Este documento describe la función de relación en los seres humanos. Explica que esta función permite obtener información del entorno a través de los sentidos y tomar decisiones en respuesta. Detalla los principales órganos de los sentidos (ojo, oído, olfato, gusto y tacto), el sistema nervioso y el aparato locomotor, que ejecuta las órdenes del sistema nervioso.
1. TEMA 3: LA FUNCIÓN DE RELACIÓN EN EL SER HUMANO
DEFINICIÓN
La función de relación es el conjunto de procesos por los que los el ser humano obtiene información de su medio y toma
decisiones para responder al entorno. También capta estímulos del interior del organismo para llevar a cabo ciertas
funciones vitales.
Los órganos de los sentidos captan estímulos procedentes del exterior, esas informaciones se analizan en el sistema
nervioso, que elabora las respuestas, normalmente ejecutadas por el aparato locomotor.
Estudiaremos los órganos de los sentidos, el sistema nervioso y el aparato locomotor, además de la coordinación
interna llevada a cabo por las hormonas.
LOS ÓRGANOS DE LOS SENTIDOS
1.- LA VISTA: El sentido de la vista nos proporciona imágenes visuales a través del ojo, con información sobre el color, la
forma, la distancia, posición y movimientos de los objetos. Es el sentido humano más perfecto y evolucionado. El órgano
receptor es el ojo o globo ocular.
El ojo cuenta con distintas estructuras que lo protegen. En primer lugar está la cavidad ósea, llamada órbita, que lo
contiene. Luego, los párpados, formados por un repliegue de la piel que lo rodea, la glándula lagrimal, situada en el
ángulo superior externo de la órbita, cuya secreción mantiene al ojo húmedo y es un medio de defensa y limpieza, que
además evita que se seque la cara anterior a la córnea. Finalmente, están las pestañas y las cejas. Ellas desvían las gotas
de sudor provenientes de la frente, que podrían llegar hasta los ojos.
El ojo en sí mismo está formado por:
Cristalino: especie de esfera achatada formada por membranas
transparentes de consistencia gelatinosa. Es el encargado de enfocar las
imágenes.
Retina: membrana compuesta en su mayoría por células nerviosas que
tienen la propiedad de ser fotosensibles; en la retina es donde se forman
las imágenes.
Iris: Es la porción coloreada del ojo, correspondiente a una membrana
que se localiza entre la córnea y el cristalino, y cuya abertura redonda y
central (la pupila) regula la entrada de luz al ojo mediante su contracción y dilatación.
Pupila: orificio a través del cual la luz penetra en el ojo.
Córnea: estructura en forma de cúpula que se halla en la parte frontal del ojo y que protege el iris y el cristalino además
de ayudar a centralizar la luz en la retina.
Funcionamiento: La luz, tanto si procede de una fuente productora como si son rayos reflejados por diferentes materias,
penetra en el ojo por la córnea. Esta membrana, que cubre la parte delantera del ojo, es transparente y actúa como una
lente convexa, desviando los rayos hacia un mismo punto. Detrás de la cornea se encuentra el iris, que actúa como
diafragma regulador, dilatándose o contrayéndose para controlar la cantidad necesaria de luz. Hay un orificio en el
centro del iris que es la pupila, y por ella pasa la luz a un cuerpo transparente y elástico, que cambia de forma por las
presiones de los músculos ciliares, llamado cristalino. Esta lente de material blando permite, al agrandar o reducir su
curvatura, enfocar con precisión la imagen en el fondo del ojo, que es la retina. Desde ella sale el nervio óptico, que
lleva la información al cerebro, donde en realidad se forma la imagen.
2. 2.- EL OÍDO: El sentido del oído nos permite percibir los sonidos, su volumen, tono, timbre y la dirección de la cual
provienen.
Estructura: El oído se divide en tres secciones.
Oído externo: Consta de dos partes. Una es una
porción sobresaliente -tejido cartilaginoso- y revestida
de piel- llamada pabellón de la oreja. La otra es el
conducto
auditivo
externo,
que
mide
aproximadamente 2,5 centímetros. Va desde el
pabellón de la oreja hasta el tímpano, órgano que
vibra con la acción del sonido.
Oído medio: Es una cavidad pequeña. Contiene tres
huesecillos articulados en cadena: martillo, yunque y
estribo (llamados así por su forma). El martillo está en
contacto con el tímpano. El estribo se conecta a la
ventana oval, membrana extendida sobre un orificio
que se comunica con el oído interno. El oído medio se
comunica con la faringe a través de la trompa de
Eustaquio. En el extremo de la faringe de ésta hay una
válvula normalmente cerrada, lo que evita que el sujeto sea molestado por su propia voz. La válvula se abre con la
deglución y el bostezo.
Oído interno: Consta de un complejo conjunto de conductos y cavidades, llamado laberinto óseo, ubicado en el hueso
temporal. La parte del laberinto óseo relacionada con la audición, es un tubo enrollado en espiral. Es semejante a una
concha de caracol. Estos conductos están llenos de un líquido denominado perilinfa.
Funcionamiento: Para poder escuchar un sonido, las ondas sonoras deben pasar primero, por el conducto auditivo
externo y hacer vibrar así la membrana del tímpano. Las vibraciones se transmiten a través del oído medio por el
martillo, yunque y estribo. Al mismo tiempo, originan ondas en el líquido del oído interno. Esos estímulos salen
mediante los nervios auditivos superiores.
3.- EL OLFATO: El olfato es el más sensible de los sentidos, ya que unas cuantas moléculas –es decir, una mínima
cantidad de materia– bastan para estimular una célula olfativa. Detectamos hasta diez mil olores, pero como las
estructuras olfativas, al igual que el resto de nuestro cuerpo, se deterioran con la edad, los niños suelen distinguir más
olores que los adultos. Además de advertirnos de peligros como el humo y los gases tóxicos o venenosos, el olfato
contribuye con el gusto, estimulando el apetito y las secreciones digestivas.
La nariz es el órgano por el cual
penetran todos los olores que
sentimos desde el exterior. Es un
cuerpo saliente del rostro, ubicado
entre la boca y la frente, por debajo de
la cavidad craneana.
El olfato está relegado al fondo y a lo
alto de la nariz, cuyo interior está
constituido por dos cavidades, las fosas
nasales, separadas por un tabique. La
3. parte interna de la nariz está formada por dos paredes: la pituitaria amarilla y la pituitaria roja o rosada. En la amarilla u
olfatoria se encuentran los receptores del olfato, la pituitaria roja o respiratoria, llena de vasos sanguíneos, ayuda a
regular la temperatura del aire que entra y sale de los pulmones, entibiándolo.
4.- EL GUSTO: El gusto consiste en registrar el sabor e identificar determinadas sustancias solubles en la saliva por medio
de algunas de sus cualidades químicas. Su órgano es la lengua, en concreto las papilas gustativas. Estas son unos
órganos sensoriales que se encuentran en la lengua y que permiten percibir los sabores.
Los botones gustativos tienen unos pelitos microscópicos
muy sensibles denominados cilios. Los cilios envían mensajes
al cerebro sobre el sabor las cosas, para percibir si son
dulces, ácidas, amargas o saladas. También existe el sabor
umami, el que tiene, por ejemplo, el glutamato, uno de los
aminoácidos que forman las proteínas.
La lengua es un órgano musculoso de la boca y es el asiento
principal del gusto y parte importante en la fonación,
masticación y deglución de los alimentos. Está cubierta por
una membrana mucosa.
Funcionamiento: Los compuestos químicos de los alimentos se disuelven en la humedad de la boca y penetran en las
papilas gustativas a través de los poros de la superficie de la lengua, donde entran en contacto con células sensoriales.
Cuando un receptor es estimulado por una de las sustancias disueltas, envía impulsos nerviosos al cerebro. La
frecuencia con que se repiten los impulsos indica la intensidad del sabor; es probable que el tipo de sabor quede
registrado por el tipo de células que hayan respondido al estímulo. Luego de una exposición prolongada a determinado
sabor, las papilas gustativas se saturan, y dejan de mandar información, por lo cual, al cabo de un tiempo determinado
se deja de percibir el sabor.
5.- EL TACTO: El tacto es el encargado de la percepción de los estímulos que incluyen el contacto y presión, los de
temperatura y los de dolor. Su órgano sensorial es
la piel, que, además, tiene el mérito de ser el
órgano más grande del cuerpo. La percepción de
estos estímulos externos se realiza a través de las
células receptoras específicas que tiene cada una de
estas señales en la piel. Se estima que en la piel
humana existen alrededor de cuatro millones de
receptores para la sensación de dolor, 500 mil para
la presión, 150 mil para el frío y 16 mil para el calor.
La mayoría de las sensaciones son percibidas por
medio de los corpúsculos, que son receptores que están encerrados en cápsulas de tejido conjuntivo y distribuidos
entre las distintas capas de la piel epidermis, dermis, hipodermis, desde la superficie hacia abajo.
4. EL SISTEMA NERVIOSO
Es quien recibe e interpreta la información de los receptores, elaborando una respuesta. Tiene dos partes: los centros
nerviosos, que componen el sistema nervioso central y los nervios, que constituyen el sistema nervioso periférico.
Todo el sistema está formado por unas células llamadas neuronas. Cada una de ellas tiene tres partes:
- Cuerpo celular o soma (contiene el núcleo y los orgánulos de la
neurona)
- Dendritas (prolongaciones del cuerpo celular que se conectan
con neuronas cercanas –sin tocarlas-)
- Axón (filamento largo que termina también en ramificaciones)
a) Sistema nervioso central: en el encontramos
• Encéfalo, que a su vez está formado por
-Cerebro: Interviene en las acciones voluntarias, el
aprendizaje, la memoria y las emociones. Ocupa casi
todo el cráneo.
- Cerebelo: Coordina nuestros movimientos e
interviene en el equilibrio.
- Bulbo raquídeo: Controla las funciones básicas, como
la respiración o los latidos.
• Médula espinal: grueso cordón con muchas neuronas. Discurre por la columna vertebral, protegido por las vértebras.
b) Sistema nervioso periférico: formado por los nervios. En ellos distinguimos dos grupos:
• Nervios sensitivos: lleva la información al sistema nervioso central desde los órganos de los sentidos o desde los
receptores internos.
• Nervios motores: desde el sistema nervioso central llevan las órdenes de respuesta a los músculos o glándulas de
nuestro cuerpo.
Funcionamiento: Ante un estímulo, los órganos de los sentidos (si el estímulo es externo) o los receptores internos (si es
interno) captan la información y los nervios sensitivos la llevan al cerebro. Este elabora una respuesta, que es llevada
por los nervios motores a los músculos que corresponda o a la glándula que deba entrar en acción. Todo esto ocurre a
gran velocidad.
Un caso especial son los movimientos reflejos. Estos son movimientos rápidos e involuntarios. Son involuntarios por que
la información no llega al cerebro, si no que es la médula espinal la que elabora la respuesta. Un ejemplo: cuando, sin
darnos cuenta, tocamos algo que quema, retiramos la mano rápidamente y “sin pensarlo”. Ese es un acto reflejo.
5. EL APARATO LOCOMOTOR
El aparato locomotor está formado por la musculatura y el esqueleto. Es el que efectúa las órdenes que le envía el
sistema nervioso, realizando todo tipo de movimientos.
El esqueleto está formado por huesos y cartílagos. Los huesos son órganos duros y rígidos. Llamamos articulación a la
unión de dos o más huesos. Los cartílagos son algo más flexibles. Protegen a los huesos en las articulaciones y forman
algunas estructuras flexibles, como las orejas.
Existen músculos, como el corazón y el diafragma, que no pertenecen al aparato locomotor, ya que sus movimientos
son involuntarios e inconscientes (latido, respiración) y se elaboran en el bulbo raquídeo.
EL ESQUELETO Compuesto, en el adulto, por 206 huesos, el esqueleto tiene dos funciones:
a) Sostiene y da forma a nuestro cuerpo, constituyendo su armazón
b) Protege importantes y frágiles órganos de nuestro cuerpo, como el cerebro o los pulmones y el corazón
Encontramos tres tipos de huesos:
a) Planos (omóplato, huesos del cráneo…) b) Largos (fémur, húmero…) c) Cortos (vértebras, huesecillos del oído)
Articulaciones (zonas de unión entre dos o más huesos). Según su capacidad de movimiento hacemos tres grupos:
- Fijas: huesos soldados, que no pueden moverse (unión entre los huesos del cráneo)
- Móviles: huesos con gran capacidad de movimiento entre sí, como los del hombro.
- Semimóviles: huesos con movilidad reducida, como las articulaciones entre las vértebras.
En las móviles y semimóviles los extremos del hueso están cubiertos de cartílago para protegerlos del roce. Además
están unidos entre sí por unos cordones fibrosos muy resistentes: los ligamentos.
Ver cuadernillo aparte con los huesos del esqueleto
LOS MÚSCULOS La musculatura es el conjunto de músculos de nuestro cuerpo. Están unidos a los huesos, con lo que al
contraerse tiran de ellos permitiéndonos todo tipo de movimientos.
Según su forma encontramos tres tipos:
- Fusiformes: alargados y estrechos, como el bíceps. Sirven para realizar movimientos amplios
- Planos y anchos: tienen un recorrido más corto, pero pueden ejercer mucha fuerza, como los abdominales
- Circulares: al contraerse permiten cerrar una abertura, como el orbicular (cierra el ojo)
Los tendones son unas prolongaciones fibrosas y blanquecinas que unen hueso y músculo en muchos casos. Son
flexibles pero no elásticos, para que el músculo tire del hueso con más eficacia.
Encontramos tendones planos y cortos, que se unen al hueso en una gran superficie (ejemplo: el masetero con el
parietal) y otros largos y delgados (unión de los músculos flexores a las falanges, por ejemplo). Observa la diferencia: el
tendón une músculo y hueso, el ligamento une huesos entre sí.
Hay unos 600 músculos en el organismo, repartidos entre un nivel superficial y otro profundo. Destacamos los
siguientes:
6. En la cabeza: la mayoría se encuentran en la cara y nos permiten masticar, hablar y gesticular. Los bucinadores mueven
los labios, los maseteros nos permiten masticar y los orbiculares abren y cierran los ojos.
En el tronco: en el cuello los esternocleidomastoideos giran y agachan la cabeza, los esplenios la levantan. En la parte
anterior del tronco encontramos los abdominales y pectorales (para flexionar el tronco) y los intercostales para mover
las costillas durante la respiración. En la parte posterior los trapecios unen cabeza, hombros y espalda y los dorsales nos
permiten levantar el tronco y girarlo.
En las extremidades:
- Superiores: los deltoides levantan los brazos, los bíceps los flexionan y los triceps los estiran. Los flexores doblan los
dedos y los extensores los estiran.
- Inferiores: los glúteos nos dan impulso para caminar, los cuádriceps estiran las piernas y los bíceps las flexionan. Los
tibiales levantan el empeine y los gemelos nos sirven para estirar el pie.
COORDINACIÓN INTERNA
En el medio interno de nuestro cuerpo se llevan a cabo procesos como la digestión, la circulación, el intercambio
gaseoso y muchos otros. Para que todo funcione bien necesitamos que todos esos procesos se realicen correctamente.
Para ello el sistema nervioso actúa sobre los músculos involuntarios y el sistema endocrino.
Los músculos involuntarios no forman parte del aparato locomotor, sino que forman parte de muchos órganos de
nuestro cuerpo. Funcionan sin que nosotros lo decidamos, no podemos controlar su funcionamiento, y en muchos casos
no nos damos cuenta de que actúan.
Algunos de los órganos que tienen músculos involuntarios son el corazón y los órganos que forman el tubo digestivo.
Los músculos del corazón se contraen y se relajan, los del aparato digestivo hacen que el alimento se mueva desde la
boca hasta el final del intestino grueso
EL SISTEMA ENDOCRINO está formado por un conjunto de órganos,
las glándulas endocrinas, que fabrican unas sustancias llamadas
hormonas y las vierten en la sangre.
Las hormonas actúan como si fueran mensajeros, es decir,
transmiten órdenes. Viajan por el aparato circulatorio hasta llegar a
las células y estas ejecutan las órdenes que les transmiten.
El sistema endocrino actúa más lentamente que el sistema nervioso y
los cambios que hace en nuestro cuerpo son más duraderos que un
simple movimiento. Controla funciones como el crecimiento y la
reproducción y está controlado a su vez por el sistema nervioso.
Algunas de las glándulas del sistema endocrino son:
La hipófisis: Esta en el cerebro y produce hormonas que dirigen la actividad de otras glándulas endocrinas. Produce la
hormona del crecimiento.
El tiroides: Produce hormonas como la tiroxina que hacen que aprovechemos los nutrientes.
El páncreas: Produce la insulina que regula la cantidad de azúcar que circula por la sangre.
Los ovarios en las mujeres y los testículos en los hombres: Producen las hormonas sexuales que dirigen la aparición de
los caracteres sexuales masculinos y femeninos (lo veremos en el tema 4).