Adolfo Suárez desempeñó un papel fundamental en la transición española a la democracia gracias a su espíritu de diálogo y consenso. Impulsó cambios políticos de gran alcance que establecieron los derechos civiles, políticos y sociales. La democracia española continúa progresando gracias a la garantía de los derechos y deberes de los ciudadanos y al equilibrio entre los poderes del estado.
1. SUÁREZ Y EL PROGRESO DEMOCRÁTICO
Ciertamente, ante el fallecimiento de un gran político surgen
numerosos recuerdos. La actividad política de Adolfo Suárez forma
parte también del conjunto de vivencias y experiencias de los
ciudadanos en la construcción de una nación democrática y libre. Ya
que independientemente de las ideas políticas en las que crea cada
persona la participación política es una de las tareas esenciales en todo
estado moderno. Porque la democracia se sustenta en un marco ético
de convivencia. Y en este sentido la labor de Suárez es ejemplar porque
mostró un espíritu de diálogo y de consenso que benefició
enormemente en el periodo de transición a formas de gobierno
legitimadas por las urnas.
Evidentemente, la democracia no es un fin en sí mismo, porque está
enfocada como un medio para el logro del bienestar individual y
colectivo dentro de un régimen político. La afirmación de los derechos
civiles, políticos y sociales es algo esencial en todo proceso democrático.
Y en esto se distinguió especialmente también Suárez con su actitud
que impulsó decidida y valientemente un cambio político de enorme
magnitud y consecuencias para este país. Y uno de los grandes
principios que fue más destacado al menos desde un planteamiento
teórico y legal en la Constitución es la igualdad. Además Suárez
propició también la correcta y justa elaboración y aplicación de las
leyes buscando el amparo y protección de los derechos del ciudadano.
Las lecciones que cabe extraer de la excepcional trayectoria política de
Suárez considero que son claras. En primer lugar, que el estado
español puede y debe seguir avanzando en el progreso democrático.
Porque todo sistema democrático es mejorable y perfeccionable en su
funcionamiento político y social. La garantía del ejercicio de los
derechos, y el cumplimiento de los deberes corresponde precisamente
al propio estado democrático. En segundo lugar, es esencial que el
equilibrio de los tres poderes vele por la calidad de la democracia
efectiva. Ya que la diversidad de poderes fácticos existentes deben
estar controlados por normas y procedimientos rigurosos y justos. De
tal modo, que no se produzcan consecuencias negativas respecto a los
derechos y libertades reconocidos por el ordenamiento jurídico vigente
propio de un Estado Social y Democrático de Derecho, tal como se
afirma en la Constitución de 1978.
En tercer lugar, estimo que en el ámbito individual los derechos de
educación e información deben ser especialmente apoyados. Lo que
significa que la formación integral de todos los ciudadanos o paideia
que decían los griegos es fundamental. De esta manera, la forma de
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2. convivencia democrática será la expresión real de la libertad de
expresión, y la información plural y libre.
En cuarto lugar, para seguir avanzando en el progreso democrático el
reto es, indudablemente, la superación de desproporcionadas
diferencias en relación con una desigualdad económica que se constata
en la sociedad española actual. Porque las instituciones sociales del
estado español realizan una labor que es insuficiente para hacer
efectivos los derechos reconocidos teóricamente en todo sistema
democrático avanzado. Quizás, la solución a estos problemas que he
expuesto provenga en buena medida de una mayor y más profunda
participación ciudadana en la actividad política. Porque la
responsabilidad de todos los ciudadanos es lo que contribuye a una
realización efectiva del ideal democrático de la sociedad. En este orden
de cosas, las diversas organizaciones de ciudadanos buscan el logro del
bienestar que es la expresión de la normativa constitucional.
Lo difícil es la justa y racional articulación de toda la trama política y
social de un país. Ya que es posible la mejora de las condiciones de
vida de la totalidad de los ciudadanos.
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