El documento describe la arquitectura gótica en Quito y la arquitectura y arte colonial en Ecuador. Explica que la arquitectura gótica se desarrolló a partir del estilo románico, adoptando arcos más grandes, bóvedas y ventanas. También describe varios edificios religiosos notables de la época colonial en Quito, como la iglesia de San Francisco, el convento de San Agustín y sus pinturas, e identifica a varios artistas destacados como Miguel de Santiago.
Arte gótico, estándares de aprendizaje EBAU. Presentación interactivaIgnacio Sobrón García
Arte gótico, estándares de aprendizaje EBAU. Historia del Arte 2º Bachillerato. Presentación interactiva. Contiene: Presentaciones, Comentarios de obras de arte en texto y Comentarios de obras de arte en vídeo
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Arte gótico, estándares de aprendizaje EBAU. Historia del Arte 2º Bachillerato. Presentación interactiva. Contiene: Presentaciones, Comentarios de obras de arte en texto y Comentarios de obras de arte en vídeo
Los factores que influyeron en el surgimiento de este estilo fueron los mismos que determinaron el contexto político, social y económico de la época, la revolución industrial, la crisis del antiguo régimen, la ilustración, entre otros.
Los factores que influyeron en el surgimiento de este estilo fueron los mismos que determinaron el contexto político, social y económico de la época, la revolución industrial, la crisis del antiguo régimen, la ilustración, entre otros.
ACERTIJO DE CARRERA OLÍMPICA DE SUMA DE LABERINTOS. Por JAVIER SOLIS NOYOLAJAVIER SOLIS NOYOLA
El Mtro. JAVIER SOLIS NOYOLA, crea y desarrolla ACERTIJO: «CARRERA OLÍMPICA DE SUMA DE LABERINTOS». Esta actividad de aprendizaje lúdico que implica de cálculo aritmético y motricidad fina, promueve los pensamientos lógico y creativo; ya que contempla procesos mentales de: PERCEPCIÓN, ATENCIÓN, MEMORIA, IMAGINACIÓN, PERSPICACIA, LÓGICA LINGUISTICA, VISO-ESPACIAL, INFERENCIA, ETCÉTERA. Didácticamente, es una actividad de aprendizaje transversal que integra áreas de: Matemáticas, Neurociencias, Arte, Lenguaje y comunicación, etcétera.
Las capacidades sociomotrices son las que hacen posible que el individuo se pueda desenvolver socialmente de acuerdo a la actuación motriz propias de cada edad evolutiva del individuo; Martha Castañer las clasifica en: Interacción y comunicación, introyección, emoción y expresión, creatividad e imaginación.
Instrucciones del procedimiento para la oferta y la gestión conjunta del proceso de admisión a los centros públicos de primer ciclo de educación infantil de Pamplona para el curso 2024-2025.
ROMPECABEZAS DE ECUACIONES DE PRIMER GRADO OLIMPIADA DE PARÍS 2024. Por JAVIE...JAVIER SOLIS NOYOLA
El Mtro. JAVIER SOLIS NOYOLA crea y desarrolla el “ROMPECABEZAS DE ECUACIONES DE 1ER. GRADO OLIMPIADA DE PARÍS 2024”. Esta actividad de aprendizaje propone retos de cálculo algebraico mediante ecuaciones de 1er. grado, y viso-espacialidad, lo cual dará la oportunidad de formar un rompecabezas. La intención didáctica de esta actividad de aprendizaje es, promover los pensamientos lógicos (convergente) y creativo (divergente o lateral), mediante modelos mentales de: atención, memoria, imaginación, percepción (Geométrica y conceptual), perspicacia, inferencia, viso-espacialidad. Esta actividad de aprendizaje es de enfoques lúdico y transversal, ya que integra diversas áreas del conocimiento, entre ellas: matemático, artístico, lenguaje, historia, y las neurociencias.
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BARROCO
ARQUITECTURA GOTICA EN QUITO
ARTE Y ARQUITECTURA COLONIAL
COVENTO SAN AGUSTIN
IGLESIA INMACULADA CONCEPCION
BASILICA DEL VOTO NACIONAL
SAN FRANCISCO
IGLESIA SAN ROQUE
IGLESIA SANTO DOMINGO
ARQUITECTURA DE QUITO
03
CONTENIDO
3. BARROCO
El barroco es un estilo artístico que dominó
la arquitectura, la pintura, la literatura y la
música en Europa durante el siglo XVII.
Por eso, toda la cultura que corresponde a
ese periodo, incluyendo las costumbres, los
valores y las relaciones sociales, también se
denominan como barrocas.
El barroco surgió al final del Renacimiento,
y se manifestó a través del uso de detalles de
gran ostentación y extravagancia entre los
grupos beneficiados por las riquezas de la
colonización.
El Concilio de Trento, realizado entre 1545
hasta 1563, causó grandes reformas en el ca-
tolicismo en respuesta a la Reforma Protes-
tante de Martín Lutero. Así, la autoridad de
la Iglesia de Roma fue poderosamente reafir-
mada, después de perder muchos fieles.
La Compañía de Jesús, reconocida por el
papa en el año 1540, pasó a dominar casi
completamente la enseñanza y ejerció un
papel importante en la difusión del pensa-
miento católico aprobado por el Concilio de
Trento.
La Inquisición, que se estableció en España
a partir de 1480, amenazaba la libertad de
pensamiento. Por tanto, el clima era de aus-
teridad y represión.
Fue durante ese tiempo que se desarrolló el
movimiento artístico llamado barroco, en un
arte eclesiástico que deseaba propagar la fe
católica.
En ninguna época como en la barroca se ha
construido un número tan grande de iglesias
y capillas, estatuas de santos y monumentos
sepulcrales.
La arquitectura barroca, que antes era solo
religiosa, surgió también en la construcción
de palacios con el objetivo de causar admira-
ción y trasmitir poder.
Este estilo hubo de desenvolverse en un
ambiente de conflictos religiosos dominado
por la división del cristianismo, la evolución
del manierismo y la crisis del clasicismo. Lo
extravagante, lo refinado y lo elegante pro-
tagonizan una ornamentación excesiva que
está acompañada de una renovada actitud
espiritual y de un interés por los problemas
artísticos y religiosos.
No en vano, Europa estaba afectada por la
denominada “Guerra de los 30 años” (1618-
1648) pero también por múltiples revolu-
ciones y revueltas locales. Por si esto fuera
poco, la peste asolaba el continente.
En tal contexto de violencia y muerte sur-
gió esta forma de arte que transmitía con
mayor intensidad el dolor pero también el
amor por la vida. Por otra parte, la crisis por
la que atravesaba la Iglesia Católica motivó
que se buscara la conversión de sus templos
en lugares que albergaran multitud de pin-
turas y esculturas con las que pretendían
inspirar el fervor religioso.
Sin duda, el estilo Barroco era proclive a
cumplir tal misión, pues respondía como
ningún otro a dichas necesidades. En otras
palabras, puede decirse que encontró su ori-
gen en causas sociales y su preciso impulso
en causas religiosas.
El estilo que nos ocupa se suele oponer al
Clásico. Así, a este último se le atribuyen
el respeto a las proporciones, la armonía de
los elementos, la representación casi exacta
de la realidad y la selección de personajes
calmos como reyes y dioses.
No obstante, los historiadores del arte afir-
man que en todas las épocas artísticas eu-
ropeas se ha producido la alternancia de un
etilo más parecido al Barroco y de otro más
parecido al Clásico.
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4. Arquitectura gotica EN QUITO
La arquitectura gótica es la forma artística
sobre la que se formó la definición del arte
gótico, el estilo artístico comprendido entre
el románico y el Renacimiento, que se desa-
rrolló en Europa Occidental —cristiandad
latina— en la Baja Edad Media, desde finales
del siglo XII hasta el siglo XV, aunque más
allá de Italia las pervivencias góticas conti-
nuaron hasta los comienzos del siglo XVI.
Iniciada en la experimentación arquitectóni-
ca del siglo XII en la zona de Île de France,
se extendió por toda Europa como un estilo
de marcada verticalidad, tanto en las torres
como en las elevadísimas naves, permitida
por los arcos apuntados y las bóvedas de cru-
cería, cuyo peso se desplazaba por los arbo-
tantes a contrafuertes exteriores, aligerando
los muros, que acogen una cada vez mayor
multiplicidad de capillas laterales. Pintura y
escultura se libran de su dependencia de los
muros (retablos).
El vocablo «gótico» es el adjetivo correspon-
diente a godo y fue utilizado en este contex-
to por primera vez por el tratadista italiano
Giorgio Vasari (1511-1574), quien en su fa-
mosa obra de biografías de pintores toscanos
incluye varios capítulos sobre el arte en la
Edad Media. En sentido peyorativo usó este
término para denominar la arquitectura an-
terior al Renacimiento, propia de los bárba-
ros o godos, cuyos componentes le parecían
confusos, desordenados y poco dignos, por
contraste a la perfección y racionalidad del
arte clásico.
En su propia época, se solía denominar como
opus francigenum (estilo francés), por refe-
rencia al origen de la innovación. Paradóji-
camente, en la España del siglo XVI se cali-
ficaba al gótico final (isabelino o plateresco)
como la forma de construir a lo moderno,
mientras que la arquitectura clasicista que
introducía el renacimiento italiano era vista
como una forma de construir a la antigua o
a lo romano.
INICIO / ARTE / HISTORIA DEL ARTE
Lo que podemos aprender de la exquisita historia y
estética ornamentada de la arquitectura gótica
El estilo gótico, estéticamente ornamentado
y conceptualmente trascendente, es una de
las corrientes arquitectónicas más distinti-
vas del mundo. Aunque tuvo su origen en la
Edad Media, este movimiento ha cautivado
al público por varios siglos, como se puede
ver en algunos de los edificios más hermosos
de Europa.
Sibienelenfoquegóticopareceserunaforma
novedosa de arquitectura, su característico
estilo fue moldeado por diversas influencias.
Aquí exploraremos esta corriente, observan-
do de cerca su rica historia, definiendo sus
características y revisando algunos ejemplos
de arquitectura gótica.
Durante la Edad Media, un nuevo estilo de
arquitectura surgió en Europa. Inicialmente
conocido como Opus Francigenum, u “obra
francesa”, esta corriente arquitectónica do-
minaba los gustos europeos–o mejor dicho,
el de la Iglesia Católica Romana. Fue hasta el
siglo XVI que empezó a ser conocido como
“gótico”.
El estilo gótico se desarrolló a partir de la ar-
quitectura románica, una estética medieval
caracterizada por arcos, techos abovedados y
pequeños vitrales.
La arquitectura gótica adoptó y adaptó es-
tos elementos románicos para producir un
nuevo estilo de construcción que presenta-
ba arcos exagerados, bóvedas más grandes
y ventanas más amplias. Sin embargo, ade-
más de reinterpretar estas características, la
arquitectura gótica también abandonó una
característica clave de la arquitectura romá-
nica: las paredes gruesas.
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5. ARTE Y ARQUITECTURA COLONIAL
A través de la ce-
rámica dejada por
nuestros aborí-
genes, se puede
apreciar el buen
gusto, la extraordi-
naria imaginación
y, sobre todo, su
habilidad artísti-
ca genial que po-
seían nuestros an-
tepasados. El arte
ecuatoriano, desde
el año de 1500 ha-
cia adelante, no es
importación espa-
ñola ni tampoco
es permanencia
preincásica o in-
cásica; sino el conjunto de todas esas mani-
festaciones autóctonas e influenciadas con la
conquista, debido a varios trámites como: el
cambio de mentalidad de los elementos en-
frentados (españoles y mestizos); la funda-
ción de urbes y la influencia misionera, todo
esto se ve reflejado en el arte de la Escuela
Quiteña. Las manifestaciones de expresión
artística y cultural en la Real Audiencia y
Presidencia de Quito, estuvieron bajo la in-
fluencia religiosa; así como la educación,
la arquitectura de sus templos y el arte que
adornaba, los mismos estaban influenciados
por las diversas congregaciones religiosas.
Fue así que en el convento de San Francisco
se organizó la escuela de artes y oficios ma-
nuales, para hijos de mestizos, que se cons-
tituyó en la primera de su clase en Sudamé-
rica. Los escultores que sobresalieron en el
período colonial fueron: Caspicara, Diego
de Robles y José Antonio Olmos, Menancho
fue el extraordinario escultor que talló con
admirable maestría el púlpito de la iglesia de
Guápulo. El padre Carlos fue el escultor del
grupo de la negación de San Pedro, que está
en el retablo del altar de Almas, en la Cate-
dral de Quito, en la que se puede apreciar
una exuberante decoración con motivos his-
panos, como son sus columnas.
Manuel de Chili, conocido como Caspicara,
fue el genial maestro que esculpió en detalle
la Sábana Santa, en el transcoro de la Cate-
dral de Quito, en cuya obra se aprecian las
características de un auténtico realismo.
La iglesia de San Francisco (1532-1558), fue
uno de los primeros templos elevados en
Quito, obra del notable arquitecto Fray Jodo-
co Ricke; allí se aprecian obras manieristas,
una de las más importantes de Sudamérica;
Ricke tuvo el apoyo de los frailes Pedro Go-
cial, Jácome Flamenco y Germán el Alemán,
un grupo extraordinario de flamencos que
trabajaron con tenacidad en el templo fran-
ciscano. Entre los pintores que alcanzaron la
celebridad está Miguel de Santiago, pintor de
la Escuela Quiteña que se especializó en va-
riados temas religiosos, de manera preferen-
te las “Inmaculadas”, como la de este cuadro
que representa la Inmaculada del Convento
de San Agustín, que coserva una magnífica
colección de cuadros notables de este genial
pintor.
Otros pintores importantes son: Nicolás Ja-
vier de Gorívar, Bernardo Rodríguez y Ber-
nardo Legarda, Manuel de Samaniego, Pam-
pite, Sánchez Gallque, Sangurima, Quishpe,
Matheo Mexia y otros tantos que se man-
tuvieron en el anonimato al no firmar sus
obras. El retablo mayor de la Capilla de Can-
tuña, en el convento franciscano, en el cual
se observa una riquísima ornamentación, en
cuyo nicho central, de arco semicircular, con
abundantes figuraciones, en la que está el
grupo del Calvario, obra de Bernardo Legar-
da. El retablo lateral de la capilla de Cantuña,
en relieve de la Impresión de las llagas de San
Francisco, magistral obra de Caspicara, en la
que se aprecia la expresión del arte barroco,
de influencia italiana.
08 09
6. CONVENTO SAN AGUSTIN
Tiene un valor histórico imprescindible,
además del valor social y político debido a
que en este recinto tuvo lugar el 15 de Agosto
de 1809 la reunión de los participantes para
la firma del Acta de la Independencia de la
revolución del 10 de Agosto de 1810 que fue-
ron depositados en el osario de la Sala Capi-
tular y restaurado en 1988. El convento tiene
en su interior varios corredores compuestos
por 9 columnas toscanas de capitel dórico y
10 arcos de medio punto.
Las paredes de este convento muestran una
valiosa y destacada galería en la que se pue-
den observar 39 lienzos de los cuales 25 per-
tenecen a Miguel de Santiago con su técni-
ca del Claro-Oscuro en los que se detalla la
vida y milagros de San Agustín. Además hay
12 lienzos anónimos atribuidos a la Escuela
Quiteña del siglo XVII y 2 lienzos pintados
por Luis Cadena, artista quiteño del siglo
XIX.
El 22 de Julio de 1573 ya se contaba en Qui-
to con la presencia del arquitecto extremeño
Francisco Becerra quien “Trazo los planos,
sacó cimientos y fundamentó las iglesias y
conventos de Santo Domingo y San Agustín
con buena industria y habilidad”. Es una op-
ción interesante ya que es una de las iglesias
más emblemáticas ya que data del siglo XVI.
Se encuentra conservado por las obras de
restauración ejecutadas por el instituto Na-
cional de Patrimonio Cultural en la ejecu-
ción de un proyecto global desde 1975 que
permitió la impermeabilización de la tota-
lidad de las cubiertas del convento e iglesia
en una extensión de aproximadamente 7.500
m2.
Al interior del convento se destaca la her-
mosa pinacoteca que decora las paredes del
claustro bajo, con pasajes de la vida de San
Agustín, obras del insigne Miguel de San-
tiago. Este claustro bajo tiene un artesonado
con formas geométricas, decoración floral y
piñones moriscos, únicos en América.
Es la única parte original que se conserva de
la iglesia, tiene una bóveda de estilo gótico
compuesto por arcos ojivales; presenta colo-
res oscuros y eso es lo que lo hace diferenciar
de los otros elementos de la iglesia porque
todo fue refaccionado y modificado luego
del terremoto de 1878. Dispone de una ven-
tana sencilla la cual permite la iluminación
del coro, adornado con una sillería tallada
en madera de cedro.
• Torre: Desde cualquier parte del Conven-
to se puede observar su torre, la más ancha
de Quito, con una altura de 40 m. Sobre la
cúpula descansa la imagen de San Agustín
fue tallada en madera en el siglo XX. Actual-
mente esta imagen ha sido sustituida por una
de hormigón armado con iguales caracterís-
ticas que la anterior.
• Sala Capitular: Está ubicada en el corre-
dor oriental, posee un piso hecho en ladrillo.
El objetivo principal de su construcción era
albergar a la Comunidad Agustina, por este
motivo la sillería trabajada en madera de ce-
dro negro al natural, se dispone alrededor
de la sala; tiene capacidad de acoger a 150
personas. Este conjunto de sillería presenta
al estilo Barroco
Español.
La decoración re-
ligiosa que se en-
cuentra en esta sala
capitular se la de-
nomina “Calvario”,
es un trabajo rea-
lizado en madera
y cubierto con pan
de oro. Posee tres
esculturas reali-
zadas por José Olmos alias “Pampite”, estas
obras son: San Juan Evangelista, la Virgen
María y Cristo.
El techo es artesonado de estilo mudéjar de
influencia árabe; se puede observar varios
lienzos de la Escuela Quiteña que represen-
tan a obispos y mártires.
• Atrio y fachada: El atrio labrado todo en
piedra es diferente a los otros atrios del Cen-
tro Histórico pues posee 5 gradas que des-
cienden hacia la puerta de entrada de la igle-
sia. En el ángulo de se encuentra una cruz de
piedra labrada que data del siglo XVII, don-
de se destaca un pequeño Cristo. La fachada
es toda de piedra y tiene 2 cuerpos separados
por una cornisa sostenida por ménsulas en
cuyos intervalos se puede encontrar las re-
presentaciones de los 4 evangelistas: un ángel
(San Mateo), dos águilas (San Juan), dos leo-
nes (San Marcos), y dos bueyes (San Lucas).
En el primer cuerpo se encuentra 2 pares de
columnas dóricas que sostiene el arco de me-
dio punto que da lugar a la puerta principal
de la iglesia.
• La hermosa pinacoteca que decora las pa-
redes del claustro bajo tiene un artesonado
con formas geométricas, decoración floral y
piñones moriscos, únicos en América.
Los velorios en el
Quito antiguo se
hacían en las igle-
sias de la ciudad
y duraban de dos
a tres días, de-
pendiendo de la
importancia del
difunto, y en las
noches se queda-
ban únicamente los
coristas o los sacristanes, pues la gente temía
que algún fantasma se les apareciera en el ca-
mino a casa si acompañaban al muerto más
allá de las once.
Pues resulta que precisamente en San Agus-
tín tuvo lugar un velorio que se convirtió en
leyenda, allá por el siglo 18. El muerto era
un importante militar y al llegar las once se
quedaron con él únicamente dos sacristanes
de nombre Pedro Illescas y Toribio Fonseca,
que compartían una casa en la parroquia de
San Blas y por ello se habían vuelto mejores
10 11
7. Iglesia La Inmaculada Concepcion El período colonial (1534 – 1809) se carac-
terizó por una marcada lucha de la Corona
Española por evangelizar a los aborígenes de
América. Este encuentro nos dejó como le-
gado la configuración de una identidad mes-
tiza que se expresó en las grandiosas cons-
trucciones religiosas que permanecen hasta
nuestros días.
El caso de Quito es elocuente. El poder eco-
nómico de la Iglesia en esa época se evidencia
en la abundante existencia de monumentales
edificaciones religiosas frente a la sencillez
de las construcciones civiles.
El Real Monasterio de la Limpia Concepción
de Quito
La reestructuración del catolicismo en la se-
gunda mitad del siglo XVI encontró en el
Nuevo Mundo el escenario para expandir y
revitalizar la fe. El alcance de estos objetivos
se impulsó con la creación de monasterios
como centros de fomento espiritual.
El primer monasterio femenino de clausura
de la Real Audiencia de Quito se fundó en
1577. Era el Real Monasterio de la Limpia
Concepción de Quito, conocido hoy como
Iglesia y Convento de la Inmaculada Con-
cepción.
Su instauración se dio con la adecuación de
los espacios de los claustros, un coro y una
capilla para acoger a las religiosas. La cons-
trucción de un templo de mayores magnitu-
des siempre se consideró, aunque tuvo que
ser suspendida en varias ocasiones por falta
de recursos.
12 13
8. BASILICA DEL VOTO NACIONAL Esta construcción religiosa fue diseñada por
el arquitecto francés Emilio Tarlier, quien se
inspiró en la catedral parisina de Notre Dame.
La obra arquitectónica se crea con el objetivo
de consagrar a la República del Ecuador al Sa-
grado Corazón de Jesús. La Basílica del Voto
Nacional es considerada como la obra más re-
presentativa de la arquitectura neogótica del
país, y una de las más destacadas de América
Latina.
La Basílica del Voto Nacional, que comenzó
a ser construida en el siglo XIX y que es con-
siderada como inconclusa, posee gárgolas en
la fachada, así como también los animales en-
démicos del país y de la región, tales como:
caimanes, tortugas, piqueros de patas azules,
monos, entre otros.
La Basílica tiene una longitud de 140 metros,
una anchura de 35 metros y su nave central
tiene una altura de 30 metros. Además, cuen-
ta con dos ingresos y seis puertas de acceso.
Dentro de esta majestuosa construcción se
encuentra ubicado el Panteón Nacional de Je-
fes de Estado ecuatorianos, donde algunos ex
presidentes se encuentran sepultados.
Las dos torres frontales tienen 115 metros de
altura, motivo que hace a la Basílica, ¡una de
las estructuras más altas de la ciudad!. Te su-
gerimos que subas a una de sus torres y goces
de una de las vistas más privilegiadas de Qui-
to.
La iglesia de la Basílica del Voto Nacional pue-
de ser visitada todos los días 09h00 a 16h30 y
sus torres de 08h30 a 18h00.
14 15
9. SAN FRANCISCO
• Obras de arte colonial: Dentro de la iglesia
se encuentran más de 3.500 obras de arte co-
lonial, de múltiples manifestaciones artísti-
cas y variadas técnicas, especialmente aque-
llas correspondientes a la Escuela Quiteña de
arte, que nació precisamente en este lugar.
• Biblioteca franciscana, descrita en el siglo
XVII como la mejor del Virreinato del Perú.
• Atractivos como el altar mayor del templo,
las capillas laterales y el púlpito son de ex-
cepcional belleza en esta iglesia.
• Capilla de Villacís: es una de las muestras
más notables del barroco quiteño de media-
dos del siglo XVII. Su riqueza y localización
junto al presbiterio del grandioso templo
franciscano la erigen en un modelo tanto
por su arquitectura y elementos decorativos
como por la intención de su patrono, el co-
misario don Francisco de Villacís, que que-
rer perpetuar su estirpe en tierras quiteñas
a través de la construcción de una sepultu-
ra familiar donde se puede admirar el busto
orante del citado comisario y el ostentoso es-
cudo de armas que preside la cripta. Funda-
da el 6 de noviembre de 1659.
• Capilla del Pilar de Zaragoza: La Capilla de
Santa Marta, del Comulgatorio o del Santísi-
mo, al extremo izquierdo del altar mayor, fue
dedicada desde la segunda mitad del siglo
XVIII al culto de la imagen de la santísima
Virgen del Pilar de Zaragoza, traída de Es-
paña por fray José de Villamar Maldonado,
copia exacta de la obra del escultor Pedro
de Mena. En el año 1671 se estableció la co-
fradía y a sus hermanos se les concedió tres
años más tarde la antigua bóveda de la Orden
Terciaria. Al parecer, ésta estuvo en vigencia
hasta mediados del siglo XIX, inscribiéndose
sus últimos hermanos en el año 1848.
• Escultura: En el altar mayor de San Fran-
cisco, dominado por un gran
retablo barroco y cubierto de
pan de oro, destacan las escul-
turas de la “Virgen de Quito”
de Legarda y del “Jesús del
Gran Poder” del Padre Carlos;
ambos destacados miembros
de la escuela quiteña de arte.
Entre las esculturas más re-
conocidas que alberga el con-
junto de San Francisco, tene-
mos: El Bautismo del Señor
del siglo XVI del artista Diego
de Robles; Jesús del Gran Po-
der del siglo XVI del artista
Padre Carlos; Traición de Ju-
das del siglo XVII del artista
Pampite; Virgen de Quito y El
Calvario del siglo XVIII del
artista Bernardo de Legarda;
San Pedro de Alcántara, La
impresión de las llagas de San
Francisco, Tránsito de la Vir-
gen, Virgen del Carmen y San
José del siglo XVIII obras del
artista Caspicara.
• Pintura: Se exhiben docenas
de pinturas de famosos pinto-
res quiteños y europeos; pero
su principal atractivo radica en las obras
pertenecientes a la escuela quiteña de arte,
estilo que nació en los patios de este con-
vento, y cuya fama trascendió las fronteras y
hoy se encuentra en importantes museos de
todo el mundo.
• Convento de San Francisco: Su convento
es muy atractivo porque en sus claustros se
hallan pinturas y esculturas de la escuela
quiteña, además porque ellos fueron testigos
de la vida social e intelectual de los prime-
ros años de la ciudad de Quito como centro
urbano de los Andes.
• Museo Fray Pedro Gocial: Es un museo de
sitio que funciona en el interior del Conven-
to de San Francisco, exhibe la colección co-
lonial religiosa más exquisita e importante
de los bienes culturales, obras de los artistas
16 17
10. IGLESIA SAN ROQUE
Había conseguido un corregimiento, recu-
rriendo al reconocimiento de sus descenden-
cias. En Quito tenía una amplia parentela,
esa red familiar le ayudó a cumplir sus obli-
gaciones y a pagar la fianza que se requería
antes de la posesión de su cargo: corregidor
de Ibarra. Con eso se tuvo la idea del regre-
so a los tiempos del inca, la restauración del
viejo ordenamiento social y político andino.
Pero ese retorno nunca se concretó.
Los yanakunas, indios “sueltos”, mestizos,
españoles empobrecidos... Mucha de esta
gente, especialmente los mezclados, partici-
pó en la Rebelión de las Alcabalas, en 1592.
Lohicieron junto con soldados, vagabundos
y aventureros.
Aquella peligrosa, insumisa y violenta gente
fue ubicada atrás del convento de San Fran-
cisco. El objetivo: ‘domesticarlos’ a través de
la evangelización y el aprendizaje de oficios.
Posteriormente, ese mismo espacio se cono-
cería como San Roque, una parroquia de la
plebe, de personas ocupadas en profesiones
humildes. Y esos artesanos fueron quienes,
posteriormente, protagonizaron los levanta-
mientos y rebeliones populares que estalla-
ron allí a lo largo del s. XVIII, dice el histo-
riador Manuel Espinoza Apolo, en su libro
‘Insumisa vecindad’. La agitación de aquella
plebe empezó en 1719 y 1726 (en contra de
las autoridades que llegaban a la ciudad).
Luego, en 1747 hubo un motín que tuvo su
Algunos jóvenes intelectuales conservadores
organizaron las bases populares del artesana-
do de San Roque.
Así se impulsó la formación de la Sociedad
Artística e Industrial de Pichincha, en 1892;
Centro de Obreros Católicos, en 1906; Com-
pactación Obrera Nacional, en 1931; y la
Confederación Ecuatoriana de Organizacio-
nes Cristianas, en 1938.
Pero la más destacada fue la Compactación
Obrera Nacional. Sus miembros se compor-
taron como una fuerza de combate, incluso
tuvieron ramificaciones dentro de las fuer-
zas policiales y del Ejército. Esa insurrección
tomó el nombre de la ‘Guerra de los cuatro
días’, en 1932.
Con el transcurso del siglo XX, la vecindad
de San Roque fue perdiendo aquella homo-
geneidad que le había caracterizado.
Sin embargo, los artesanos aún constituían la
parte más importante del barrio y formaron
las bases populares del artesanado.
Ahí aparecieron varias organizaciones, una
de las más activas fue la Compactación
Obrera Nacional, recuerda Manuel Espinosa
Apolo, en su libro ‘Insumisa Vecindad’.
Todos esos grupos se convirtieron en instru-
mentos de lucha contra el régimen liberar al-
farista, luego de los movimientos socialistas
y comunistas.
Ya para 1932, los sanroqueños fueron la fuer-
za de choque del presidente Neptalí Bonifaz.
No se cansaron, siguieron manifestándose
en la escena política, pero esta vez junto al
naciente velasquismo.
18 19
11. IGLESIA SANTO DOMINGO
Su construcción inició en el año 1540, cuan-
do se asigna el solar a la comunidad de pa-
dres dominicos; posteriormente, y después
de haberse levantado una capilla provisional,
los planos definitivos del templo que persiste
hasta la actualidad fueron levantados en 1581
por el arquitecto Francisco Becerra. Tras la
muerte de Becerra, la obra pasó a manos del
padre Rodrigo Manrique de Lara; fray Anto-
nio Rodríguez se hizo cargo de las obras del
convento, mientras que fray Juan Mantilla
fue el encargado de concluir las obras de la
iglesia en 1688.
El templo está cubierto por trabajos en cedro
cubierto con pan de oro, y por numerosas
pinturas y tallas que adornan su interior. Jun-
to al retablo mayor, las diez capillas laterales
que completan el conjunto interior de Santo
Domingo enriquecen aún más el cuerpo in-
terno de la iglesia con bellísimos trabajos en
madera y hojilla de oro.
La más rica y conocida de las capillas de la
iglesia de Santo Domingo es la Capilla del
Rosario. En los altares laterales a esta capi-
lla se conservan
reliquias de santos,
traídas de Roma,
también en los mis-
mos inicios de la re-
fundación quiteña.
En ellos se cum-
plían los rituales
de la cofradía del
Rosario de Nuestra
Señora y se reali-
zaba la Procesión
de la Soledad, de
los Viernes Santos,
ambas de gran de-
voción en la ciudad.
Su construcción
inició en el año
1540, cuando se
asigna el solar a la
comunidad de pa-
dres dominicos;
posteriormente, y
después de haberse
levantado una capi-
lla provisional, los
planos definitivos
del templo que per-
siste hasta la actualidad fueron levantados en
1581 por el arquitecto Francisco Becerra.1
Tras la muerte de Becerra, la obra pasó a
manos del padre Rodrigo Manrique de Lara;
fray Antonio Rodríguez se hizo cargo de las
obras del convento, mientras que fray Juan
Mantilla fue el encargado de concluir las
obras de la iglesia en 1688.
Durante el siglo XIX, un grupo de domini-
cos italianos hicieron importantes reformas
en el interior del templo; según el intelectual
ecuatoriano Ernesto La Orden Miracle «de-
cidieron pintarla como un teatrillo de ópera,
arrasar sus altares, su coro y su púlpito».
La hermosa y sobria fachada no sufrió estos
afanes reformadores, y aunque la iglesia pa-
rece haber tenido esos cambios internos im-
portantes, mantiene una presencia riquísima
e impresionante que no muestra de una for-
ma abierta los estragos que cuenta La Orden.
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12. ARQUITECTURA DE QUITO
Más que cualquier otro edificio co-
lonial quiteño, la imponente iglesia
del convento franciscano de Quito ha
sido el objeto de incontables estudios,
análisis, especulaciones y alabanzas (lá-
mina 1). Al mismo tiempo, la iglesia de
San Francisco ha disfrutado de un lu-
gar privilegiado en la historiografía de la
arquitectura colonial latinoamericana
como uno de los monumentos más fide-
dignos, importantes e influyentes del si-
glo XVI. Como obra maestra, la iglesia
franciscana continúa inspirando nue-
vas visiones, interpretaciones, análisis y,
sobre todo, sorpresas para nue-
vas generaciones de investigadores.
Una reseña de la amplia historiogra-
fía de la iglesia de San Francisco nos
permite entender su trascendencia histó-
rica. Dentro de la historiografía moder-
na, el estatus de la iglesia de San Fran-
cisco como obra maestra del siglo XVI
se remonta a los estudios de José Ga-
briel Navarro, quien, a través de extensas
investigaciones y cuidadoso análisis vi-
sual, estableció casi por su propia cuen-
ta la primacía del templo franciscano
en la historia de la arquitectura colonial
sudamericana. Según Navarro, “la igle-
sia de San Francisco fue construida casi
íntegramente en el siglo XVI”, terminán-
dose la fábrica en 1581, y, por lo tanto,
“es la obra más interesante para el estu-
dio de la arquitectura sudamericana en
el siglo XVI, porque no hay
más antigua en el continente”.
Siguiendo esa lógica, Navarro propuso que
el estudio de la iglesia de San Francisco “
Arquitectura Religiosa
Durante el siglo xvi, cinco órdenes religiosas
se instalaron en Quito y edificaron sus tem-
plos y conventos. Los franciscanos constru-
yeron iglesia, claustro e iniciaron la portería
y el claustro mayor en este siglo. Los mer-
cedarios levantaron su primera iglesia que
posteriormente fue demolida. Agustinos y
dominicos iniciaron las
monumentales cons-
trucciones que han
perdurado hasta la ac-
tualidad. Los jesuitas
levantaron su iglesia,
convento y colegio en
el siglo xvii. Cada or-
den dio lugar a sus res-
pectivas recoletas. El
dominico fray Pedro
Bedón fundó la reco-
leta de Nuestra Señora
de la Peña de Francia,
en 1600. El monasterio
de San Diego de Al-
calá fue la recoleta de
los franciscanos. En el
siglo xviii, los merce-
darios construyeron la
recoleta de El Tejar, los
agustinos escogieron
San Juan para la suya, y por último, los jesui-
tas construyeron su casa de ejercicios, cono-
cida con el nombre de El Hospicio.
El primer convento de monjas de clausura
fue La Concepción, fundado antes de 1600.
De igual modo ocurrió con el convento de
monjas de Santa Catalina. En el siglo xvii
fueron creados los conventos de Santa Clara
y del Carmen Antiguo o Alto.
A modo de digresión, cabe mencionar que
en el Carmen Alto se custodia la Dormición
de la Virgen, una talla atribuida, según el
autor a quien se consulte, a Bernardo de Le-
garda o a la monja Magdalena Dávalos. Fue
en ese mismo convento donde se recogió la
primera santa quiteña:
Mariana de Jesús Pare-
des y Flores.
Las monjas carmelitas
del convento de Lata-
cunga, a consecuencia
de un terremoto que
destruyó sus instalacio-
nes, viajaron a Quito, y
en los primeros años
del siglo xviii, dieron
lugar al Carmen Mo-
derno o Bajo. Iglesias y
claustros de monjas se
han preservado.
Las construcciones re-
ligiosas incluyen las
iglesias parroquiales.
Las más antiguas son
San Blas y San Sebas-
tián. Luego se levan-
taron San Roque, Guápulo, El Sagrario, San
Marcos, Santa Bárbara y El Belén. Además
de sus características arquitectónicas, las
iglesias parroquiales presentan ricos retablos
y valiosas obras pictóricas y escultóricas.
Esa riqueza decorativa se hace presente en
toda la arquitectura religiosa quiteña. Tal
es el caso del imponente complejo monu-
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