El documento analiza los factores asociados a la presencia de una cultura de transparencia en el servicio público mexicano. Encontró que dicha cultura depende principalmente de factores individuales como la escolaridad y autopercepción, así como de la percepción de corrupción política e impunidad. También halló que el conocimiento de la ley y factores ligados a la trayectoria laboral no son relevantes, y que reducir la corrupción requiere fortalecer las instituciones para crear confianza y rendición de cuentas.