El documento discute los problemas de salud relacionados con la obesidad infantil, incluida la enfermedad hepática grasa no alcohólica. Señala que la obesidad infantil es un problema creciente que puede conducir a complicaciones metabólicas y cardiovasculares, y recomienda implementar medidas para prevenir y tratar la obesidad desde una edad temprana para mejorar los resultados a largo plazo.
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CONCLUSIONES:
La evidencia de que la obesidad es el riesgo cardiovascular más prevalente y
modificable que favorece la aterogénesis desde la primera década de la vida
obliga a implementar y a realizar todas las medidas necesarias para evitarla
desde el embarazo,y a combatir estos graves problemas de salud pública que,
como ya se mencionó, provocan el más serio problema de morbimortalidad
nacional y mundial. La obesidad en la infancia y la adolescencia ha pasado a
ser un problema de salud mundial, con incremento temprano de
complicaciones en el metabolismo de los carbohidratos y la enfermedad
cardiovascular. La prevención y la detección temprana de las complicaciones
permitirán disminuir las complicaciones en la etapa adulta, para lo cual se
requiere un trabajo arduo del niño, sus familiares, la sociedad, el sector salud
y el Gobierno. Debido a que la obesidad infantil es un problema en
crecimiento, la EHGNA en pediatría se ha vuelto rápidamente una de las
causas más importantes de enfermedad hepática crónica en niños y adultos.
En pediatría se estima que 5% de los niños con peso normal o sobrepeso y
38% de los niños con obesidad tienen EHGNA. La evidencia actual sugiere
que de 1 a 3% de la población occidental tiene EHNA, lo que hace de esta
enfermedad un verdadero problema de salud pública. Puesto que esta
patología tiene un comportamiento progresivo desde la niñez hasta la edad
adulta, se consideran de suma importancia tanto el diagnóstico como el
tratamiento temprano para todas las edades. El tratamiento no debe enfocarse
sólo en la enfermedad hepática sino en todo el espectro de comorbilidades,
para mejorar la sobrevida y la calidad de vida. Existen en los niños
complicaciones ortopédicas relacionadas con la obesidad y muchas otras que
se observarán hasta la edad adulta; sin embargo, aunque el pediatra o el
médico familiar no las vean en ese momento, es necesario que intervengan lo
antes posible para corregir el sobrepeso, evitando que se presenten y afecten
la calidad de vida, las actividades sociales, deportivas y laborales, e incluso
la capacidad para mantener a la familia.
RECOMENDACIONES
La salud y el desarrollo físico del niño dependen mucho de su alimentación y
las secuelas de la malnutrición infantil pueden tener consecuencias
irremediables en su estado de salud. Según la FAO, más de 800 millones de
personas sufren de desnutrición [1]. El hambre está incluso propagándose de
nuevo bajo el efecto de las guerras y del cambio climático [1, 2] mientras que
tendía a retroceder en 2015 [3]. La lucha contra el hambre debe entonces
volverse una emergencia y una acción mundial.
Si bien la alimentación desempeñaun papel muy importante, la falta de calidad
del agua, las malas condiciones de higiene y la falta de atención médica
contribuyen en gran medida al mal desarrollo físico del niño [8]. Sin mencionar
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que la hambruna nunca viene sola. A menudo es concomitante de la guerra,
la pobrezao los peligros climáticos (sequías, pero también inundaciones). Las
causas del hambre que involucran múltiples factores hacen que sea
extremadamente difícil luchar contra ella.
Un niño desnutrido entra a la vida con una discapacidad crucial. Además de
las molestias físicas, no tendrá la capacidad de concentrarse en la escuela y
estudiar adecuadamente y, por lo tanto, tener una educación suficiente para
salir de la pobreza. El hambre también afecta el psiquismo, socava la
motivación y la esperanzade salir de ella. El hambre afecta todos los aspectos
de la vida diaria e impide que el niño se desarrolle plenamente, físicamente y
humanamente.
La medida de prevención de la desnutrición más evidente hace referencia a
llevar una alimentación lo más variada, completa, equilibrada y gratificante
posible. Es fundamental enfocar el momento de la comida como algo
satisfactorio que nos aporta los nutrientes necesarios, pero también la excusa
perfecta para reunirnos y pasar ratos agradables disfrutando de los alimentos.
Ante cualquier sospecha de desnutrición, o duda sobre la dieta diaria, las
necesidades calóricas y, especialmente, cambios injustificados en el peso,
hay que consultar con un especialista en dietética y nutrición. En casos donde
el riesgo de desnutrición sea muy elevado, no debemos dejar pasar el tiempo
para poner remedio. Siempre es más fácil remontar una desnutrición leve que
una grave. Estas recomendaciones y consejos te ayudarán a prevenir una
posible desnutrición e incluso tratarla
Ser muy estrictos con la higiene en la preparación de los alimentos. En
muchos casos, las infecciones provienen de una elaboración deficiente.
Hábitos tan sencillos como el lavado frecuente de las manos, el hervido de
alimentos y conservación adecuada puede evitar muchos problemas.
Fomentar la lactancia materna exclusiva. La OMS recomienda a nivel
mundial este tipo de alimentación hasta los seis meses de vida. Así se evita el
uso de otros alimentos que puedan estar contaminados o la ausencia de
proteínas en la dieta de los bebés y niños.
Priorizar la alimentación adecuada en las madres. Tanto antes del
embarazo, como durante el mismo y el periodo de lactancia para asegurar la
calidad nutricional de la leche materna y frenar el bajo peso al nacer.
Uso de agua potable.
Intentar aportar ciertas cantidades de proteínas de alto valor biológico:
carne, pescado, lácteos y huevos a diario. Es posible usar también mezclas
de cereales con leguminosas y frutos secos.
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Insistir en la necesidad de tomar cereales, grasas, hortalizas como fuente
de calorías. Así las pequeñas cantidades de alimentos proteicos se pueden
utilizar para su finalidad de crear y recuperar tejidos y emplearla en los niños.