1. ARTICULO 1
Desnutrición infantil, salud y pobreza: intervención desde un programa
integral
Child nutricion, health and poverty, integral intervention programa
La infancia es considerada como una etapa trascendental en el proceso evolutivo
del hombre, caracterizada por dos fenómenos: crecimiento y desarrollo, para lo cual
es fundamental una adecuada nutrición.
Los estragos que provoca la desnutrición que se padece en la infancia son los más
lamentados por una sociedad, ya que en esta etapa el mayor impacto lo sufre el
cerebro del niño, en el que se producirían alteraciones metabólicas y estructurales
irreversibles, sin embargo, la desnutrición infantil no es sólo un problema de falta de
alimentos, es un conflicto social más profundo, que debe ser tenido en cuenta a la
hora de brindar soluciones.
La Corporación para la Nutrición Infantil (CONIN), creada en Chile en 1975, tiene
por finalidad recuperar a los niños de 0 a 3 años que presentan desnutrición primaria
o secundaria. Desde 1993, este proyecto se extendió a la provincia de Mendoza,
Argentina, como Fundación CONIN (Cooperadora para la Nutrición Infantil),donde
se completó esta experiencia creando Centros de Prevención de Desnutrición.
Actualmente este proyecto se desarrolla en distintas provincias del país, en
Paraguay y próximamente en Perú, sustentando su trabajo en tres pilares: docencia,
asistencia e investigación.
Discusión
estrategias de intervención
La problemática social que da origen a la desnutrición infantil, posee numerosos
condicionantes que deben ser tenidos en cuenta a la hora de plantear soluciones.
Estos condicionantes han sido identificados por CONIN, siendo su estrategia de
intervención de gran impacto sanitario ya que potencia la familia y su entorno como
base del correcto desarrollo físico e intelectual del niño, unido a un aporte adecuado
de nutrientes, que le permiten al niño desarrollar su potencial genético.
La respuesta humanitaria al hambre necesita ser rápida, bien coordinada, y basada
en evidencia epidemiológicasólida49. Los programas de intervención nutricional han
ido evolucionando cambiando su énfasis primario del control de la carencia de
proteínas, a la deficiencia de la energía, y ahora a las deficiencias de
micronutrientes50,51. Las estrategias más comúnmente usadas para el control de la
deficiencia de micronutrientes52,53 son suplementación y fortalecimiento, porque son
rentables y en un cierto grado de más fácil acceso a la población54,55. Sin embargo,
se ha dado poco énfasis a programas integrales de intervención nutricional teniendo
en cuenta factores sociales y psicoafectivos en condiciones de pobreza y
2. subdesarrollo56, tal vez por la complejidad de una intervención multifactorial que
también hace difícil su evaluación.
Conclusiones
La atención integral del niño desnutrido a cargo de profesionales especializados, el
entrenamiento y la incorporación de la madre al cuidado cotidiano de su hijo, es una
estrategia válida que genera una recuperación significativa del grado evolutivo
psicomotor, del peso y la talla de los pacientes.
En la evaluación del proyecto del centro de prevención, se han podido identificar
una serie de beneficios que muestran un impacto sanitario positivo en la población
de su área de influencia, pero algunos beneficios no han sido valorados, como el
ahorro de costes debido a que las enfermedades graves detectadas en el CP son
derivadas al hospital de forma inmediata tras su detección. Esto implica menor
riesgo de contagiar a otras personas, menores costes de tratamiento, evitar daños
físicos irreparables, disminuir el riesgo de mortalidad infantil, etc. Por lo tanto, es
recomendable profundizar en el estudio de estos beneficios relacionados con salud.
La cooperación internacional, en el objetivo de erradicar la desnutrición infantil, es
no sólo factible, sino también necesaria y prioritaria.
Referencias
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3. ARTICULO 2
RESUMEN
Diversas evaluaciones e investigaciones científicas realizadas en Chile durante el
periodo 1950-1970, permitieron ir comprobando que la desnutrición y la pobreza
durante los primeros periodos de la vida, constituían las principales causantes, tanto
de la elevada mortalidad temprana (50% de las muertes antes del 15 años de vida),
como de los daños permanentes en los que sobrevivían. "Un mal oculto", que
ancestralmente estaba impidiendo avanzar hacia la igualdad de oportunidades y el
desarrollo económico y social del país. La llamada de atención y toma de conciencia
de la realidad, era indispensable como primera etapa pragmática para lograr
implementar intervenciones destinadas a prevenir el daño desde el momento de
nacer y aun antes, durante el embarazo.
Palabras clave: desnutrición infantil, daño cerebral, mortalidad infantil.
La desnutrición, junto con la pobreza y el subdesarrollo, constituyen un círculo
vicioso del cual es difícil desprenderse. Según Naciones Unidas, sumidas en estas
adversas condiciones vive casi un tercio de la población mundial (Informe FAO
2013: "Estado de la Inseguridad Alimentaria en el mundo"). Las opiniones y
estrategias que se han propuesto frente a esta injusta realidad, varían según sean
las creencias, vivencias, saberes, o ideologías de quienes las emiten. Muchos
economistas piensan que no se posible eliminar la pobreza y la desnutrición
mientras persista el subdesarrollo, ya que este condicionaría la persistencia de una
y otra (1). Sociólogos y políticos prefieren afirmar que previamente es necesario
mejorar la distribución de la riqueza, y piensan que con ello desaparecería la
pobreza y consecutivamente la desnutrición. Pero otros concluyen que el problema
es al revés: no es la pobreza en sí, la que impide avanzar, sino el daño producido
por la desnutrición y la adversidad medioambiental durante los primeros períodos
de la vida, que en su conjunto no sólo impactan a los que la sufren directamente,
sino también, a la sociedad entera. Afirman que el daño que produce un
medioambiente adverso en los que van naciendo, termina repercutiendo
negativamente en las estructuras del tejido social, limitando sus posibilidades de
desarrollo
DESNUTRICIÓN EN LOS PRIMEROS AÑOS DE VIDA
En aquella época (1950-1960), a pesar de la extensión y gravedad de la desnutrición
que afectaba los niños en los primeros años de vida, no se tenía una clara
conciencia de ella y menos de sus consecuencias inmediatas y de largo plazo. Es
así como no asombraba que falleciese un alto porcentaje de niños durante los
primeros años de vida. "Ello era debido a las variadas enfermedades infecciosas y
los trastornos digestivos agudos". "Que los sobrevivientes fuesen de baja estatura
y delgada contextura era normal, debido a "sus ancestros indígenas". "Que hubiese
una elevada tasa de analfabetismo, con alta deserción escolar y una baja
4. escolaridad, se debía a que eran duros de cabeza" o era culpa de sus madres que
no se esmeraban en enviarlos a la escuela. "Así había sido siempre y así
seguramente seguiría siendo".
En los niños que sufren una desnutrición precoz, su cerebro, al igual que los demás
órganos, crece menos, lo que se evidencia por un menor tamaño de la
circunferencia craneana, lo que correlaciona estadísticamente con un menor
desarrollo intelectual (32,34). Hace algunos años comprobamos que la desnutrición
efectivamente producía una atrofia del tejido cerebral. Utilizando una técnica de
transiluminación del cráneo, usando una fuente potente de luz, aplicada en la
superficie del cráneo, se evidenciaba un incremento del líquido céfalo raquídeo,
secundario a la atrofia cerebral (35) (figura 4). Por otra parte, nuestras
investigaciones realizadas, tanto en experimentación animal, como en el cerebro de
lactantes fallecidos por desnutrición grave, demostraban importantes alteraciones
en las estructuras de las neuronas y en un menor número de conexiones
interneuronales (figura 5) (36,37). Todo ello se acompañaba de diversas
alteraciones bioquímicas, neurofisiológicas, metabólicas y bioeléctricas del tejido
cerebral, que finalmente se traducían en menor rendimiento de las capacidades
intelectuales
BIBLIOGRAFÍA
1. Mardones F, González N, Mardones-Restat F, Salinas J, Albala C. Programa
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6. ARTICULO 3
Obesidad infantil y adolescente: un desafío para la prevención Dra. Elvira B.
Calvo*Comentario editorial*Departamento de Nutrición. Ministerio de Salud de la
Nación. Ver artículos relacionados en las páginas 360,367 y 368La obesidad es uno
de los problemas de salud más comunes en niños y adolescentes, y se
documentaron aumentos en su prevalen-cia en las últimas décadas. Las tasas más
altasse observan en EE.UU. y Europa, pero la tendencia de incremento es bastante
genera-lizada en países tan diversos como Brasil yChina. En un estudio reciente1
se analizaronlas tendencias del sobrepeso en niños y adolescentes de 6 a 18 años
según niveles deíndice de masa corporal (IMC) para la edad recomendados por la
International Obesity TaskForce en 4 países y en un período que va de 6a 20 años,
según el país. Las tendencias del sobrepeso son las siguientes: Brasilde 4,1% a
13,9%Chinade 6,4% a 7,7%EE.UU.de 15,4% a 25,6%Rusiade 15,6% a 9,0%(es el
único caso con tendencia inversa)La tendencia al aumento de laobesidad en los
niños podría ser el resultado de cambios culturales y ambientales relacionados con
la inactividad física en las sociedades modernas y se considera que los riesgos
están más relacionados con circunstancias externas que personales
ogenéticas.2En nuestro país, también hay algunas evidencias de una tendencia
creciente en muestras de población comparable. Por ejem-plo, en los varones de
18 años de edad convocados al Servicio Militar Obligatorio se realizaron encuestas
en diferentes años. En-tre 1987 y 1993 el sobrepeso (IMC >25)aumentó de 14,7%
a 19,5% en todo el país; fenómeno generalizado a todas las jurisdicciones con la
única excepción de Tierra del Fuego y Neuquén, que ya presentaban cifras elevadas
en la encuesta anterior.3En el caso de los niños pequeños, se pueden comparar
datos de dos encuestas realizadas en el Gran Buenos Aires sobre muestras
probabilísticas de población4,5 en los años 1986 y 1999, respectivamente. En los
menores de 2 años de edad el sobrepeso–medido por peso/talla >2 desvíos
estándar de la referencia del National Center for Health Statistics (NCHS)– pasó de
2,5% a 5,7% en ese lapso. En este grupo etario, sin embargo, se registran las
menores prevalencias de sobrepeso. En el Gran Buenos Aires (1999),la tendencia
aumenta con la edad, y llega al12,4% en el grupo de 5 a 6 años; lo mismo ocurrió
en un estudio de la ciudad de Córdo-ba6 donde el sobrepeso aumentó de 5,3% en
los menores de 2 años a 12,1% a los 5 años de edad. La persistencia de la obesidad
desde la infancia o adolescencia hasta la adultez ha sido demostrada
constantemente en todas las poblaciones en las que ha sido estudiada. Muchas de
las complicaciones metabólicas y cardiovasculares y algunas formas de cáncer
asocia-das con la obesidad del adulto tienen su comienzo en la infancia y la
comprensión de las relaciones entre la obesidad del niño y el adolescente y la del
adulto es valiosa para tratar de implementar medidas adecuadas para su tra-
tamiento y prevención. La evidencia proveniente de diversos estudios en animales
y en seres humanos de muestra los lazos entre la desnutrición temprana y la salud
en la vida adulta. Los niñoscon bajo peso al nacer que luego desarrollan sobrepeso
en la vida adulta son particular-mente susceptibles a la acumulación selectiva de
grasa abdominal,7 que a su vez está positivamente correlacionada con el riesgo de
desarrollo de hipertensión, diabetes mellitus no insulinodependiente y enfermedad
cardiovascular. Cuando un feto es de privado de los nutrientes adecuados, su
7. metabolismo se adapta para hacer un mejor uso de lo disponible. Sin embargo,
estos cambios metabólicos pueden ser una desventaja en unestadio ulterior de la
vida con acceso ilimitación de los nutrientes.
MTArch.argent.pediatr 2002; 100(5) / Comentario editorialdo a los nutrientes. Los
artículos originales presentados en este número tienen la importancia de destacar
a laobesidad infantil como problema de salud públi-ca, reflejo de la transición
epidemiológica-nutricional en la que está inserto nuestro país.La situación actual de
crisis, con un aumento significativo de la población bajo la línea de indigencia y, por
lo tanto, con un alto riesgo de desnutrición infantil, se instala sobre un escena-rio de
transición avanzada y no debe hacernosolvidar la tendencia de más largo plazo
hacia el aumento de la obesidad infantil y adolescente. En una perspectiva de salud
pública, se debetener en cuenta que los países en desarrollo tienen una doble carga
creciente de enfermedad:las enfermedades infecciosas, la desnutrición y la
mortalidad infantil, junto con las enfermeda-des crónicas no transmisibles asociadas
con laalimentación. Tanto como los obvios efectos sobre la salud, esta doble carga
tiene consecuencias económicas y sociales muy graves. El trata-miento de las
enfermedades crónicas no transmisibles del adulto es mucho más costoso quelas
estrategias preventivas. Favorecer el trata-miento antes que la prevención es un
error queya cometieron los países desarrollados.
BIBLIOGRAFÍA
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Argentina 1993-1996.Dirección de Salud Materno Infantil, Ministerio deSalud.
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4.Calvo EB, Carmuega E, Gnazzo N, y col. Evaluación delestado nutricional de la
población de niños de 9 a 24meses de edad residente en los partidos del Gran Bue-
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