich., debido a pugnas entre dos
grupos: el que encabezaba Lucio Cabañas Bar-
rientos, de Ayotzinapa, Gro., y el que apoyaba a
Antonio Valtierra Limones, de Salaices, Chih. La
votación había favorecido a Cabañas como nuevo
secretario general, por un voto. La planilla perde-
dora pedía que se repitiera el proceso, dado que,
según su apreciación, en el Congreso se habían
cometido irregularidades. (Fuente: Vicente Rodrí-
guez Quiroz. Autobiografía. Documento publicado
en Internet).
Al no aceptar los adeptos a Cabañas lo an-
terior, la FECSM se divide y las Normales de la
planilla perdedora se organizan en torno a lo que
llamaron Consejo Nacional Permanente, sien-
do el primer presidente Agripino Refugio, de El
Mexe, Hgo., y después Vicente Rodríguez, Miguel
Quiñones y Joaquín Puentes, los tres de Salaices.
Este último asumió el puesto en mayo de 1964,
cumpliendo doble función, pues además era sec-
retario general de la Sociedad de Alumnos de su
escuela.
Al ser nombrado líder del CNP-ENR, en
el 6º Congreso Nacional, celebrado del 17 al 23
de mayo de 1964, en Cañada Honda, Ags., Joa-
quín pugna por la reunificación. Hace uso de su
capacidad de persuasión y conciliación, y logra,
junto con otros compañeros, entre ellos Marcelo
Amaro Villalobos, la unidad, firmándose el pacto
el 7 de noviembre de 1964. Éste es el gran mérito
político de Joaquín Puentes Segura.
Ese año, su generación –y las del resto de
las Normales Rurales- llevaron el
nombre “7 de Noviembre, Unidad
de la FECSM”, en recuerdo de ese
acontecimiento. Al egresar como
maestro, en 1965, sigue siendo
líder por donde quiera que pasa:
empezó en Arisiachi, Chih., ocu-
pando el lugar que dejó vacante
otro salaicino, Miguel Quiñones
Pedroza, quien murió, junto con
otros siete combatientes, en el
asalto al cuartel de Madera, el 23
de septiembre de 1965.
Después pasó por la es-
cuela de Tomochi y posterior-
mente por Creel, hoy pueblo
mágico, que lo marcó positiva-
mente para siempre, pues ahí se
reencontró con varios salaicinos:
Homenaje a un normalista
Faro normalista
35
Mario Almeida Ontiveros, Antonio Valtierra Lim-
ones, Marcelo Amaro Villalobos y José Guadalupe
Cortina, con quienes fundó una escuela secundar-
ia por cooperación, de la que Joaquín fue director.
Y ahí mismo, en Creel, conoció a María
Elena Morquecho Quezada, señorita de belleza
extraordinaria, conocida como Nena, y ambos de-
cidieron transitar el mismo camino por el resto de
sus días. La boda fue el 25 de agosto de 1969.
Después obtuvo cambio a Francisco I.
Madero, Coah., y en 1971 a Rincón de Romos,
Ags., donde fungió como secretario general de la
Delegación. ¿Por qué pensó el Maestro Joaquín
en Aguascalientes? Tal vez por el amor que sintió
por esa tierra hermosa desde 1964, cuando logró
la reunificación de la FECSM, sólo él lo supo.
Cuando Nena y Joaquín se van a tierras
hidrocálidas llevan en brazos a Ramiro, nacido en
Chihuahua, y allá nacen Lucy y Lorena. Pero du-
rante su estancia en Chihuahua Joaquín se había
enamorado de Camargo, tierra de artistas, y la
escoge para asentarse con su familia. Nacen ahí
las dos hijas menores, Neyra y Mayra, y él se de-
sempeña como profesor de Ciencias Naturales en
la Secundaria Federal y en la Preparatoria, plantel
este último donde forma un equipo de futbol del
cual es entrenador, ganándose el mote cariñoso
de sus jugadores, de La Tota Puentes.
Es en Camargo donde desarrolla la mayor
parte de su vida profesional y escala a subdirector
y director de la secundaria, y más tarde será Jefe
de Enseñanza de su área en la región centro sur.
Le decían los maestros “El Jefe Puentes”. Pero no
era de los que aprovechaban el cargo para simu-
lar, se desvelaba haciendo materiales de apoyo
para entregarlos a los maestros de grupo en las
Academias.
Así transcurre su vida, dando amor a sus
cinco hijos y a su esposa Nena, en esa tierra her-
mosa que es Camargo, donde habiendo tanta
agua que les da el río Conchos y la presa La Bo-
quilla, no sólo hay belleza del paisaje, sino pec-
es que da el río, frutas en las riberas del mismo,
abundante oxígeno, un ambiente propicio para
que surja el amor por las artes. Tal vez por eso,
Lucy, la autora de este libro, ha desarrollado su
amor por la Literatura, como lo muestran sus li-
bros, tanto en verso como en prosa. Escribe en
este libro un capítulo que intitula “La magia de los
normalistas rurales”, bellísimo texto.
El Maestro Joaquín siempre mostró hu-
mildad y fue un guerrero incansable. Trabajó 47
años ininterrumpidos. La autora lo retrata como la
persona que le inculcó los valores universales. El
libro contiene además “Cartas al Cielo”, mensajes
llenos de amor y gratitud, de ex alumnos, del hijo
y las cuatro hijas, de nietos y nietas, hermanas y,
por supuesto, de su querida Nena, quien lo acom-
pañó hasta que Joaquín cerró sus ojos para siem-
pre, el 4 de mayo de 2021, en Chihuahua, Chih.
Como homenaje sincero a su vida y obra,
el 10 de octubre de 2023 la Sección 8 del SNTE y
la Presidencia Municipal de Chihuahua colocaron
una placa con su nombre en la Rotonda de los
Maestros Ilustres, en la ciudad de Chihuahua.
Honor a quien honor merece.
Acerca de la autora: Luz Elena Puentes
Morquecho es Licenciada en Letras Españolas por
la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad
Autónoma de Chihuahua. Fue periodista en TV
Azteca. Cursó la Maestría en Investigación Edu-
cativa en la Escuela Normal Superior de Tampico.
Ingresó al magisterio en 2004. Recibió la Medalla
a la Práctica Educativa Docente por la USICAMM.
Es poeta y escribió el libro de poemas Un minuto
azul, además de otros textos.
Redactor: Ramón Gutiérrez Medrano. Octubre de 2023.
36
Memoria normalista
Faro normalista
Listas de los alumnos que fueron trasladados de la Escuela Regional
Campesina de Flores Magón a Salaices, Chih.
Generación 1940-1943
 Aragonés Natividad
 Durán Silviano
 Estrada Pedro
 González José Inés
 González Parra Baldomero
 Hernández Chacón José
 Isimoto Carlos
 López Daniel
 Martínez Efrén
 Monifacio David
 Piñón Encarnación
 Rocha Isabel
 Rodríguez Mario
 Rodríguez Rigoberto
 Valverde Alberto
Generación 1941-1944
 Barraza Ruiz Bienvenido
 Burgos Eugenio
 Castillo Roberto
 Chacón Victoriano
 Gamboa Alfonso
 Hernández Armenta José
 Lozano Vega Eduviges
 Morales Venzor José Francisco
 Moreno Flores Alfredo
 Ostos Valenzuela Ramón
 Parra Perfecto
 Rascón Enrique
 Sáenz Aureliano
 Servin C. Germán
 Terrazas Molina Juan
Remembranzas
Faro normalista
37
MADERA; La importante Obra de José Santos Valdés.
El Heraldo de Chihuahua domingo 22 de septiembre del 2002
José Luis Aguayo (+)
Egresado de la Escuela Normal Rural “Abraham González” Salaices, Chih.
Generación: 1960-1967
lgunos libros, como el “Made-
ra” del Profesor José Santos
Valdés, tienen una historia tan
interesante como la obra mis-
ma. En él se relacionan situa-
ciones y personas de las más
diversas que hacen, al libro, un
resultado colectivo; producto de muchos esfuer-
zos, dedicación e interés.
Muy pocas obras, como en este caso, tienen has-
ta un libro que pretende ser la contra parte o la
réplica para la obra primera, ¡para ello se escribió
“! ¡Que poca Mad... era!” de José Santos Valdés,
el supuesto autor es Prudencio Godínez Jr. (ed-
itado en 1969 como tercera edición, no lleva el
nombre de la editorial ni número de ejemplares;
es un anónimo) Otro ejemplo es la Crónica de un
País Bárbaro de Fernando Jordán para el cual se
escribió otro libro llamado “La Verdadera Crónica
de un País Bárbaro”. Subrayo el hecho de que dos
obras muy importantes para Chihuahua tienen su
contra libro y que ninguno de ellos ha logrado su
propósito de opacar la obra original.
José Santos Valdés fue uno de los grandes for-
jadores de maestros rurales, creador de las es-
cuelas internados para esos fines. Fue inspector
de la zona norte del Sistema de Normales, razón
por la cual conoció algunos de los participantes en
el caso de Madera, especialmente al doctor Pablo
Gómez y a Miguel Quiñones Pedroza.
El objetivo del autor fue exponer quienes fueron
los caídos y reivindicarlos como luchadores socia-
les y hombres útiles muy alejados de los calificati-
vos que les aplicó el Gobierno del Estado. Al paso
del tiempo el libro de 176 páginas se ha convertido
en un estudio puntual y apasionado de la situación
económica, política y social de los 60s, así como la
exposición de los ideales y los programas no sola-
mente del grupo guerrillero sino también de otras
personalidades que actuaban por entonces. No es
un libro sectario; el autor se duele por la muerte
de los maestros y campesinos y también por la de
los soldados, hijos del pueblo, a quienes estima
víctimas de la misma situación social.
Durante los capítulos primero, segundo, tercero y
cuarto expone los resultados de un estudio crítico
de la economía y la situación social del estado.
Se percibe una gran meticulosidad para reducir
con tanta eficacia a unas cuantas páginas lo que
sucede en nuestros 247,087 kms2
. “En Chihuahua
todo es grandioso, hasta la injusticia. La naturale-
za ha sido pródiga: creó ahí, junto a la estepa de
pastizales abundantes en épocas de lluvia, los
médanos de Samalayuca y la aridez escabrosa de
muchos de sus cerros talados hasta el límite”.
Al homenajear nuestro suelo concluye en que los
recursos de la naturaleza y la posibilidad de su ex-
plotación pueden; “hacer la felicidad no solo del
millón 122 mil habitantes que registra la estadística
sino de cinco o más millones de seres humanos”.
Nos presenta un estudio demográfico para expli-
carse la evolución de la población que en el año
de 1900 sumaba 327,784 habitantes y para 1960
tenía 1 226,793 por lo cual en un tiempo de 60
años casi se cuadruplicó. El desarrollo cultural era
muy lento y los saldos de las políticas educativas
resultaban más que negativas, había un 25.2% de
analfabetas de 6 años ó más de edad.
Llega a una conclusión drástica como para dar
vergüenza a cualquier chihuahuense: “Gobern-
aron para degradar no para engrandecer... no
importa, para la validez de este juicio no solo de
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Revista Faro Normalista 4, Frente Nacional de Egresados Normalistas Rurales

  • 1. FARO NORMALISTA Año 1 No. 4 Noviembre de 2023. Marcha en San Diego Tekax, Yucatán, en mayo 2023 Órgano de difusión del Frente Nacional de Egresados Normalistas Rurales. Joaquín Puentes Segura, un hombre tan grande como su pasión NORMALES RURALES A TRAVÉS DEL TIEMPO MADERA; La importante Obra de José Santos Valdés. DIME, MAESTRO. TE ESCUCHO...
  • 2. Comité Ejecutivo Nacional del Frente Normalista de Egresados de Normales Rurales de México MINERVA GONZÁLEZ MORALES Presidente JOSÉ LUIS LÓPEZ ARCINIEGA Vicepresidente ARIANNA CHICHINO REYES Secretaría de Actas y Acuerdos GLORIAAMAIRANNI ORTIZ RAMÍREZ. Secretaría de Finanzas AGUSTÍN LÓPEZ SOLANO Secretaría de prensa y difusión MARÍA DE LOS ÁNGELES GONZÁLEZ VEGA Secretaría de Asuntos Pedagógicos e Investigación WILLIAM ALFREDO NOVELO NOVELO Secretaría de ActividadesCulturales y Deportivas ARTURO RENTERÍA DUARTE Secretaría de Módulos de Producción PABLO ULISES SANTOS CONTRERAS Secretaría de formación política e ideológica FERNANDO CRISTINO PACHECO ALCOCER Secretaría de Derechos Humanos yAsuntos Jurídicos CONSEJO DE VIGILANCIA HALLIER ARNULFO MORALES DUEÑAS. Presidente ELVA SHADI RODRÍGUEZ. Secretaria CLAUDIA IBÁÑEZ MIJANGOS. Vocal DISEÑO AARÓN QUINTANILLA ESCOBEDO Contáctanos por medio de los correos electrónicos fnenr2021@gmail.com asuntospedagogicosfnenr2021@gmail.com Facebook: FRENTE NACIONAL DE EGRESADOS NORMALISTAS RURALES YOUTUBE: Frente Nacional Egresados Normalistas Rurales A.C. FOTO PORTADA: Marcha en San Diego Tekax, Yucatán, en mayo 2023 FOTO CONTRAPORTADA: Contraportada Credencial de la FECSM emitida en 1954 MISIÓN Proporcionar servicios educativos con excelencia, equidad, inclusión y calidez para coadyuvar en la formación integral de las y los estudiantes adquiriendo las competencias necesarias para lograr una vida plena que contribuya al de- sarrollo de una sociedad plural, incluyente y humanista. “Por la preservación, fortalecimiento y Contenido 4 PROPÓSITO DE LA REVISTA FARO NORMALISTA 5 DIME, MAESTRO. TE ESCUCHO... 8 RECORDANDO MOMENTOS INOLVIDABLES 9 Reseña del libro de Iguala a Ayotzinapa, la escena del crimen. 10 Biografía de la Escuela Normal Rural Abraham González, de Salaices, Chih. 12 Breve reseña histórica del normalismo. 14 ¿HISTORIA PARA QUÉ? 17 “La Escuela del diablo, apreciaciones del Obispo Lara y Torres, 1921” 20 SOBRE JOAQUÍN PUENTES SEGURA. (gen. 1959-1965). SECRETARIO GENERAL DE LA SOCIEDAD DE ALUMNOS “CORAZÓN Y ACERO” 1964-1965. 23 Generación “7 de noviembre, unidad de la FECSM” 26 José Saramago y la Normal de Tenería 27 La familia como factor de impacto en el rezago escolar dentro del marco curricular de la nueva escuela mexicana en el contexto urbano 29 La mujer de blanco en la Escuela Normal Rural Flores Magón, Chih. 31 “La Normal” 33 Joaquín Puentes Segura, un hombre tan grande como su pasión 36 Listas de los alumnos que fueron trasladados de la Escuela Regional Campesina de Flores Magón a Salaices, Chih. 37 MADERA; La importante Obra de José Santos Valdés. 41 Sargento de dos Normales Rurales 43 ¡Saucillo Vive! 44 Testimonio sobre las Escuelas de Práctica Agropecuarias a Normales Rurales 1959-1960 46 UNO DE TANTOS… 48 ILUSIÓN 49 Tercera Persona 51 MEMORIA FOTOGRÁFICA DE LAS BANDAS DE GUERRAS DE LAS 51 NORMALES RURALES A TRAVÉS DEL TIEMPO 55 Corrido sobre la Unificación de las Escuelas Normales Rurales, encontrado entre los documentos más preciados del maestro Joaquín Puentes Segura. 56 Credencial de la FECSM emitida en 1954 vigencia del Normalismo Rural”. EDICIÓN: Sergio Ocampo Martínez
  • 3. 3 Editorial l Comité Nacional del Frente Nacional de Egresados Normalistas Rurales A.C. cumpliendo con la encomienda, conferida por los resolutivos del Congreso Con- stituyente, de defender y fortalecer el normalismo rural, hoy pone en sus manos el tercer ejemplar de la revista oficial de nuestra organización civil, para cumplir de manera plena con su objeto social. Esta revista nace como propósito para ser un medio de comunicación en el cual se propicie la unidad y el fortalecimiento del Normalismo Rural. Se propone ser un órgano informa- tivo incluyente y plural en donde tengan cabida todas las opiniones de los maestros, con absoluto respeto a la manera de pensar de los maestros. No habrá censura alguna para las aportaciones, solo se demanda utilizar el lenguaje a la altura de nuestra formación profesional. Esta cuarta revista es un medio de comunicación entre los alumnos y egresados normalistas rura- les, a los investigadores y a la sociedad en general. Un recurso de defensa por el normalismo rural, el espacio es abierto a la inteligencia y la creatividad de los maestros normalistas rurales, docentes egresados de otras instituciones, investigadores y público en general. Nuestra revista estará conformada con varias secciones, que se convierten en un abanico de opor- tunidades, para que cada maestro, investigador, periodista, alumno o la sociedad en general pueda participar y enriquecer la revista, para convertirla en un paladín informativo e histórico, digna de los maestros normalistas y trascienda no únicamente entre los maestros normalistas rurales sino en toda la sociedad. La Secretaría de Asuntos Pedagógicos e Investigación del Frente Nacional de Egresados Nor- malistas Rurales, responsable de la publicación les hace la más cordial invitación a todos los in- teresados a participar, con optimismo y responsabilidad, enviando sus colaboraciones para poder garantizar su publicación trimestral y cumplir con la meta trazada.
  • 4. 4 El propósito Faro normalista PROPÓSITO DE LA REVISTA FARO NORMALISTA s un placer y un alto honor tener la oportunidad de poder expresar a los maestros nor- malistas rurales del país, mi más amplio reconocimiento por sus valiosas aportaciones a la educación del pueblo de México, maestros con quien comparto origen y destino. Saludo con afecto a todas y todos los maestros normalistas rurales quienes con su trabajo diario en el aula forjan a las nuevas generaciones de mexicanos. Reciban un fraternal y combativo saludo de parte de los integrantes del Comité Direc- tivo del FRENTE NACIONAL DE EGRESADOS NORMALISTAS RURALES A.C. organización de la sociedad civil que nació, en el Congreso Constituyente celebrado los días 30 y 31 de octubre de 2021 en la ciudad de México, como una organización incluyente y plural. El Frente Nacional nace con el renovado propósito de contribuir en el rescate del normalismo rural, por difundir la trayectoria histórica de las Escuelas Normales Rurales en la formación de Profesores, que son quienes sentaron las bases del México actual; para rescatar las experiencias pedagógicas de los maestros rurales, para fortalecer los canales de comunicación con todos los egresados de las normales rurales vigentes y extintas. Nuestro objeto social es preservar y for- talecer el normalismo rural en nuestro país. El FNENR se pronuncia por la vigencia del proyecto del normalismo rural en México, por la vigen- cia irrestricta del contenido del artículo tercero constitucional, por una educación gratuita, obliga- toria, laica y con equidad. Consideramos que el gobierno debe entender que las Escuelas Normales Rurales son necesarias e indispensables en el proyecto de primero los pobres, que debe saber que los internados y el autogobierno son la esencia de las Normales Rurales. A nombre del FNENR A.C. nuestra cordial y respetuosa invitación a sumarse a nuestra organi- zación de la sociedad civil a defender con responsabilidad al normalismo rural, a conformar un solo FRENTE ante las amenazas vertidas por la autoridad en contra de la vigencia del normalismo rural del país. Es la hora de la unidad, es la hora de luchar de manera frontal en la defensa del normalismo rural. Unidos defenderemos al normalismo rural. ¡Que viva el Normalismo Rural! ¡POR LA PRESERVACIÓN, FORTALECIMIENTO Y VIGENCIA DEL NORMALISMO RURAL!
  • 5. Reminiscencias normalistas Faro normalista 5 DIME, MAESTRO. TE ESCUCHO... Capítulo III Continuación… Entrada la noche estuvimos de regreso en Jesús María…. Ya sólo quedábamos Chavilla y yo, nadie se presentaba por nosotros y dado que las localidades a dónde íbamos estaban demasiado retiradas, no querían acompañarnos, pues, el que lo hiciera, perdería mínimo una semana entera en cumplimentar su cometido. Esperando y haciendo tiempo, nos dedicamos a recorrer las cercanías de Jesús María, llegando su servidor, hasta San Juan Peyotán, donde conocí a los Pro- fesores que trabajaban ahí. Fue una jornada larga, una caminata de casi seis horas desde Jesús María. Así, conocí Santa Rosa, donde encontré al gran amigo, el Profe Aguilita, pues se apellidaba Águila. Con él me sucedió una cosa curiosa: para llegar, buscarlo y encontrarlo, ocupé un buen rato; cuando logré hallarlo en una parcela, trabajando con sus alumnos, con alegría me acerqué a saludarlo y él, antes de saludarme y ofrecerme un vaso de agua, lo que se le ocurrió fue decirme: - Hola Darío, ¿a qué hora te vas? - ante esta recepción, lo único que me quedó conte- starle fue: - Ya me voy Aguilita, sólo pasé a saludarte -. Y sin más me tuve que alejar de Santa Rosa. En este viaje, pasé a saludar a mi buen Aquino en San Francisco, quien ya se había semi-aclimat- ado al lugar y no teniendo más remedio, tuvo que hacer de sus alumnos, sus maestros, para que le enseñaran el dialecto y poder comunicarse con ellos. Gustoso de verme, no dejó que me regresara ese día a Jesús María. Nos pasamos gran parte de la tarde y hasta ya entrada la noche, platican- do las novedades que teníamos más recientes. A mi amigo, le empezaban ya a gustar las coritas, pues, por las mañanas, muy temprano, tenía que ir hasta el arroyo a bañarse, en un lugar donde había la profundidad suficiente para darse una buena zambullida y me comentó que a esa hora, se encontraban ya bañándose en ese lugar varias chamacas coritas y que sin algún recato lo hacían desnudas. ¡Claro!, ¡Tuve que constatarlo! Al otro día, después del suculento baño y el refrescante desayuno, digo… ¡al revés!, ¿sería porque estaba recordando el “refrescante baño”?... refrescante baño y suculento desayuno, me dirigí de regreso a Jesús María, mi Centro de Operaciones... (Continuará) Rubén Darío Flores Salinas. (RuDaFloSa.) Abrazo fraterno para TODOS los lectores. · DIME, MAESTRO, TE ESCUCHO... CAPÍTULO V Nos quedaban dos largas jornadas para llegar a Santa Teresa... Al iniciar la caminata, Carmelo me previno diciendo: —“Vamos a pasar a saludar a mis compa- dres”—. Siempre caminaba adelante y a paso constante, pero, esta vez me pareció que alargaba el paso y lo hacía más de prisa. Al llegar con sus compadres supe la razón de su andar acelerado: nos habíamos desviado para llegar a ese Rancho de Aguas, como le llaman los coritas al refugio
  • 6. 6 Reminiscencias normalistas Faro normalista que construyen, cerca de algún arroyo, con el fin de que no falte el agua, sembrar un maíz de poca calidad que les da suficiente para sus gordas, alimentar a una o dos vaquitas que pueden llegar a tener, como la que alimentaba a su becerro y nos saludaba meneando su cola, desde el corral, al lado de una casita de carrizo, techada con paja, donde el compadre, preparaba su tejuino, que ha- cen bien fermentado y toman durante los días de fiesta hasta embriagarse. Esa noche, hubo queso en la cena. Dormimos en el patio de la casa, bajo las estrellas, al lado de una hoguera. Otro día, al despertar, ya habíamos descansado lo suficiente para retomar las veredas; después de desayunar las consabidas gordas de masa y un poco de leche y no sin antes jalar nuestro “ita- cate”, emprendimos la jornada. Por el camino a corto espacio, aparecían vacas, toros y becerros que lucían el mismo “fierro” o marca, que denotaba al propietario. Al preguntarle a Carmelo sobre el dueño de esa marca, me contestó que eran de Don Rafael de la Cruz. Cuando escuché este nombre, recordé algo que me había ocurrido en Jesús María durante los primeros días, después de nuestra llegada: Un Señor, desconocido para mí, se me acercó y sin que nadie más lo escuchara, me pidió cien pesos “prestados” —“Voy y vengo a Tepic y enseguida te los pago”— me dijo. Yo, no traía mucho dinero y al no conocerlo, no le presté mucha atención, separándome inmediatamente de él; le pregunté al Secretario del Ayuntamiento el nombre de la persona que se alejaba y me con- testó:¡Ah!….es Don Rafael de la Cruz. En ese momento, oír su nombre no me dijo nada, pero… ¡Vaya!, ¡coritas vemos, propiedades no sabemos! Después de mucho avanzar entre grandes bosques de pinos y robles, llegamos al Aguacate, un paraje donde pernoctaríamos. A decir de Carmelo, muchas personas amanecían muertas por los piquetes de alacrán que ahí abundaban. Limpiamos la parte del piso que nos serviría de campamento y mientras él buscaba agua para acompañar las últimas gordas del día, me puse a buscar leña, no sin antes sacudir todos y cada uno de los pedazos de rama seca que encontraba, “por si las termópilas”, no fuera a haber algún bicho entre ellos. Esa noche se me voló el sueño y estuve al tanto de los posibles visitantes. Ya por la madrugada, me venció el sueño y nunca vi algún alacrán. Serían las cuatro de la tarde del siguiente día, cuando, desde una loma, contemplaba por fin Santa Teresa. Un frío intenso calaba mis huesos. No obstante, el paisaje valía la pena. Desde el lugar que nos encontrábamos, se observaba toda la meseta donde se asentaba el poblado. A varios cientos de metros unas de otras, se veían casitas de madera techadas con paja. A lo lejos, al occidente, podían distinguirse un conjunto de edificaciones, uno de ellos hecho de piedra, sin techo y dos más de adobe y techo de paja. Carmelo me sacó del asombro explicándome que eran las ruinas de una iglesia de los Jesuitas, la Escuela y la Casa Grande, ésta última, lugar de reunión de los coras del lugar con su Gobernador. Entre estos edificios se notaba un gran patio que al poniente se extendía hacia la llanura donde alegre, se mecía el pastizal doblegado por el viento helado. A la derecha, se adivinaba un arroyo por el colorido de la vegetación a lo largo del mismo. Grande fue mi sorpresa cuando conocí ese arroyo: un agua limpia, zarca y muy fría, donde… adivinen qué... recordé en vivo y a todo color el arroyo de San Francisco. Después de contemplar esta belleza natural, aligeramos el paso, sentí que el cansancio desapare- cía. Carmelo me llevó directamente a la casa del Juez Auxiliar, Don Jesús de la Rosa, ante quien me presenté y solicité el auxilio indispensable en mi tarea de instalarme en la escuela, pues ya me había platicado mi guía que estaba…” algo deteriorada”. Don Chuy, amablemente, me ofreció su casa para que viviera durante mi estancia en el lugar, me presentó a su esposa e hijos y me asigno el sin par “carretón” para que me alojara, no sin antes
  • 7. Reminiscencias normalistas Faro normalista 7 prometer toda su ayuda en los menesteres que se ofrecieran en beneficio de mi labor. Le agradecí a Carmelo y me despedí de él, no sin antes recordarle el compromiso que teníamos de devolver la mula que nos prestaron en Jesús María. El carretón es un depósito donde guardan maíz, herramientas, sillas de montar, fustes, etc., con- struido a metro y medio de altura sobre postes de madera, con tablas, techo de paja y gruesas rendijas por las que se colaba el frio. Me acomodé lo mejor que pude y luego de cenar tortillas con chile y té de canela, di las buenas noches y me dispuse a recuperar mis fuerzas para el día siguiente. Antes de quedarme dormido, recordé paso a paso nuestro inolvidable viaje desde Jesús María a Santa Teresa. ¡Nunca se me olvidaría!… (Continuará) Rubén Darío Flores Salinas. RuDaFloSa. Egresó en 1964 de la Normal Rural de Xalisco, Nayarit. Abrazo fraterno para TODOS los lectores.
  • 8. 8 Recuerdos normalistas Faro normalista RECORDANDO MOMENTOS INOLVIDABLES ntre los años sesenta y noventas los maestros egresados de las normales rurales del país, llegábamos al aula con un gran entusiasmo y un deseo inmenso porque nuestros alumnos aprendieran lo más posible, para ello no solo recurríamos a los procedimientos, métodos y técnicas de enseñanza, sino que nos valíamos de una gran cantidad de arti- mañas para lograr nuestros objetivos, algunos con vocación, otros sin ella, pero siempre tratando de dar lo mejor de nosotros. La lectura y la escritura se practicaban a diario. En cuanto a la lectura esta tenía que ser de calidad y también de comprensión, una vez que los alumnos todos le daban dos o tres repasos a la lectura del día, el maestro pedía a un alumno que leyera , en silencio sus compañeros le seguían en sus libros, tenían que estar bien atentos porque no se sabía a quién se le indicaría continuar, al copiar un párrafo del libro de lecturas, el maestro revisaba y si había faltas de ortografía, o no se habían escrito las mayúsculas, o la letra estaba mal hecha, se pedía al alumno que volviera a copiar el pár- rafo y si en su segunda revisión había faltas se le indicaba lo volviera a hacer, así hasta que saliera bien, por lo anterior nuestros alumnos leían y escribían bien. En matemáticas algunos maestros sacaban a sus alumnos al patio de la escuela a que por equi- pos dibujaran un rectángulo digamos de 6 por 4 metros y colocando marcas en sus lados a una distancia de un metro, lo cuadriculaban y luego contaban y anotaban su área en metros cuadrados y hacían otro y otro y otro con distintas medidas y no faltaba alumno que dijera maestro para que dibujamos y cuadriculamos, basta con multiplicar lo largo por lo ancho y asi tendremos el área del rectángulo, el maestro decía, pero mira que bruto soy como no se me había ocurrido, así mismo se hacía con el cuadrado, el triángulo y demás figuras geométricas. El alumno guiado por el maestro se convertía en inventor de fórmulas para encontrar áreas y perímetros de figuras planas. Ya en geografía todos los alumnos trabajaban, el maestro de quinto grado les pedía un mapa Edel continente americano con la división política e indicaba a sus alumnos iluminar de amarillo el país de Brasil, ponerle el nombre con letras mayúsculas y su capital con mayúscula inicial y luego minúsculas, así se hacía con todos los países, se iluminaban los océanos y golfos, se les escribían sus nombres correspondientes, lo mismo se hacía en los demás grados. En educación física, gracias a las enseñanzas del maestro Gregorio Barragán nuestras escuelas siempre se distinguieron. En las demás materias siempre nos la ingeniábamos y procurábamos que el conocimiento llegara en forma eficaz al alumno. Los maestros egresados de las Normales Rurales del país, prestamos nuestro servicio con mucha pasión, con una verdadera abnegación y entrega desinteresada y no solo éramos maestro de gru- po, también guías comunitarios, consejeros y en ocasiones enfermeros. Gracias a nuestra amplia preparación pudimos cumplir con la misión encomendada. Antelmo Estrada Cervantes Generación 1955-1961 de la Normal Rural de Xalisco, Nayarit.
  • 9. 9 La Opinión Faro normalista Reseña del libro de Iguala a Ayotzinapa, la escena del crimen. (Malditos aquellos que con sus palabras defienden al pueblo y con sus hechos lo traicionan) autor: Fernando Escalante Gonzalbo. orría el 27 de septiembre del 2014, sentado en la explanada de la Normal de Tenería, EDOMEX tomando un cafecito, se murmuraba de una tragedia que había sucedido en Ayotzinapa, al principio se me venía en la mente que nuestros camaradas se encontraban escondidos o detenidos en algún reclusorio de Iguala, pero conforme fue trascurriendo el tiempo pareciera que los camaradas habían desaparecido por arte de magia, ya que nadie sabía de su paradero, ni las mismas autoridades gubernamentales. De Iguala a Ayotzinapa, es un dolor frecuente para los que estudiamos o estudian en una Normal Rural, ya que cada estudiante sabe sus motivos personales, por lo que decidió ser maestro rural, sabiendo que las Normales son asechadas de hostigamiento por parte de los gobiernos actuales, pues han vivido jornadas de violencia extremas, como lo vivido en Ayotzinapa. Las movilizaciones que realizan los normalistas de Ayotzinapa, se concentran en la capital Guerrerense Chilpancingo, en donde siempre exigen mejores condiciones para su institución, por lo que el Estado no le da ciertas soluciones a sus demandas y responde a modo de violencia, teniendo en cuenta que el estado de Guerrero es sumamente represor, pues siendo gobernador ÁngelAguirre mando a reprimir violentamente una manifestación de los normalistas en el 2011, dando como resultado la muerte de dos jóvenes Alexis Herrera Pino y Gabriel Echeverría, tendidos sobre la cinta asfáltica, tras recibir impactos de bala por elementos ministeriales, una desena de detenidos y heridos, dando a conocer que la única solución que buscaban los normalistas es que se hiciera cumplir su pliego petitorio. Las Normales Rurales desde su fundación, en 1927, primero como centrales agrícolas, y luego con su nombre oficial, surgieron con el propósito de brindar educación a la sociedad analfabeta del país, pero sufrieron un golpe después del movimiento estudiantil de 1968 cerrando parte de la mitad por el gobierno Diaz Ordaz, argumentando que eran nidos de comunistas y de futuros guerrilleros. De Iguala a Ayotzinapa, es el camino de la tristeza y el terror, de cada sueño de cada estudiante, de ser profesor en las comunidades más apartadas del país, en donde existe la ignorancia y el abandono de las autoridades gubernamentales, que no les importa la educación, y que los tiene hundidos en la violencia, desigualdad y saqueos. El activismo en México está prohibido, para todo aquel que exige sus derechos, para el gobierno la única solución es asesinarte, es por eso que nos cubrimos el rostro para nuestra seguridad, ya que los desaparecidos y asesinatos en la guerra sucia sigue impune. Policías, ejército sirvieron como escudos de bastardos criminales al servicio del Estado para perpetrar dichas acciones contra los normalistas, utilizando todo su arsenal de armas como si se tratar de una guerra en contra de ellos, teniendo como objetivo acabar con todo normalista que esa noche pisaba Iguala NI CON TANQUES NI METRALLAS, L A FECSM NO SE CALLA. “LAS CONSIGNAS NO SE CANTAN, SE GRITAN”. Escalante, F. (2019). De Iguala a Ayotzinapa. Ingramex. Elaboro: Eduardo Galindo
  • 10. 10 Biografía Faro normalista Biografía de la Escuela Normal Rural Abraham González, de Salaices, Chih. a Escuela Normal Rural de Salaices, nació el 12 de enero de 1927 como Escuela Central Agrícola. En abril de 1927 ya se tenían los proyectos para la construcción del edificio y el 4 de agosto de ese año el encargado de las obras, Carlos Melo y Santand- er, informó que los terrenos donde se edificaba estaban llenos de girasoles. Melo fue el encargado de la construcción de la escuela y su primer director. La insti- tución contaba entonces con 673 hectáreas, que años después se redujeron a 350 por afectaciones para crear nuevos ejidos: El Cairo, El Porvenir y otros. En diciembre de 1927 estaba a punto de terminarse la construcción y en 1928 recibió a los primeros alumnos, iniciando irregularmente su función (aunque este dato parte de un testimonio verbal, dudoso y sujeto a comprobación). En 1929 se interrumpieron los trabajos de construcción debido al combate cruento de Jiménez llamado “Guerra de la Renovadora”. En 1930 se inscribieron los primeros alumnos y para 1931 ya había 100 y la planta completa de maestros. Fue hasta 1932 cuando se dio el verdadero arranque de las actividades del plantel. Los alumnos sembraban trigo, alfalfa y otros cultivos, además criaban varias especies de animales. Tenían una partida diaria de 59 centavos para comida, por alumno, por lo que solicitaron un centavo como aumento. Los requisitos para ingresar a la escuela eran dos: ser hijos de ejidatarios y ser mayores de 16 años. Trabajaban desde las 5:00 AM hasta las 9:00 PM y tenían tres grados. Las actividades que desarrollaban eran: agricultura, horticultura, arboricultura, industrias rurales y ganadería, y las ma- terias: matemáticas, español, historia, civismo. Esta institución, conocida como Escuela Granja, formaba peritos agrícolas y maestros rurales. Pasó a ser Escuela Regional Campesina en 1933 con programa de 4 años y de 1935 a 1941 atendió a jóvenes de ambos sexos. En 1941 los varones que estaban en Flores Magón se trasladaron a Salaices y las mujeres que estaban en Salaices pasaron a Flores Magón. En 1940 se convirtió en Normal Rural, con un programa de 4 años. Atendía 5o. y 6o. grados de primaria, a los que se les llamaba “grupos complementarios”. Entre 1940 y 1945 tuvo un programa de cuatro años. La generación 1943-1949 fue la primera del plan de seis años y tuvo 9 egresados. El total aproximado de maestros egresados en Salaices es de 1,500. La Normal de Salaices murió en agosto de 1969, al igual que otras 13 normales hermanas. El cierre fue traumático, pues las instalaciones fueron tomadas por las fuerzas del Estado. Los alumnos opusimos una débil resistencia en Ciudad Jiménez, apoyados por ferrocarrileros y por algunos ex alumnos. Una semana después, como pudimos nos trasladamos a la Normal Rural de Aguilera, Dgo., a terminar la carrera. La razón para que el gobierno federal tomara la decisión de eliminar 14 normales rurales pudiera estar en la participación que estas escuelas, integradas en la Federación de Estudiantes Campes- inos Socialistas de México (FECSM), tuvieron en el movimiento estudiantil de 1968. Una escuela hermana que sobrevivió en nuestro estado, dedicada a preparar maestras, es la Ricardo Flores Magón, de Saucillo, Chih Ramón Gutiérrez Medrano Esc. Normales Rurales Salaices, Chih. y Aguilera, Dgo. Generación: 1964-1970
  • 12. 12 Reseña histórica El Normalista Breve reseña histórica del normalismo. L.E.P.-L.D. Edgar Stalin Méndez Alcaraz Secretario Político del PCM Tabasco Secretario de Asuntos Jurídicos del SITEM Tabasco uy pocos están enterados que en el año 2022 se cumplieron los cien años de haber sido fundada con grandes obstáculos, la Primera Escuela Normal Rural de Latinoamérica, en la ciudad de Tacámbaro de Codallos en el estado de Michoacán de Ocampo, para ser precisos el 22 de mayo de 1922, que en palabras de Jesús Álvarez Constantino en el prólogo del libro Un maestro de pueblo y la epopeya de la primera Normal Rural escribe: “No solo merece el nombre de epopeya el establecimiento de esta primera escuela Normal Rural, que sirvió de norma y orientación para la creación de las demás normales rurales del sistema, sino que toda la educación rural mexicana en la década en la que nos estamos refiriendo constituye en sí misma una de las más notables epopeyas de la pedagogía universal. Esto no lo decimos nosotros, sino que lo afirma el destacado filosofo norteamericano John Dewey, al referirse a la educación internacional de esa época: No hay en el mundo movimiento educativo que presente mayor espíritu de unión intima entre las actividades escolares y las de la comunidad, como el que se ve ahora en México.” Y tú amable lector, si eres docente y eres tabasqueño(a) te preguntarás ¿y eso en que se relaciona con Tabasco? La respuesta es inesperada, porque pareciera que se han empeñado en mantener oculto, en secreto o de plano no se quiere reconocer la importancia de la educación rural impulsada por el maestro Arcadio Zentella Priego, -contexto- quien desde 1903 se dedicó a fundar escuelas en las zonas rurales de nuestro estado a falta de apoyo del entonces Gobernador Abraham Bandala, también aquí se vivió una epopeya educativa, más grave aún porque en esos tiempos los medios de comunicación eran pluviales y marítimos más que terrestres, sus principales afluentes: el río Grijalva, el Usumacin- ta y el Mezcalapa, es decir se encontraban en un nivel de aislamiento alto. Pero ¿quién fue Arcadio Zentella? al respecto el libro Vidas Cunduacanenses del también maestro Ramón Mendoza Herrera escribe: “Hay un hecho importante en el desarrollo de la vida cultural de Tabasco: La fundación de las escuelas rurales en 1903. Era director de educación don Arcadio Zentella Priego, natural de Cundu- acán, y comprendió la necesidad de llevar el abecedario a las masas campesinas. Instó con frecuencia al gobernador Bandala, pero se hallaba con el obstáculo presentado por la falta de edificios, pues el gobierno pensaba que produciría una erogación muy fuerte las construcciones. Zentella calló y días después se marchó a las comunidades rurales. Estableció contacto con el medio y convenció al campesino de los beneficios de la cultura y de su propio peculio las aldeas construyeron los edificios. El Ejecutivo ya no pudo poner peros a la idea de don Arcadio y en el presupuesto de egresos de 1903, se marcó la partida correspondiente para el pago de los sueldos de los profesores del cam- po. Por tal razón debe considerarse al Sr. Zentella como Padre de la Escuela Rural Tabasqueña.” Con estas acciones el gobernador del estado ya no pudo negarse a dar apoyo para que la educación en Ta- basco fuera una realidad, dejando para la posteridad la obra titánica realizada por el maestro Zentella. Ahora bien con respecto a las instituciones formadoras de docentes, que décadas después fueron semillero de docentes, María Magdalena Méndez Brito, Vicente Paz Ruiz en su escrito: Las Raíces de la identidad del magisterio tabasqueño (Etapa 2, PROYECTO DE UNIDAD) documentan datos muy importantes sobre la fundación de la normal rural del estado, que les comparto a continuación “La ed- ucación en el Estado ha tenido dos hitos que le han dado presencia a nivel nacional, esos los dieron los caudillos tabasqueños: Tomás Garrido Canabal (1920 – 1936) el hombre del sureste y su escuela racionalista y Carlos A. Madrazo Becerra, (1955 – 1963) con su aplicación del plan del once años, líder político del sureste.”
  • 13. 13 Reseña histórica El Normalista En 1908 se edifica la Estación Agrícola Experimental, la Federación da la concesión para establecer la Escuela Granja “Simón Sarlat”, en la que se estudiaría la carrera de Agronomía, con el compromiso del Gobierno Estatal de becar a diez estudiantes. En septiembre de 1922, en el mismo edificio de la escuela Granja, se abre también la Escuela Normal de Maestros Rurales, patrocinada por el Go- bierno Estatal, con una inscripción de 38 alumnos. Pero debido a la rebelión que encabezó don Adolfo de la Huerta en diciembre de 1923, “La Granja”, fue ocupada por la tropa hasta 1932. El 9 de enero de 1932, una vez abandonada por el ejército, se abrieron inscripciones en la normal rural para el ciclo escolar 1933. La Escuela Normal Rural para campesinas “Dolores Correa Zapata” operaría en el edificio de “La Granja”. En 1934, se trasladó también ahí la Escuela del Maestro Tabasqueño. Trabaja- ron separadas, hasta mediados de 1935. Para 1936 se fusionan en el solo nombre de Escuela Normal Rural del Estado, reformándose el Plan de Estudios con el fin de ajustarlo “al de las escuelas normales del país” La calificación de “Rural” la conservó la escuela hasta 1962, año en que por el Decreto número 128 del 20 de marzo se le quitó, quedando Escuela Normal del Estado, y dándole facultades al gobierno para desaparecerla, así se cerró una etapa de la formación docente, que abarcó de manera discontinua de 1922 a 1962. (Chablé, 1976, Gallegos, 2006) La historia nos lleva a concluir que efectivamente en el año 2022 fue trascendental para el Normalismo Rural y que tanto en Michoacán como en Tabasco habría celebraciones en el mes de mayo y en el mes de septiembre respectivamente. No omito decir que las dos Escuelas Normales aún están vigentes: La Escuela Normal Rural “Vasco de Quiroga” y la Escuela Normal del Estado “Rosario María Gutiérrez Eskildsen” que son las herederas de las dos instituciones más antiguas de Latinoamérica. Dato curioso: yo fui alumno de las dos Normales 😊
  • 14. 14 Normalismo rural Faro normalista ¿HISTORIA PARA QUÉ? xiste en la naturaleza un elemento, un agente físico que tiene una facultad particular; la de hacer visible los objetos, no posee fórmula química y no aparece dentro de la tabla periódica de los elementos, pero recurrimos a ella cuando, conocer queremos, cuando es menester el entender, cuando mejorar pretendemos, cuando desvelar queremos, cuando descubrir precisamos, cuando alumbrar necesitamos, la historia es el componente al que se refiere. La historia es precisamente memoria, por eso nos apoyamos siempre en la fina reminiscencia para no olvidar lo que somos y lo que estamos destina- dos a ser, consultar la retentiva histórica es honrar a nuestros semejantes, es un gesto de gente bien nacida, recordar a quienes con talento caminaron antes que nosotros la senda del Normalismo Rural es de nobles espíritus humanistas, porque estamos recordando con humildad que no somos producto de la generación espontánea, sino que tuvimos y tenemos padres cuya memoria sigue viva y eso le permite dialogar a las comunidades Normalistas actuales, permite enaltecer su esencia, ejercer la re- sponsabilidad y educar a las nuevas generaciones de hombres. Si miramos hacia atrás no debe ser con añoranza, pero si con orgullo, con honradez, es un ejercicio de objetividad, debemos recategorizar lo que somos tomando el termómetro de lo que fuimos, o fueron las semillas de principios de los 90s. El Normalismo Rural ya no requiere de falso simulacro de reconocimiento histórico sino de ver- dadero maridaje con nuestro pasado, no debemos permitir que recordar fechas significativas sea como se enseñan en muchas instituciones en donde la mayoría solo es un requisito dentro del calendario cívico, sino que se debe realizar como un ejercicio permanente de admiración y franqueza. Porque es importante recalcar que de si algo adolecemos en estos días es de figuras verdaderas a quien admirar, de personas a quien emular, de muestras de dignidad, a quien empatar con nuestras aspiraciones, de maestros y guías y por supuesto de ser revolucionarios. En la sociedad, hoy, sobre todo, la juventud carece de héroes, de figuras, de ejemplo, y eso consecuentemente nos obliga a consultar la memoria que es recipiente de los hechos, la guarda de la imagen, la música del pasado que ha de permitirnos recuperar nuestro esencial destino. Los Normalistas se deben negar a seguir viviendo en una realidad convulsa en donde la tolerancia y la amabilidad están carentes, porque solo así tendrán apoyo de con- trastar el abuso, agresión o violentamiento del que son objetos por parte del Estado, se debe retomar el compromiso para con los de abajo y con el pueblo que era sello distintivo del hombre Normalista de bien, porque hemos perdido la admiración y el prestigio es algo ya difícil de poseer y de sostener. Mire- mos al espejo de atrás y veamos que en cada espacio de las Normales Rurales han habitado los brazos que luchan y los espíritus que crean, los que han hecho que el Normalismo llegue a nuestros tiempos y es a quienes debemos seguirle sus ejemplos. Que esa mirada hacia el pasado de pauta a regirnos con su dulzura y sabiduría para afrontar las cosas nuevas y pueda verte el vergel silencioso de la alegría en la sangre nueva que habrán de iluminar los nuevos días. Mirar atrás es regresar al regazo dulce y magnifico de la virtud, retomar a ese capullo original donde comienza la transmutación, es escuchar el abrir de las puertas donde el sol antiguo, añil, exper- imentado y fuerte nos regale un presente repleto de momentos y que por ser momentos son ricos de matiz y de textura, es el pasado maestro sí, ahí donde solo ahí, nacen las nuevas expectativas. Porque es mentira que se afirme que el pasado se ha ido, el pasado habita en nosotros, nos constituye, nos alimenta, nos nutre, nos envuelve, el pasado que no está años atrás sino exactamente nos acompaña detrás de nosotros, y eso categóricamente dos da identidad. ¿Para qué es la identidad normalista? ¿acaso solo es pertenecer o ser estudiante de una Normal Rural? Para algunos la identidad solo es un discurso que lo repetimos porque creemos que vestimos de tiempo y tradición, pero no es así, la identidad es el mejor ejercicio de la voluntad humana, es la
  • 15. 15 Normalismo rural Faro normalista creación de un espacio y tiempo que nos permite la identificación, distinción y reconocimiento, es darle paso a la otredad, es aceptar a nuestros semejante, comprendiendo que sin él no somos y sin nosotros no estamos, se debe redimensionar y reeducarnos bajo el concepto actual de identidad, porque es la forma más asertiva de hacer patente la existencia del ser humano en el mundo, la identidad le da a los normalistas categoría de pensar y de sentir, entonces la identidad nos revela no como un regalo, no como una herencia ni mucho menos como una dadiva sino como la enorme oportunidad de saber lo que somos, el libro de cuyo contenido vamos a desenredarnos con brillos que traen consigo los días y preguntarnos cuál es nuestro origen y cuál es nuestra verdadera misión en la sociedad como personas y maestros normalistas. Identidad es entonces una interrogante permanente, una cuestión en forma de acertijo que debemos resolver si queremos permanecer en este colectivo de la patria. Tener identi- dad y amar la historia normalista es entonces existir con voluntad porque permanecer no es persistir, pertenecer no es existir, por el contrario permanecer es volverse vigente, actuante, crítico y sonoro y pertenecer es involucrase, hacerse presente pero con voluntad, con decisión y con actitud de asumir la sabiduría del otro y regalarle a la vida las dudas que se posean para que la magia de la experiencia vaya dando respuestas a la pregunta sobre la identidad que nos sostiene durante toda la vida. Vivir es aprender, es cuestionar, es ser rebelde, de no conformarse con el tiempo que nos toca vivir sino trans- formarlo, sea una parcela o una hectárea, sea una llanura o una montaña, sean los secretos del mar o la insondable esfera celeste. Identidad es entonces existir con propósito y vivir cumpliéndolo, es alimentar las destellantes alegrías y viscitudes del camino que se habrá de emprender porque nuestros padres fundadores una cosa nos ensenaron: a caminar sereno, a transitar con mesura, a revelar la verdad, a estremecer el sitial, a enaltecer con valor, a confrontar el presente, a trabajar la cultura, a dialogar nuestro silencio, a verbalizar nuestro dolor, a entender nuestro sentimiento, a clamar justicia y a conversar con nuestro hermano, eso es ser normalista con dignidad. Solo quien conoce y ama su vida, ama entonces su pasado, reconocer y admirar a quienes transitaron antes que nosotros, a quien con dignidad dignificaron su camino, a quienes les costó andar abriendo sendas anhelando con pasión resuelta sabiendo que podían trascender y quizá con vehe- mencia heredar su gloria, por eso amamos la historia del Normalismo porque nos otorga identidad, no porque sea un manojo de ilusión, no porque sea ramillete de recuerdos, no y claro que no porque sea adornó en la conversación o el simple sinónimo del ser culto. Amamos la historia de cada una de las Normales porque nos amamos a nosotros mismos, a nuestro semejante, porque amamos verdader- amente a la vida y su fructífera andanza, porque arropamos los frutos del tiempo, cuyos renuevos vuelven a ser semilla que brotan en la tierra y vuelven a la luz cada cierto tiempo, porque la historia es nuestra guía, son las respuestas del futuro, son la promesa de nuestra vida. Para eso nos sirve la his- toria de las normales, para recordarnos el recetario puntual, la fórmula de lo que es ser la buena vida y las nobles costumbres de los maestros criados en un internado. La identidad es tradición, y qué es la tradición sino la sucesiva practica de lo que nos hace felices y fuertes y además nos otorga el botón de la unidad, es un hábito incrustado en la conciencia colectiva, pero las tradiciones no lo son todo y tampoco son verdades incuestionables sino que deben adaptarse a la sociedad y su dinámica, deben caminar al paso del hombre, debe ser tradición que conservando sus bienes pilares se adaptan, se mantienen vigente, además propone y postula herencia y trascendencia. Desmitifiquemos a los héroes y bajémoslos del pedestal en que están, traigámoslos aquí a dia- logar con nosotros sobre nuestra realidad porque si algo supieron darnos fue su ejemplo, y hoy mucho más que antes lo necesitamos para sobrevivir a las vicisitudes del siglo XXI. Los héroes son necesari- os y deseables, pero, así como en la infancia funcionaron como motores de ideales y de imaginarios,
  • 16. 16 Normalismo rural Faro normalista en la adolescencia o en la madurez deberían ser revisitados para que en nuestra conciencia los de- smitifiquemos y finalmente podamos exhumar y con ello traerlos aquí en la tierra, porque ellos tuvieron la virtud de escuchar el latir de sus días, interpretar su realidad, asumir su destino con el carácter que da la disciplina y el tesón de construir, de edificar de ahí su condición de arquitectos porque primero esbozaron una meta se alimentaron de conciencia le dieron templanza y gallardía, forjaron al calor de la verdad y conscientes de que el mundo es la enorme y grata posibilidad de engrandecer la virtud. Dar espacio a la crítica, aprender a mirar de frente a la historia y a la cultura y a uno mismo como ente social con el fin de ponerle dudas y hacerle tantas preguntas como sea posible, en otras palabras superar las vicisitudes mesiánicas las polarizaciones acríticas que obedecen a un pensamiento fanático religioso o mágico o irracional, somos vulnerables porque no conocemos el pasado y desdeñamos a los héroes, a los poetas, a los artistas, a los libres pensadores a quienes fueron rebeldes porque su naturaleza humana contrastaba con su estatura de gigantes, se le habla a los normalistas, se les habla con pasión y con libertad y se sentencia que si en las Normales Rurales se desdeñan a los forjadores de la patria, estarán empeñando su futuro, dejando que otros vivan la vida que les corresponde porque no voltear a ver a los próceres de nuestra tierra, es como si renegáramos de nuestros apellidos que son herencia y regalo de nuestras familias, así como se encuentra consuelo y alegría en los abuelos, así como ob- tenemos carácter y disciplina en nuestros padres y madres, así como logramos un abrazo fraterno de nuestros hermanos y amigos, así de tierno, así de dulce y sobre todo útil es la memoria de los pueblos reflejada en la acción de sus mujeres y hombres. El descontrol de la globalización nos ha traído desafortunadamente el desconocimiento y el desinterés por la historia, la masificación y la producción en serie da poco espacio a la autenticidad, la mera innovación reprime la creación, la imitación vulnera la imaginación, la cosificación del humano prohíbe la reconciliación, la falta de interpretación nos da distanciamiento y nos aleja del entendimiento de la existencia del otro, la cerrazón nos separa de la emoción, la disidencia de la inteligencia, la pru- dencia de la elegancia, la discordancia de la consonancia, la arbitrariedad de la amabilidad, la soledad de la integridad e integralidad y las redes de los cubículos donde habita el corazón, la razón, la pasión para privilegiar no lo infame sino lo humano producto de las relaciones sociales. Es trabajo fundamental en nuestros días recordar y dialogar a través de los libros y la lectura a quienes con el hilo de la valentía bordaron palmo a palmo una vida de honor, un ejemplo de lealtad, una muestra de virtud, una porción de grandeza que fundamentalmente es el pasaporte al porvenir de lo que ahora somos, ellos dieron rostro al Normalismo, pero no solo ellos sino lo que representan ellos, porque indudablemente ellos lucharon pensando en un nosotros y de los que en los pasillos de las Nor- males Rurales se formaron para la profesión más noble sobre la tierra, el de ser maestro. Los ciclones no conocen el reposo, seria delito su afirmación, no pueden conocer el reposo quienes fueron hacedores de tempestades como Raúl Isidro Burgos, verdaderas rebeldías como Lucio Cabañas , incontrolables espíritus virtuosos como Rafael Ramírez Castañeda, no se puede hablar de calma ante quienes el asombro y el desafío les eran comunes, por ello no se puede hablar de pasivi- dad ni tranquilamente de estos titanes de la libertad, elementales en una sociedad científica, artística y cultural. Sin nada más un sepulcro para ellos de honor, porque ellos son la base elemental del pens- amiento de las Normales Rurales. Por José Manuel Saragos Gómez Egresado de la Escuela Normal Rural Mactumactzá, Chiapas Generación 2018-2022
  • 17. Historia normalista Faro normalista 17 “La Escuela del diablo, apreciaciones del Obispo Lara y Torres, 1921” Profr. Dr. Tomás Alberto Molina Jardón tomasmolina.jardon@seiem.edu.mx Investigador Educativo de Enseñanza Superior (2019-2021) Escuela Normal Rural Lázaro Cárdenas del Río a educación fue una de las conquistas sociales más importantes de la Revolución Mexicana que, a pesar de la derrota de las fuerzas populares encabezadas con Emiliano Zapata y Francisco Villa, prometía mejorar la condición de pobreza en la cual se encontraba la mayoría de la población; ya en los años posteriores a la Rev- olución, la educación era una necesidad social de formar a los nuevos dirigentes de esto hecho social, vislumbrando a la educación rural como una preocupación constante para el nuevo grupo gobernante no sólo porque México era un país predominantemente rural, sino porque una cantidad significativa de los habitantes apenas se imaginaban parte de una entidad política llamada México. Como es el caso con toda nación, el sistema educativo mexicano estaba íntimamente ligado a la necesidad de forjar patria. Asimismo, el origen agrario de la Revolución mexicana exigía una reforma íntegra y las escuelas rurales serían instrumentos fundamentales dentro de este proceso, esta dicotomía de las normales rurales se originan con las escuelas normales regionales y las escuelas centrales agrícolas que se construyeron a principios de los años veinte, de acuerdo Rafael Ramírez (1985), Las normales regionales debían formar maestros que en breve tiempo estuvieran capacitados para enseñar a leer y a escribir, e introducirían nuevas técnicas de agricultura, las centrales agrícolas se formaron durante la administración de Plutarco Elías Calles como un proyecto que, con moderna maquinaria y una organización cooperativista, debía mejorar la producción del agro mexicano, en La casa del pueblo y el maestro rural. (1985) Es así como Las normales rurales van hacer una de las únicas vías por las cuales los campesinos podrían ascender socialmente, a través de la Educación la deuda social del Revolución , ahora le toca al gobierno, capitalizar a estas instituciones las cuales proveerían los misioneros encargados de inculcar las nuevas prácticas de corte cívico –honores a la bandera, reverencia a los héroes nacionales y festejos patrios–, así como enseñar hábitos de higiene e inculcar nuevos modelos de organización doméstica, a la vez que terminaban con la superstición y el alcoholismo. Serían los mismos campesinos, insistían los arquitectos del nuevo sistema educativo, los más comprometidos apóstoles. “No hay nadie que ame a la tierra con más pasión que el campesino”, declaraba Rafael Ramírez. La filosofía detrás de las normales rurales era emblemática del nuevo orden revolucionario: ter- minar con la rigidez de la estructura social porfirista e implementar los principios de justicia social delineados en la Constitución Mexicana de 1917, mientras que se hacía del pueblo mexicano una sociedad moderna, inclusiva y lista para iniciar su transformación al siglo XX. Suelen ser pocos los medios de comunicación que cubren las luchas de los normalistas rurales y, cuando lo hacen, se recurre a una fórmula Las normales rurales se originan con las escuelas nor- males regionales y las escuelas centrales agrícolas que se construyeron a principios de los años veinte. Las normales regionales debían formar maestros que en breve tiempo estuvieran capacitados para enseñar a leer y a escribir, e introducirían nuevas técnicas de agricultura. Las centrales agrícolas se formaron durante la administración de Plutarco Elías Calles como un proyecto que, con moder- na maquinaria y una organización cooperativista, debía mejorar la producción del agro mexicano.
  • 18. 18 Historia normalista Faro normalista A principios de los años treinta, las dos instituciones se fusionaron y recibieron el nombre de re- gionales campesinas. Las regionales tenían un plan de estudios de cuatro años y estaban desti- nadas a formar tanto a maestros rurales como a técnicos agrícolas. Según Alicia Civera (2004) “La legitimación de las escuelas normales rurales”, los estudiantes serían de origen campesino y la estructura cooperativa haría posible una autosuficiencia que, se esperaba, complementaría las necesidades de las comunidades aledañas., las regionales campesinas pasaron a ser normales rurales en 1926. La Escuela Normal de Tiripitio en Michoacán, vista desde sus orígenes, las luchas se inscriben dentro de una tradición que tiene que ver con los orígenes mismos de las normales y el proyecto revolucionario de las que formaron parte, en su contexto histórico, lejos de ser vestigios de otra era, destaca su visión pragmática, una que en tiempos en que el campo languidece devastado tras décadas de abandono, haría bien en reexaminarse. Fue aquí donde se estableció la primera normal rural en Tacámbaro, y fue también donde, como gobernadores, tanto Francisco Múgica (1920-1922) como Lázaro Cárdenas (1928-1932), le dedic- aron a la educación rural casi la mitad del presupuesto estatal como una forma de justicia social a los descendientes de la Revolución. En Tacámbaro, Michoacán se formó la primera Escuela Normal Regional que dependió de la Sec- retaría de Educación Pública, creada por Vasconcelos, siendo los profesores Leobardo Parra y Marquina e Isidro Castillo insistían en tener las puertas y ventanas abiertas para que la gente pu- diera constatar la forma en que trabajaban y se trataban entre sí los maestros y los 25 alumnos, con el fin de despejar las sospechas y rumores, que circulaban hasta tierras lejanas, de que se desvestía a las muchachas, (Villela, 1972:26-27) lo que dio origen a la frase: “La Escuela del diab- lo” emitida por El Obispo Lara y Torres el 7 de enero de 1921, derivado de que había solicitado la apertura de un Colegio al General Múgica, quien era Gobernador de Michoacán, el cual no accedió al considerar una necesidad social una Normal Rural, lo que dio origen a una serie de reuniones semanales que llamaban “de tipo social” y el director hizo traer a su esposa para que la sociedad viera que era una familia bien formada y respetable, aminorar la frase que se hizo vox populi. En estos rumores, desde luego, estaban involucrados otros conflictos políticos, ideológicos, religio- sos e incluso económicos, un ejemplo: la oposición a la escuela laica y no sólo eran resultado de una actitud de rechazo o reserva hacia la educación mixta de acuerdo Raby (1915) “Los principios de la educación rural en México: El caso de Michoacán, 1915-1929”. En sus labores y estructura las Normales Rurales tenían algunas similitudes con la colonia Gorki, organizada para niños huérfanos (muchos de ellos delincuentes y vagabundos) por Antón Maka- renko en Rusia después de la revolución. En las Normales Rurales Mexicanas el aire redentor provenía de la educación “civilizatoria” que recibían los alumnos y que después de egresados, debían impartir en las remotas comunidades de la República. Alma Gómez (2008) lo recuerda de la siguiente forma: “Nosotras fuimos formadas con la idea de que nuestra función era ir a trabajar a las comunidades rurales. Teníamos que aprender de todo: carpintería, soldadura, cuestiones agropecuarias, economía doméstica. Yo creo que el plan de es- tudios no era muy liberal, pero toda la cultura que significaba la normal nos daba esa educación”. A contracorriente, las Normales Rurales persisten como importantes instituciones en la actualidad mexicana, abandonadas, y con frecuencia atacadas por el gobierno, su terquedad posee aires épi- cos; su voluntad de persistir se ve reflejada en las dramáticas acciones de sus alumnos que, con frecuencia, son apoyadas por las comunidades aledañas también comprometidas con la preser- vación de estas instituciones, para no perder el espíritu social de que la educación es el único
  • 19. Historia normalista Faro normalista 19 medio de crear conciencias, logrando ser la primer Escuela Normal Rural que sobrevivió a 1922 e icono de la lucha social por la Educación Pública. Referencias Aguayo, Álvarez José Luis (2002), Salaices: Escuela Normal Rural formadora de maestros. Chihuahua: Ediciones del Azar, p. 105. Aguayo, Álvarez José Luis (2007) coordinador, Un paseo por los recuerdos. Chihuahua: La Asociación Civil de Exalum- nos de Salaices, pp. 41-42. México, s/e. Civera, Cerecedo Alicia (2004) “La legitimación de las escuelas normales rurales”, Colección Documentos de Investi- gación, núm. 86, Colegio Mexiquense, p. 6. Cuevas, Belén (2008) entrevista por la autora, 12 febrero 2008, Chihuahua, Chihuahua. Molina, Jardón Tomás Alberto (2016) Investigación y Educación, Horson Ediciones Escolares, México. Raby, David (1915) “Los principios de la educación rural en México: El caso de Michoacán, 1915-1929” en Sobretiro de Historia Mexicana, VOL. XXII, Núm. Ramírez, Rafael (1985) “Propósitos fundamentales que la educación rural mexicana debe perseguir” en La casa del pueblo y el maestro rural, Engracia Loyo Braco, coordinadora. México: Secretaría de Educación Pública, Villela, O. (1972). La primera normal rural, cincuentenario en Tacámbaro, 1922-1972.
  • 20. Despedida normalista Faro normalista 20 SOBRE JOAQUÍN PUENTES SEGURA. (gen. 1959-1965). SECRETARIO GENERAL DE LA SOCIEDAD DE ALUMNOS “CORAZÓN Y ACERO” 1964-1965. Escuela Normal Rural “Abhaham González, Salaices, chihuahua. Mtro. José Piña Delgado espués de tantos años, 2024-1965= 59 años, aporto sobre uno de mis compañeros que estudió junto conmigo la carrera de profesor de grupo primario en la escuela normal rural “Abraham González” de Salaices, Chih. Recuerdo a Joaquín como un jovencito de 16-18 años, de vestimenta limpia, cuidado- so en su persona, de pelo liso, peinado de lado, lo recuerdo de camisa de manga corta. Joaquín fue mi compañero de la generación 1959-1965, decir esto me traslada a una viven- cia en comunidad de seis años, dentro y fuera del internado de dicha escuela, representa com- partir clases en los mismos salones o aulas de ésta, tener el mismo dormitorio, comer incluso en la misma mesa, formarse en las mismas filas del grupo cuando se tocaba con la banda de guerra” Levante” a las seis de la mañana, e ir a las primeras clases del día, el primer año las tomamos en una gran bodega, pasar lista y ahí hay una cercanía por el apellido donde iba:, Pedroza quiñones Arturo, Piña Delegado José, Puentes Segura Joaquín, para los subsiguientes años ya iríamos a las aulas “comunes”, es aquí donde empiezo a ubicar a Joaquín Puentes como un compañero atento, estudioso, destacado y estimado por sus maestros, que eran los míos, nada más que yo era más inquieto y menos dedicado, tenía otro tipo de relación o cercanía con ellos; incluso había grupos de amigos o compañeros por afinidad en el estudio, deporte, camadería, Joaquín era más bien del grupo de la comarca lagunera, ”paisillas” o estudiosos,” era muy amigo de RICARDO RAMÍREZ, también (q.d.p.) y EFREN ARELLANO. Más tarde por su perfil: buen compañero, participativo, con conocimientos, DIPLOMATICO, BUENA GENTE, etc. fue elegido democráticamente como secre- tario general de la sociedad de alumnos Corazón y acero PARA EL PERIODO 1964-1965 (AQUÍ CABRÍA UBICAR LA OPINIONES Y PARTICIPACIONES DE JOAQUIÍN EN LAS ASAMBLEAS COLECTIVAS, DEBEN ESTAR EN LAS ACTAS QUE SE LEVANTABAN O ESCRIBIÁN DE CADA ASAMBLEA, SE UBICABAN EN EL ARCHIVO DE DICHO COMITÉ), A mí me parecía era una persona de carácter amistoso, no radical, diplomático, en su quehacer político. En su gestión le tocó liderear con la representación de Salaices en relación con escisión de las normales rurales. Entre 1960 y 1964 se dio una división de éstas debido a la disputa por la dirección de la Federación (FECSM). Desde 1961 se conformaron dos grupos: uno que apoyaba a Lucio Cabañas, de Ayotzinapa, Guerrero y otro a Antonio Valtierra, de Salaices, Chihuahua. La división se dio en el congreso de El Mexe, cuando Cabañas salió electo secretario de la FECSM, y el grupo perdedor formó el Consejo Nacional Permanente (CNP). A Joaquín le toco pactar la unidad de la FECSM en el Congreso Nacional de Cañada Honda, Aguascalientes, en noviembre de 1964, tras la división que se había dado de esta federación dos años atrás. En forma importante está su presencia en el movimiento maderiano, me explico: Detonado por el caciquismo y la intransigencia del gobierno de Giner Durán, un malestar popular fue intenso duran- te la primera mitad de la década de 1960, maestros y estudiantes de normales se unieron
  • 21. 21 Despedida normalista Faro normalista Foto: El Heraldo, p. 1 (23 de septiembre de 1965). a los campesinos para exigir una reforma agraria que cambiara la situación: invadieron latifundi- os, realizaron manifestaciones y organizaron constantes marchas. Esta lucha se concentró en las normales de Saucillo, “Ricardo Flores Magón”, y Salaices, “Abraham González”; los internados de las Escuela de Artes y Oficios, cuyo profesorado abrazó posiciones progresistas, además de otras instituciones como la Escuela Normal del Estado y Normal Nocturna, alcanza una situación crítica cuando el 23 de septiembre de 1965 un contingente de maestros, estudiantes y campesinos atacó el cuartel de Ciudad Madera, Chihuahua. Durante ese proceso Salaices tuvo una posición y Par- ticipación, el actuar de Joaquín no me parece de convocatoria y guía hacia acciones radicales, de participación de la sociedad de alumnos en conjunto para participar en algún acto o proceso del movimiento, no lo recuerdo, pero Arturo Gámiz , que lideraba este movimiento, en el primer en- cuentro de la sierra para determinar cómo desarrollar el movimiento, manifiesta que: “ la delegación de la Escuela Normal de Salaices sostuvo la tesis idealista de que “antes de hacer revoluciones y tomar el poder hay que enseñar ética a las masas”. Como es lógico suponer, esta posición no fue aceptada por aquellos grupos campesinos altamente politizados, ni por el resto de las deleg- aciones estudiantiles. Durante este periodo, los secretarios generales de la Sociedad de Alumnos de la Normal de Salaices fueron Jacobo Holguín Guerra (1962-1963) y Joaquín Puentes Segura (1963-1964). Digo yo, Ante ese reclamo histórico, los salaicinos tenemos que decir, primero, que aquella era una posición inaceptable para el grueso de la sociedad comunitaria y democrática del
  • 22. 22 Despedida normalista Faro normalista internado; Gámiz mismo lo observa así: “Evidentemente esta conducta es desconocida o mal con- ocida y es contraria a los intereses y a la ideología del estudiantado de Salaices”. Es interesante considerar nuestra generación 1964-1965 como la generación del movimiento ma- deriano, donde si bien no se participara directamente, estamos en ese contexto, en ese momento histórico que de alguna manera nos influye: Me comenta Manuel Valdés, ¿cuándo participaste en alguna toma de tierras?, Sin embargo, para el rescate y conformación de los hechos históricos, están las fuentes como testimonios orales o escritos, o de otra naturaleza. QUEREMOS COLABO- RAR CON EL RECONOCIMIENTO QUE LE HARÁ SU FAMILIA. LOS ALUMNOS QUE CONFORMAMOS LA GENERACIÓN DE 1959-1965 FUERON: Mario Almeida, Heriberto Álvarez, Efrén Arellano, Juan Cardona, Carlos Corral, Mario Fierro, J. Re- fugio Larrazolo, Wenceslao Lara, Ezequiel Merino, Saúl Moreno Marrufo, Joaquín Puentes, Carlos Ruiz, Manuel Valdez, Carlos Acosta, Pedro Arrieta, Natividad Ávalos, Alejandro Carrillo, Heriberto Caro, Raúl Corral, Alberto Corral, Santiago Cuéllar, Jesús Alfredo Chávez, Armando Fierro, José M. García, Hermenegildo Hernández, Manuel Hernández, Óscar Holguín, Apolonio Licerio, Arturo Marín, Reynaldo Marín, Eduardo Meléndez, José Rito Mireles, Efrén Narváez, Leoncio Ortiz, Alejandro Osuna, Arturo Pedroza, José Piña, Juan Posada, Ricardo Ramírez, Ramón Ramírez, Andrés Rodríguez, Alberto Rubio, Víctor M. Salazar, Óscar Salazar, Ál- varo Valenzuela, Juan Vázquez, Cervaldo Vega. En la fotografía sólo se muestran veintidós de los cuarenta y siete que fuimos. De esta generación, algunos se distinguieron como deportistas, por ejemplo: Wenceslao Lara que se destacaba en carreras de fondo; Manuel Valdez, la Chiva, originario de Villa López, Chihuahua, muy buen basquetbolista. En otras manifestaciones estaban Efrén Arellano, estudiante sobresali- ente, que tenía muy buena voz y participó en el orfeón. Mario Almeida tenía habilidad para la bat- ería; su aspiración era tocar alguna vez en la orquesta de Beto Díaz. Hubo alumnos sobresalientes académicamente: Joaquín Puentes, Manuel Valdés, Efrén Narváez, Ricardo Ramírez, Wenceslao Lara, Efrén Arellano, Carlos Acosta. QUE ESTE PRÓXIMO RECONOCIMIENTO “POST MORTEM” PARA JOAQUÍN PUENTES SE- GURA REALIZADA POR SU FAMILIA EL 10 DE OCTUBRE DE 2023 Y DIFUNDIDA POR LA ASO- CIACIÓN DE EXALUMNOS DE LA ESCUELA NORMAL RURAL DE SALAICES, A.C. ESTIMULE LA VALÍA COLECTIVA DE UN BASTIÓN DEL NORMALISMO TAN NECESARIO DE RESCATAR EN EL PRESENTE. ¡SALAICES VIVE!
  • 23. Reminiscencias normalista Faro normalista 23 Generación “7 de noviembre, unidad de la FECSM” e llegó el día y Joaquín Puentes Segura, enamorado de su querida Alma Ma- ter, tuvo que salir al mundo laboral, no sin antes, tener su inolvidable fiesta de graduación, donde todo el día fue de festejos, con mariachis, música de la Orquesta de Beto Díaz y la Orquesta Plaza de Camargo, Chih; y lo que más llenaba de orgullo a Joaquín es que pudieron asistir al evento, algunas de las personas que más amaba Doña Cleotilde, Doña Carmen y Don Ramiro, quienes orgullosos de su hijo se presentaron ese día, su madrina de graduación fue su hermana María de la Luz Puentes. Fue Joaquín, quien, por decisión unánime de maestros y alumnos, ofreció las palabras de despedida de su generación, la generación que llevara por nombre “7 DE NOVIEMBRE DE 1964” (Fecha trascendental para la historia de las Escuelas Normales Rurales de todo el país, pues gra- cias al discurso conciliador de Joaquín Puentes Segura y al trabajo en conjunto de Venancio Escu- dero Chargoy, se dio la tan anhelada reunificación de la FECSM en dicho año). Teniendo padrinos de lujo, los profesores: José Santos Valdés, Guillermo Prado y Enrique Olivares Santana. Ese día, desde las 5:00 am, se dejaron escuchar “Las Mañanitas” para los graduandos, interpretadas por el Mariachi “Los Caporales del Sur” y después de los Honores a la Bandera, se ofreció un desayuno y posteriormente se realizaron eventos deportivos, seguido de la comida y luego la cena. Se llevó a cabo también, un programa literario musical, dando el ofrecimiento del Festival el Secretario General de la Sociedad de Alumnos, Rubén Núñez, seguido de Ricardo Ramírez Gal- lardo, quien declamó un poema del Profesor José Santos Valdés, titulado: “Despedida”. Otro número fue el de “Cuentos de los Bosques de Viena”, Ballet interpretado por la niña Guadalupe Soto Rodríguez, de Valle de Allende, Chih, para posteriormente presentar la actuación especial del Conjunto Típico de Cuerdas “Juventi- no Rosas”. También, se presentó un bailable por par- te de Señoritas de Valle de Allende, Chihuahua y alumnos graduandos, dirigido por la Profa. Socorro Rodríguez. Acto seguido: Entrega de las Cartas de Pasantes a los alumnos graduandos y las palabras de despedida por parte del alumno graduando Joa- quín Puentes Segura, para finalizar con la actu- ación especial del Orfeón de la Escuela, conducido por el Profesor Raúl Luna Niño. Siendo dirigida la ceremonia por el Profesor Ramiro Vargas Morales y para culminar ese día con el grandioso baile de graduación. Joaquín, dando las palabras de despedida en su graduación
  • 24. 24 Reminiscencias normalista Faro normalista Fragmento tomado del libro: “Joaquín Puentes Segura, un hombre tan grande como su pasión”. Autora: Luz Elena Puentes Morquecho.
  • 26. La Opinión Faro normalista 26 José Saramago y la Normal de Tenería ué tienen en común el Nobel de Lit- eratura portugués y el “apodo” de los estudiantes de la Normal para maestros mencionada en el títu- lo? Dejemos que el mismo escritor nos cuente - involuntariamente una anécdota que los une: Autobiografía: “Nací en una famil- ia de campesinos sin tierras, en Azinhaga, una pequeña población en la provincia de Ribatejo, en el margen derecho del río Almonda, a unos cien kilómetros al nordeste de Lisboa. Mis pa- dres se llamaban José de Sousa y Maria da Pie- dade. José de Sousa habría sido mi nombre si el funcionario del Registro Civil, por iniciativa pro- pia, no lo hubiese añadido el apodo por el que mi padre era conocido en la aldea: Saramago. (Cabe esclarecer que Saramago es una planta herbácea espontánea, cuyas hojas, en aquellos tiempos, en épocas de carencia servían como alimento en la cocina de los pobres)” Saramago, José. El País. Y ¿esto qué? Bueno, si tomamos en cuenta que los alumnos de dicha Normal son apodados como “Jaramaos”, el asunto va tomando forma, y es que, con el referente de planta herbácea, es fácil intuir, que el Saramago portugués es una variante del Jaramago Español y del Jaramao Castellano – mexicano. Y he aquí algo de sus- tento: “La palabra Jaramago es el nombre de varias plantas silvestres de la familia de las brasicá- ceas, abundante en la Península Ibérica, cuyo vocablo proviene del árabe sarmaq. El hecho de que sarmaq en árabe y jaramago en español se refieran a especies distintas, ha podido de- jar perplejo a alguno, pero la explicación parece estar en la relación etnobotánica de la palabra”. Fuente. Sección Etimologías de “Chile punto net”. Y hay más: “Rabanillo o Jaramao (Raphanus raphanistrum) Descripción: Hierba anual ramifi- cada, algo pubescente de hasta 1 m. El tallo es cilíndrico, algunas veces acostillado […] Se usa ampliamente como melífera y como forraje para animales domésticos. En algunas regiones tam- bién se utiliza como alimento humano, en forma de quelite. Fuente: “Enciclovida. Mx. Especies”. Cabe aclarar que al menos hasta la Generación de 1984, los alumnos de referencia eran cono- cidos como “Tenebrios”. ¿Cuándo acuñaron el nuevo apodo? Debió haber sido con mucha an- terioridad y alguien lo revivió, ese es otro tema por investigar. Pero desde ya, creo que, a ust- ed, estimado lector como al que esto escribe, le suena más eufónico Jaramao que Tenebrio, ¿no es así? Al margen de la información científica, hay dos razones poderosas que unen al escritor Lusitano con los alumnos de Tenería: la planta que alguna vez los alimentó, y la otra, acaso la más poderosa: el arraigo de ambos a la tierra, al origen, a la raíz que no se olvida y la lucha, desamparada quizá, y quizá infructuosa, por de- fender las causas colectivas. FILEMÓN ZACARÍAS GARCÍA Egresado de la Escuela Normal Rural “Lázaro Cárdenas del Río” de Tenería, Edo. de México. Generación: 1980 – 1984.
  • 27. La Opinión Faro normalista 27 La familia como factor de impacto en el rezago escolar dentro del marco curricular de la nueva escuela mexicana en el contexto urbano Parte 1 Mtro. Pedro Juan Santiago Dzib Egresado de la Esc. Normal Rural “Lázaro Cárdenas del Río”, Tenería, Edo. de Mex. Generación 2015-2019 a educación en México se diferencia de muchas actividades cotidianas, por lo que existe una gran amplitud de elementos que la conforman, así como enfocándose en el fortalecimientos del conocimiento, las actitudes, los valores además de los proced- imientos, por los cuales no sólo se enfrasca en estudiar y aprender, sino implica com- prender cómo se va generando una formación sólida, para hacer frente a la vida y su adversidades por ejemplo, vivir con valores, disciplina; buscando procesos flexibles y estratégicos para comprender al ser humano dentro de su contexto social. Es por ello que se considera a la educación como el arma más poderosa para cambiar al mundo, el nuevo plan de estudios 2022 NEM (Nueva Escuela Mexicana), “Se ha realizado una serie de reformas específicas que son el comienzo de una nueva política educativa que se concentrará en impulsar la transfor- mación de las prácticas escolares y pedagógicas para que todos y todas -niñas, niños y adolescentes” (SEP, 2022, p. 182). Se busca que se desarrollen integralmente y aprendan lo que es relevante para su bienestar tiende a buscar la reflexión sobre la importancia del universo y la vida, en su aplicación de diversas formas y contextos, desde lograr entender el pensamiento humano y su comportamiento, por otro lado, es importante decir que la educación en los centros escolares pretende abarcar la diferencia entre el contexto rural y urbano. La presente investigación, se basa en indagar sobre; por qué los alumnos no logran consolidad un apren- dizaje significativo dentro del aula de clases, aquellos factores que intervienen desde un análisis real y su objetivo dentro de la muestra de investigación, todo lo anterior se engloba en el contexto familiar, problemas socioculturales y el compromiso social, lo cual permite la apertura para general rezago educativo dentro del campo de estudio, afectando consigo a los educandos, causando un arraigo social que afecta a la gran parte de la población en México, por lo que se realizó un estudio descriptivo en alumnos de quinto grado de primaria de la Escuela Primaria “Otilio Montaño” en la comunidad de San José del Rincón, México, que abarca desde identificar las características del contexto, la intervención de las relaciones familiares, status socioemocional y socioeconómico, pero sobre todo los cambios dentro del proceso educativo, todo esto en el marco curricular de la NEM, entre otros aspectos que se incluyen en esta investigación. FUNDAMENTOS TEÓRICOS Una de las principales problemáticas que afronta nuestro país, es el rezago educativo que se ha ido acre- centado dentro de las aulas en educación básica, la implementación del nuevo plan de estudio (NEM), la cual no han logrado la meta de implementación entre docentes, por otro lado una de las afectaciones prin- cipales fue la pandemia del covid-19, con lo que inicio la cúspide y dio a denotar la deficiencias del sistema educativo en México, hasta el momento siguen en pie las consecuencias pedagógicas y socioemocionales en el alumnado En la búsqueda del problema se trata de seleccionar las ideas correctas para empezar con nuestro análisis, se realizó una revisión de literatura existente en diferentes recursos bibliográficos, buscando antecedentes de estudios, proyectos o artículos similares o relacionados, que permitan forjar una base sólida de cono- cimientos previos para el desarrollo del presente proyecto de investigación permitiendo la generación de conocimientos.
  • 28. La Opinión Faro normalista 28 El rezago educativo El rezago educativo es uno de los mayores desafíos que enfrenta México como sociedad y país, se pre- senta cuando una persona no cuenta con escolar- idad o tiene al menos 15 años y no ha culminado la secundaria. Comprende aquellos ciudadanos que se han quedado atrás académicamente (en el ámbi- to del sistema educativo formal de un país) con re- specto a los demás y no han logrado cumplir con los estándares tradicionales. De acuerdo con Núñez, M (2005) relaciona que el rezago educativo es la condi- ción en la que se encuentra una persona mayor de 15 años cuando no ha concluido su enseñanza bási- ca. En México, por mandato constitucional, desde 1993 la enseñanza básica incluye los niveles de pri- maria y secundaria de primer ciclo (seis y tres años, respectivamente). Su relación no solo considera el alejamiento ped- agógico y sus afectaciones dentro de los aspectos laborales, socioemocionales, al no concretarse los aprendizajes como estipula los planes y programas de estudio, generando una proyección que han ido en decadencia año con año, considerando el cambio drástico con de la educación virtual o a distancia que fue una de las principales afectaciones que causo en el alumnado, problemas que hasta la fecha se han acarreado de forma presencial y que sus con- secuencias han sido de forma notable en todo los ámbitos de aprendizaje. Por otro lado, Gómez, S (2009) considera, que se conoce como rezago educativo a la población sin pri- maria terminada, la cual es la población alfabeto sin primaria terminada de 15 años y más, que sabiendo leer y escribir no inició o no concluyó la educación primaria y no es atendida por el sistema escolariza- do de educación básica. Según el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA, 2015) en México, el rezago educativo se refiere a la población de 15 años y más que no sabe leer ni escribir, que no ha concluido su primaria o su secundaria y que no está siendo atendida por el sistema escolarizado de educación básica En el mismo orden de ideas el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA, 2015) establece que la población de 15 años y más del país tiene particular importancia dado que al encontrarse en rezago educativo, constituye una limitación para el desarrollo personal, familiar y social, esta población no se encuentra en igualdad de condiciones con los integrantes de su generación que sí terminaron su educación básica, además la falta de oportunidades para continuar sus estudios, estimular el aprendizaje a lo largo de la vida, mejorar la formación para el trabajo y educar a sus hijos. La atención a las personas en situación de rezago educativo, ha sido, y sigue siendo una cuenta pend- iente para las autoridades gubernamentales ante la presente entrega da muestra de la dimensión tan- to del rezago educativo en nuestro país, como de la atención por parte del gobierno a este grupo, y también se delinean algunos recursos (modelo edu- cativo y recursos financieros) con los que cuenta el INEA para la atención su pertinencia del modelo edu- cativo, el impacto de este en el desarrollo profesional de las personas y de las comunidades donde viven, la evaluación institucional y de programas, etcétera. El rezago educativo ha tenido gran relevancia en los tiempos actuales, desde la posición de Muñoz, C (2009) lo relaciona como una fuente muy impor- tante ya que rezago educativo se origina en que la educación formal a la que tienen acceso los alumnos pertenecientes a los estratos sociales de menores recursos está pauperizada y no es administrada de acuerdo con los intereses de esos sectores. Los re- cursos asignados a los sectores más pobres son por lo general de menor calidad que los de los grupos socioeconómicamente más favorecidos.
  • 29. La Opinión Faro normalista 29 La mujer de blanco en la Escuela Normal Rural Flores Magón, Chih. Juana Pérez Sosa Egresada de la Esc. Normal Rural Flores Magón, Chih. Generación 1959-1965 n las viejas haciendas siempre han existido leyendas que se van pasando de generación en generación y el CARMEN no podía ser la excepción. Ahí existía una hacienda de Don Luis Terrazas dicha hacienda fue abandonada por sus dueños don Luis decía, ¡Que él no era de chihuahua que chihuahua era de él! y era cierto que tenía muchas haciendas por todas partes, en ese lugar en particular, se decía que se aparecía una mujer de blanco en un jardín redondo lleno de flores en verano y hojarascas en invierno. Ahí en ese lugar se instaló la Normal Rural de Ricardo Flores una bella y hermosa escuela. Yo llegué ahí en 1959 como alumna de primero de secundaria; de pronto las alumnas de los grados superiores te ponían al tanto de lo que sucedía en las noches, los cuales eran de las voces que se escuchaban en los salones y en los dormito- rios se escuchaban los caballos relinchar y cor- rer. Pero lo más catastrófico era lo de la mujer de blanco que se aparecía cerca de los dormitorios, muchas aseguraban haberla visto y que hasta las llamaba con la mano, me acuerdo como era, -¡sí yo la vi!-, era una aparición traslúcida, con el cabello moviéndose al aire una especie de bata trasparente, ella se veía llorando, pero no era un fantasma aterrador pero asustaba. En el pueblo, trabajadores y docentes de la Nor- mal comentaban que era una hija de don Luis Terrazas, la cual se enamoró de un peón de la hacienda, pero por el estatus social se le pro- hibió cualquier tipo de relación con él, y al tratar de escapar los dos fueron alcanzados, a ella se la llevaron con su familia y al joven lo desapare- cieron. Ella lloró mucho y suplicó ante su familia para saber sobre su amado, pero al enterarse de lo sucedido, se ahorcó en la noche en un ár- bol que estaba en donde después pusieron la jardinera redonda con flores. Todas las alumnas teníamos miedo de salir en la noche, después del toque de silencio se oía un grito infernal dentro de los dormitorios se es- cuchaba un ¡Zaz!, con las cobijas nos tapába- mos hasta la cabeza por el tétrico sonido. Si al- guien quería ir Alaska (baño de letrina muy frío), nadie nos quería acompañar por el miedo de la noche penumbra noche y sí te acompañaban normalmente se regresaban gritando y corrien- do como alma en pena por la sombra fantasmal que habían visualizado por los dormitorios. Don Luis Terrazas era dueño de la hacienda y del pueblo se llamó el Carmen y después de 1935 se le cambió el nombre a RICADO FLORES MAGÓN.
  • 30. La Opinión Faro normalista 30 Dormitorios de la ENR Ricardo Flores Magón, Chih. Edficio central de la Normal Rural Flores magón, Chih.
  • 31. La Opinión Faro normalista 31 “La Normal” (documental próximo a estrenarse en Yucatán) Miguel Ángel Ancona Ek / Universidad Autónoma de Yucatán staba a mitad de curso para entregar mi tesis-documental sobre migración cuando de pronto me habían invitado a formar parte de un proyecto de investigación en CONAH- CYD llamado: “Educación rural indígena: 100 años de educación en per- spectiva transdisciplinaria”; el cual consistía en grabar entrevistas en video a los normalistas rurales de nuestra zona (Yucatán); había sido elegido por ser estudiante de comunicación so- cial en la UADY y por mi interés en las produc- ciones audiovisuales comunitarias. Sin saber del tema fui enviado junto a mi compañero Víc- tor Chi, a grabar entrevistas a Peto, donde con- ocí a María Ávila, egresada de la Normal Rural Miguel Hidalgo en Atequiza Jalisco. Al llegar ella nos recibió muy cálidamente, al parecer sabía de mi llegada y nos acogió muy contenta a ambos. La entrevista comenzó, re- cordamos su infancia, parte de su adolescencia y por supuesto, su vida en la normal. Sin embar- go, llegamos a un tema delicado: su vivencia en el periodo de huelgas en el año de 1968. Recu- erdo que su testimonio me conmovió tanto que cuando regresé a la universidad decidí cambiar mi tema de tesis por el Normalismo Rural, es así como nace el documental “La Normal” Mi decisión abrupta tomó por sorpresa a mis asesores, el cambiar mi tema de tesis en mitad de curso era una locura, prácticamente debía entregar un documental ya hecho y estaba pidi- endo hacer otro desde el principio; pero ante la negativa me enterqué y el proyecto fue aproba- do, así que tomé la decisión de recursar un se- mestre, pues el testimonio de María me había conmovido y poco a poco me fui envolviendo más en el tema de las normales rurales y por ende, le tomé un especial cariño Muchos maestros que visitábamos aguardaban nuestra llegada, pues durante años habían res- guardado material inédito de sus vidas en sus normales con la esperanza de que quedara guardada para la historia, otros hicieron el es- fuerzo por brindarnos una entrevista a pesar de las condiciones de salud en las que se encontra- ban. Agradezco infinitamente a cada normalista rural que nos apoyó, que hizo el esfuerzo y nos brindó su ayuda, también a mis compañeros Víc- tor Chi Santamaría y Renato Artigas de la Fuen- te, compañeros que me enseñaron muchísimas cosas respecto a su especialidad: la Historia, al Doctor Lorgio Cobá Noh, corresponsable del proyecto en CONAHCYT y por su puesto a mis asesores Enrique Poot Ortega y Gabriel Ortiz Alatriste. “La Normal” nos cuenta sobre la vida de María Ávila González, yucateca egresada de la normal de Atequiza en Jalisco y Eliezer David Herrera, egresado de la normal de Justo Sierra en Hecel- chakán, quienes relatan su vida de estudiantes durante el periodo de huelgas de 1960 a 1968. Al contar sus vidas la entrevista se va diluyendo en una serie de recuerdos de impotencia y cora- je de quienes por fin pueden decir lo que en su tiempo no pudieron, increíblemente las historias se hilan por los mismos motivos a pesar de la distancia y ellos nos dan un pequeño atisbo de lo que tanto se ha cuestionado: ¿Por qué cerró la normal de San Diego en Tekax?
  • 32. La Opinión Faro normalista 32 “La Normal” pretende ser un material de reflex- ión para los actuales estudiantes normalistas de mantener ese espíritu vivo de fraternidad y de defensa de los derechos de quienes más lo necesitan, pero también para la comunidad uni- versitaria en general y la población, en recordar la importancia de defender al pueblo y no olvidar el pasado. Videos así somos fotografías, spin off y experiencias personales durante la producción serán publicados en la página de Face- book Miguel Ancona, perteneciente al di- rector de este material: https://www.face- book.com/MiguelAncona23/ ¿Quién es Miguel Ancona? Oriundo de Cancún, Miguel es actualmente alum- no de último grado en la Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Autónoma de Yucatán, enfocado en la producción audiovisual y la fotografía. Formó parte del proyecto de investigación en CONAHCYT titulado “Cien años de educación indígena y rural en perspec- tiva transdisciplinaria”, del cual crea el documental “La Normal”, otras produc- ciones que ha realizado son: Naj (2022), Mina´anech ti´ K´íiwik (2022) Wolis t´aan (2023) y Sueño de cristal (2023). Su gusto por el documental se debe a las causas sociales y culturales, ya que, según él, es la mejor manera de captur- ar esas vivencias y compartirlas, no sol- amente con los demás, sino también con quienes forman parte de esta: “Trabajar con la comunidad para la comunidad”. Además de que le apasiona trabajar en campo, convivir con la gente, conocer his- torias y compartirlas por el medio audio- visual. “Espero que con el documental “La Normal” re- flexionemos sobre la importancia del campo, del campesino, la educación y las normales rurales. Que este sea un llamado a los alumnos actuales de todas las ENR de la República a seguir ve- lando por esa lucha en defensa de los derechos de quien más lo necesita”-Miguel Ancona.
  • 33. Homenaje a un normalista Faro normalista 33 Joaquín Puentes Segura, un hombre tan grande como su pasión Autora del libro: Luz Elena Puentes Morquecho Sinopsis n 1959, a los 15 años, Joaquín ingresa a la Escuela Normal Rural de Salaices, Chih. Llega a una edad en la que se han aclarado en su mente muchas dudas sobre el mundo y la vida, lo cual, combinado con su inteligencia y su capacidad para sobreponerse a las adversidades, lo colocan dentro de la Colectividad como uno de los líde- res del grupo, generación 1959-1965, ocupando diversos cargos, hasta llegar al máximo puesto, el de secretario general de la Sociedad de Alumnos. Había dejado atrás el pueblo que lo vio na- cer el 16 de agosto de 1944, Purísima, municipio de Matamoros, Coah., en la Comarca Lagunera, aldea polvorienta y llena de pobreza material, pero rica en solidaridad y trabajo de su gente. Dejaba atrás a sus padres, primeramente, a la madre bi- ológica, la señora Cleotilde Gaytán, que lo llenó de amor, y enseguida a sus segundos padres, Carmen Segura (su tía) y Ramiro Puentes, hom- bre de gran corazón, quienes le dieron educación y cariño, además de sus apellidos. Atrás dejaba la tiendita El Huizache, donde ayudaba a despachar leña, petróleo y abarrotes. Dejaba también a sus dos hermanas, Luz y Mar- garita. La primera sería años después su madrina en la graduación. Ingresa a Salaices durante el régimen de López Mateos, cuando acababa de triunfar la Rev- olución Cubana, acontecimiento que influye en las conciencias de los estudiantes mexicanos. Llega al internado cuando había movimientos sociales en México: el de ferrocarrileros, en 1959, encabe- zado por Demetrio Vallejo y Valentín Campa, que sufrió la represión, y el de maestros, también ese año, encabezado por el maestro Othón Salazar, siendo reprimido el Movimiento Revolucionar- io del Magiste- rio (MRM) que él encabezaba. López Mateos carga además con la mancha de la muerte del líder campesino Rubén Jaramillo y su familia, en el estado de More- los, en mayo de 1962. A u n q u e también ALM posee grandes méritos, al crear el ISSSTE, para atención médica y jubilaciones de trabajadores del sector público, la nacionalización de la luz eléc- trica, la creación de la Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuitos, los centros de bienestar social, los desayunos escolares, aeropuertos, fer- rocarril Chihuahua al Pacífico, entre otras obras. En ese contexto Joaquín ingresa a Salaices. Conoce a los alumnos de la generación 60, 61 y 62, los del ciclo profesional, próximos maestros, con grandes deportistas, mientras otros son de la Banda de Guerra, el Orfeón, la Orquesta Estudi- antil. Algunos se inclinan por la política. Los recién llegados poco a poco se van ubicando en las ra- mas que más les gustan; el ambiente es propicio para que Joaquín desarrolle sus habilidades en lo político y en lo deportivo, inclinándose por el futbol soccer, como casi todos los laguneros. La actuación de Joaquín en Salaices, deja una huella muy grande, como lo avalan en este libro varios compañeros, algunos de su grupo y otros posteriores: Mario Almeida Ontiveros, Marce- lo Amaro Villalobos, José Piña Delgado, Armando Rubio González y el que escribe. Además, con-
  • 34. 34 Homenaje a un normalista Faro normalista tiene recuerdos de otros maestros: Óscar Erives Aragón, José Contreras, Javier López Flores, Ser- gio Enrique Castro López, Thelma Isette De los Ríos Castillo, todos ellos muy valiosos. De su fructífera vida estudiantil, Lucy resal- ta lo siguiente: Fue nombrado por la Sociedad de Alum- nos como Secretario General para el ciclo 1963- 64. Ese puesto lo ocupaba siempre alguno de los alumnos con más dotes de liderazgo, que además fuera conciliador y tuviera el don de la palabra. Y a los 20 años de edad, cuando cursaba sexto de Normal, Joaquín Puentes fue pieza fundamental en la reconstrucción de la FECSM, en un congre- so celebrado en Cañada Honda, Ags., en 1964. Era secretario general del Consejo Nacional Per- manente de las Normales Rurales (CNP-ENR) y pugnó por la reconstrucción de la FECSM. La Federación había sufrido un cisma en mayo de 1961, en el 17º Congreso Nacional de La Huerta, Mich., debido a pugnas entre dos grupos: el que encabezaba Lucio Cabañas Bar- rientos, de Ayotzinapa, Gro., y el que apoyaba a Antonio Valtierra Limones, de Salaices, Chih. La votación había favorecido a Cabañas como nuevo secretario general, por un voto. La planilla perde- dora pedía que se repitiera el proceso, dado que, según su apreciación, en el Congreso se habían cometido irregularidades. (Fuente: Vicente Rodrí- guez Quiroz. Autobiografía. Documento publicado en Internet). Al no aceptar los adeptos a Cabañas lo an- terior, la FECSM se divide y las Normales de la planilla perdedora se organizan en torno a lo que llamaron Consejo Nacional Permanente, sien- do el primer presidente Agripino Refugio, de El Mexe, Hgo., y después Vicente Rodríguez, Miguel Quiñones y Joaquín Puentes, los tres de Salaices. Este último asumió el puesto en mayo de 1964, cumpliendo doble función, pues además era sec- retario general de la Sociedad de Alumnos de su escuela. Al ser nombrado líder del CNP-ENR, en el 6º Congreso Nacional, celebrado del 17 al 23 de mayo de 1964, en Cañada Honda, Ags., Joa- quín pugna por la reunificación. Hace uso de su capacidad de persuasión y conciliación, y logra, junto con otros compañeros, entre ellos Marcelo Amaro Villalobos, la unidad, firmándose el pacto el 7 de noviembre de 1964. Éste es el gran mérito político de Joaquín Puentes Segura. Ese año, su generación –y las del resto de las Normales Rurales- llevaron el nombre “7 de Noviembre, Unidad de la FECSM”, en recuerdo de ese acontecimiento. Al egresar como maestro, en 1965, sigue siendo líder por donde quiera que pasa: empezó en Arisiachi, Chih., ocu- pando el lugar que dejó vacante otro salaicino, Miguel Quiñones Pedroza, quien murió, junto con otros siete combatientes, en el asalto al cuartel de Madera, el 23 de septiembre de 1965. Después pasó por la es- cuela de Tomochi y posterior- mente por Creel, hoy pueblo mágico, que lo marcó positiva- mente para siempre, pues ahí se reencontró con varios salaicinos:
  • 35. Homenaje a un normalista Faro normalista 35 Mario Almeida Ontiveros, Antonio Valtierra Lim- ones, Marcelo Amaro Villalobos y José Guadalupe Cortina, con quienes fundó una escuela secundar- ia por cooperación, de la que Joaquín fue director. Y ahí mismo, en Creel, conoció a María Elena Morquecho Quezada, señorita de belleza extraordinaria, conocida como Nena, y ambos de- cidieron transitar el mismo camino por el resto de sus días. La boda fue el 25 de agosto de 1969. Después obtuvo cambio a Francisco I. Madero, Coah., y en 1971 a Rincón de Romos, Ags., donde fungió como secretario general de la Delegación. ¿Por qué pensó el Maestro Joaquín en Aguascalientes? Tal vez por el amor que sintió por esa tierra hermosa desde 1964, cuando logró la reunificación de la FECSM, sólo él lo supo. Cuando Nena y Joaquín se van a tierras hidrocálidas llevan en brazos a Ramiro, nacido en Chihuahua, y allá nacen Lucy y Lorena. Pero du- rante su estancia en Chihuahua Joaquín se había enamorado de Camargo, tierra de artistas, y la escoge para asentarse con su familia. Nacen ahí las dos hijas menores, Neyra y Mayra, y él se de- sempeña como profesor de Ciencias Naturales en la Secundaria Federal y en la Preparatoria, plantel este último donde forma un equipo de futbol del cual es entrenador, ganándose el mote cariñoso de sus jugadores, de La Tota Puentes. Es en Camargo donde desarrolla la mayor parte de su vida profesional y escala a subdirector y director de la secundaria, y más tarde será Jefe de Enseñanza de su área en la región centro sur. Le decían los maestros “El Jefe Puentes”. Pero no era de los que aprovechaban el cargo para simu- lar, se desvelaba haciendo materiales de apoyo para entregarlos a los maestros de grupo en las Academias. Así transcurre su vida, dando amor a sus cinco hijos y a su esposa Nena, en esa tierra her- mosa que es Camargo, donde habiendo tanta agua que les da el río Conchos y la presa La Bo- quilla, no sólo hay belleza del paisaje, sino pec- es que da el río, frutas en las riberas del mismo, abundante oxígeno, un ambiente propicio para que surja el amor por las artes. Tal vez por eso, Lucy, la autora de este libro, ha desarrollado su amor por la Literatura, como lo muestran sus li- bros, tanto en verso como en prosa. Escribe en este libro un capítulo que intitula “La magia de los normalistas rurales”, bellísimo texto. El Maestro Joaquín siempre mostró hu- mildad y fue un guerrero incansable. Trabajó 47 años ininterrumpidos. La autora lo retrata como la persona que le inculcó los valores universales. El libro contiene además “Cartas al Cielo”, mensajes llenos de amor y gratitud, de ex alumnos, del hijo y las cuatro hijas, de nietos y nietas, hermanas y, por supuesto, de su querida Nena, quien lo acom- pañó hasta que Joaquín cerró sus ojos para siem- pre, el 4 de mayo de 2021, en Chihuahua, Chih. Como homenaje sincero a su vida y obra, el 10 de octubre de 2023 la Sección 8 del SNTE y la Presidencia Municipal de Chihuahua colocaron una placa con su nombre en la Rotonda de los Maestros Ilustres, en la ciudad de Chihuahua. Honor a quien honor merece. Acerca de la autora: Luz Elena Puentes Morquecho es Licenciada en Letras Españolas por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Chihuahua. Fue periodista en TV Azteca. Cursó la Maestría en Investigación Edu- cativa en la Escuela Normal Superior de Tampico. Ingresó al magisterio en 2004. Recibió la Medalla a la Práctica Educativa Docente por la USICAMM. Es poeta y escribió el libro de poemas Un minuto azul, además de otros textos. Redactor: Ramón Gutiérrez Medrano. Octubre de 2023.
  • 36. 36 Memoria normalista Faro normalista Listas de los alumnos que fueron trasladados de la Escuela Regional Campesina de Flores Magón a Salaices, Chih. Generación 1940-1943  Aragonés Natividad  Durán Silviano  Estrada Pedro  González José Inés  González Parra Baldomero  Hernández Chacón José  Isimoto Carlos  López Daniel  Martínez Efrén  Monifacio David  Piñón Encarnación  Rocha Isabel  Rodríguez Mario  Rodríguez Rigoberto  Valverde Alberto Generación 1941-1944  Barraza Ruiz Bienvenido  Burgos Eugenio  Castillo Roberto  Chacón Victoriano  Gamboa Alfonso  Hernández Armenta José  Lozano Vega Eduviges  Morales Venzor José Francisco  Moreno Flores Alfredo  Ostos Valenzuela Ramón  Parra Perfecto  Rascón Enrique  Sáenz Aureliano  Servin C. Germán  Terrazas Molina Juan
  • 37. Remembranzas Faro normalista 37 MADERA; La importante Obra de José Santos Valdés. El Heraldo de Chihuahua domingo 22 de septiembre del 2002 José Luis Aguayo (+) Egresado de la Escuela Normal Rural “Abraham González” Salaices, Chih. Generación: 1960-1967 lgunos libros, como el “Made- ra” del Profesor José Santos Valdés, tienen una historia tan interesante como la obra mis- ma. En él se relacionan situa- ciones y personas de las más diversas que hacen, al libro, un resultado colectivo; producto de muchos esfuer- zos, dedicación e interés. Muy pocas obras, como en este caso, tienen has- ta un libro que pretende ser la contra parte o la réplica para la obra primera, ¡para ello se escribió “! ¡Que poca Mad... era!” de José Santos Valdés, el supuesto autor es Prudencio Godínez Jr. (ed- itado en 1969 como tercera edición, no lleva el nombre de la editorial ni número de ejemplares; es un anónimo) Otro ejemplo es la Crónica de un País Bárbaro de Fernando Jordán para el cual se escribió otro libro llamado “La Verdadera Crónica de un País Bárbaro”. Subrayo el hecho de que dos obras muy importantes para Chihuahua tienen su contra libro y que ninguno de ellos ha logrado su propósito de opacar la obra original. José Santos Valdés fue uno de los grandes for- jadores de maestros rurales, creador de las es- cuelas internados para esos fines. Fue inspector de la zona norte del Sistema de Normales, razón por la cual conoció algunos de los participantes en el caso de Madera, especialmente al doctor Pablo Gómez y a Miguel Quiñones Pedroza. El objetivo del autor fue exponer quienes fueron los caídos y reivindicarlos como luchadores socia- les y hombres útiles muy alejados de los calificati- vos que les aplicó el Gobierno del Estado. Al paso del tiempo el libro de 176 páginas se ha convertido en un estudio puntual y apasionado de la situación económica, política y social de los 60s, así como la exposición de los ideales y los programas no sola- mente del grupo guerrillero sino también de otras personalidades que actuaban por entonces. No es un libro sectario; el autor se duele por la muerte de los maestros y campesinos y también por la de los soldados, hijos del pueblo, a quienes estima víctimas de la misma situación social. Durante los capítulos primero, segundo, tercero y cuarto expone los resultados de un estudio crítico de la economía y la situación social del estado. Se percibe una gran meticulosidad para reducir con tanta eficacia a unas cuantas páginas lo que sucede en nuestros 247,087 kms2 . “En Chihuahua todo es grandioso, hasta la injusticia. La naturale- za ha sido pródiga: creó ahí, junto a la estepa de pastizales abundantes en épocas de lluvia, los médanos de Samalayuca y la aridez escabrosa de muchos de sus cerros talados hasta el límite”. Al homenajear nuestro suelo concluye en que los recursos de la naturaleza y la posibilidad de su ex- plotación pueden; “hacer la felicidad no solo del millón 122 mil habitantes que registra la estadística sino de cinco o más millones de seres humanos”. Nos presenta un estudio demográfico para expli- carse la evolución de la población que en el año de 1900 sumaba 327,784 habitantes y para 1960 tenía 1 226,793 por lo cual en un tiempo de 60 años casi se cuadruplicó. El desarrollo cultural era muy lento y los saldos de las políticas educativas resultaban más que negativas, había un 25.2% de analfabetas de 6 años ó más de edad. Llega a una conclusión drástica como para dar vergüenza a cualquier chihuahuense: “Gobern- aron para degradar no para engrandecer... no importa, para la validez de este juicio no solo de