El documento contrasta las características de la Web 1.0 y la Web 2.0, señalando que la Web 1.0 es estática, con iniciativa individual y usuario receptor, mientras que la Web 2.0 es dinámica, basada en redes sociales y con usuario coautor. También describe cómo la Web 2.0 puede usarse en educación para fomentar comunidades de aprendizaje, autonomía, pensamiento crítico y trabajo colaborativo, así como el nuevo papel del profesor en el siglo XXI.