El documento lista una serie de indicadores de riesgo socioemocional en niños, incluyendo manifestaciones fisiológicas como problemas de alimentación y sueño, así como actitudes habituales como la tristeza o irritabilidad. También describe comportamientos como la impulsividad, conductas repetitivas, dificultades para controlar las emociones, y problemas en las relaciones con adultos y otros niños.