Se presenta un caso de fractura orbitaria a consecuencia de patada contundente durante un combate de Taekwondo. Se describe la evolución del caso y las recomendaciones pertinentes. Se consideran las estructuras anatómicas que conforman la cavidad orbitaria. Se presenta una imagen radiográfica.
1. LESIONES EN EL TAEKWONDO: Fractura orbitaria. Un caso.
MC, MVZ. Héctor Gabriel Ramos Rodríguez
Clínica de Medicina Familiar “Tlalpan”, ISSSTE.
Colegio de Geografía. Facultad de Filosofía y Letras, UNAM.
Taekwondo-Escuela Marcial y Deportiva
INTRODUCCION
Los traumatismos oculares presentan una gran variedad de modalidades que dependen del
tipo de agente traumatizante, de la magnitud del impacto, y de la cantidad y calidad de los
tejidos lesionados (figuras 1,3). Las contusiones son producidas por objetos romos y la
sintomatología es variada y depende de los daños, que pueden ser múltiples. Entre los más
frecuentes se observan fractura orbitaria, edema periorbitario, hematoma, incremento en la
presión intraorbitaria, enfisema de los párpados y ojo rojo 1,2
.
Vista frontal Vista lateral
1. hueso frontal 2. hueso esfenoides
3. cavidad orbitaria 4. hueso zigomático
5. maxilar 6. foramen infraorbitario
7. foramen supraorbitario 8. canal óptico
9. fisura orbitaria superior 10. fisura orbitaria inferior
11. hueso lagrimal 12. arco zigomático
13. hueso etmoides
Figura 1. Estructuras óseas que conforman la cavidad orbitaria3
.
2. Debido a la forma cónica de la órbita, un traumatismo anterior desplaza su contenido en
dirección posterior. Los signos y síntomas más comunes de las fracturas del piso orbitario
son: a) Enoftalmos, el cual no se distingue inmediatamente después del evento a
consecuencia del edema o la hemorragia locales. Generalmente ocasionado por la
herniación de la grasa periorbitaria hacia el seno maxilar, b) Exoftalmos, que es raro y
puede deberse al desplazamiento hacia arriba del piso de la órbita fracturada, c) La diplopía
y la limitación de los movimientos oculares como producto del edema y el atrapamiento de
los músculos oblicuo o recto inferior del ojo, y a lesión secundaria de una de las ramas del
III par craneal, sobre todo la que inerva el músculo oblicuo inferior, d) Asimetría facial, que
puede estar enmascarada por el edema subyacente. Determinar si existe inestabilidad de los
huesos faciales (fracturas LeFort II y III), e) Alteración sensorial con hiperestesia en las
mejillas, principalmente en el trayecto del nervio infraorbitario y f) Manifestaciones
oculares relacionadas como dolor, equimosis palpebral, hemorragia subconjuntival,
laceraciones corneales, lesiones de la pupila, hemorragia de la cámara anterior (hipema),
glaucoma secundario y lesión de la retina (generalmente, edema transitorio)4,13
. El
desarrollo de un hematoma retrobulbar puede resultar en ceguera debido a que compromete
el aporte sanguíneo de la retina y el nervio óptico2
. De hecho, si la exploración física revela
un claro desplazamiento hacia abajo del ojo con limitación de la mirada hacia arriba y una
diplopía en el campo superior de la mirada (figura 2), debe sospecharse de: 1) Fractura,
luxación o conminutación del hueso malar y 2) Fractura por “estallido” del suelo de la
órbita 2,5
.
Figura 2. Fractura del piso orbitario con limitación de la mirada hacia arriba1
.
3. Se menciona que las lesiones cervicofaciales representan el 10% de la traumatología
deportiva6
. De hecho, un estudio sobre las lesiones en el Taekwondo, tanto en eventos
nacionales como estatales, indica que el 1.5% de las mismas sucedieron por contusión
ocular, principalmente por golpe accidental con el puño, con predominio en el sexo
femenino y del lado izquierdo7
. Los traumatismos orbitarios en el deporte suceden por
contusión directa, principalmente en el boxeo, esquí, rugby, karate y taekwondo. Y,
contrariamente a lo que se podría pensar, en los deportes de combate no tienen una
incidencia importante8
, ya que el individuo puede defenderse con las extremidades
superiores y con bajo riesgo de lesión intracraneal debido a que los huesos faciales y los
senos paranasales ejercen un efecto de absorción del golpe. Un impacto > 100 m/s ocasiona
lesión explosiva fatal13
. En las artes marciales, esta región anatómica se considera como un
punto vital y responde al estímulo doloroso, de acuerdo con la velocidad, fuerza y precisión
del contacto, en los grados 2/3 (dolor sostenido-dolor severo) si el contacto es ligero o 4/5
(pérdida del conocimiento o fatal) si el ataque es contundente, en la escala propuesta del 1
al 59
. La fractura o fisura del etmoides y el maxilar puede generar un enfisema subcutáneo
o subconjuntival, la de la rama ascendente del maxilar superior puede lesionar el saco y las
vías lagrimales, la de la apófisis orbitaria externa presenta el riesgo de lesionar la glándula
lagrimal y la del ángulo supero interno puede lesionar la polea del oblicuo superior y
provocar un desequilibrio oculomotor. Los traumatismos graves con disyunción
craneofacial se presentan en pocas ocasiones en la practica deportiva habitual, destacando
la del suelo orbitario o “blow out” (figura 3). Los nervios craneales afectados son: el óptico
por contusión o hematoma, el motor ocular común y el motor ocular externo por
compresión directa o indirecta y el trigémino por compresión directa 2,8,10
.
4. Figura 3. Estallido del piso orbitario por traumatismo. Las flechas señalan la dirección de
las desviaciones del globo ocular1
.
CASO
Taekwondoin de 19 años, Cinta Roja 1er
Kup, que participó en el XXXI Campeonato
Nacional con clasificación en la categoría adulto joven (17 a < 30 años) y división Bantham
(58 a 62 Kg) en la modalidad de combate libre. Al intentar atacar con patada circular a la
cabeza con pierna derecha, recibe contraataque con patada de gancho con salto y giro, una
de las más espectaculares y contundentes del Taekwondo (la velocidad promedio de una
patada se estima en 1.4 m/seg, valor que puede variar en relación con parámetros como la
edad, sexo, peso corporal del atleta y técnica ejecutada, entre otros)11
(figura 4), con
subsecuente traumatismo en región ocular izquierda con talón de pie izquierdo, sin pérdida
de la conciencia y posterior dolor moderado, visión borrosa, fotofobia y blefaroespasmo
transitorios, lagrimeo escaso y diplopía.
5. Figura 4. Patada de gancho con salto y giro12
.
A la exploración física: Glasgow de 15, conciente, orientado en las tres esferas, diplopía
vertical con dirección de la mirada hacia arriba, edema palpebral inferior, hiperemia
conjuntival, disminución en los movimientos oculares, sin presencia de enoftalmos o
exoftalmos, dolor ocular leve a la digitopresión superficial, respuesta sensitiva facial
conservada y pupilas isocóricas con reflejos fotomotor y consensual normales. A la
fundoscopía, mácula de características normales, sin alteraciones vasculares e integridad
retiniana. Signos vitales: TA 130/100, FC 84 x’, FR 22 x’ y Temp. 36.6 °C. Se envía al
servicio de urgencias donde valoración radiográfica confirma el diagnóstico de fractura de
base de órbita izquierda (figura 5) y sin imágenes de niveles hidroaéreos en senos
paranasales adyacentes. Se inicia tratamiento médico conservador con cefalexina 500 mg,
tres veces al día, por 10 días; naproxeno 500 mg, dos veces al día, durante dos semanas y
reposo absoluto. La revaloración radiológica, tres semanas después, indica consolidación
satisfactoria de la lesión ósea (figura 6) sin complicaciones aparentes. Clínicamente con
respuesta oculomotora adecuada, sin presencia de diplopía. Causa alta con indicación de no
competir por un periodo mínimo de 30 días.
6. Figura 5. Radiografía en proyección Waters que muestra la fractura del piso de la órbita.
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Observaciones realizadas en eventos organizados por Moo Duk Kwan de México coinciden
con la información general sobre la baja incidencia de traumatismos óculo-orbitarios a
pesar de ser el Taekwondo un deporte de contacto. No obstante, debido a la contundencia
de algunas de sus técnicas de ataque y contraataque, cuando suceden provocan lesiones de
considerables consecuencias. En conclusión, aunque en esta disciplina predomina el uso de
las extremidades pélvicas, para prevenir este tipo de contingencias se deben tomar en
cuenta las indicaciones siguientes: a) presentarse en buenas condiciones de salud, b)
impedir la participación de competidores que se encuentren bajo los efectos de substancias
prohibidas (alcohol, drogas, etc.), c) registrarse en la categoría y división correspondientes.
Evitar sobre clasificaciones, d) respetar los lineamientos del reglamento de competencia, e)
hacer énfasis en la aplicación correcta de los movimientos de defensa con las extremidades
torácicas, f) realizar los desplazamientos estratégicos para esquivar los ataques del
7. oponente, g) presentarse a los eventos con el equipo apropiado y autorizado,
independientemente de la modalidad elegida y h) orientar el objetivo de la participación en
el juego limpio (fair play).
Finalmente, saber que todo traumatismo en la región mencionada debe considerarse como
URGENCIA y ser valorado de inmediato por el Oftalmólogo, con el propósito de evitar
complicaciones y secuelas que pongan en riesgo la salud, la capacidad visual y la vida
deportiva del Taekwondoin.
REFERENCIAS
1. OPS. Oftalmología aplicada. Manual de oftalmología básica para el médico no
oftalmólogo y el estudiante de medicina. USA: OPS/OMS-Salvat, 1988.
2. American College of Surgeons. Advanced Trauma Life Support Course. USA: 1998.
3. Sugiura K, Robinson GA, Stuart DG. Illustrated Guide to the Central Nervous
System. USA: Ishiyaku EuroAmerica, Inc. Publishers, 1989.
4. Ramón EJ. Oídos, Nariz Garganta y Cirugía de Cabeza y Cuello. México: El Manual
Moderno, 1991.
5. Elastam M, Sternbach GL, Jay BM. Manual de Medina de Urgencia. España: Mosby-
Doyma, 1994.
6. Ramos RH, Olguín CJL, Franco LJJ. Análisis preliminar de lesiones en el Tae Kwon
Do. Rev Educ Salud 2000; 37: 43-48.
7. Ramos RH. Lesiones en el Tae Kwon Do. Incidencia y prevención. Tesis Cinta Negra
1er. Dan. Moo Duk Kwan de México. México, 2002.
8. Brunet GE, Moyen B, Genéty J. Medina del deporte. España: Masson, 1997.
9. www.galeon.com/taekwondo/vital.html
10. Berlit P: Memorix Especial de Neurología. Colombia: Iatros Ediciones, 1992.
11. www. jaguartaekwondo.com/documents/biomech/biognal.htm
12. Mendiola O. Tae Kwon Do para principiantes. México: Selector, 1999.
13. Greenberg. Handbook of Neurosurgery. Head trauma. USA, 1995.