2. INTRODUCCION
El cerebro es un órgano vivo , que tiene un funcionamiento eléctrico,
permanente, despiertos o durmiendo , él está activado.
Tiene unas estructuras anatómicas muy bien definidas. Dispone de redes
neuronales especiales que permiten que se comporte como, una máquina
predictiva encaminada a reducir la incertidumbre del entorno.
El origen del concepto de ‘teoría de la mente’ se encuentra en los trabajos
pioneros de Premack y Woodruf (1978), y se refiere a la habilidad para
comprender y predecir la conducta de otras personas, sus conocimientos,
sus intenciones, sus emociones y sus creencias.
Teoría de la mente
3. Teoría de la Mente
La teoría de la mente es una expresión usada en filosofía, psicología, ciencias cognoscitivas y
otras ciencias humanas para designar la capacidad de comprender y reflexionar respecto al estado
mental de sí mismo y del otro, es la capacidad de percibir y así poder llegar a reflexionar y
comprender las sensaciones propias y del prójimo , (principalmente por signos corporales que
el otro da)
logrando así el sujeto prever el comportamiento propio y ajeno .
Tal capacidad de percepción comprende un conjunto de sensaciones, creencias, emociones, etc.
Uno de los principales estudiosos pioneros de la llamada teoría de la mente fue
el antropólogo y psicólogo Gregory Bateson.
Bateson observó primeramente un precedente de teoría de la mente en animales; observó a perros
jóvenes que "jugaban" a pelear y le llamó la atención cómo y mediante qué indicios o señales,
estos animales detectaban si se trataba de la simulación lúdica de una lucha o de una lucha real.
5. Desarrollo de la Teoría de la Mente
Para algunos autores la teoría de la mente es innata e intuitiva,
La capacidad de cognición se adquiere normalmente entre los 3-4 años, aunque más que una
adquisición se trata de la activación de una capacidad congénita, que se activa a partir de una
estimulación eficaz procedente del otro, es decir, en los humanos la cognición deriva de la
naturaleza y del ambiente, de los factores culturales que inciden en la naturaleza humana.
A los 6 meses de edad son capaces de distinguir el movimiento entre objetos animados e
inanimados. Entre los 14-18 meses son capaces de dirigir la mirada hacia alguien que lo mire
fijamente y empiezan a entender sus estados mentales de deseo e intención y la relación entre
las emociones y los logros. Entre los 18-24 meses, cuando comienzan a caminar, descubren la
diferencia entre realidad y pretensión, pueden diferenciar entre representaciones de un evento
real y uno hipotético, como un pensamiento. También pueden reconocerse al mirarse en el
espejo . A partir de los 24 meses comienza el desarrollo ontogénico donde se reconocen tres
fases.
7. La fase 1 se da entre los 4-5 años, está relacionada con la habilidad para entender que otras
personas pueden tener creencias falsas sobre el estado del mundo y que son diferentes a las
propias.
La fase 2 se da entre los 6-7 años, se la conoce como la fase de "creer en lo creído" y está
relacionada con la habilidad para reconocer que uno puede tener una creencia falsa sobre lo que
los demás creen.
La fase 3 se da entre los 9-11 años, está relacionada con la capacidad de entender, donde
son capaces de reconocer los errores y de reconocer situaciones en las que alguien dice algo
inapropiado sin entender lo que dijo.
Para verificar cómo está implementada la teoría de la mente en un sujeto, se han desarrollado
algunos tests como el llamado de la "falsa creencia".
Después de la infancia, el sujeto hace uso constantemente de esta capacidad.
Desarrollo de la Teoría de la Mente
8. En el ser humano, la capacidad de cognición se adquiere normalmente entre los 3-4 años;
aunque más que una adquisición se trata de la activación de una capacidad congénita,
capacidad que se activa a partir de una estimulación eficaz procedente del otro, es decir, en
los humanos la cognición deriva de la naturaleza y del ambiente, de los factores culturales
que inciden en la naturaleza humana.
Después de la infancia, el sujeto hace uso constantemente de "su" teoría de la
mente (muchas veces cargada de prejuicios impuestos por el entorno), tal uso constante de
la teoría de la mente es casi siempre efectuado sin tener plena consciencia de la misma,
esto es: "intuitivamente".
Si la cognición no logra desarrollarse pueden producirse patologías, por ejemplo algunos
hipotetizan que el autismo tiene un origen por falla de la cognición en el afectado.
Para verificar cómo está implementada la teoría de la mente en un sujeto, se han pergeñado
algunos tests como el llamado de la "falsa creencia".
Desarrollo de la Teoría de la Mente
9. Test de la Falsa Creencia
Hasta los cuatro años un niño no tiene la capacidad descrita como teoría de la mente
Lewis y Mitchell, lo definieron como “la capacidad de hacer inferencias sobre los estados representacionales de
los otros y predecir la conducta conforme a ellos” es decir, la capacidad de atribuirle pensamientos e intenciones a
otras personas.
Cuando adquirimos la teoría de la mente poseemos la capacidad de comprender y reflexionar en relación con
nuestro estado mental, así como también con el estado mental del otro.
Esta es la comprensión de la actividad mental, de que la mente es un ente activo que analiza e interpreta las
situaciones; una vez que el niño entiende esto, pueden comprender que las personas y ellos mismos representan
al mundo, y dichas representaciones reflejan el mundo como es de verdad.
De este modo, para tener teoría de la mente una persona debe reconocer las consecuencias que causa que una
persona tenga una falsa creencia.
Entendido esto podemos comprender por qué, por ejemplo, los niños menores de cuatro años no saben mentir.
No son capaces porque aún no entienden la creencia falsa, la cual conlleva entender una actividad mental y el
proceso representacional; no entienden que una creencia puede cambiar, y que lo que para ellos era cierto antes,
puede ser falso ahora.
El test de la falsa creencia es el método que busca averiguar si el niño ha desarrollado la Teoría de la mente, esta
se puede dar de manera correcta si posee la capacidad de diferenciar los propios conocimientos sobre el entorno
de lo que otra persona cree de éste.
11. Teoría de la Mente: Cognitiva y Afectiva
Simone G. Shamay-Tsoory y Judith Aharon-Peretz , demostraron que el procesamiento de la
ToM cognitiva es diferente al de la ToM afectiva. Allí se comparó el rendimiento de los
pacientes con lesiones localizadas en los lóbulos frontales ventromediales con las respuestas
de pacientes con lesiones dorsolaterales, lesiones mixtas pre frontales y lesiones
posteriores, y con sujetos de control sanos.
Se comprobó que la ToM afectiva se vio afectada, principalmente, por el daño de la corteza
ventromedial de los lóbulos frontales, por otro lado, la ToM cognitiva se vio afectada
mayormente por un daño pre frontal extenso.
Las capacidades de la mentalización cognitiva y afectiva tienen bases neuronales en áreas
diferentes. La ToM afectiva está asociada a la corteza pre frontal ventromedial y la ToM
cognitiva está asociada a la corteza pre frontal dorso lateral.
Datos recolectados a través de neuro imágenes determinaron que también es posible decir que
los dos tipos de ToM están controladas por una red neuronal que comprende los surcos
temporales superiores, los polos temporales y la corteza pre frontal
La Teoría de la mente se puede dividir en dos: Afectiva y Cognitiva.
La primera es la capacidad de inferir los estados emocionales de los demás, mientras
que la segunda es la capacidad de inferir las creencias e intenciones de los otros.
12. Teoría de la Mente: Cognitiva y Afectiva
La ToM Afectiva
La ToM Cognitiva
Localización
13. Metacognición
La metacognición se define como el pensamiento estratégico para utilizar y regular la
propia actividad de aprendizaje y habituarse a reflexionar sobre el propio conocimiento.
Es uno de los planteamientos de las teorías constructivistas del aprendizaje
significativo que responde a la necesidad de una transición desde un aprendiz pasivo
dispuesto a aprender de forma adaptativa y reproductiva lo que se le pida hacia un
aprendiz generador y constructivo, orientado a la búsqueda del significado de lo que
hace.
El término metacognición se asocia más con John Flavell.
El conocimiento metacognitivo se refiere al conocimiento adquirido sobre los procesos
cognitivos, el conocimiento que se puede utilizar para controlar los procesos cognitivos.
Flavell divide aún más el conocimiento metacognitivo en tres categorías: el
conocimiento de las variables de persona, las variables de la tarea y las variables
de la estrategia. En otras palabras, se refiere a la capacidad de las personas para
reflexionar sobre sus procesos de pensamiento y la forma en que aprenden. La forma
en la que nuestro cerebro interpreta las cosas para que las podamos aprender.
14. Metacognición
El proceso de aprender a aprender, entendido como el uso flexible y autorregulado del
conocimiento en la solución de problemas, potencia en los estudiantes la toma de decisiones
en situaciones cambiantes y de incertidumbre, y re dimensiona el perfil de la enseñanza
encaminada al logro de esta competencia.
La mediación didáctica implica en este sentido:
a) plantear situaciones que generan en el estudiante contradicciones o afinidades entre sus
conocimientos previos y la nueva información, es decir, un conflicto cognoscitivo;
b) transformar este desequilibrio mental interno en una tensión fecunda de sinergias
opuestas que motivan al estudiante a plantearse explicaciones más plausibles con libertad y
autonomía;
c) abrir espacios movilizadores en espiral de preguntas y redes de conceptos aplicables a la
interpretación y evaluación de situaciones nuevas que consolidan en los estudiantes
múltiples bifurcaciones cognoscitivas, afectivas, procedimentales y actitudinales
15. Metacognición en la Era Digital
Los sistemas escolares enfrentan las exigencias del mundo laboral que van más allá
de las habilidades técnicas; las habilidades del siglo XXI son cognitivas de orden
superior y exigen gestión del conocimiento, análisis, interacción e intercambio (OCDE,
2010) del pensamiento creativo, crítico, reflexivo y de colaboración (Levi & Murnane,
20333; Sunkel, Trucco & Espejo, 2014), retos que demandan una mirada más amplia y
compleja del uso de las nuevas tecnologías en la educación.
Las habilidades cognitivas y metacognitivas merecen una atención especial en este
proceso vertiginoso de integración de las tecnologías de la información y la
comunicación (TIC).
Esta premisa no es nueva, ya que desde hace algunos años se ha advertido sobre la
existencia de todo un campo de investigación acerca del impacto del uso de las TIC en
los procesos cognitivos (Díaz-Barriga, 2006; Edel & Navarro, 2015).
16. Metacognición en la Era Digital
Con el determinismo tecnológico, que le otorga un poder en sí mismo, al uso de la tecnología en el
aula se obvia el trabajo colaborativo de todo un equipo de profesionales que promueve y
fundamenta el uso mediado de las TIC en los procesos de enseñanza, y que alcanza a potenciar un
cambio en las prácticas de aprendizaje como espacios sincrónicos y asincrónicos de
deconstrucción, construcción y difusión de conocimientos. esta premisa implica alentar una
conciencia sobre lo que se aprende y cómo se aprende, no por estar al frente de un video o
cualquier recurso multimedia, sino por asumir el papel de aprendiz como una persona pensante,
interesado en regular lo aprendido como una forma de comprender, construir, aplicar y transformar.
Según Perez (2012) estimular la metacognición en la era digital supone un medio para promover la
autonomía y la autorregulación de aprendizaje, además de una clara orientación hacia el
aprendizaje personalizado, "pues el aprendizaje progresa cuando el aprendiz comprende el proceso
de aprender y sabe lo que conoce, cómo lo conoce y lo que necesita conocer (...) en definitiva la
metacognición supone un eje crítico de una enseñanza personalizada, que promueve el desarrollo
singular de cada individuo (p. 2011)
17. Metacognición en la Era Digital
En su libro “Metacognición y lectura”, Juana Pinzás G. dice:
“El tema de “aprender a aprender” es un ejemplo pertinente(…)
Se puede decir que el interés por este tópico, surgido desde hace veinte
años, responde a la creencia de que al preparar al alumno es necesario
dotarlo de estrategias cognitivas para que, llegado el caso (como
ciudadano independiente inserto en el mundo laboral y social), pueda
enseñarse a sí mismo lo que no sabe o no aprendió o requiere saber
y logre así mismo desarrollar los recursos (información, habilidades,
estrategias, técnicas, etc.) que le permitan desempeñarse o reaccionar
adecuadamente ante situaciones y problemas laborales u ocupacionales,
inesperados que quizás ahora nos parezcan posibilidades inverosímiles.