Adela Cortina argumenta que en el siglo XXI, las éticas aplicadas forman una parte esencial del saber práctico en sociedades pluralistas. Las éticas aplicadas, como la bioética y la ética empresarial, configuran una nueva forma de reflexionar sobre problemas morales y proponer recomendaciones para la acción. Estas disciplinas son necesarias para nutrir la razón pública con información e ideas éticas en temas que afectan a toda la humanidad.